LAZO SALAZAR RAMÓN

CIENTÍFICO.- Nació en Naranjal, Provincia del Guayas, el 28 de Febrero de 1929. Hijo legítimo del Dr. Miguel Antonio Lazo Bermeo (Cuenca 29 de Sept. de 1876 – Babahoyo domingo 6 de Sept. de 1942) natural de Cuenca, destacó como músico (poseía una bella voz de barítono, tocaba piano, violín, guitarra y bandola) En 1906 actuó de Edecán de su padre en la campaña del centro y sur de la República. Como revolucionario conservador como en Tanquis y en Pangor, en la primera arrebató un cañón al ejército constitucional. Había estudiado medicina en la U. cuencana aprovechando las lecciones en Histología Práctica del profesor inglés Francis Brown Wetu. Primer Presidente de la Escuela de Medicina del Azuay en 1901, logró la aprobación de sus Estatutos y lanzó la primera revista. Graduado de Médico y Cirujano graduado el 24 de junio de 1907 viajó a especializarse en Guayaquil y practicó en el Hospital General con los Dres. Francisco Martínez Aguirre y Miguel H. Alcívar. De vuelta a Cuenca puso consultorio en la calle Bolívar No. 106, ganó fama luego de una hepatectomía realizada al Doctor Bernal, realizó operaciones con los procesos de asepsia y antisepsia y divulgó entre sus colegas los conocimientos adquiridos en el puerto principal. En 1915 participó en el primer Congreso Médico ecuatoriano convocado por esa municipalidad, actuando como secretario de la delegación cuencana, con el trabajo “Absceso hepático” impreso en 1917 dentro del volumen II de Actas y Trabajos de dicho Congreso, entre las Págs. 338 y 356. En 1918 pasó “en voluntario destierro” a Naranjal, conoció a Mercedes María Salazar Aguirre, riobambeña de buena educación y mejores costumbres, procreando trece hijos. Ella era hermana del telegrafista de ese pueblo (padre de los Salazar Barragán) En esa zona adquirió con su hermano Luís Fidel la hacienda “La Amelia” con aproximadamente cincuenta mil hectáreas de “montañas ricas en maderas de toda clase y cruzada por muchos ríos”, compuesta de los departamentos Río Blanco, Campo Hermida y Cañayacu, pero las plagas dañaron los almacigales (plantaciones espontáneas) y el negocio arrojó pérdidas. Por su desempeño profesional el 33 radicó en Daule. El 37 se consagró al estudio de las enfermedades tropicales en Catarama, donde fue nombrado médico del campesinado para atender a las poblaciones del río Babahoyo hasta que el año 38 sufrió la pérdida total de sus bienes – incluyendo su botica “La Moderna” – en el incendio que comenzó en el estanco de alcoholes y consumió siete manzanas de esa población. Sobreviviendo al infortunio mandó a Cuenca a su familia a vivir un año con los abuelos. En ese Hospital realizó operaciones importantes y hasta laparatomías. El 40 se estableció en Babahoyo donde reunió a todos los suyos, designado Médico del Seguro Social y delegado de Sanidad para la provincia de los Ríos y falleció allí en pleno desempeño profesional dos años más tarde a causa de una cirrosis que le causó molestias graves durante un año. Dos días antes de su fallecimiento murió su hija menor – tenía casi dos años de edad – a consecuencia de una violenta neumonía, pero sus familiares le ocultaron el deceso.

Tenía como hobby la música, dominaba varios instrumentos, cantaba, animaba y unía con su alegría peculiar a la numerosa familia hasta su fallecimiento, dejando a los suyos en pobreza. Su hijo mayor contaba con veinte y dos años de edad y el menor solo dos, pero todos fueron educados por la madre. Fue su hermano el Dr. Luís Fidel Lazo Bermeo, director fundador en 1909 del periódico cuencano “La República”, donde destacó como escritor bajo el seudónimo anagramático de “El Amigo Azul”; ambos fueron hijos legítimos del Teniente Coronel Luís Lazo Hermida, militar Restaurador del grupo del General Francisco X. Salazar en la campaña del 82 que terminó con la toma de Quito en Enero siguiente. El 87 estuvo entre los que sofocaron en el campo de batalla a la invasión liberal del Coronel Luís Vargas Torres en Loja. El 95 asistió a la retirada de las fuerzas del gobierno de la provincia de El Oro. En 1906 participó en las acciones militares suscitadas en el Azuay y el centro de la república contra el segundo gobierno de Alfaro. Asistió a los combates de El Cristal, Pangor y Tanquis como guerrillero conservador bajo las órdenes de Antonio Muñoz Vega. Importador y comisionista a principios del siglo XX, dueño de la botica “La Moderna” de Lazo y Cia. en Cuenca, sus restos reposan en el sector de Hombres Ilustres del cementerio de su ciudad natal, de carácter seco y fuerte y enseñado a vivir sin hijos pues los dos mayores estaban en la costa y la tercera era monja de convento en Cuenca, al recibir en 1938 en su casa a cuatro de sus nietos, los menores, tras el Incendio de Catarama, se molestaba al principio con sus juegos y carreras, pero dos años más tarde, a la hora de la despedida, le solicitó muy compungido a su nuera: Mercedes. No te los lleves ¿No ves que ya me acostumbré a la bulla de los muchachos? y de Amelia Bermeo Monroy.

