RAMIREZ ESTRADA ALSINO

NOVELISTA.- Nació en Guayaquil el 23 de Julio de 1930. Hijo legítimo de Gustavo Ramírez Pérez, miembro del grupo postmodernista Los Hermes, que al egresar de la Facultad de Jurisprudencia de la U. Central no quiso graduarse diciendo: la Ley es el patíbulo de los pobres y el juez solo jala la soga. Hizo carrera en la Caja Nacional de Pensiones llegando a Subgerente, y de Aurora Estrada y Ayala, una de las más altas voces de la poesía femenina ecuatoriana del siglo XX, quien le puso de nombre Alsino por un personaje de la novela del chileno Pedro Prado, que trata sobre el mito de Icaro. Su hijo la recuerda silenciosa, pálida, delgada, femenina, cristiana y de suave carácter porque jamás levantaba la voz. Su biografía puede verse en este Diccionario.
A los siete años inició sus estudios primarios en la escuela Fiscal No. 5 Cristóbal Colón donde solo estuvo pocos meses pues la familia viajó a Quito. El 36 ingresó al Centro escolar Eloy Alfaro donde cursó los seis grados, cuando estaba en el tercero su madre notó que leía con dificultad y en cuarentiocho horas de intensas prácticas le obligó a superar el problema. Posteriormente puso en sus manos la Colección de Lecturas Clásicas para Niños editada en México con dibujos de Diego Rivera que le había obsequiado el ilustre Ministro de Educación de ese país José Vasconcelos.
Entre el 44 y el 48 estudió en el Mejía y “en las conversaciones que sostenía mi padre en los café de Quito conocí de la guerra desatada en el mundo por las dictaduras fascistas de Hitler y Mussolini y comencé a hacerme comunista como el resto de mis compañeros de entonces”.
Este año último año regresó la familia a Guayaquil debido a las intemperancias de carácter de su padre que era persona irascible y finalizó la secundaria.
A principio de los cincuenta – nuevamente unidos pues su padre había prometido enmendar sus exabruptos de carácter y hasta logró su pase laboral a Guayaquil – adquirieron una villa de cemento en el barrio Orellana, comenzó a estudiar leyes y como socialista no afiliado realizó una activa militancia política en la Universidad.
Ese año la Escuela de Derecho organizó el I Concurso Nacional de cuento y le manifestó a su madre que iba a intervenir. “Me gustaría que lo hagas pero tienes que luchar contra ti mismo porque no acostumbras terminar lo que empiezas” fue la respuesta. Poco después logró el Primer Premio consistente en quinientos sucres por su cuento “La prueba”, drama de un joven idealista vinculado a los Comités por la Paz, que fue publicado en El Telégrafo y en La Nación. Edgard, su hermano mayor, ya era conocido como excelente poeta.
Al año siguiente volvió a ganar, en esta ocasión dentro del Concurso Nacional organizado por la FEUE con “El Vuelo”, cuento de asunto onírico relacionado con Icaro. El 53 formó parte del grupo Horizonte que se presentó varias veces en las radios de la C.C.E. y El Telégrafo y en la naciente televisión guayaquileña. El Núcleo del Guayas editó “Diez cuentos universitarios” agrupando a Walter Bellolio, José Martínez Queirolo, Pedro Sorroza Encalada, Eugenia Viteri y a Alsino Ramírez quien colaboró con “El Vuelo” y “La Prueba”. El libro salió cuando la generación de relatistas de los años treinta parecía haber llegado a su fin, iniciando la ruptura hacia nuevas metas, más acordes con los cambios experimentados después de la II Guerra Mundial.
El 54 obtuvo el Primer Festival de las Letras Universitarias con el cuento “El Huésped”. El 55 logró un Segundo puesto con “El Jardinero” y fue uno de los dirigentes de la huelga nacional que tumbó a cuatro Ministros velasquistas, actuando como Secretario General del Comité clandestino. Esta primera participación masiva del estudiantado secundario originó a la Federación de Estudiantes Secundarios del Ecuador FESE.
