CONQUISTADOR.- Nació en Jerez de Ios Caballeros, Extremadura, España, en 1475, de familia de hidalgos empobrecidos, comenzó como paje y escudero de Pedro de Portoca rrero, señor de Moguer, fue su padre Ñuño Arias de Balboa descendiente de los señores del Castillo de Balboa cercano a Villafranca en la actual León. Motivado por las noticias que se recibían de los viajes de Cristóbal Colón hacia las Indias, a finales de 1500 partió de Cádiz en la expedición de Rodrigo de Bastidas, Notario de Triana, y luego de un viaje sin contratiempos arribaron en Marzo de 1501 al cabo de la Vela, recorrieron la desembocadura del río Magdalena en la actual Colombia, visitaron las islas Barú y Tortuga, el golfo de Darién, finalmente Jamaica y la isla Española, pero se hundieron las naves en 1502.
Antonio de Ovando, Gobernador de la isla Española, le entregó una encomienda agrícola con indios, situada en la parte suroeste llamada Salvatierra de la Sabana, que trabajó casi nueve años, tiempo en el cual logró conquistar una bien cimentada fama de jugador de dados y esgrimista, adquiriendo deudas y acosado por los acreedores aprovechó en 1510 que el Bachiller Fernández de Enciso salía de la isla Española, designado Alcalde Mayor de la Nueva Andalucía, llevando refuerzos para su socio Alonso de Hojeda, se ocultó en un tonel con su perro Leoncico y logró introducirse en su nave, pero fue descubierto durante el viaje y amenazado con lanzarle al agua, lo cual no se realizó finalmente por la intersección de sus compañeros de viaje.
En tan críticas circunstancias hizo su arribo la nave de Enciso y siendo Núñez de Balboa el único pasajero que había estado en dichos territorios inexplorados, propuso a sus compañeros establecerse en la parte occidental del golfo – que conocía desde su viaje con Bastidas en 1501- por ser una región habitada por indios menos bravíos y que no usaban flechas ponzoñosas. Aceptado su plan se trasladaron al Darién donde encontraron al Cacique Cémaco con quinientos guerreros y tras una reñida batalla, merced a un golpe de suerte, se hicieron de la victoria mientras Cémaco y los suyos huían hacia el interior de la selva abandonando su poblado, que al ser saqueado produjo gran cantidad de alhajas de oro. Entonces, en Septiembre de 1510 Núñez de Balboa fundó la villa de Santa María la Antigua, así llamada por una imagen muy milagrosa que se venera en Sevilla y que fue la primera ciudad española en tierra firme americana.
Dicho territorio estaba comprendido dentro de la jurisdicción de Diego de Nicuesa, pero eso no pareció importarle mucho a Enciso, que hacía de cabeza del grupo; sin embargo, después de un breve tiempo de gobierno como Alcalde Mayor (único) de Santa María la Antigua, comenzó a extorsionar a su gente, prohibiéndoles comerciar con los indígenas.
Exasperados los colonos acudieron a Balboa y éste les aconsejó que como el golfo de Darien separaba al gobierno de Alonso de Ojeda del otro de Diego de Nicuesa y hallándose Darién fuera de la jurisdicción del primero, debían constituirse en Asamblea y desconocer a Enciso, como efectivamente lo hicieron, procediendo a elegir a Martín Samudio y a Vasco Núñez de Balboa como Alcaldes, siendo éste el primer Cabildo fundado en tierras americanas.
Por esos días hizo su arribo una flotilla encabezada por Rodrigo Enríquez de Colmenares, lugarteniente de Nicuesa, quien se encontraba en situación de apremio en el poblado de Nombre de Dios situado en tierras de la actual Panamá y se ganó a los vecinos a su confianza y todos convinieron en invitar a Nicuesa a tomar posesión de la nueva colonia de Santa María la Antigua, comisionando para el efecto a Diego de Albites y a Diego del Corral en calidad de Procuradores, quienes al tratar personalmente a Nicuesa, se dieron cuenta de su carácter atrabiliario – peor que el de Enciso – pues en lugar de mostrarse agradecido con el gentil ofrecimiento, reaccionó con ira, indicando que habría castigos y despojos cuando asumiera el cargo, de manera que los Comisionados regresaron presurosos para realizar consultas. Balboa recomendó rechazarlo.
A la semana llegó Nicuesa y se desencadenó un tumulto que le impidió desembarcar siendo conminado por el Procurador del pueblo a que se regrese, pero se armó de paciencia y esperó al día siguiente a ver si cambiaban.
Llegados a San Sebastián de Urabá, población fundada por Ojeda, la encontraron semi destruida y abandonada por Ojeda – que herido en una pierna – había regresado a la isla Española dejando en su reemplazo a Francisco Pizarro para que resista cincuenta días o de lo contrario usara de todos sus medios para volver a la isla Española.
de opinión, con el resultado que fue puesto en un mal navio con diecisiete españoles que se le unieron y arrojados al mar el 1 de Marzo de 1511, donde posiblemente naufragaron, pues nunca jamás se volvió a tener noticias de ellos.
No contento con tal medida, Balboa hizo apresar a Enciso y le envió desterrado a la isla Española junto con varios representantes suyos, quienes llevaban para exhibir el oro obtenido y pedir el gobierno de Veragua y de la próspera villa de Santa María la Antigua para Núñez de Balboa.
