VALDEZ CERVANTES: Rafael


nes de la costa, sino también el correspondiente a las más importantes provincias de la región interandina.
Su visión fue clara a este respecto. Y, sin querer adelantarnos mucho al desarrollo de los acontecimientos, cabe decir que según un anuncio comercial publicado en 1.921. La producción anual de dicho Ingenio era de (250 mil) quintales.
Al fin, por ley natural, el cuerpo, aunque no el espíritu, de Rafael Valdez empezó a sentir los estragos de muchos años de una lucha que, si bien había coronado con éxito, no había dejado de soportar profundos avatares.
Y, con su esposa e hijos, se dirigió a Lima, en busca de salud. Pero ya era tarde Rafael Valdez expiró en la capital peruana el 19 de abril de 1889.
Según dice Camilo Destruge en el V Tomo de su Álbum Biográfico- la desaparición del precursor de la industria azucarera en el Ecuador, fue dolorosamente comentada por la prensa guayaquileña, al considerarlo como “uno de los más eficaces factores del progreso de su Patria”, al decir que “a su genio emprendedor debe esta Provincia el haber visto implantada en su suelo una de las más importantes industrias” y al aseverar que “el país perdió con la muerte de Valdez uno de los ciudadanos más útiles y la Sociedad un miembro de los más apreciables”.
del Milagro, la que se convirtió en la primera parroquia que, en el Ecuador, se alumbró con luz eléctrica.
Este solo hecho es suficiente para revelar la personalidad de Rafael Valdez como uno de los factores de progreso más decisivos en su medio y en su época. Así, el modesto comerciante que inició sus actividades en Guayaquil importando de Tumaco algunos quintales de manteca para venderlos en la ciudad con la diferencia de precios correspondiente, se convirtió no sólo en un industrial próspero sino también en un hombre con plena conciencia de la función social que le correspondía.
Pero era necesario invertir las utilidades que el Ingenio producía. Y Rafael Valdez empezó a adquirir las tierras más cercanas al mismo, convirtiéndo las haciendas agrícolas y ganaderas, ubicadas a lo largo de la línea del ferrocarril, que entonces corría entre Yaguachi y Bucay.
Esta fue otra manifestación de progreso, pues, quien la realizó comprendía que, con el correr del tiempo, la línea férrea se habría de extender hasta el interior de la República. Y así sucedió después de pocas décadas, con lo cual el Ingenio Valdez habría de ampliar sus actividades. des, abasteciendo no sólo el consumo de Guayaquil y demás población.