MARCOS Y CRESPO FRANCISCO

VICE PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA.-

Nació en Guayaquil el 11 de Mayo de 1794 y fue bautizado el día 17 con los nombres de Francisco Domingo, hijo legítimo del Dr. Antonio de Marcos y González de la Carbonera nacido en 1754 en la casa solariega de sus abuelos maternos ubicada en Villafruel, Castilla la Vieja, España y fue bautizado en la iglesia de San Julián en la Capilla privada de los mismos. Estudió en Salamanca, en 1774 pasó a Cartagena de Indias, allí sentó probanza de legitimidad, hidalguía y limpieza de sangre ante el Gobernador y Comandante General Juan Pimienta el día 6 de Septiembre, Cadete del batallón de milicias Blancas, se recibió de abogado en la Audiencia de Quito y se le concedieron estrados el 81, ejerció las funciones de Asesor de Gobierno el 85, Abogado en Cuenca el 88 donde también tomó estrados y Asesor de las Reales Cajas, Abogado en Lima en 1792. Había casado en 1781 en Guayaquil con Francisca Crespo y Cassaus, guayaquileña y tuvieron once hijos.

El niño Francisco recibió en Guayaquil las primeras letras y de dieciséis años tuvo familia con Martina Coello y Franco seis años mayor a él, en 1813 viajó a Quito, se matriculó en la Universidad de Santo Toribio, graduándose de doctor en Derecho Canónico el 6 de Abril de 1819 y el 27 de ese mes obtuvo el correspondiente diploma. Posteriormente inscribió su título ante el Cabildo de Guayaquil y sacó licencia de abogado.

El 20 de Febrero de 1820 contrajo matrimonio con Mercedes Aguirre Abad. El 9 de Octubre firmó el Acta de Independencia. A finales de 1821 fué secretario y vocal suplente de la Segunda Junta de Gobierno en reemplazo de José de Antepara fallecido en la segunda batalla de Huachi; pero por su notoria inclinación al partido colombiano que lo distanció de los demás miembros de la Junta se separó con el pretexto de irse a incorporar en el Colegio de Abogados de la Audiencia de Lima, partió a esa capital y a su regreso encontró a Guayaquil anexada a la Gran Colombia por obra del genio de Bolívar, con quien trabó una estrecha y leal amistad, recibiendo del Libertador y del general Juan Paz del Castillo, Intendente del Departamento de Guayaquil, numerosas muestras de consideración y aprecio.

En 1825 se incorporó al cuerpo de abogados de Bogotá, fue designado Juez Suplente de la Corte Superior de Guayaquil y actuó como principal a raíz de su instalación en Abril de 1826, por renuncia del Dr. Pablo Merino; el 6 de Marzo obtuvo el nombramiento de principal mediante despacho firmado por el Vice Presidente de la Gran Colombia Gral. Francisco de Paula Santander.

El 6 de Agosto recibió la medalla del “Busto del Libertador” creada por el Congreso del Perú “como un distintivo de los claros varones que cooperaron a romper nuestras cadenas y a establecer el imperio de la voluntad general.”

En 1827 fue Senador al Congreso que se reunió en Bogotá y concurrió a las sesiones. En 1828 asistió a la Convención de Ocaña, formó parte del grupo de Diputados bolivarianos que se retiró de ella a fin de dejarla sin quorum.

El 22 de Diciembre de 1828 el Libertador lo nombró para ocupar las funciones de Juez de la Sala del Crimen de la Corte de Apelaciones del Distrito Sur con sede en Quito y se trasladó a la capital con su familia.

En 1830 fué diputado a la primera Asamblea Constituyente que se instaló en Riobamba y eligió al General Juan José Flores primer Presidente del nuevo Estado que nació bajo su protección. El 28 de Septiembre fué Prefecto del Departamento del Guayas, cargo que hoy se equipararía al de Gobernador. En 1831 fue partidario de la Revolución de Urdaneta que lo nombró Jefe de Policía en Guayaquil pero habiendo fracasado el movimiento debido a la muerte del Libertador, se pasó al gobierno, asistió como Diputado al Congreso Nacional de 1831 y ese organismo lo designó Ministro Juez de la Corte Superior de Guayaquil.

En aquel Congreso un sacerdote de la Merced, llamado José Bou, solicitó la restitución de los conventos suprimidos. El Presbítero Mariano Veintimilla Domínguez pidió a su vez que se prohiba la importación de libros heterodoxos extranjeros sin previa censura eclesiástica. Marcos contestó que la prohibición ocasionaría reclamos. El H. Landa observó que debía obedecer las disposiciones del Concilio de Trento y Marcos replicó que si se quería instituir censura ésta debía dejarse en manos del poder civil ¿Por qué la prohibición de libros? ¿Por qué la Iglesia debía tener derecho para prohibir la lectura de los libros? el asunto quedó sin resolverse y Marcos salvó a la República de que se cometiera una afrenta a la inteligencia, al buen sentido y la vuelta a los oscuros tiempos coloniales como querían algunos clérigos de entonces.

