MERINO PEREZ GONZALO

PUBLICISTA.- Nació en Cariamanga, provincia de Loja, el 29 de Octubre de 1938 y son sus padres legítimos Víctor Merino Jiménez de oficio talabartero y curtidor de mediana economía y Rosa Pérez Sotomayor, ambos de Cariamanga. Fue el sexto de una familia compuesta de ocho hijos, todos hombres.

Cursó la primaria en la escuela Santa Juana de Arco de los Hermanos Cristianos donde el profesor Andrade le formó enérgicamente. Poco después la familia pasó a Loja porque su madre quería que los chicos estudiaran y el padre adquirió una casa en la Bernardo Valdivieso, pero Gonzalo siempre fue un alumno sin relieves a pesar de que sus cinco hermanos mayores eran estudiantes excelentes y se educaban en el Seminario Mayor San José, donde finalmente entró, aunque solo estuvo un año y tres meses, pues salió expulsado porque sus superiores le pillaron una carta para su enamorada. Entonces su madre le puso en el Colegio La Dolorosa, allí tomó conciencia de sus responsabilidades y empezó a obtener las más altas notas hasta el 58 que fue enviado al Mejía de Quito con la intención que ingresara a la Academia Militar Eloy Alfaro.

Vivía con la familia González López, parientes de una cuñada, en la Miguel Riofrío No. 961 atrás del Mejía y empezó a destacar como escribiente de cartas románticas a las enamoradas de sus compañeros y amigos. Entre el 59 y el 60 ganó varios certámenes poéticos, fue premiado en la Instrucción Premilitar, el 61 se graduó de Bachiller y estructuró su primera novela titulada “La Ingratitud de la Sangre” con vivencias platónicas y autobiográficas, que presentó el 64a un Concurso de la Universidad de Guayaquil y alcanzó el Primer Premio,

Tratando de ingresar a la escuela de Periodismo de la U, Central conversó con Alejandro Carrión, Director de la revista La Calle, quien le dijo: “La Universidad no le va a enseñar a escribir,,,,,” entonces quizo entrar a Filosofía y Letras pero un antiguo amigo de Cariamanga llamado Jaime Sánchez Benítez le llevó a matricular en Jurisprudencia, El 63 vino a Guayaquil traído por su hermano Benigno y fue operado de sinusitis en el Hospital General,

Tras cuatro meses de recuperación y viviendo en casa de su pariente Olga Pérez inició el segundo curso de Jurisprudencia, Entre el 63 el 64, escribió dos novelas más, aun inéditas “Rebelde Agonía” que trata sobre la incomprensión de un personaje que no sabe qué es y lucha con un romance y “Colegiala” con anécdotas estudiantiles imaginarias, Vivía para la Literatura, leía mucho, era un joven en permanente labor de introspección,

El Juez de la Marina, Dr, Joaquín Cabrera Ocaña, le llevó de Ayudante de su Juzgado con rango de Sargento lo, y S/. 600 mensuales de sueldo, al poco tiempo el Secretario fue becado al exterior y pasó a ocupar dichas funciones hasta el 64, que quisieron enviarle a un curso de un año de duración en la base Naval de Salinas; pero como ya había obtenido la Licenciatura, prefirió desempeñarse de Meritorio en la Corte Superior de Justicia y tras cinco meses recibió el nombramiento de Oficial Mayor de la Segunda Sala con S/, 2,500 mensuales, El 65 fue Secretario Relator y allí se mantuvo siete años, El 66 la U, de Guayaquil editó su novela “La ingratitud de la sangre” iniciándose en el negocio de venta de libros con buen éxito en Manabí, La segunda edición es del 9l Merino se revela como un autor con deseos de contar historias en sentido llano pero no discursivo, sus personajes son tomados del pueblo, hablan y actúan, sus vidas se entrecruzan hasta formar una trama de urdidumbre mas bien naturalista, El 69 sacó en un mimeógrafo adquirido con su amigo Luis Valarezo, unos simples apuntes de estudiante que tituló “Práctica Forense” para ayuda de sus compañeros de curso y fue tal el éxito que decidió continuarlos y así fueron apareciendo nuevas ediciones corregidas y aumentadas el 73, 74 y 78, esta última en siete tomos impresos,

El 70 contrajo matrimonio en Guayaquil con Olga Luna Matamoros, hogar estable y feliz con cuatro hijos,

El 72 salió su “Derecho Mercantil” originado en las clases del Profesor Lauro Damerval Ayora y enriquecido con opiniones de diversos autores, La obra ha conocido dos nuevas ediciones el 74 y el 84,

