TIPOGRAFO, PINTOR Y ARQUITECTO.- Nació en Quito el Jueves 24 de Junio de 1819. Hijo natural de Pedro Sanz-García y Losa, próspero comerciante quiteño, y de Eustaquia Correa y Aguado.
Desde Mayo de 1833 fue Cajista del Semanario “El Quiteño Libre” que dirigía Pedro Moncayo. El gobierno denunció el periódico ante un Jurado de imprenta que no llegó a realizarse y entonces salió a la lid con varios órganos de prensa en Quito, Guayaquil y Cuenca. Rocafuerte, recién llegado de México, fue saludado con júbilo por los miembros del Quiteño Libre y se inició la oposición; mas, al arribar al número 18 en Agosto siguiente, fueron apresados los redactores y terminó dicha publicación.
El 4 de Septiembre de 1836 contrajo matrimonio en la capilla del Hospital con Mercedes Jaramillo Tapia, tuvieron un matrimonio feliz y diez hijos, de los cuales ocho alcanzaron la edad adulta.
En 1838 su padre lo puso a dibujar con un mudo a quien llamaban El Maestro León. Luego estudió grabado con el sacerdote Juan Albán, dorado con Manuel Paz quien también le inició en el arte de la fotografía, arquitectura con Jorge Páez y Filosofía con el Dr. Manuel Angulo. Tuvo una educación dirigida, que fue modelando progresivamente sus innatas inclinaciones y cualidades. El 13 de Agosto de 1840 recibió la imprenta que había sido del Dr. Al varado con un peso de 49 arrobas y para manejarla en clase de Oficial, pero en Agosto del 42 y con motivo de haberla vendido al gobierno la tuvo que entregar; sin embargo en Octubre le volvieron a contratar como Cajista tirador con la dotación de doscientos pesos de sueldo.
Por entonces arribó a Quito Juan Bautista de Mendeville, que aparte de sus funciones consulares se dedicó a ejercer la profesión de arquitecto e introdujo el estilo del I Imperio francés. Pronto hizo amistad con Sanz y juntos emprendieron la remodelación del antiguo palacio de la Audiencia y otras obras de no menor envergadura, como la construcción de varias casas particulares y entre ellas la del presidente Juan José Flores.
Mendeville era de amplio criterio y en los Informes secretos que dirigió a su Cancillería, se revela como un veraz y sagaz político. Por entonces Sanz tenía una posición económica algo estrecha, pero merced a la ayuda de su padre pudo rehabilitar una casa en la calle de la Loma Grande, barrio de la Mama Cuchara, donde vivió muchísimos años. Igualmente se mantenía ocupado en sus aficiones artístico-científicas. El 28 de Diciembre de 1844 vio con un pequeño telescopio de su propiedad a un cometa que posiblemente debió ser el Halley y logró seguir su curso hasta que desapareció el 13 de Enero de 1845, anotando tan singular experiencia en un librito de su propiedad titulado “Libro Memorial de Juan Pablo Sanz . De mi matrimonio e hijos y de otras variedades”(1)(1) donde también escribió el día 7 de Marzo “fallece mi padre, día aciago y de memoria eterna”.
En 1847 estableció una Escuela de Dibujo. El 49 cooperó en la fundación de la Sociedad Artística “Escuela Democrática Miguel de Santiago” y se consagró en ella como pintor. Posiblemente fue en esa época que ingresó a la Masonería persistiendo hasta alcanzar el Grado de Maestro 33, ya de viejo sus vecinos le decían “Rucu Masón” o lo que es lo mismo “Viejo Masón”.
El 50 fue designado Alcalde de la parroquia de San Marcos y cajista de la imprenta del gobierno en tiempos del presidente Diego Noboa, quien también le hizo nombrar en Noviembre para la dirección de la Academia de Dibujo del Convictorio de San Fernando, donde dictó las cátedras de Dibujo y Preceptiva y en la exposición artística de ese año obtuvo una medalla por un dibujo a lápiz de la parte exterior del templo de la compañía.
El 52 se desempeñó como secretario del Jurado calificador de la Exposición de Arte celebrada con motivo del VII aniversario de la revolución marcista y obtuvo el Segundo premio por su dibujo del templo de la Compañía de Jesús.
El 53 fundó el periódico popular “El Artesano” con la colaboración de Juan Agustín Guerrero, Camilo Albán y Antonio Andrade. El 54 pasó a Cuenca a trabajar en diversas obras y a su regreso enfermó de gravedad su esposa y murió en Quito el 20 de Abril de 1855 “dejando lacerado el corazón de su esposo e hijos”.
Por esa época estableció en el colegio de los jesuitas una Imprenta y se dedicó a la enseñanza de la Geometría y el Dibujo, así como a la fotografía, construyendo sus propias cámaras y sistemas de procesamiento con impresión de negativos en vidrios, que reemplazaban a los daguerrotipos en metal de las primeras épocas.
Desde 1859 se vio prácticamente absorbido por compromisos de carácter técnico, en obras de restauración de los templos y conventos que padecieron menoscabo en el terremoto del 22 de Marzo de ese año.