El 56 escribió un soliloquio que el actor Enrique Garcés estrenó el 30 de Julio bajo el título de “El Doble” en el II Festival del teatro nacional organizado por el Patronato Municipal de Bellas Artes, donde alcanzó el segundo premio. Diez años después se volvió a representar en el café Galeria 78 de Juan Hadatty Saltos con general aceptación. El 56 comenzó a dictar clases de Literatura a medio tiempo en el Colegio particular mixto Eloy Alfaro del profesor Jorge Manzano Escalante con mil cuatrocientos mensuales. El 58 se clausuró el Colegio y al reabrirse con el nombre de Cinco de Junio enseñó Filosofía y problemas Filosóficos. El 59 ganó un segundo premio con su cuento “La Caída” que después rehizo varias veces hasta sintetizar el argumento pues como escritor es perfeccionista y exigente.
A principios del 61 comenzó a conspirar con su vecino el Lic. Alejandro Aguilar Ruilova contra el presidente Velasco Ibarra, quien mantenía una pugna con el Vicepresidente Carlos Julio Arosemena Monroy. Durante cuatro meses dirigió a un numeroso grupo de universitarios denunciando en el suburbio los abusos del gobierno y cuando se produjo el triunfo de la revolución y ascendió Arosemena al poder, ocupó una de las Comisarías de Tránsito con siete mil mensuales y estuvo entre los Asesores de Aguilar Ruilova en la gobernación del Guayas.
Casado con Nancy Cañar, tuvieron tres hijos. El 62 apareció en la Colección de Relatistas del Ecuador su libro de cuentos “La perspectiva” en 62 pags. con seis textos, los cuatro ya mencionados, más “El Angel” y “La Marioneta enloquecida”, ilustrados por Yuya del Real. El poeta Hugo Salazar Tamariz, líder del grupo Horizonte, presentó la obra y dijo: Alcino Ramírez gusta prolongar el monólogo y sumergir sus creaciones en oleadas de pasión tormentosa, que alguna vez asoman como desmedidas, pero que jamás dejan de ser humanas y reales. Una segunda edición data del 85 con prólogo de Carlos Calderón Chico, que a la distancia de veinte y tres años calificó esos cuentos de nueva expresión dentro de un micro y macrocosmo narrativo y a su autor de ser uno de los pioneros de la renovación del relato ecuatoriano junto con Juan Andrade Heyman entre otros.
El 11 de Julio del 63 se adueñaron los militares del poder y fue arrestado en la esquina de Urdaneta y Avenida del Ejército, casi al llegar a su domicilio en el Barrio Orellana. Acusado de comunista fue trasladado al panóptico con ochenticuatro presos políticos y como allí no había suficiente espacio para tanta gente tuvieron que desocupar la escobería, compartiendo los servicios higiénicos con los presos comunes. Era Director del Penal un Capitán Arias, hombre bastante culto y cordial, que un día le reconoció y dijo: Yo le he leído y lo admiro Licenciado. Desde entonces le ofreció algunas comodidades.
A los dos meses y medio su tío Solon Ramírez Pérez, director para el Ecuador de la revista internacional Visión, obtuvo su libertad condicionada al arraigo en Quito y allí habitó tres meses en un departamento pagado por sus padres, tras lo cual pudo volver a Guayaquil, debiendo presentarse cada viernes al Mayor Washington Vinelli en la Zona Militar hasta que el 64 éste le dijo: Ya no vengas más porque me voy al oriente.
Mientras tanto había logrado emplearse en el Colegio particular del Profesor José Chano Mora con tres mil quinientos mensuales, retomó las clases de Derecho y empezó “El Testimonio”, novela publicada el 67 en el Núcleo del Guayas en 153 pags. con dibujos de Juan Villafuerte, de la que su autor ha comentado: Me sumerjo en la problemática urbana abandonando el campo e incorporando a los estudiantes en recuerdo a la huelga del 55 como trasfondo de la humanidad. Anselmo Reyes, personaje principal, representa el silencio campesino generador de transformación.
Para Humberto Salvador rompió Alsino con el estilo de los años treinta. Por ello está considerada esta novela como la pionera del avance narrativo en el Ecuador. Miguel Donoso Pareja ha concretado que es de claves que giran alrededor de una idea central – la búsqueda de la inocencia, el desplazamiento de la culpa y al mismo tiempo su ubicación en un pasado rechazado – de allí que réprobos y arcángeles se entienden en lo contemporáneo pues ambos simbolizan la rebelión y preconizan un cambio.