Ramón fue el séptimo hijo de la familia Lazo Salazar. De cuatro años de edad sufrió un ataque de poliomielitis que su padre logró tratar exitosamente en corto tiempo. La rehabilitación de la pierna derecha se la hizo con masajes y utilizando un carrete de inducción con corriente eléctrica, pero le quedó de secuela un pie varus y tuvo que usar botines.

Aprendió las primeras letras de su madre y a tocar piano de oído con su padre, siguió la primaria en diversas escuelas fiscales en Daule y Catarama. En Cuenca cursó un año donde los Hermanos Cristianos, luego estudió en Ventanas y en Babahoyo.

Desde el 39 y junto a alguno de sus hermanos menores acompañaba a su padre en las visitas médicas porque los mayores estudiaban en Cuenca, también le asistía como auxiliar, pasándole las pinzas, los apósitos y desinfectantes, sin afectarle la magnitud de algunas heridas. Un día de 1940 no fue a clase por pedido de su padre para que le ayude a venir al mundo a un hermanito (Felipe Emilio) parto difícil y laborioso, el niño nació con el cordón umbilical atravesado, provocando la asfixia del neonato y casi muere.

Huérfano el 42, reinició sus estudios en el tercer curso del Colegio Eugenio Espejo de Babahoyo. Durante los inviernos trabajaba en la Sanidad al mando de una cuadrilla de seis personas, regando petróleo en las zanjas y pozos como parte del Programa para el control de la Malaria en el Ecuador, con un sueldomensual de cuatrocientos sucres. Allí aprendió a identificar las larvas de los mosquitos, interesándose para siempre en los insectos. También fue profesor en un Curso de Alfabetización para obreros de la Sanidad organizado por los directivos del Colegio de manera que llevó a los seis miembros de su cuadrilla, quienes al principio se negaron por vergüenza, pues eran adultos. Dictaba una hora de clase en las noches por sesenta sucres mensuales. Fue una época sacrificada, el sueldo lo entregaba a su madre viuda y con extensa familia.

Con el Oficial de la Imprenta del Colegio Espejo aprendió tipografía, a manejar la Caja alfabética para levantar las páginas de la Revista del plantel, a fundir rodillos, etc. y en ausencia de dicho Oficial el rector Guillermo Balarezo le confió la dirección, permitiéndole realizar como ayuda varios trabajos a particulares. Aparte cobraba los arriendos de las casas del convento de las madres Mañanitas. Augusto Baratau, que las administraba, les permitía ocupar uno de esos predios (1)

El 46 la familia se trasladó a Guayaquil, cursó los dos últimos años que le faltaban para terminar la secundaria en el Vicente Rocafuerte, tramitó la venta de las propiedades en Naranjal para incrementar un negocio que dirigía su hermano Elias. Vivían en 10 de Agosto y Chanduy.

El 48 alcanzó el bachillerato en Ciencias Biológicas e ingresó a la Oficina de Inmigración y Extranjería como archivero con cuatrocientos cincuenta sucres de sueldo. Afiliado al Seguro Social, se operó gratuitamente el pie con el Dr. Emiliano Crespo Toral, quien tuvo que hacerle cambio de tendones para que pudiera caminar. El 50 fue un año difícil por haber iniciado los estudios de Medicina con una úlcera en el pié como secuela del uso prolongado de yeso, cuya cicatrización se tornó difícil y le obligó a caminar con zapatillas y bastón; sin embargo, merced al apoyo que le brindó su compañero Francisco Mena en su casa, pudo aprobarlo; pero al año siguiente tuvo que guardar reposo y rehabilitó su salud merced a los cuidados de su hermano Víctor Alejandro.

