VILLAMIL YCAZA ANA

MÚSICA.- Nació en Guayaquil el 19 de Enero de 1852 y fue bautizada por su tío abuelo el Arzobispo Francisco Xavier de Garaycoa y Llaguno que se hallaba en esos días de paso por el puerto. Fueron sus padres Francisco Villamil Garaycoa e Isabel de Ycaza Paredes, guayaquileños “Desde muy niña se educó con entusiasmo en el teclado y sus familiares se sorprendieron de su precocidad y de sus dotes musicales”.
Entre el 64 y el 67 fue alumna de piano del Profesor Antonio Neumane y “continuó cultivando el piano en la intimidad del hogar, ya que ese instrumento representaba para ella su vida misma, su razón de ser y en el teclado hallaba lo mejor de su espíritu. También sabemos que cantó admirablemente a dúo con una sobrina por lo que causaba la admiración de sus familiares. Tocó además el armonio – pequeño órgano de fuelle que se hacía sonar con los pies – e intervino en las misas de réquiem, bodas y demás actos religiosos de la Merced, San Francisco, El Sagrario y la Catedral”.
Después murieron sus padres y para vivir dio clases particulares de piano y fue por muchos años profesora de música de las escuelas municipales.
Habitaba un pequeño departamento en una casa grande de madera de unos primos que la querían mucho en Luque No. 203 y Pedro Carbo, en cuyos bajos funcionaba la confitería “La Roma” de Nino Gatuzzo y Cía. luego se cambió a la casa de su tía Isabel Villamil de Arzube en Chimborazo y Ballén diagonal al Sagrario, donde vivió por muchos años en compañía de sus primas las Arzube Villamil, casa ue todavía existe pero totalmente restaurada con su fachada de cemento.
Posiblemente cuando era profesora debió musicalizar la Canción al 9 de Octubre compuesta por el Dr. José Joaquín de Olmedo, que se popularizó de inmediato en las escuelas Municipales por su ritmo de notas suaves, entonación delicada y cuantas veces se tocaba y cantaba la gente sentía un gran civismo pues era como si fuera la canción de la ciudad. Por ello el Concejo Cantonal en sesión del lunes 9 de Julio de 1918 resolvió declararla “Himno Oficial del 9 de Octubre” y la revista “La Ilustración” publicó la partitura. El 25 de Julio de 1.966 el Concejo Cantonal la declaró “Himno de Guayaquil” de obligatoria interpretación en los actos solemnes de la Municipalidad y en las fiestas patrias y recomendó su enseñanza en las escuelas y colegios del puerto.
En Septiembre de 1973 el Ministerio de Educación Pública encargó a la Supervisora Regional Zulema Blacio Galarza, que enviara la partitura a Quito conjuntamente con la letra. La Profesora Blacio se trasladó al Conservatorio de Música de Guayaquil y encontró la partitura original, constatando con la Directora Lila Alvarez García que el acompañamiento de la mano izquierda difería notablemente de la copia para piano que repartía la Municipalidad para uso de los profesores de escuela.
Entonces tuvieron que rehacer la partitura, facilitando el acompañamiento de la mano izquierda que en el original era muy complicado y difícil y que en la copia que distribuía el Concejo estaba simplificado; la versión final resultó sencilla y práctica, conservó la marcialidad original y devolvió al Himno su calidad de canción patriótica que había perdido por muchos años, y al mismo tiempo le hizo fácil de interpretar.
Ana Villamil Ycaza murió en Guayaquil de sesenta y cuatro años de edad el 28 de Octubre de 1916 y sus despojos mortales descansan en la bóveda No. 303 del Cementerio General. En 1970 el Consejo Scout de Guayaquil colocó una placa alusiva al Himno y a la autora de su música.