“El Testimonio” fue escrita en solo cuatro meses pero hasta su publicación fue rehecha en varias ocasiones, contiene pocos personajes que se desenvuelven en un plano de sutil intimidad, su lenguaje es difícil de entender por recargado y gongórico aunque no discursivo. Rodrigo Pesantes indica que el reconocimiento le llegó a través de la Editorial Bogavante de México que lanzó la segunda edición. Actualmente se conocen cinco.
El 68 se graduó de Abogado, el 69 fue designado Profesor de Economía Política de la U. de Guayaquil con mil doscientos, Asesor Jurídico de la Oficina de Recaudaciones del Guayas y Secretario del Departamento de Coactivas con ocho mil. El 72 fue ascendido a Procurador de Sucesiones con diez mil sucres desempeñándose hasta el 77 que abrió su estudio pero solo por tres años, mientras tanto trabajaba la hacienda cacaotera propiedad de sus padres llamada El Esfuerzo en Naranjal.
El 73 inició “El Ceremonial” como un simple cuento, soliloquio en primera persona, aunque luego termina en novela, por eso se ha indicado que adolece de las fallas estructurales de todo texto novelado. Rodrigo Pesantes opina que los episodios no tienen fondos ni salidas y tientan la paciencia y la memoria del lector, novela de experimentación psicológica, que propone una fórmula de dinamismo fatigante, que lleva al lector a ser el realizador y no el pasivo receptor de ideas y circunstancias. Salió a la venta el 75 en 109 pags. y existe una segunda edición del 8l. Su autor ha manifestado que al fallecer Walter Bellolio entendí que podía hacer una pequeña novela de humor negro como el de mi amigo y así la escribí en homenaje a su gran talento y altura y algunos profesores de psicología la recomiendan a sus alumnos para detectar la tipología verbal de la paradoja esquizoide. Por eso es densa, difícil, pero no por eso menos interesante.
Igualmente el 75 comenzó “Crónica de la Medianoche”, que el 83 obtuvo el Premio Junta Universitaria consistente en cincuenta mil sucres y fue editada el 85 en el Núcleo del Guayas. El crítico venezolano Domingo Miliani ha dicho que demuestra madurez de escritura y la mexicana Esther Puyol que con ella se inicia la metamorfosis de la novelística ecuatoriana, pero no a todos los críticos gustó esta segunda obra de Alsino; de su amigo Miguel Donoso Pareja viene la siguiente crítica negativa: Lo que fue virtud en El Testimonio se trastoca en defecto en la Crónica de la Media Noche, que contiene simples repeticiones de la anterior, dichas en lenguaje ampuloso y rebuscado, sin ninguna novedad formal, a pesar de que entre ambas producciones median diecisiete años de distancia, tiempo en el cual debió madurar la pluma del escritor.
Entre el 84 y el 88 fue Juez de Tránsito, publicó un texto de Economía Política para sus alumnos universitarios y aceptó ser candidatizado para la presidencia del Núcleo del Guayas de la CCE por los independientes pero no triunfó. Después ha ocupado la secretaría del Núcleo.
El 99 editó una nueva novela titulada “Las dudosas memorias” en la imprenta del Núcleo del Guayas.
Dedicado a sus cátedras, sin volver a tentar las letras, transcurrieron sus últimos años viviendo en la villa heredada de sus padres en el Barrio Orellana, pero el 2014 se le presentó un cáncer y tras un viaje al exterior, regresó con pronóstico de seis meses de vida solamente. Demacrado, envejecido, logró vivir dos años sin mayores molestias hasta ocurrir su fallecimiento el lunes 7 de Marzo del 2017, a la avanzada edad de ochenta y seis años y medio. Su velorio se realizó en el auditorio del edificio del Núcleo del Guayas de la Casa de la Cultura Ecuatoriana y su sepelio en el Cementerio General.
Alto, delgado, trigueño claro bigote y pelo escaso y negro, gran conocedor de la literatura ecuatoriana, de sus autores y obras.