El 52 reinició la carrera que alternó con el empleo de Visitador Médico. El Dr. Crespo Toral le llevó de Interno asu Clínica cuando funcionaba en Víctor Manuel Rendón y Chanduy. Después la trasladaría a un edificio propio en Machala y Hurtado. En ambos locales permaneció seis años modelando su formación. El Dr. Oswaldo Barrera Sosa le alentaba por su forma innata de ser y su dedicación afectuosa en el cuidado de los pacientes.

El año 52 había conocido a Glenda Chica Carpio al visitar a su familia llevando el saludo de su madre pues existía una antigua y buena amistad. El 57 se casaron y fueron felices. Ella se convirtió en la compañera de todas sus actividades, le ayudó en la preparación de su tesis doctoral, en el desarrollo de su vida profesional y procrearon cuatro hijos.

El 54 fue electo Delegado a la Junta de Facultad y el 56 al Consejo Universitario. El Decano Alfonso Martínez Aragón le pidió que dicte una charla en la Sesión Solemne de Aniversario y concebido el tema “Sugestiones estudiantiles por el progreso de la enseñanza universitaria”, resaltó el criterio de impulsar en forma idónea el sistema de enseñanza al márgen de actitudes políticas. Era miembro de la Juventud Universitaria Católica JUC. y director del Dispensario Médico gratuito ubicado en Leonidas Plaza y Febres Cordero, Parroquia “Las Animas.

El 58 egresó y su antiguo profesor Alfredo Ceballos Carrión le sugirió trabajar la tesis sobre la Histoplasmosis en pediatría como una contribución para el país. Al enfocar el tema solicitó bibliografía al Centro de Documentación Científica de México recibiendo los fundamentos. El Dr. Douglas C. Heiner, de la Universidad de Utah, quien había utilizado por primera vez el método de Inmunodifusión en Histoplasmosis, también le ayudó. Entonces inició la investigación llegando a obtener el suero de 360 pacientes del Hospital y de los Dispensarios de tuberculosis, así como de otros hospitales donde existía el problema del diagnóstico, aclarado con el examen al observar dobles bandas de precipitación, como resultado positivo para Histoplasmosis. Mas, con el paso del tiempo, al notar ciertas dificultades con la técnica del Dr. Heiner, realizó modificaciones a la fórmula del Agar, que le ha permitido obtener resultados precoces en tan solo veinte y cuatro horas.

Esta enfermedad es provocada por el hongo Histoplasma capsulatum y origina severas lesiones profundas, especialmente en los pulmones. En algunos casos las lesiones son parecidas a las que ocasiona la tuberculosis siendo difícil el diagnóstico y al progresar puede provocar la muerte. El Dr. Ceballos le recomendó concurrir al Instituto Nacional de Higiene a fin de establecer contactos con el Dr. José Daniel Rodríguez Maridueña, para la formación del trabajo como Director de Tesis. El hongo fue descubierto en 1905 por el Dr. Darling en varios enfermos del valle del rio Mississipi y aislado en tierra por el Dr. Aguirre Pequeño de Panamá en excremento de gallineros.

Su tesis en 164 págs. tituló “Investigación de la Histoplasmosis mediante la reacción de precipitación en gel – agar” y marcó un hito en la medicina ecuatoriana pues desde entonces se utiliza este método para el estudio serológico de las micosis profundas. El 14 de Diciembre de 1962 obtuvo el Doctorado en Medicina. y Ceballos Camón le dijo “Haz trabajado bien” y lo designó Médico auxiliar de la Sala San Vicente del Hospital “León Becerra” a pesar que nunca había sido interno en ese servicio Un año después, cuando el Dr. Heiner, autor de la técnica, conoció los resultados de su trabajo, lo felicitó desde los Estados Unidos por la minuciosidad de la investigación y su excelente sumario.

Por esa época se le confió el tratamiento de las micosis a través del Departamento de Micología del Instituto Nacional de Higiene y utilizó anphotericina B, fármaco de gran toxicidad y que por lo mismo requiere de mucha habilidad en su administración y en el 1er. Congreso ecuatoriano de Pediatría celebrado en Quito, presentó una síntesis de sus investigaciones, que apareció editada en las Memorias y en la Revista de la Sociedad de Pediatría de Guayaquil.

El 65 fue ascendido a Ayudante técnico del Departamento de Parasitología, Protozoología, Helmintología y Micología del mismo Instituto, donde laboró hasta el 66 que fue designado Jefe de la Sección de Micología con mejor sueldo, participó en el Simposio de Micosis profundas y en el Instituto Nacional de Higiene se comenzó a investigar la cardiopatía chagásica utilizando su método de auto inmunidad.