El 60 construyó la capilla del Colegio de los Jesuitas y el exterior de la Casa de los Canónigos, introdujo en Ambato la segunda imprenta que tuvo esa ciudad y la confió a la administración de su hijo Juan Matías.
Mientras tanto combinaba su oficio de impresor con un nuevo procedimiento denominado de Litografía, inventado por el alemán Senefelder con piedras calizas de superficies pulidas. En Madrid y Barcelona ya se había vulgarizado y en eso arribó a Quito un ejemplar del periódico “El Entreacto”, que motivó la curiosidad de la inteligente y culta señora Eva Montúfar y la llevó a proveer al joven Sáenz de una prensa de madera.
Con piedras de la cantera de Tolontag, lápices grasos y otros materiales y ayudado por el también dibujante Ignacio Garcés Ricaurte, el infatigable Sáenz dio a la luz pública varios trabajos litográficos de los que sólo han logrado conservarse dos -un retrato del pintor Miguel de Santiago y una vista del volcán Pichincha- que adornaron “El Iris” primera revista ilustrada que tuvo el Ecuador, editada en 1861 por el pedagogo neogranadino Manuel Pereira Gamba.
El 61 apareció como dueño de la única imprenta liberal que había en Guayaquil. El 62 editó “La Candela”, fue perseguido y encarcelado en Quito y hasta tuvo que exiliarse (1)
El 65, ya tranquilizado, dirigió el levantamiento del puente de Panzaleo en Latacunga con sus dos pies de cal y piedra, así como la construcción del túnel de la Paz junto a la calle de la Ronda en Quito, todo ello con planos del arquitecto inglés Thomas Reed, traído de Jamaica al Ecuador por García Moreno, que admirado de los conocimientos de Sanz, le confirió el 31 de Enero de 1867 el honroso título de Arquitecto.
El 66 contrajo matrimonio con Elvira Alvear Jaramillo y tuvieron descendencia. De esa época son sus estudios de agrimensura en la Universidad Central, donde se graduó el 16 de Julio de 1869.
El 70 se matriculó en la Escuela Politécnica y tuvo de profesores a los jesuitas alemanes, varios de ellos arquitectos. En Enero había firmado con los padres dominicanos un contrato de construcción del Noviciado y aprovechó para transformar la antigua Capilla de la Tercera Orden de Señoras decorándola con lienzos pintados por Brígida Salas.
Entre el 70 y el 80 reconstruyó las torres de San Agustín, comenzó a reedificar las de Santa Clara del claustro de la Merced, las del Carmen Alto del convento de San José, la Capilla de Mariana de Jesús en el templo de la Compañía y doró su retablo. En 1877 era dueño de una de las siete Farmacias que había en Quito y también dirigió los trabajos de restauración de la iglesia de Santa Catalina de Siena, intervino en la edificación de numerosas viviendas particulares; entre ellas construyó hacia 1870 la de García Moreno en una de las esquinas de la plaza de Santo Domingo, luego la de Luis Salazar y Ulpiano Quiñónez con planos de Reed. El interior de la casa del Dr. Vicente Lucio Salazar, la casa “de las cuatro esquinas”, la de la familia Villagómez, la de Fernando Ontaneda, etc.
En 1886 hizo la puerta de entrada del Palacio de Gobierno. A fines del 86 y por mandato del presidente Caamaño edificó la parte del Palacio de Gobierno que da frente al monasterio de las Conceptas, finalizando en solo ocho meses para que en su interior pudiera funcionar el Congreso, aunque parece que dicho trabajo no fue enteramente del agrado del nuevo presidente Dr. Antonio Flores, ni de su Gobernador Ramón Riofrío.
El 92 levantó el remate de la torre de la iglesia de Santo Domingo y con motivo de las obras de la cúpula del Santuario de Guápulo entró en enconadas polémicas.
El 12 de Octubre de 1893 y sintiéndose enfermo, testó ante el Notario Nicolás Meló. Su condición económica era bastante desahogada, tenía una casa propia con biblioteca y despacho de arquitecto y agrimensor, así como los instrumentos propios de esas profesiones, tales como nivel, cadenas, mira, teodolito, brújula, cartavón de agrimensor, otro igual pero sin anteojo, las cajas de matemáticas, una planchita y dos cajas oscuras para fotografías, pero posiblemente logró recuperarse pues recién falleció el 24 de Marzo de 1897, a las dos y cuarto de la tarde, de 77 años de edad.
Fue un autodidacta que nunca dejó de aprender y a la vez enseñar. Está considerado él mejor arquitecto ecuatoriano del siglo XIX, emprendedor para todo lo útil y novedoso, publicaba anualmente un almanaque muy curioso y de su natural investigación y de haber vivido en un ambiente mas civilizado quizás habríase convertido en inventor pues talento no le hacía falta, hoy solo quedan algunas de sus obras. En 1901 su hijo José María recogió sus restos y los hizo colocar en el Cementerio de San Diego con el siguiente epitafio: “Juan Pablo Sanz G. Amó las ciencias y cultivó las artes. Duerme en el señor desde el 24 de Marzo de 1897”.
José Gabriel Navarro escribió que Juan Pablo Sanz debe ser considerado entre los beneméritos de la Patria.