LUZURIAGA TORIBIO Y MEJIA ESTRADA

PROCER DE LA INDEPENDENCIA.- Nació en Huaraz el 15 de Abril de 1782 y fue bautizado al siguiente día como hijo del matrimonio del viscaíno Manuel de Luzuriaga Elgarresta y de Josefa Mejía – Estrada y Villavicencio, natural de Huaraz en el Perú y miembro de una familia de hacendados propietarios agrícolas de larga trayectoria en esa región.

Recibió en Lima una esmerada educación y al cumplir los quince años en 1797 entró a la secretaría del Gobernador de El Callao, Gabriel Avilés y Fierro, luego designado Inspector General de las Armas del Virreinato del Perú, después Presidente de la Audiencia de Chile y finalmente Virrey de Buenos Aires, con quien siempre estuvo a su servicio.

En 1801 Avilés fue promovido al Virreinato del Perú y Luzuriaga prefirió quedarse en Buenos Aires siguiendo la

Supremo Ignacio Alvarez Thomas, que sucedió a Alvear.

En Agosto del 16 pasó a Mendoza de Gobernador de la Provincia de Cuyo, ejerciendo un gobierno probo y útil pues creó el Colegio de estudios superiores de la Santísima Trinidad, introdujo mejoras edilicias, mejoró la higiene, el sistema de postas, fomentó la industria y el comercio y sorprendió en el camino a Chile a los hermanos Juan José y Luis Carrera y los hizo fusilar en la plaza de Mendoza el 8 de Abril de 1818, error o crimen gravísimo que le atormentaría en sus años postreros. También develó el motín del Batallón No. 1 de cazadores y en 1819 descubrió y sofocó la conspiración de los prisioneros españoles en la punta de San Luis dirigidos por Mendizábal, por lo cual fue condecorado.

A finales de ese año auxilió eficazmente al ejército expedicionario de San Martín y renunció la gobernación en un Cabildo abierto especialmente convocado para el efecto.

El Congreso de Buenos Aires le designó segundo Jefe después de San Martín, con derecho a subrogarle en el mando si algo le acontecía, cruzó los Andes, el 17 de Enero de 1820 fue asimilado al ejército chileno por el General Bernardo OHiggins con el mismo grado que tenía en la Argentina y comandó el desembarco de la Expedición Libertadora del Perú en la bahía de Paracas el 8 de Septiembre, estableciendo el Cuartel General en Huaura. En Noviembre San Martín le encomendó una comisión urgente con el General Tomás Guido, Agente Diplomático para obtener la incorporación política de Guayaquil y su Provincia al Perú. Luzuriaga era Asesor Militar. Su arribo al puerto principal coincidió con la derrota del primer Huachi y el regreso de los cuerpos dispersos a la ciudad, momento que los comisionados consideraron propicio para lograr la salida del ejército de los oficiales venezolanos León de Febres – Cordero y Luis de Urdaneta, a quienes se acusó de haber cometido errores tácticos graves; sin embargo, a pesar que la Junta de Gobierno presidida por Olmedo aceptó conceder la dirección militar a Luzuriaga y designó a San Martín Protector de esta Provincia, a petición expresa del Coronel Tomás Guido, no quiso resolver cosa alguna con relación a la incorporación de la Provincia Libre y Soberana de Guayaquil al Perú.

Luzuriaga viajó a Babahoyo dondele esperaban doscientos hombres de tropa y cincuenta de caballería y el 1 de Diciembre citó en su casa a una Junta de Guerra a la que asistieron los Coroneles Manuel de Torres – Valdivia, Jefe de Estado Mayor, y José García y Zaldúa, Comandante de Caballería; los Tenientes Coroneles José de Villamil, Justo Ribera, Rafael Sarmiento y Manuel Solares y los Capitanes Manuel Páez, José María de Benalcázar y Hermenegildo Vargas. En dicha Junta se dispuso la ocupación del camino Real para que sirva de apoyo en la toma de la ciudad de Guaranda, desguarnecida por los realistas cuando éstos marcharon a Riobamba con el fin de seguir a Cuenca y recobrarla de manos de los patriotas.

El Coronel García fue comisionado para dirigir la operación pero el 3 de Enero de 1821 fue emboscado en el sitio Tanizagua por el célebre cura Francisco Benavides y una partida de realistas. Sus hombres se dieron a la fuga y regresaron a Babahoyo por distintas rutas (caminos extraviados) para comunicar la triste novedad.

Sabedor del fracaso, Luzuriaga regresó a Guayaquil y se embarcó el 5 de Enero de 1.821 al Perú, pretextando la llegada de las lluvias y el fin de las operaciones militares, cuando en verdad su retiro obedecía al fracaso de la misión Guido.

Nuevamente con San Martín en el Perú, el 16 de Febrero fue designado Presidente del Departamento de Huaylas pero renunció el 18 de Octubre y el 22 de Diciembre fue investido como Gran Mariscal del Perú.

De elegante y exquisitos modales. “Llevaba en su físico un pasaporte que le conquistaba universales simpatías. Del número de los favorecidos por Dios con varonil belleza, palabra halagüeña, despejada inteligencia”. San Martín le tenía por leal hermano y era padrino de uno de sus hijos; por eso le consideró entre los fundadores de la Orden del Sol del Perú y en 1822 le dio el encargo de viajar a Buenos Aires a influir cerca de Pueyrredón en el desarrollo del plan monárquico que García del Río y Paraissien iban a iniciar en Europa. Igualmente, para que requiera el apoyo del Congreso de las Provincias Unidas de Buenos Aires con el fin de reorganizar el ejército del Alto Perú y llevar la guerra a los puertos intermedios, al Cusco y Arequipa a fin de debilitar a los españoles por la retaguardia, pero Luzuriaga encontró un mal ambiente en la capital argentina a causa de la guerra civil.

Cuando Bolívar asumió el poder en el Perú solicitó su reincorporación al ejército pero no se le aceptó, y como no creyó oportuno militar en el bando opuesto al de su hermano Manuel, entusiasta partidario del General Manuel Dorrego en la Argentina, prefirió retirarse a la vida privada cuando solamente tenía cuarenta años de edad.

Entonces compró en subido precio y comprometiendo su crédito, la estancia de Tontezuelas, cercana al pueblo de El Pergamino, Provincia de Buenos Aires. La guerra civil de 1825 al 29 que devastó la campiña norte argentina, le ocasionó la ruina económica y tuvo que vender a Pedro de Angelis sus condecoraciones. En 1829 una grave dolencia a la cabeza hizo necesaria la práctica de una operación quirúrgica que le mantuvo imposibilitado tres años. En 1830 la sequía destruyó sus últimas esperanzas y perdió lo poco que aún le quedaba. En 1835 escribió sus Memorias con la aprobación en Francia del propio General San Martín, que tituló “Documentos sobre su dimisión del mando de las Provincias de Cuyo e incidencias con una memoria para su familia” que constituye una exposición documentada de su campaña en Guayaquil acompañada de varias notas y su hoja de servicios.

En 1840 su dolencia cerebral se agudizó y perdió el uso de la palabra, luego la recobró, pero muy lentamente. Vacilaba su paso y le acometían accesos de profundísima melancolía motivados por el fusilamiento de los hermanos Carrera, héroes en Chile.

Por eso, en un momento de suprema debilidad, el 4 de Mayo de 1842 se vistió con su uniforme de Gran Mariscal del Perú y con una pistola se auto eliminó en el pequeño pueblo donde tenía fijada su residencia, a los sesenta años de edad.