PLAZA ALCAYAGA RAMON

POETA Y ESCRITOR.- Nació en Buenos Aires el 3 de Septiembre de 1937 en el barrio de la Paternal. Hijo legítimo de Manuel Plaza Hernández, natural de la villa de las Tabernas en Almería, España, obrero panificador que pasó a la Argentina en 1912 y casó con Rosa Agustina Alcayaga, hija de inmigrantes españoles oriundos de Benadoux en Almería.
Don Manuel habitó con su familia en Caseros y ascendió a maestro en la panadería La Higiénica. En sus ratos de ocio estudiaba la vida de los insectos, contaba maravillosas historias y coleccionaba refranes populares. A su muerte estaba jubilado y dejó varios cuadernos escritos a mano.
Ramón creció en Caseros y a los siete años quedó huérfano de madre, pasando con sus hermanos mayores a vivir con unas tías solteras, las Alcayaga. El 44 empezó a trabajar de día y a estudiar en la escuela nocturna General San Martín y como era miope usaba lentes. Su maestro Miguel Angel Viola le prestaba cuentos y novelas mientras sus hermanos mayores le escondían los lentes “para que no abusara del feo vicio de leer”. Un amigo le oyó decir que a una chica se le reían hasta las pecas y solo por dicha frase le recomendó que escribiera. “Vos sos un poeta, escribí poesía” Tras concluir la primaria, de catorce años de edad, salió a recorre el mundo y vivió un año en Salta como agente vendedor de retratos al óleo que se confeccionaban en la Agencia Jemae de Buenos Aires. En el Diario del Pueblo, de San Martín, publicó el 56 su primer poema “Salta” evocación cariñosa a esa provincia. Después siguió por las demás provincias y así estuvo seis años. El 57 radicó en Buenos Aires, trabajó de peón en el ferrocarril San Martín de la estación Alianza. El 58 salió su primer poemario “Edad del tiempo” en modesta pero hermosa factura, dentro de la edición Cuadernos del Alfarero, pagado por su maestro Viola.
El 60 ingresó a la carrera administrativa del ferrocarril como empleado de Oficina y allí estuvo hasta el 65, ascendiendo a Jefe de Suministros. El 62 obtuvo el Primer Premio del Concurso Universidad de Buenos Aires con su cuento “Las Flores del jardín.” El 63 logró el Primer Premio del Fondo Nacional de las Artes consistente en 37.500 dólares con el segundo poemario “Libro de las fogatas” que como casi todo lo suyo es un exaltado canto a la vida y a la muerte escrito con ternura y fuerza. El 64 logró con este libro una de las Fajas de Honor de la Sociedad argentina de escritores.
Considerado uno de los poetas jóvenes más prometedores del país fue contratado por la Editorial Kraf el 65 para corregir las pruebas de un “Quien es quien”. Tres años después fue ascendido a la redacción de la Editorial Abril a fin de comentar los libros del momento, apareciendo sus críticas en las revistas “Panorama”, “Siete Días” etc. Después estuvo en la redacción de la Agencia de publicidad Publiart y editó en “Nueve 64” su tercer poemario “A pesar de todo”.
El 69 su amigo el escritor Ortega Peña, que después fue asesinado por los militares, auspició la aparición del cuarto poemario “Jardín de Adultos” pero la edición no llegó a distribuirse a las librerías porque la policía secreta cerró la editorial Sudestada e incautó todas las ediciones. Cien ejemplares ya reposaban en poder de su autor y el 82 apareció el resto en los puestos de venta de libros de segunda mano a donde fueron a parar desde las bodegas de la policía, vendidos por algún investigador necesitado. Eran los tiempos del terror blanco que tanto dio qué hablar al mundo pues se calcula que el ejército argentino exterminó a más de diez mil personas entre muertes comprobadas y casos de desaparecidos y todo ello en nombre del anticomunismo.
