POETA Y ESCRITOR.- Nació en el sitio de Boquerones, distrito de Izcuandé, capital del departamento de Nariño, en Colombia, el 18 de Agosto de 1896. Hijo legítimo del Teniente Coronel Numa Pompilio Ramírez Reina, militante en el ejército liberal de la guerra civil de los Mil Días, y de Lorenza Castrillón González, naturales de Izcuandé.
El mayor de una familia compuesta de seis hermanos que por motivo de esa guerra civil pasó en 1904 a la bocana del río San Lorenzo del Pailón, Cantón Esmeraldas. Allí recibió las primeras letras en la escuela municipal Bolívar y tuvo de profesor a Elías Clavijo, quien se prendó de su inteligencia, pues en una mañana aprendió el abecedario. Después su padre lo llevó a la escuela del señor Tafur, que era un liberal serrano, prefiriéndolo al conservador Maclovio Gutiérrez; fue su tercer profesor Isaías Palma Peña, quien ejerció mayor influencia sobre el joven Arcelio, haciéndole terminar la primaria. Dicho profesor organizó un Centro de Arte cuyos miembros presentaron la obra de teatro “El médico a palos” de Moliere y “José en Egipto,” Arcelio hizo las adaptaciones y trabajó como actor.
De solamente doce años de edad, compuso su primer verso – en la playa y frente al mar – que dice así: // Una tarde me fui al mar / para cantarle a las olas / tantas cosas misteriosas / que triste me hacían llorar. // Las olas al contemplar / mis pesares y lamentos / y al ver mi cruel tormento / con su espuma me besaron //
Tenía el canto necesario para componer, faltábale únicamente las reglas de la preceptiva, pero su padre, que administraba la sucursal de la Casa Tagua S. A. en San Lorenzo, quería que estudiara para tenedor de libros y le hizo tomar un curso de Contabilidad por correspondencia de los Estados Unidos.
En 1914 viajó a Tumaco a matricularse en la Escuela Superior Pedagógico que regentaba el profesor alemán Max Seidel. Allí alquiló una habitación, hizo sus pininos periodísticos en el semanario “El Camarada” y enfermó de intensas fiebres palúdicas nocturnas, de las que sanó solamente por la intercepción de un médico alemán muy caritativo; mas, por razones de la I Guerra Mundial, el Profesor Seidel viajó a Alemania. En tal circunstancia el joven Arcelio fue alumno del Prof. Juan Wienand por cuatro meses solamente ya que este debió ausentarse a Cali. Entonces su padre lo envió en Marzo de 1916 a Bogotá y entró de alumno a la Escuela Nacional de Comercio dirigida por el alemán Guillermo Viekman, ex-director del Observatorio Astronómico de Quito.
El 17 falleció su padre de apoplejía y después de haber perdido casi toda su fortuna a causa de las revueltas ocurridas durante la revolución de Concha, tras lo cual enfermó su madre y la situación se tornó difícil; sin embargo, pudo graduarse en Diciembre de 1919 de Bachiller en Ciencias Comerciales, regresó a San Lorenzo donde hizo amistad con Pastor Cuero y fundaron la Junta Particular del camino San Lorenzo – Ibarra con estatutos legales aprobados, cuyo objeto era construir una trocha para unir ambas poblaciones. Así pues, logró internarse en la montaña con algunos vecinos de San Lorenzo y llegaron hasta el Alto Tambo; pero entonces fueron llamados por el delegado del gobierno Ing. Ernesto Monge, quien acababa de arribar de Guayaquil trayendo los primeros rieles para comenzar las obras del ferrocarril y se resolvió de común acuerdo suspender el proyectado camino y dar paso al ferrocarril. Ramírez fue designado Pagador – Bodeguero, pero sólo permaneció seis meses en dichas funciones, hasta finales de 1921, tiempo que fue aprovechado para organizar conjuntos dramáticos y ayudando con su habilidad de artista a hacer los decorados y otros menesteres propios de un teatro a los que siempre fue muy aficionado, aparte fundó una escuelita nocturna, cobraba una insignificancia, realizó varios aportes para la correcta alineación de las manzanas de esa población de Esmeraldas, el arreglo de su suelo y su relleno, para evitar las inundaciones que se producían en los inviernos.
