MUÑOZ MUÑOZ LEONARDO J.

BIBLIOGRAFO Y SOCIALISTA.- Nació en Quito, en el barrio de San Sebastián, el 2 de Febrero de 1898. Hijo legítimo de David Muñoz, Administrador de haciendas y de su sobrina carnal Tomasa Muñoz, quiteños.

El último de una numerosa familia. Estudió la primaria en el Cebollar y la secundaria en El Mejía, donde completó el tercer curso. Entonces vivía con los suyos en una casa de la calle Loja frente al Batallón Pichincha y siendo curiosísimo, acostumbraba concurrir a las sesiones del Congreso y se volvió solidario y rebelde.

De quince años salió a trabajar como asistente de un hermano en la Librería “Sucre”, vivió una intelectualizada bohemia y cuando el negocio se liquidó, montó la librería “Indoamérica” que funcionó hasta su muerte. Posiblemente junto a sus inclinaciones bibliográficas se desarrolló su vocación política, pues siendo un contestatario desde muy joven, fue afirmando su tesis revolucionaria con la lectura y la acción.

En 1920 casó con Carlota Quirola Aulestia, tuvo un matrimonio feliz y seis hijos. El 23 conoció al Dr. Ricardo Paredes empezó a visitarlo todas las tardes en su consultorio que funcionaba en dos piezas en la casa de Enrique Bueno, calle Benalcázar frente al correo Central y se propusieron crear un grupo que pudiera hacer una campaña contra la explotación desatada por las clases pudientes, para lo cual formaron el grupo socialista “La Antorcha” con Ángel Modesto Paredes, César y Jorge Carrera Andrade, Hugo Alemán, Augusto Arias. Delio Ortiz, Julio H. Peñaherrera, Leonardo J. Muñoz y Néstor Mogollón, que publicó el periódico “La Antorcha” ese quince de Noviembre contra el gobierno del presidente Tamayo. En Enero del 25 cambiaron el nombre por “La Antorcha Socialista” y principiaron los trabajos para la organización del Partido Socialista Ecuatoriano, que se encargue de la dirección política de los trabajadores, campesinos y desposeídos del Ecuador; pero en Marzo fueron perseguidos por orden del gobierno, que incluso llegó a apresar al Gerente de la Imprenta donde se editaba La Antorcha

Socialista y tuvieron que cambiar a otro taller, apareciendo desde entonces en formato más pequeño y clandestinamente.

En Julio de 1925, con la revolución de los militares jóvenes del país, se intensificó la propaganda socialista; pero, meses después, con la caída de Luis Napoleón Dillon, las cosas volvieron a sus cauces anteriores. Mientras tanto se había realizado tres o cuatro Asambleas y a base de Comisiones, constituidos en Comité Organizador, lograron elaborar los documentos necesarios para la fundación del susodicho Partido; y en Marzo del 26, iniciaron una campaña masiva de Hojas Volantes doctrinarias, organizaron a los universitarios, que realizaron la primera manifestación socialista que conoció el país y el 16 de Mayo se inauguró el Congreso Nacional para constituir el Partido, en el salón de Honor de la Municipalidad de Quito, con nutrida asistencia.

En Junio fue a Guayaquil como tesorero del Partido, a imprimir el folleto de los discursos y proclamas más importantes. En el puerto principal se puso al habla con uno de los hijos de Luciano Coral, dueño de una pequeña imprenta, donde se levantó dicho material. Muñoz hacía de corrector de pruebas y vigilaba la impresión, entrevistándose con los dirigentes de la Confederación de Trabajadores del Guayas y de la Sociedad Hijos del Trabajo, para formar un Frente Único.

En Julio repartió los folletos a las principales centrales del país, pero los agentes de la oficina de Investigación le apresaron y pusieron en una celda común con peligrosos delincuentes, luego fue llevado a un subterráneo y tras veinte días de encierro pudo recobrar su libertad por las presiones que ejercieron sus compañeros de! núcleo Central del Partido Socialista, ante el Ministro de Gobierno.