El 68 dirigió el Boletín del Colegio Médico del Guayas e introdujo en el Ecuador la inmunodifusión en el diagnóstico de la Blastomicosis sudamericana. Su consultorio en los altos de la Clínica Nacional estaba siempre lleno de pacientes e instaló un laboratorio especializado en investigaciones parasitarias y en general en toda clase de afecciones tropicales.

En 1971 colaboró en el instituto Nacional de Higiene con los Dres. Ernesto Briones y José Daniel Rodríguez Maridueña y publicaron en conjunto “South american blastomycosis” insertado como un capítulo de la gran obra “Management of fungus diseases of the Lungs”. Desde este año empezó a realizar bajo el auspicio de la U. de Guayaquil sus afamados Cursos intensivos en Micología médica, con participación de diversas notabilidades mundiales para lograr la formación de profesionales interesados en esta especialidad. En cada uno de estos Cursos ha comparecido con ponencias científicas novedosas

El 72 presentó la ponencia “Correlación serológica de la inmunodifusión en las micosis sistémicas en forma tabulada” en el i Simposio panamericano de Parapccidioidomicosis celebrado en Medellín. También concurrió al Congreso de Parococcidioidomicosis – Paracoccidioides brasilensis en los pulmones en Medellín, con un estudio evaluatorio de la inmunodifusión, demostrando la especificidad del método y sensibilidad de los antígenos que utilizaba en el Ecuador.

El 75 formó e inauguró el Museo de Parasitología y Micología de la U. de Guayaquil y la preparación del material para que la Micología sea incorporada en el pensum de estudio.

El 76 el Dr. Fava Netto del Brasil, al hacer una revisión crítica del estudio de la Paracoccidioidomicosis, reportó la participación del Dr. Ramón Lazo en la elaboración de antígeno filtrado para el tratamiento de este enfermedad en el instituto Nacional de Higiene.

El 77 realizó los cursos de adiestramiento en el manejo de las micosis pulmonares y presentó un informe con 99 casos de Paracoccidioidomicosis tratados por él en seis años. La Facultad de Medicina de la U. de Sao Paulo en el Brasil le presentó “como uno de los más eminentes micólogos de América Latina”.

En 1981 realizó un estudio médico bibliográfico sobre la última enfermedad y muerte del Libertador Bolívar, concluyendo que no puede ser desechada la posibilidad de una histoplasmosis pulmonar, pues esta dolencia presenta síntomas muy similares a los de la tuberculosis. Esta teoría despertó una infinidad de comentarios a nivel internacional. Sus compañeros del instituto Nacional de Higiene le homenajearon conjuntamente con el Dr. José Rumbea Guzmán.

En 1982 publicó “Enseñanza de Parasitología en la Facultad de Ciencias Médicas” presentando el desarrollo de la cátedra de Parasitología y las mejoras alcanzadas, así como los resultados obtenidos en los Cursos de Post grado celebrados en Guayaquil con la participación de notabilidades mundiales en Micología médica como los profesores Pablo Negroni, Libero Ajello, irving Kagan, Celeste Fava Netto, etc. Por esta época construyó una villa en la Ciudadela Kennedy, instaló su consultorio y laboratorio en los bajos y habitó en los altos.

En 1986 recibió del gobierno japonés la Orden de tercer grado del Tesoro Sagrado que le fue enviada por el Emperador Hiro Hito, siendo esta la primera vez que se otorgaba este premio a un ciudadano ecuatoriano no diplomático. El acto se llevó a cabo en la sede de la Embajada en Quito y finalizó con un brindis y una recepción.

El 87 fue presentado al Premio mundial de ciencias “Albert Einstein” por la comunidad científica universitaria de Guayaquil. El Consejo Cultural Mundial reunido en Heidelberg, Alemania, le otorgó su reconocimiento y publicó “Prevalencia de la Paracoccidioidomicosis e Histoplasmosis en la Cuenca del Guayas” siendo felicitado por el Departamento de Salud de los Estados Unidos, que consideró su obra como de vital importancia para el conocimiento de la medicina tropical.

En 1988 fue designado Miembro honorífico principal de la Comisión sectorial de Salud, del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología del Ecuador.

En 1989 presentó en Venezuela un amplísimo trabajo de evaluación de los enfermos de micosis observados por él desde 1960, anotando certeramente que este tipo de pacientes son inmunodeprimidos y por lo tanto fácil presa de cualquier otra enfermedad.