El 69 fue redactor estrella de la Agencia Ricardo de Lucca, luego ascendió a Director creativo general de dicha agencia de publicidad. El 71 falleció su padre. El 73 sacó su colección de cuentos infantiles “Las medias de papá avestruz” y el 74 “La luciérnaga maga”, ambas en la Editorial Letra Nueva.
Ese año apareció su primera novela titulada “Pata de palo” en la editorial M. C. escrita a partir del 69, cuya trama versa sobre la conquista española del Río de la Plata y alcanzó tres ediciones en pocos meses. Ramón se mostró creador, novelista, inquieto por todo lo que pudiera aportar al lenguaje vivo y mudable de la imagen a la narrativa y al mismo tiempo como un artista en su plena madurez, pero la Curia se quejó de ciertos pasajes que juzgaron extremadamente burlescos. El libro obtuvo el 76 el Premio nacional de Novela “Fundación Matera” de Buenos Aires y está considerado como lo mejor de todo lo suyo.
El 75 resultó finalista en el Concurso Latinoamericano de cuentos realizado en Puebla por “Descripción de los Insutes” El 76 se cambió a la Agencia de publicidad Segarra y tuvo a cargo el Departamento de producción y al volver a intervenir nuevamente en el Concurso de cuentos de Puebla, logró el Primer Premio con “Entrenamiento en el parque”.
El 77, aunque nunca ha sido político, empezó a cerrarse un círculo de vigilancia sobre su persona. No era un caso aislado, muchísimos escritores habían comenzado a desaparecer misteriosamente, secuestrados por la policía secreta, de suerte que temiendo por su vida viajó por España y buscó la parte de su identidad recorriendo Almería y sus pueblos. El 78 fue contratado por Pascual Michelet de la Agencia Citra de Publicidad para trabajar en Quito y Guayaquil como director de Arte Filme Publicidad. Esta decisión fue asumida para no volver a su Patria militarizada, tierra de nadie en manos de la violencia, el limbo, como la solía mencionar por entonces.
El 79 salió en Buenos Aires su novela semi histórica “Salvar la cabeza” originada en un ensueño al ver una nube cargada de lluvia y entonces pensó ¿Cuantas historias podría contar esta nube tan alta que todo lo ve? y escribió sobre un anodino empleado de escritorio en Buenos Aires comparandose con la vida de Aníbal en su fallida campaña militar sobre los Alpes. Al final se llega a la conclusión de que ambas vidas fueron inútiles. El 81 logró el Primer Premio con “Diálogo” en el Concurso de cuentos de la Fiesta de las frutas y las flores de Ambato.
El 82 se vinculó a la Editorial El Conejo de Quito que lanzó el primer tomo de una trilogía novelada sobre la búsqueda de identidad de un argentino bajo el título de “El medio tango de Tony Hernandez” y es una novela paradojal y del absurdo, “texto experimental, vigorosamente erótico, a ratos en un lenguaje casi cinematográfico o televisivo. En fin, una novela de humor amargo, desencanto, añoranza de la tierra Patria y agresiva ironía, escrita a partir del 75.
La segunda parte llama “Los viajes de Tony” y obtuvo el 83 el Premio Unico del Concurso Nacional de Novela Joaquín Gallegos Lara y una Mención de Honor en el II Certamen internacional de Cuento y Novela de la Editorial Atlántida de Buenos Aires, revisión de la búsqueda de toda una generación de argentinos perdidos en su medio urbano. La tercera parte llama simplemente “Tony” y constituye un canto a la alegría en medio de la tristeza circundante.
El 85 El Conejo volvió a brindar otra obra suya. Una colección de veinte y seis cuentos “Por ahí cantaba Garay” textos donde el oficio de escritor se da como una pasión y a través de etapas, hasta alcanzar la madurez con todo el secreto mundo que nutre la ficción.