El 5 de Agosto de 1921 con motivo del centenario del grito independentista de los patriotas de Rioverde – que se celebró con un año de atraso, inauguraron el antiguo teatro municipal de Esmeraldas con la obra en verso titulada “La Esposa del Vengador” del dramaturgo español José de Echegaray y en ella actuó con Carlos Manuel Bastidas, Antonio Moran, Pedro Enrique Mosquera, Pedro Pablo Calderón, Antonio Alvarado, Gelma Villacrés y Victoria Figueroa.
También solía frecuentar al grupo de intelectuales que dirigía el Coronel Rafael Palacios Portocarrero y se reunían los sábados de noche en el salón Chimborazo, para prestarse, leer y comentar libros. El 22 publicó versos en el periódico humorístico “Esmeraldas Cómico” y colaboró en “Claridad”.
En 1923 trabajó para la matriz de la Casa Tagua S. A. de los hermanos Dumarest en Esmeraldas y se integró al grupo de Pedro Enrique Mosquera, Gustavo Becerra, Alberto Campaín, Pedro Pablo Calderón, Ramón Chiriboga, Luis Balanzátegui y Tácito Ortiz y en la Sociedad Bohemia que trabajaba en beneficio de la población organizó bailes y funciones teatrales; sin embargo, por un altercado surgido con uno de sus jefes tuvo que renunciar y quedó desempleado y como la provincia atravesaba momentos de increíble atraso y pobreza, procurando mejorar su situación se trasladó a Guayaquil, donde le fue mejor porque consiguió empleo como amanuense en un cuartel de Policía, concurría a la Biblioteca Municipal, colaboró en el periódico obrero “El Cacahuero” y publicó la revista quincenal de porte literario “Horizontes”.
Para 1924 estaba nuevamente en Esmeraldas, dio a la luz una serie de caricaturas suyas de gran éxito porque se acompañaban con graciosos versos, en los semanarios “Claridad” y “Esmeraldas Cómico”, éste último fundado por Pablo Medina, periodista bogotano de mucha chispa e ingenio.
Poco después tuvo que ir a trabajar en la zona del río Santiago, a la sucursal de Casa Tagua S. A. en el pueblito de Concepción, situado al norte de la provincia de Esmeraldas, casi en la frontera con Colombia, donde su hermano Elio llevó una imprenta para editar el semanario “Briznas” con Plutarco Latorre. Allí conoció a la profesora normalista Carmen Herlinda Paredes Games, con quien contrajo matrimonio en 1925 pero al año tuvo que llevarla a Tumaco, a operar de adenitis, allí se equivocaron con la anestesia y la dejaron postrada algunos meses. Posteriormente tuvieron cuatro hijos.
El 26 siguió varios cursos por correspondencia de cuento y foto drama y se dedicó a escribir la novela corta y los cuentos que aparecen en su libro de relatos “La Fuerza de! destino”, en 265 páginas, que recién salió en 1965, así como el poemario “Rincón de Selva” en 50 páginas con cantos dedicados a la naturaleza y a la montaña; este último ha conocido tres ediciones (1930, 80 y 81) y como en 1931 la Casa Tagua S. A. cerró sus negocios con motivo de la gravísima crisis económica mundial, regresó a San Lorenzo y levantó un pequeño fundo de setenta hectáreas denominado “Atalaya” que sembró de piñas, luego se dedicó a trabajar para la compañía inglesa “Ecuador Land Co.” bajo la jefatura del Mayor R. H, Thomas y Ernest Korner, en las tierras cedidas por el estado a los tenedores de bonos de la Deuda de la Independencia o Deuda Inglesa , que sembraron de tagua y de higuerilla, sin olvidar por eso la parte intelectual pues el 32 hizo construir en el río Mataje y con su propio peculio, una escuela para niños, llevó la primera profesora que tuvo el sitio conocido como García y entre el 32 y el 33 escribió el poemario “Estampas Marinas” con seis estampas o cuadros que complementaron su anterior trabajo en verso por ser también un canto a la naturaleza y lo editó ese año en la imprenta de “El Globo” de Bahía de Caráquez del colombiano Palau.” Una segunda edición es de 1983.
El 34 dio a la luz pública otros dos poemarios siempre de corte romántico, titulados “Caracoles Románticos” en ciento noventa y seis estampas de su adolescencia escritas en 1916 y “Alcázar de los sueños” en 90 páginas con décimas, poesía fácil y anacrónica, por estar alejada de las nuevas escuelas.
