PLAZA AGUIRRE JUAN JOSE

PROMOTOR CULTURAL.- Nació en Guayaquil el 27 de Septiembre de 1898. Hijo del General Julio Plaza Ramos natural de Barbacoas en Colombia, Jefe del liberalismo en el Departamento de Nariño, Diputado liberal, casado con su prima segunda Delfina Díaz del Castillo, desterrado en 1894 pasó a Guayaquil con su amigo el Dr. Alejandro Pérez, odontólogo en cuyo consultorio conoció a Amira Aguirre Gómez, de raza mulata, con quien formó familia. Entre 1907 y el 12 fue administrador del Ingenio El Progreso propiedad de Lorenzo Tous Lliteras en la isla Chatham del archipiélago de las Galápagos donde defendió en 1909 la soberanía ecuatoriana frente a las amenazas de un carguero de guerra inglés (1) Posteriormente regresó a Tumaco varias veces, ocupó escaños en la Asamblea Departamental de Nariño, presidente en 1921 de la Asamblea liberal reunida en Tumaco,siempre tuvo una vida aventurada. En 1922 Representante al Congreso Nacional de Colombia, luego volvió al Ecuador y falleció en Guayaquil, a causa de uremia, en 1927.
Nació en la casa paterna de Santa Elena y Víctor Manuel Rendón y fue el segundo de una familia compuesta de siete hermanos. Primero cursó cuatro años interno en la escuelita de las Sritas. Hidalgo, luego pasó al Instituto salesiano “Santisteban” ubicado en la Atarazana, donde completó la primaria.
En 1912 ingresó al Colegio Mercantil y fue un brillantísimo alumno hasta que se graduó en 1918 de Contador. Su padre le llevó a presentar a su paisano Leopoldo Mercado, propietario de la fabrica de cigarrillos “El Progreso”, quien lo empleó de mensajero y poco a poco fue ascendiendo por méritos y ganándose la confianza de sus superiores hasta ocupar la Gerencia en 1950 cuando la fábrica funcionaba en Eloy Alfaro y Maldonado.
De su matrimonio con Angélica Cabrera no tuvo descendencia, practicaba la escultura, copiaba cuadros al óleo de artistas famosos con gran facilidad e ingresó a una de las Logias Masónicas del puerto alcanzando la dignidad del Maestro grado 33 pues el asunto lo tomó muy en serio y era infaltable en las reuniones de su Logia.
En los años treinta fue amigo y protector de José María Roura Oxandaberro librepensador igual que él y de su hija Judith Roura Cevallos, quien también dibujaba y pintaba composiciones.
Solía reunirse con los sindicatos del puerto a tratar problemas laborales en general pues nunca olvidó sus orígenes humildes y proletarios, de suerte que sin quererlo se convirtió en un líder de los trabajadores, quienes en numerosas ocasiones arreglaron sus diferencias con los patronos a través de sus buenos oficios.
En 1941 fue electo Presidente de la Asociación de Empleados y al ocurrir la invasión peruana, fiel a su consigna de ser útil más que importante, suspendió los bailes semanales en el edificio de la institución, adecuó los salones sociales para dar cabida a los refugiados, organizó un Curso de Enfermería y Primeros Auxilios para doscientas mujeres, recogió fondos para ayudar a los orenses de Guayaquil y Cuenca y realizó otras acciones tendientes a aliviar la situación, dado que habían perdido sus casas, muebles y demás enseres. Por ello fue condecorado en 1942 por el Concejo Cantonal de Machala.
En 1943 fue electo Vicepresidente de la Asociación de Empleados y Director del Consejo de Administración del Banco Central en Guayaquil por cuatro años, negándose el 45 a entregar al Presidente Velasco Ibarra la cantidad de ochenta mil dólares que requería para iniciar el Plan Vial del país mediante la construcción de veinte carreteras, lo cual se creía una irrealizable locura. El tiempo demostraría lo contrario.
En 1949 figuró como tercer candidato por la lista B y salió electo Concejal del Cantón, ejerciendo dichas funciones hasta el 51. Un año antes había construido una casa de cemento en Noguchi y San Martín esquina y se cambio a ella con su esposa y su hermana Colombia, profesora soltera. El solar fue adquirido a los herederos de la señora Angela Mercado de Moreno, hija de su protector que acababa de fallecer.
En 1952 logró la entrega de un terreno municipal de una manzana de extensión en la calle Coronel al sur de la ciudad, para uso de la Escuela de Bellas Artes fundada en 1934 y que funcionaba en un antiguo edificio de madera en Roca entre Rocafuerte y Panamá.
Con la ayuda de algunas firmas comerciales amigas y el apoyo económico de Joseph Gorelik, propietario de la Pepsi Cola, construyó un edificio de cemento armado de un piso y una manzana de frente para sede de la escuela, que se cambió con bombos y platillos y sin que le hubiera costado un solo centavo a la ciudad. Tal hazaña le permitió en 1953 abrir una campaña publicitaria igualmente con Pepsi Cola para el edificio de dos pisos altos y sótano donde inauguró en 1955 la nueva Biblioteca Municipal en 10 de Agosto entre Chile y Pedro Carbo. El Alcalde Rafael Mendoza Avilés le había otorgado el 53 la Condecoración al Mérito Cívico, como Mejor ciudadano de Guayaquil.
En 1957 fue electo Vicepresidente de la Cámara de Industrias, el 58 volvió de Concejal pero se excusó y en Octubre proveyó de local a la II Exposición Filatélica y Numismática Nacional celebrada en Guayaquil. Era un hombre público que hacía el bien y ayudaba a cuanto proyecto cívico y cultural se presentaba. No era un creador pero si un eficiente auspiciador con dinero propio y solicitando el ajeno, por eso la gente le quería y respetaba en la ciudad.
En 1959 viajó con su esposa y hermana a Europa; visitaron nueve países durante un mes y tomó muchísimas fotos pues era su nueva afición y hasta aprendió las técnicas del moderno revelado en blanco y negro y a colores.
En 1964 enfermó su señora que era diabética con una lesión varicosa en una de sus piernas y como no aceptó que se la cortaran fue agravándose y falleció. Desde entonces Plaza decidió retirarse y vivió acompañado únicamente de su hermana.
De tarde concurría a la Logia, charlaba con amigos y seguía fumando diariamente un promedio de ochenta cigarrillos especiales que le enviaban de la fábrica, hasta que en 1972 comenzó a sentir cierto fastidio a los pulmones y se le declaró un violentísimo cáncer que le llevó a la tumba 16 de Noviembre, a los setenta y cuatro años de edad.
Trigueño claro, sonrisa fácil, rostro alegre, temperamento tranquilo, baja estatura, contextura media, todo avisaba en su persona al hombre positivo y de provecho, al activo y diligente líder gremial, al puntilloso ejecutivo de una fábrica acreditada y al mismo tiempo al buen ciudadano que tanto hizo en pro de la cultura del Guayaquil en la década de los años mil novecientos cincuenta y siguientes.