También ese año publicó con otros socialistas el periódico “El Germinal”, atacando al regionalismo de los gamonales de la costa producido por los excesos criminales de la política del centralismo quiteño y de regreso a Guayaquil con Ricardo Paredes y Juan Genaro Jaramillo, para sustentar unas charlas en la Confederación Obrera del Guayas, fue dispuesta su captura, Unos compañeros le trasladaron a una casita situada en las afueras donde permaneció casi un mes de incógnito, hasta obtener un salvo conducto del Gobernador, que le permitió volver a Quito.

En 1927 organizó en el Mejía la Conferencia de la oradora anticlerical Belén de Zárraga, atea de fama continental, quien acababa de arribar al país. Meses después se confabuló con otros socialistas para boicotear una conferencia de tintes anticomunistas que un Ruso Blanco dictó en el Teatro Nacional Sucre y que resultó un fiasco por que el tal ruso blanco casi no hablaba el español y en su lengua mocha terminó la charla manifestando que el problema nacional se solucionaría haciendo trabajar más a las indias, lo que provocó una sonora carcajada en el auditorio.

Desde el 27 mantuvo conjuntamente con sus coidearios socialistas una tenaz oposición al gobierno del Presidente Isidro Ayora y como administrador de la prensa socialista enviaba ejemplares de los periódicos a los distintos partidos Comunistas y Socialistas de América Latina. Europa y Asia, obteniendo a cambio toda clase de información social y económica. De uno de los Catálogos recibidos sacó la idea de importar de la Editorial Nueva” de Madrid una selección de obras de Lenín, Marx, Engels, Trostky, Bujarín, Limacharky y madame Colonia numerosos ejemplares del Manifiesto Comunista y el libro “Como se tomaron el poder los Bolcheviques en diez días que conmovieron al mundo” de John Rith, que promovíó entre intelectuales de valía y profesores del Mejía.

Ese año ocurrió el primer cisma en el Partido y se separaron Angel Modesto Paredes, César y Jorge Carrera Andrade, Néstor Mogollón y Emilio Uzcátegui García.

En Noviembre del 29 asistió a la Asamblea Regional de las provincias de la sierra del Partido Socialita. El 30 formó parte de la fracción socialista de Enrique Terán Baca y formó con Luis Gerardo Gallegos, Juan Genaro Jaramillo, Juan Karolis, José Rafael Campuzano y José Alfredo Llerena, el núcleo central del Partido Socialista Ecuatoriano que reunió en Quito a su Asamblea Constituyente. En 1930 fue apresado con otros dirigentes por causa de la convocatoria del II Congreso de Campesinos del Ecuador. El 31 apoyó el intento dictatorial del Coronel Luis Larrea Alba, que no prosperó. El 32 ayudó a organizar la agrupación de las Camisas Sucias para combatir a la compactación Obrera y al Bonifacismo conservador, pero esta iniciativa tampoco tuvo éxito.

En 1933 asistió a los preparativos y a la reunión de la Asamblea Nacional Constituyente del Partido Socialista Ecuatoriano, en la Casa del Obrero, el 1 de Mayo.

En 1935 su librería funcionaba en la esquina de la Venezuela y Manabí frente al antiguo periódico “El Día” y tuvo una activa participación para impedir el triunfo del intento dictatorial del presidente Velasco Ibarra.

El 36 el dictador Federico Páez le mandó a ofrecer un lucrativo empleo para que pudiera reponer su economía, muy menoscabada por el tráfago político; pero, fiel a su consigna cívica, de no aceptar ninguna dignidad fuera del Partido, la rehusó.

En 1944, tras un largo paréntesis, formó parte de la Comisión que reunió los fondos necesarios para la compra de los talleres donde comenzó a imprimirse el diario socialista “La Tierra”, en su segunda época, cuya circulación se suspendió en 1958.

El 45 fue tesorero de la campaña para elegir Diputados por la provincia del Pichincha y el socialismo ganó esas elecciones, consiguiendo tres de los cinco puestos, derrotando al liberalismo y al conservadorismo y pudo enviar al Congreso al Dr. Juan Isaac Lovato, al Comandante Alfaro y al Ing. José Corsino Cárdenas. El

46 falleció su hijo Carlos Alberto de peritonitis. El 52 el socialismo colaboró con él gobierno de Galo Plaza, se debilitó y dividió.