El 37 las tierras de la “Ecuador Land Co.” revirtieron al patrimonio nacional y la compañía cerró sus puertas. Ramírez quedó sin empleo y entre el 38 y el 42 trabajó independientemente en el comercio de Esmeraldas; mas el 41 estrenó en el teatro municipal Madrid su exitosa comedia titulada “De que los hay los hay”, editada luego en 41 páginas y organizó en San Lorenzo una escuela gratuita nocturna para dar a conocer, con motivo de la invasión peruana, los derechos inalienables del Ecuador sobre las regiones del río Amazonas. En dichas patrióticas gestiones fue ayudado por el General Ángel Isaac Chiriboga, quien lo “felicitó efusivamente desde Quito y hasta le envió cierto material pedagógico”.
EI 42 se trasladó a Borbón a trabajar en el comercio de esa plaza con mercadería sacada al fío de los almacenes guayaquileños de su amigo Teofilo Hanze y Max Muller y Cía. y le fue bien al principio pero una noche los ladrones entraron a la tienda y robaron toda la existencia. Allí también hizo cultura. El 43 escribió una serie de comedias que fueron representadas con éxito, tales como “Alas rotas” y “Un médico como hay muchos”. A su amigo el sabio Misael Acosta Solís le proporcionó importantes datos que este consignó en su obra “Nuevas Contribuciones al conocimiento de la Provincia de Esmeraldas” y con varios amigos formó el “Comité Pro Aliados Borbón 1943”. El 44 editó otra obra titulada “El Hijo Pródigo” en 15 páginas y el 48 sacó “Banano”, cuando organizó la primera Cooperativa “Norte” para realizar cultivos intensivos de esa fruta en Borbón.
Igualmente fundó con Luis A. Ruiz una escuela gratuita Cayapa para los indios de esa región y escribió “Lapislázuli” con ensayos sobre temas filosóficos comunes en 55 páginas que acaba de editarse en 1988 en Esmeraldas. También apoyó una escuela de alfabetización de adultos y trabajó de profesor, organizó el Centro Cultural “Esfuerzo” donde dio algunas veladas en beneficio de los damnificados del terremoto de Ambato a finales de 1949.
Es digno de anotar que desde esa época comenzó a tentar el romance histórico en “Romance del Recuerdo” y “La elegía al Camino sin retorno”, el romance popular en “Los Pelacaras” y “El Riviel” y la poesía de la negritud, inaugurada por talentos jóvenes con notabilísimo gusto a tierra y gente como en “Tierra, son y tambor” de Adalberto Ortíz, pero en Ramírez no se dio el cambio total y siguió haciendo sonetos y coplas románticas intercalándolas con romances fáciles y producciones de la negritud, por eso sus versos constituyen un variopinto bastante informe, donde se encuentra de todo. El 51 regresó a Esmeraldas tras nueve años de permanecer en Borbón, incursionando en la plástica con varias exposiciones de pinturas al óleo y en la cultura desde la revista “Tierra Verde” pues desde el 47 era miembro de Número del Núcleo de Esmeraldas de la CCE.
En Esmeraldas empezó a trabajar de profesor de los Colegios “Cinco de Agosto” donde ha enseñado por tres ocasiones y en el “Eloy Alfaro” tuvo a cargo las cátedras de Contabilidad y Literatura. También en el Técnico Nocturno Esmeraldas desde 1.964 hasta que en 1980 se acogió a los beneficios de una magra jubilación por límite de edad, tras diez y seis años consecutivos en el magisterio fiscal.
Mientras tanto había sido contador en diferentes casas comerciales, corresponsal de numerosos periódicos de Quito, Guayaquil, Ibarra y Manabí y mantenía un programa radial en “La voz de Esmeraldas”. En Agosto de 1955 arribó a Esmeraldas el poeta Armando Torregrosa, que pronto hizo amistad con Arcelio y la mañana del 6 de Septiembre, mientras tomaba un aperitivo en un Salón, pasó por allí Arcelio, a quien entregó un poema dedicado, que por las mismas fue contestado y como lo pasaron a Nelson Estupiñán Bass, éste también lo glosó. Los tres poemas dieron margen a otra conferencia de Torregrosa en el Teatro Municipal.
El 57 el Consejo Provincial le entregó una Medalla de Oro por su producción literaria. El 59 actuó por primera ocasión como miembro del Jurado calificador del Concurso Nacional de Poesía del diario “El Universo” de Guayaquil dignidad que volvió a ostentar cuatro veces más en los años 72, 78, 80 y 88.
