LOCUTOR.- Nació en Guayaquil el 15 de Mayo de 1919, en el bautismo recibió los nombres de Alberto Enrique y fueron sus padres legítimos Enrique Vega Soto pequeño empresario de materiales de construcción y Rosa Ruilova Maridueña, naturales de Guayaquil y Machala respectivamente.
Fue el mayor de una larga familia compuesta de seis hermanos que crecieron en una casona de madera de tres pisos en Bolívar y Escobedo, arrendando uno de los departamentos
Estudió los dos primeros cursos en el Colegio San José – La Salle y los restantes en las escuelas fiscales Cristóbal Colón y Simón Bolívar. Para las vacaciones viajaban a Posorja y siguió la secundaria en el Vicente Rocafuerte, donde tuvo de profesor de Literatura a José Joaquín Pino de Ycaza y sobresalió por su buena voz y modulación.
En marzo del 36 se reunía en el barrio de Rumichaca y 9 de Octubre con Gabriel Saavedra que tocaba la guitarra y Carlos (Larín) González que también cantaba y todos daban hermosas serenatas de seis piezas. Ya existían las radios Ondas del Pacífico, La Voz del Litoral, El Telégrafo.
“Yo solía cantar tangos en Ondas del Pacífico usando el pseudónimo de Edgardo Conde porque si mi padre se hubiera enterado de mi doble vida de estudiante y cantante me habría molido a palos. Después cantaría tangos en El Telégrafo como Alberto Blanco, por cada tres canciones me daban ciento ochenta sucres entonces no se grababa en el Ecuador y los pocos discos que teníamos venían del exterior.”
“Ese año me inicié probando micrófonos y leyendo noticias en La Voz del Litoral y aunque el dinero no me interesaba me fue tan bien en la prueba que fui contratado como locutor de noticias y acepté. El 38 mi profesor José Joaquín Pino de Ycaza inició un programa sabatino con noticias viejas del exterior y como los periódicos casi no traían esta clase de información La Voz del Litoral suplía esa ausencia y el público cada vez se interesaba más pues la situación europea se volvía candente por el peligro Nazi. Nuestra fuente era el Consulado británico y así fue como me hice habitúe a la lectura de noticias por cincuenta sucres mensuales y cuando a los pocos meses estalló la guerra hicimos un programa documental sobre la barbarie hitleriana. El 40 radio El Telégrafo necesitaba un locutor con conocimientos de inglés para la fonética de ciertos nombres y apellidos. Don José Joaquín logró interesar a José Santiago Castillo para que me escogiera y comencé a locutar dos veces al día a las cinco de la tarde y a las nueve de la noche, un Boletín de noticias de guerra, por quinientos sucres mensuales.
El programa se iniciaba con una marcha militar grabada en el exterior y solo entonces pude contarle a mi padre que había escogido ese oficio para vivir. Mientras tanto el consulado británico empezó a enviar dramáticos capítulos adaptados para la radio sobre la tragedia de Europa, atrapada entre la destrucción y el miedo. En la obra teatral La Guerra Nazi contra la Iglesia Católica intervinieron Elsy Vidal, Ralph del Campo, Víctor Hugo Rodríguez Roditti, Conchita Pascual y yo. El 39 Paco Villar también trasmitía el programa dominical El Teatro en su Hogar, donde llegué a ser contrafigura, o sea, el actor que sigue en importancia al principal o estelar.
(1) Francisco Villar Balladares a) Paco Villar, nació en España pero radicó con su familia en Guayaquil desde los cuatro años de edad, en 1929 ingresó a la Compañía infantil de Eduardo Beltrán que se presentaba los domingos de mañana en el antiguo teatro Edén. En los años cuarenta vivía en casa de su madre en Cuenca y Santa Elena casado con Anita Aguirre conocida en el mundo del teatro como Elsy Vidal, padres de las hermanas Villar que tanto han trabajado en el teatro ecuatoriano. El matrimonio terminó por divorcio, él pasó casado con la actriz Olga Eljuri a New York, de quien también se separó. Anita viajó después llamada por una de sus hijas y vivió vecina a su ex esposo Paco. Entre el 33 y el 62 Paco dirigió cientos de obras teatrales de autores nacionales y extranjeros, de su autoría es la famosa “Vida, pasión y muerte de Nuestro Señor Jesucristo” que se representó por años durante la semana santa. Pionero de la radioemisión ecuatoriana, dirigió las emisoras de El Telégrafo de la que fue uno de sus fundadores y en la que pasó el programa El teatro en su hogar, también inició las trasmisiones deportivas con Voltaire Paladines, Rafael Guerrero, Antonio y Raph del Campo Cornwall. El 39 locutaron las incidencias del VI campeonato sudamericano de natación realizado en Guayaquil. El 40 dirigió con el cineasta chileno Alberto (Pérez) Santana la primera película parlante hecha en el Ecuador. En los cuarenta fue miembro de la CCE Núcleo del Guayas y fundó la emisora de esa entidad. El 59 dirigió el Canal 4 de TV, el primero que tuvo la ciudad. El 62 radicó en New York como coordinador de programas hispanos de la National Broadcasting System NBC., luego pasó a la BBC de Londres. En México y en Puerto Rico intervino en producciones de cine y teatro y compartió roles con María Félix, Libertad Lamarque y Pedro Infante. Escribió varios libros con pensamiento ligeros tales como “Filosofando a la madrugada” En Julio del 2009 fue internado en el hospital Bellevue de Manhattan aquejado de una pulmonía y falleció en la madrugada del día 20 de ese mes, a los noventa y siete años de edad. Sus restos fueron cremados.