El 58 concurrió al Congreso del Partido Socialista Ecuatoriano reunido en Quito y fue designado Secretario General, actuando desinteresadamente y durante varios meses en medio del desorden imperante, en busca de la unificación a través de un Congreso Extraordinario; que, finalmente, pudo reunir en Ambato, concurriendo como Secretario General del bloque revolucionario, pero terminó por ceder la dirección del Partido al bloque Reformista.

En 1959 comenzó a trabajar con Manuel Agustín Aguirre, Telmo Hidalgo y Laura Almeida en la formación de un nuevo Partido que se denominó Partido Socialista Revolucionario Ecuatoriano, para aplicar el marxismo leninismo a la realidad nacional. El trabajo fue arduo y tras varios años de actividad finalmente pudieron celebrar la Convención Nacional en los salones de la Sociedad Artística Industrial del Pichincha, durante la dictadura de la Junta Militar de Gobierno, en 1963.

De allí en adelante, obtenido su principal objetivo, cedió posiciones a los nuevos dirigentes, entre los que se encontraba su hijo el Dr. Aníbal Muñoz Quirola, distinguido abogado y gran activista socialista, con quien fundó en 1978 el Frente Amplio de Izquierdas FADI que ese año lanzó el binomio René Maugé Mosquera-Anibal Muñoz Quirola a la presidencia y vicepresidencia de la República y aunque la campaña electoral fue decorosa, debido a las limitaciones económicas solo significó unos noventa mil votos para la fórmula socialista (1)

En 1979 falleció su esposa de una afección cardiaca y desde entonces se quedaba más en su casa propia de la Ulloa No. 1.097. Por las mañanas iba a las nueve a la librería- biblioteca llevado por su hija Matilde y allí permanecía hasta la 1 en que regresaba con ella. De tarde ya no salía, prefiriendo conversar con su nieta preferida Sandra Fernández Muñoz; pero a! viajar ella, a los Estados Unidos, a proseguir su educación, volvió a deprimirse.

Para levantarle el ánimo, su nieto José Rivadeneira Muñoz quiso que grabase sus memorias sobre la historia del Socialismo en el Ecuador y así surgió “Testimonio de Lucha”, en 151 paginas y con lucidez sorprendente narró   los   primeros    momentos del socialismo y su devenir en la historia del país, reviviendo hechos, personajes y situaciones importantes, así como anécdotas dilucidadoras de dicho pasado. En síntesis, un importante documento relievado por una introducción y un prologo de Enrique Ayala Mora, que salió a la luz en la Colección Testimonios de la Corporación Editora Nacional, cuando ya Muñoz no existía, pues murió plácidamente y de agotamiento, sin ninguna dolencia, en su casa, el 27 de Marzo de 1987, a los 89 años de edad. Al momento de su fallecimiento era el único militante vivo de un puñado de fundadores del Socialismo y el Decano de los Libreros de Quito, profesión que había sabido cultivar con amor por espacio de setenta años.

En sus últimos tiempos había seguido con gran interés la preparación del libro, revisando sus pruebas, pero sin lograr verlo concluido. Había expresado que según como saliera tenia pensado editar su biografía, rememorando sus numerosas prisiones políticas y muchas anécdotas.

Fue un hombre sencillo, recatado, bondadoso y bueno, gustaba ayudar a sus semejantes. Generoso y desprendido con el dinero, que obsequiaba a los suyos para evitarles necesidades. Nunca atesoró suma alguna y sus ganancias acostumbraba reinvertirlas en libros, pues era un buen bibliógrafo.

Su estatura mediana, tez blanca, ojos y pelo negros, imponíase por su fuerte personalidad, pues a la par de delicado y respetuoso, decía las cosas con toda claridad. Creyó en el socialismo y esperó del futuro, sabiendo que la siembra es larga y tediosa pero siempre rinde sus frutos.

  1. (1) El frente Amplio de Izquierdas FADI constituyó en su época el triunfo de la unidad izquierdista del Ecuador pues sobre las divisiones internas del socialismo y sobre la tesis de que por su ideología e independencia, el socialismo debía poner casa aparta del comunismo, se logró que ambas tendencias marcharan juntas en el plano electoral.