El 74 dio inicio a un tercer trabajo jurídico con “Jurisprudencia Civil Inédita”, aparecida en solo 800 ejemplares que se agotaron rápidamente por contener una recopilación organizada de numerosas sentencias no publicadas en la Gaceta Judicial, La obra salió merced a un préstamo del Banco Nacional de Fomento, El 76 apareció el segundo tomo y el 83 complementó dicho material con el “Compendio de Resoluciones de la Excma, Corte Suprema de Justicia” en 8 tomos,

El 76 fue designado Abogado de la Regional 2 del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social IESS, dedicándose a la tramitación de juicios de inquilinato, ejecutivos, etc, hasta que el 88 fue promocionado a Sub Procurador, lo interesante del caso es que apenas ingresado al IESS inició una obra monumental con la legislación sobre Seguridad Social dictada en el Ecuador desde la Creación de la Caja de Pensiones en 1927 y ordenada por materia, que salió a la luz auspiciada por el IESS el 81, ganando algún dinero, pues dicha institución compró la totalidad de la edición,

Tantos trabajos le acreditaron como un estudioso muy competente de las leyes y sentencias del país, Su imprenta, adquirida el 74 a la Casa Moeller Martínez C,A,, había empezado a editar material legal como por ejemplo “La Ley de timbres, sus reformas y leyes conexas” y “Las Tablas de salarios Mínimos” el 74, un segundo tomo es del 76, “La Ley de Inquilinato y Jurisprudencia sobre arrendamiento de predios urbanos” en dos tomos el 74, “Comentarios al articulado de la ley de Compañías” el 75 con síntesis de opiniones de diferentes autores y “Práctica Penal” el mismo 75 modelos útiles, pero la obra fue pirateada y tuvo que enjuiciar, finalmente terminó por refundir este estudio en su Práctica Forense, “La aplicación de la doctrina jurídica” el 76, “Clave del Procedimiento Civil teórico práctico” ese mismo año, libro que no tuvo éxito económico aunque contiene muy diversos alegatos, El 78 tenía dos máquinas impresoras, pero solo se dedicaba editar lo suyo pues nunca ha sido un comerciante propiamente dicho, ahora utiliza vendedores ambulantes,

El 85 su “Práctica Forense” se transformó en ‘Tratado de Práctica Forense” en tres tomos mejor organizados y con más material, La segunda edición del 87 dio paso a su obra más ambiciosa, la “Enciclopedia de Práctica Jurídica” en 13 tomos en 1992, con extenso material ordenado alfabéticamente, vademécum del Derecho Procesal ecuatoriano de gran utilidad para los profesionales del país, que le tomó tres años elaborar y solo pudo editar mediante un préstamo de sus cuñados, pero cuya venta le ha permitido subsistir con los suyos, El 95 acaba de aparecer el Apéndice No, 1 con valiosos adendums,

El 88, mientras estudiaba inglés en una Academia particular, comenzó a escribir poesía y mantiene dos poemarios inéditos: “Sucedió en la Academia” y “Prisioneros del camino” sobre temática varada,

El 92 se le agravó una vieja dolencia a la columna, originada en un mal movimiento que lesionó uno de los discos y empezó a quedarse inválido, Sus familiares le llevaron en silla de ruedas a los Estados Unidos y fue operado en el Hospital del Bronx de una hernia discal, La recuperación duró cuatro meses pero no quedó bien y de regreso fue intervenido dos veces más en el Hospital del IESS de Guayaquil, volviendo a caminar con toda normalidad,

El 95 renunció a sus funciones en el IESS y dedicado por entero a las letras editó “Oro y Miseria”, novela en 417 págs con historias que se entrecruzan en el campamento minero de Nambija, “Narrativa que nos revela los secretos de la vida cotidiana, es una alegoría al desenfreno de las pasiones derivadas del poder económico y de las ansias de riqueza y es una denuncia de la grandeza y magnitud de los tesoros de la naturaleza, Falleció en Guayaquil el 4 de septiembre del 2018

Estatura mediana, tez trigueña, contextura delgada, ojos y pelo negros, es el mayor recopilador del derecho Procesal ecuatoriano, Trabajador incansable, esforzado, imaginativo, paciente, que con su labor de difusión ha hecho mucho bien a pesar que aún no ha sido comprendida; el éxito económico ha premiado en algo su dedicación benedictina, pues en un país donde la difusión de las leyes, doctrinas y sentencias casi no existe, esfuerzos como el suyo merecen el agradecimiento de jueces, abogados, alumnos y profesores en general.