El Gobernador Diego Colón y luego el Rey Fernando el Católico, nombraron Gobernador interino del Darién a Balboa, destituyendo a Ojeda y a Nicuesa, aunque éste último, ya había fallecido; pero ocurrió que Enciso, arribó por entonces a la corte y se quejó contra Balboa.
Posiblemente esas quejas y alguna otra más que también debió llegar a oídos del Rey, movieron a éste a designar Gobernador titular y Capitán General de Darien a Pedrarias Dávila, militar hijo de judíos conversos, a quienes había querido perseguir el Inquisidor Torquemada por haber vuelto a sus ^ antiguas prácticas y creencias.
Mientras tanto Balboa, demostrando una capacidad de acción a toda prueba realizó en 1512 varias expediciones al istmo de Panamá poniéndose en contacto con el Cacique Coreta, también visitó la región de Dadaiba que se suponía rica en oro y en otra ocasión remontó el río Atrato hasta las tierras del Cacique Abibeibo y desde allí donde pudo contemplar embelesado y por primera ocasión los Andes colombianos, de todo lo cual dio cuenta a la Corte española.
De vuelta al istmo, atacó a los Caciques Ponca y Comagre, cuyo hijo mayor llamado Panquiaco le confió que no lejos había otro mar y un reino muy grande donde existía oro en abundancia, al punto que la gente comía y bebía en vajillas y utensilios fabricados con ese metal.
En Santa María la Antigua toda su ilusión se concretó en descubrir aquel nuevo mar. Escribió al Rey en tal sentido y éste empezó a organizar una flota.
El 1 de Septiembre de 1513 partió hacia el mítico Mar del Sur al frente de una expedición compuesta de ciento noventa españoles y ochocientos.
Sabedor de estas noticias en España el Rey Católico quiso premiar a Balboa de alguna manera y le designó Adelantado del Mar del Sur y Gobernador de la Provincia de Panamá y Coiba pero sometido a la autoridad de Pedrarias, lo cual lers enfrentó en una lucha mortal.
Llegado Pedrarias a la Antigua el 30 de Junio con mil quinientos hombres y diecisiete naves, siendo la expedición más numerosa que se había visto en América, de inmediato pensó que Núñez de Balboa le iba a oponer resistencia; pero no fue así, pues Balboa no tenía intenciones de quedarse en dicha ciudad ni cosa por el estilo. De todas maneras Pedrarias le sometió a Juicio de residencia y a proceso, impidiendo su regreso a España para justificarse.
Núñez de Balboa contaba con la protección del Obispo de Darien fray Juan de Quevedo a cuya intervención pudo amistar con Pedrarias, quien accediendo los deseos de su esposa Isabel de Bobadilla llegó a prometerle la mano de una de sus hijas llamada María de Peñalosa que se encontraba en la península, como símbolo de paz, pero el Obispo tuvo que volver a España; entonces, sin ese freno, Pedrarias deshizo la magnífica labor de su gobierno pues era codicioso, cruel, desatento y falto de escrúpulos y temía la competencia de Núñez de Balboa pues le sabía el individuo superior que podía en cualquier momento sublevarse.
De todas maneras Núñez de Balboa pudo expedicionar hacia el golfo de San Miguel entre 1517 y el 18 sin mayores resultados y deseoso de conquistar el riquísimo país del Sur preparó una pequeña flota y recorrió las costas de Darién hasta Puerto Piñas, llamado asi por la existencia de una gran cantidad de esta fruta.
En la Antigua Pedrarias le ordenó con fingimiento que fuera a Acla, donde le tomó prisionero con cinco de sus Capitanes y por medio del Escribano Gaspar de Espinosa se le acumularon acusaciones de muchos años atrás, algunas de ellas sobreseídas, a consecuencia de las cuales vino la condena a muerte por decapitación con hacha, contra Núñez de Balboa, Andrés de Valderrábano, Luis Botello, Fernán Muñoz y Hernando de Arguello, excepto el Capitán Garabito que fue perdonado, y como además se les negó el derecho de apelación ante el Rey, se aplicó la sentencia al atardecer del 15 de Enero de 1519.Frente al cadalso, el pregonero de la ciudad dijo en alta voz: “Esta es la justicia que manda a hacer el Rey Nuestro Señor y Pedrarias su Lugarteniente, en su nombre, a este hombre por traidor y usurpador de las tierras sujetas a la Real Corona”. Vasco Núñez de Balboa, con voz serena y marcial entereza, replicó: “Es mentira y falsedad que se me levanta y para el paso en que voy, que nunca por el pensamiento me pasó tal cosa, ni pensé, que de mí tal se imaginara. Antes, fue siempre mi deseo servir al Rey, como fiel vasallo, y aumentarle Su Señoría con todo mi poder y fuerza”.
El primero en ser decapitado fue Balboa. Al golpe del verdugo cayó al suelo la cabeza que tantas ilusiones abrigara y mientras las sombras de la noche cubrían los restos del gran Adelantado, Pedrarias empezaba a sentir remordimientos, o mejor dicho, a temer por la reacción de la Corte que veía venir en su contra.
Núñez de Balboa dejó manuscrita una Relación de sus descubrimientos en Tierra Firme que envió a la Corona y de no haber sido asesinado quizá hubiera conquistado el imperio del Tahuantinsuyo en el Perú.