Además, en la mayor parte de los casos, son ejecutores de la economía familiar, por lo tanto, si cesa de trabajar para recibir asistencia hospitalaria larga, su familia deja de comer, de manera que el impacto socio económico de las micosis en el Ecuador es enorme.

Ese año el Comité de condecoraciones del Ministerio de Salud Pública le seleccionó como candidato ecuatoriano al Premio “Fundación Leon Bernard” que otorga la Organización Mundial de la Salud.

Desde el 90 formó parte del Comité científico editorial de la Revista iberoamericana de Micología que se edita en Barcelona y está considerada una de las más importantes del mundo en dicha especialidad. En 1995 integró la delegación de científicos del mundo que viajaron invitados por la organización internacional “People to people” y visitaron China y Mongolia

En 1996 presentó en el Uruguay la “Historia de la Paracoccidioidomicosis en el Ecuador y un resumen de este trabajo apareció en la Revista Argentina de Micología. En 1998 fue designado Profesor honorario de la U. de Guayaquil y contribuyó al i Encuentro de Academias Nacionales llevado a cabo en Quito con una “Historia de la Micología ecuatoriana” con datos recogidos del siglo XIX cuando el Dr. José Maria Troya realizó notables contribuciones al conocimiento de esta nueva ciencia, los trabajos de los Dres. Luís A. León Vinueza, Julio Alvarez Crespo y José Daniel Rodríguez Maridueña.

El 17 de Enero de 1999, tras violenta enfermedad, falleció su esposa. El dolor hizo presa de él, había perdido a su fiel compañera, a su inseparable amiga y estrecha colaboradora en todos y en cada uno de sus trabajos científicos hasta pocos días antes, pero su fe en Dios y la presencia de sus hijos le hizo retomar las diarias actividades y volvió a atender a sus numerosos pacientes.

En Enero del 2000 fue seleccionado por la U. de Guayaquil entre sus investigadores para presentarlo como candidato único a la primera edición del Premio CAF – Corporación Andina de Fomento – organizado por la Secretaría Nacional de Ciencia y Tecnología SENACYT, por su meritoria y sacrificada labor de cuarenta años de investigación continua en el difícil campo de las micosis y por su contribución al introducir en el país el método de inmunodifusión, que se sigue usando para detectar la Hictoplasmosis mediante la reacción de precipitación en Agar Gel.

El 2005 los Ministros de Salud del Area Andina, miembros del Convenio Internacional Hipólito Unanue, le confirieron en Bogotá la Orden al Mérito en Salud Andina en el grado de Gran Cruz. En Diciembre el gobierno ecuatoriano le otorgó el mayor galardón en la especialidad de ciencias, el Premio Nacional de Cultura Eugenio Espejo, en consideración a su participación desde 1975 en cinco proyectos de la Organización Mundial de la Salud en el área de la investigación, a saber: 1) Paracoccidioidomicosis

e Histoplasmosis en la cuenca del Guayas, 2) Oncocercosis entre sud y centro América, 3) Angiostrongiliasis abdominal en el Ecuador, 4) Aflatoxinas y otras Micotoxinas en los alimentos, y 5) Enfermedades infecciosas tropicales en Latinoamérica .

En Mayo del 2006 realizó el masterado en Salud Pública con la tesis “Morbimortalidad de pacientes con micosis sistemáticas que abandonaron el control y tratamiento.” En Diciembre recibió el título de Especialista en Parasitología y Micología por el Conesup. El 2007 fue designado miembro fundador del Consejo Académico científico de la Facultad de Ciencias Médicas de la UESS de Guayaquil. La Academia Ecuatoriana de Medicina le otorgó el Primer Premio al mejor trabajo de investigación nacional durante el período 2010 al 2012. En Diciembre del 2014 fue designado Profesor Honorario de la Facultad de Ciencias Médicas de la U. de Guayaquil.

De estatura regular, complexión robusta, tez blanca canela, ojos y pelo negro. “Tiene un hermoso carácter que atrae y da confianza”. Su mirada bondadosa, sus gestos rápidos y una generosidad increíble que se traduce en el trato que otorga a sus pacientes y en la dedicación que pone en todos sus trabajos, especialmente en los de grupo con sus alumnos, le recomienda. Por sus investigaciones está considerado internacionalmente entre los mayores especialistas en medicina tropical en nuestra Patria.

En sus momentos libres toca piano para distraerse, casi siempre música ligera de carácter popular y entre las curiosidades heredadas de su padre conserva un rarísimo instrumento del siglo XIX y de fabricación artesanal cuencana, denominado arpa – guitarra, que se encuentra en magníficas condiciones y quizá sea el único en su clase en el país.