Entre el 84 y el 86 fue Gerente de Diario Expreso. Estaba casado con Elizabeth Roig Alsina y tenía inéditos los siguientes poemarios: 1) “Agua lluvia” con poesías aparecidas en revistas y periódicos, 2) “Calles de tierra” poemas de su niñez y juventud y vivencias del barrio, 3) “Composición” temas vernaculares, 4) “Atmósferas” poesía leve de aventuras de piratas por los siete mares, 5) “Festival” versos amatorios, momentos profundos y distancias secretas, 6) “Lo que mata la intimidad” sobre la vida cotidiana y mucho de autobiografía. Igualmente varias novelinas de ambiente guayaquileño: 1) “Guayaquil de mis amores” que concluyó en solo cuarenta días, 2) “Muchacho de la clase alta” sobre la descomposición de esa clase, 3) “La trágica aventura del señor Only” sobre un polaco que sacaba oro de la mina Vizcaya de Portovelo, intuye que la entrada es como la vagina de su madre y empieza un largo recorrido imaginario de introspección, presentada el 90 al XIII Concurso de la sonrisa vertical en España, resultando finalista bajo el título de “Fragmentos de la mina.” Igualmente tenía un libro de cuentos “Historia de manglar” con tipos populares costeños.
A finales del 86 regresó a Buenos Aires y volvió a trabajar en publicidad, con la firma Diálogo Héctor del Piano Publicidad. Entre el 86 y el 87 colaboró con “Play Boy” argentina, donde mantuvo la columna “Hombres” con artículos sobre la vida cotidiana, cuentos y reportajes, así como entrevistas en el ámbito político y cultural. El 88 publicó “Donde queda ese país” con Ediciones de la Flor, nuevo nombre que le dio a “Los viajes de Tony”.
A principios del 89 fue designado patrono de una biblioteca municipal pero el 12 de Octubre renunció el cargo en protesta por el indulto acordado por el pícaro e inmoral Presidente Carlos Menem a los militares asesinos, que siguieron tan campantes después de las atrocidades cometidas, mientras las sufridas madres de la Plaza de Mayo se quedaban con un palmo de narices.
El 90 publicó una Antología de la poesía argentina en colaboración con la Editorial Gente Sur y escribió el prólogo titulado “El 60 poesía blindada”. También realizó la antología “Nuevos clásicos: Narrativa del 60” que no alcanzó a publicarse por el cierre de la Editorial. También el 90 ganó la beca para creación de novela del Fondo Nacional de las Artes con un tema político: el peronismo del 45 visto por Angel, un niño de nueve años de edad, de extracción social baja e hijo de inmigrantes (él mismo) pero el asunto quedó apenas desarrollado.
El 4 de Septiembre del 91 lanzó la Antología “El Cuento, una pasión argentina” con selección y prólogo propios en la Editorial Desde la Gente. La edición se agotó inmediatamente. Estaba escribiendo dos novelas infantiles, una de ellas ambientada en Guayaquil, la otra que denominó “Amapola”. Igualmente la biografía de su amigo el escritor argentino desaparecido Roberto Santoro y un Manual de Publicidad a base de entrevistas realizadas a Gabriel Dreyfus a quien consideraba uno de los directores creativos más destacados del país, cuando cayó el 9 de Septiembre de 1991 fulminado con infarto, a los cincuenta y cuatro años de edad.
Así, tan de repente, finalizó toda esa enorme creatividad, enmarcada en una actividad cultural permanente – mesas redondas, lecturas de poemas, periodismo cultural, conferencias, programas de radio como “Cazando tararinas” que mantenía en la radio La Tribu con su amigo el también escritor Pablo Lerman.
En Noviembre pareció “Amapola” en la Editorial Vergara, novela que esperaba con tanta ilusión pues dejó todo hecho, las ilustraciones vistas, aprobadas las tapas y contratapas y una bella dedicatoria a su hija Celeste por haber sido la inspiradora del texto.
Alto, delgado, musculado, vital, fumador y bebedor, con grandes lentes de carey y bigotes tipo mostachos, pelo crespo y negro, conversación agradabilísima. En Expreso, donde le llegué a tratar diariamente, daba todo de sí y obraba con la generosidad propia de las almas grandes.