“El programa era dominical, comenzaba a las nueve y cuarto y terminaba a las once de la noche, duró nueve años, Villar fue el director, actuaron Elsy Vidal, Margot Mendoza, Conchita Pascual, Pablo Ney Vela Rendón, Carmen Rivas, Luís Martínez Moreno, Rafael Guerrero Valenzuela bajo el pseudónimo de Rafael Hernández, Toño Cajamarca, Gonzalo Heredia, Jorge Coco Pesantes, Ralph del Campo. Los efectos sonoros estaban a cargo de William Drouet, Pepe Wither y Arturo Olvera. Cada uno cobraba quince sucres por bolo, es decir, por actuación y narración”.
Enrique estaba casado desde el 39 con Dora Palma Moreno y era una figura conocida desde que triunfó el 41 en el Certamen Nacional de la revista radial Vida Porteña para escribir y realizar un programa radiofónico de sesenta minutos. El 44 logró el Primer Premio en un Certamen Nacional para elegir al mejor locutor del país. El 46 también hacía comentarios automovilísticos con noticias tomadas de El Gráfico de Buenos Aires y fue contratado por Manolo Ocaña Dorado (1) para narrar en la radio Gran Colombia de Quito, los incidentes de la carrera automovilística Buenos Aires – Caracas realizada con motivo de la inauguración de la carretera Panamericana.
A principios del 49 Paco Villar se ausentó a Lima a fin de publicitar su película parlante “Se conocieron en Guayaquil” y dejó la dirección de Radio El Telégrafo. Entonces surgieron tres candidatos: Ralph y Antonio del Campo y Enrique Vega, que fue elegido y dirigió esa radio hasta el 52 que renunció. En esta segunda etapa de El Teatro en su Hogar el elenco quedó conformado de la siguiente manera: Manolo Ocaña Dorado que arribó de Quito donde trabajaba para diversas emisoras en compañía de su esposa Delia Garcés , la actriz de carácter de nacionalidad española Conchita Pascual, Francisco del Castillo a) Paco del Kasty, Carmita Palacios de Palacios, Pablo Ney Vela Rendón, Aurelio Tobar, Gonzalo Heredia, Victoria Rivera, Margot Mendoza, Ralph del Campo, José Hanna Musse, Víctor Hugo Rodríguez Roditti entre otros.
En 1950 se vivían los tiempos de la postguerra y la radio hacía furor en estos países. En la Habana había surgido numerosos libretistas que adaptaban por capítulos las célebres novelas largas, dramáticas y de gran impacto emocional de la autoría de consagrados escritores como Caridad Bravo Adams. A principios de ese año arribó a Guayaquil una Misión
comercial cubana que se conectó con Enrique a fin de lanzar al aire un programa de radioteatro denominado “La Novela Camay” para hacer propaganda a esa jabón que recién había salido a la venta en el Ecuador. Enrique se asoció con su amigo Luís Alban Bajaña propietario de Radio América y el contrato con los cubanos se cerró esa noche con una botella de wisky en el restauran Reysar situado en la esquina de la radio en Santa Elena y Luque y casi enseguida se comenzaron a gravar los primeros capítulos de “El Enemigo” de Caridad Bravo Adams, que resultaron un éxito indiscutible
1 Manuel Ocaña Dorado nació en Guayaquil, periodista de El Universo, el 45 adquirió la radio Gran Colombia en Quito y comenzó a colaborar en El Comercio. El 49 volvió a Guayaquil, trabajó en la novela Camay y para el diario La Nación, adquirió una villa en la Ciudadela de las América del Seguro Social al sur de la ciudad. Fue hijo de Manuel Ocaña, natural de Galicia, fotógrafo profesional, que después de muchos años de trabajar en ese ramo en Guayaquil pasó a Caracas donde falleció del corazón. En cambio Delia Garcés Ruiz, aquejada de un cáncer a la garganta fue llevada a operar a Lima y murió allí.pues no había familia que no estuviere pendiente de la radio entre las 8 y 1/2 a 9 de la noche. Esta primera novela duró tres meses, luego vendrían “Yo fui la engañada” de Iris Dávila “ que duró casi seis meses.
Enrique hacía de primer actor, narrador era Manolo Ocaña Dorado, primeras actrices Conchita Pascual y Delia Garcés, completando el elenco Paquita Ocaña Cáceres, Elena Benítes, Carmita Palacios de Palacios, Margot Mendoza, Mariana Cueva, Victoria Rivera, Víctor Hugo Rodríguez Roditti, Antonio Hanna Musse, Luís Patiño, Carlos Cortés y David Ledesma Vásquez en los últimos tiempos; pero Enrique, el 52 – tras renunciar a la dirección de la radio El Telégrafo a causa de un desafortunado affaire amoroso – tuvo que ausentarse a Manabí y trabajó en radio Cénit de Manta.
Nuevamente en Guayaquil, fue contratado en radio Atalaya como locutor de noticias, narrador deportivo y presentador de artistas dentro y fuera del escenario. El 68 casó con Ana Cristina Muñoz Velasco, viajó a Lima y trabajó en la radio Popular de esa capital. El 71 lo hizo en radio Independencia de Quito. El 73 dirigió la radio Centenario de Guayaquil.
El 74 ganó el Micrófono de Oro de la Asociación de Radiodifusores del Ecuador AER. El 76 volvió a Atalaya donde se mantuvo hasta el 85 que pasó a radio Caravana y a Radio Tropicana. En Atalaya acostumbraba acompañar a la caracterizada voz de Ecuador Martínez Collazo en las narraciones de espectáculos deportivos.
Jubilado el 92, dedicaba sus ratos libres a la radio. considerado “una de las voces más emblemáticas la prensa hablada” hasta que el miércoles quince de Abril del 2015 falleció en Guayaquil a los noventa y seis años de edad, siendo cremado.