El 60 fue miembro del directorio del Núcleo de Esmeraldas de la CCE. El 63 vendió su colección de trescientos diez piezas de la Cultura La Tolita al Núcleo en la suma de cinco mil sucres. El 64 editó “Vargas Torres” con poesía, el 65 “La fuerza del destino” con una novela corta y varios relatos en 265 páginas. El 66 recibió la Medalla al Merito Educacional del Colegio Técnico Nocturno Esmeraldas.
El 71, al fundarse la Universidad Vargas Torres, fue llamado por el Lic. Alfredo Pinargote a desempeñar la cátedras de Historia de la Cultura, pero se excusó por no ostentar título universitario.
El 70 su amigo el escritor Nelson Estupiñán Bass le pidió que prologara su libro “El Desempate” con cuatro décimas, pero Ramírez entendió cuarenta y como eran muchas para un prólogo las publicó aparte, bajo el título de “Ante el desempate” en 18 páginas. El 81 se jubiló como maestro y fue condecorado por el Ministerio de Educación. Presentó su cuarta exposición pictórica, esta vez con paisajes esmeraldeños. El 82 sacó su hermoso libro “Una vida al servicio de las masas” en 76 páginas con notas biográficas y poesías de su hermano de padre José Otilio Ramírez Reina.
El 86 publicó “Camino del romance en tierra verde” con romances en 115 páginas incluyendo “Noche de Berejú” poesía dedicada a su compadre el también poeta Armando Torregrosa.
El 87 la Municipalidad de Esmeraldas le concedió su Medalla al Mérito Literario y el consulado colombiano le discernió una encomiable presea. Entonces editó unos versos románticos titulados “El poema de tus ojos y el lunar de tu boca” de sabor intimista y su comedia para teatro “Un cirujano como hay muchos”. El 88 dio a la luz “Porfirio Barba Jacob, alto poeta de América y el mundo” con biografía y antología.
Pertenecía a diversas asociaciones deportivas y culturales de Esmeraldas pues lo consideraban un patriarca y mantenía inéditas las siguientes obras: 1) Literatura Esmeraldeña, dos tomos en preparación, con notas biográficas y antología, 2) Litoral Pacífico colombiano, poemas en proceso, 3) Ánfora de los recuerdos en la gratitud, en 312 páginas con notas y homenajes, 4) Rafael Palacios, biografía en 56 páginas, 5) Clarines de Indoamérica, poesía en 85 páginas, 6) Guasa, cununo y marimba, poesía, 7) Himnos y poesías infantiles, con versos, 8) Homenajes y poemas del recuerdo, con poesía, que continuaba aumentando, 9) La novela Olvidada, novela, 10) Madre, el espíritu manda, con relatos; y varios estudios sobre la marimba esmeraldeña. San Lorenzo en la historia, y Leyendas y Consejos de dos pueblos hermanos.
Ramírez marca en la costa norte ecuatoriana la transición de un romanticismo tardío y achatado hacia el romance y los poemas de la negritud en los años 40, pues en esa zona no se dieron las corrientes barrocas del parnasianismo, el modernismo y la vanguardia; así pues, del romanticismo pasó al romance culto y popular y hasta tentó con éxito lo negro, exaltando a la gente de la selva con nuevas voces terrígenas y terribles, pero exquisitas por lo broncas y milenarias. Sin embargo, no fue el Hierofante de estos nuevos cantos ni plegó enteramente a ellos, quedándose en la mitad del camino, en un absurdo anacronismo cultural.
Estatura mediana, rostro rosado y agradable, pelo blanco y largo, usaba lentes y habla con prontitud, discreción y sensibilidad y según me confesó tenía diecinueve hijos.
Sus últimos años fueron en pobreza y soledad aunque no le faltaban las visitas de sus hijos y nietos que lo alegraban al punto que hasta recitaba a veces, pero había perdido enteramente la vista. Para ayudarse hacía ejercicios y trataba de estar al día oyendo desde tempranas horas las estaciones de radio y así, sin enfermedad, fue perdiendo fuerzas hasta que ya no pudo levantarse y falleció en Esmeraldas, a los noventa y siete años de edad, el 3 de Junio de 1992 en el mismo cuartito bajo donde había vivido sus últimos años.