Diputado en 1833 y electo presidente del Congreso, interpeló con tal calidad al Ministro Dr. Víctor Félix de San Miguel y Cacho, por haber solicitado las facultades extraordinarias para el Ejecutivo, debido a varios conatos de insurrección. Esa actitud le costó la amistad de Flores.

Entonces fundó el semanario el “Nueve de Octubre” que realizó una frontal oposición a Flores, mas luego se le unió, cambiándose en ferviente defensor del gobierno porque dizque “había quedado complacido con las explicaciones del Ministro de Hacienda” pero la realidad era otra pues Flores se lo ganó con el ofrecimiento de enviarlo de Ministro a Lima y entregarle la presidencia del Congreso. Rocafuerte en sus “Cartas a la Nación” publicadas en Lima desde 1843 dijo de Marcos que era un abogado de pane lucrando.

En 1834, durante la revolución de los Chihuahuas, efectivamente Flores lo envió de Ministro Plenipotenciario y Enviado extraordinario ante el gobierno del Perú y como el río Guayas estaba dominado por la fragata “Colombia”, donde tenían su cuartel general los revolucionarios, Marcos salió por el Estero Salado y luego de varias vicisitudes llegó a Paita, prosiguió a Lima pero no consiguió el apoyo de ese Gobierno para Flores.

En 1835 asistió como diputado a la Convención de Ambato “en la que manifestó en vano pretensiones a la Presidencia de la República”; pero fué nombrado Ministro de la Corte de Apelaciones del Guayas. En el Congreso de 1837 fué Vicepresidente del Senado. En 1838 Ministro Plenipotenciario y Enviado Extraordinario ante el gobierno de Nueva Granada para el arreglo de la división de la deuda de la independencia o deuda inglesa entre Venezuela, Colombia y Ecuador, bajo las bases concertadas en 1834 y aceptadas por nuestro país.

En tales funciones permaneció un año, regresando a Quito a ocupar el Ministerio del Interior y Relaciones Exteriores donde lució sus dotes de hombre culto y ecuánime. La reina de España Isabel II le concedió en 1.840 la “Gran Cruz de Isabel la Católica” por haber inaugurado las relaciones diplomáticas con esa nación.

En el despacho sorteó varios incidentes internacionales. El Ministro de Nueva Granada de Quito Dr. Cuervo, reclamó contra el decreto de Flores que anexaba Pasto. El 24 de Mayo de 1841, suscribió un acuerdo con el representante inglés Walter Cope, sumando al Ecuador al grupo de naciones que proscribían el comercio internacional de esclavos, siendo éste el primer intento ecuatoriano por abolir la esclavitud en el ámbito internacional.

La Asamblea Nacional de 1843 dirigida por el General Flores lo eligió Vice Presidente de la República, derrotando al otro candidato Vicente Ramón Roca, que desde entonces empezó a conspirar contra el régimen, siendo Roca el factor preponderante en la revolución del 6 de Marzo de 1845 y puede afirmarse que con esta elección se decidió la suerte del régimen floreano.

La revolución sorprendió al Dr. Marcos en Guayaquil y participó en lasreuniones cívicas que tuvieron lugar entre los partidarios de la revolución y los del gobierno. Su intervención fué tinosa, limando asperezas, impidiendo mayores efusiones de sangre y en fin, intercediendo ante los jefes militares leales para que depusieran sus armas; sin embargo en abril, fue confinado a El Morro por orden del Gobierno Provisional.

En 1846 trató de reponerse del duro revés político sufrido, se presentó de Candidato a Senador y consiguió únicamente una suplencia, aunque en 1849 volvió a terciar, alcanzó la senaduría principal y hasta logró algunos votos para la presidencia del Congreso.

El 20 de Febrero de 1850 participó en la revolución del Gral. José María Urbina contra el gobierno interino de Manuel de Ascázubi y después se contó entre los más decididos partidarios de la dictadura de Diego Noboa, quien asumió el mando supremo de la nación.

Durante los periodos de Urbina y Robles ejerció su profesión en Guayaquil y fué hombre de consulta de esos gobiernos. En 1859 fué encargado por el Gral. Guillermo Franco, Jefe Supremo de la plaza, para gestionar ante el gobierno del Perú el retiro inmediato de la flota del Almirante Ignacio Mariategui y el abandono del bloqueo de nuestra ría y del golfo. En 1860 fue Consejero de Gobierno del Gral. Franco y se dice que después de la toma de Guayaquil el 24 de Septiembre de ese año, le fué entregada el Acta de Anexión de Guayaquil al Perú para que la deposite en Lima, cosa que jamás sucedió, de suerte que esa versión deber ser desechada por insólita.

Durante el garcianismo ejerció su profesión sin intervenir en política y falleció en Guayaquil, el 29 de Junio de 1872, a la avanzada edad de setenta y ocho años.

De estatura pequeña, delgado, de rostro alargado, labios y nariz finos y mirada inteligente. Se conserva un óleo de cuerpo entero, un busto en bronce en el Museo Municipal y su estatua en bronce preside el Mausoleo familiar, la columna de los próceres del Centenario está orlada de ocho medallones también en bronce, uno de ellos con su efigie en alto relieve.