LA MANA : El gato descabezado

SUCEDIÓ EN LA MANÁ
EL GATO DESCABEZADO

Cuentan personas de respeto en la Maná, antiguo campamento que hoy se ha transformado en una floreciente parroquia agraria cercana a Quevedo y a Santo Domingo, que en los comienzos de los años 80 vivía un gambusino solitario, cuyo único acompañante y amigo era un hermoso gato romano de varios colores, pero tirando a tonos anaranjados. Este gato sin nombre era dócil y manso a más no poder y una noche fue descabezado por varios pillastres que 1o sorprendieron dormido. La broma, tuvo sus ribetes trágicos porque el campesino se sintió tan profundamente deprimido que a los pocos días se suicidó. Que alguien pierda la vida por culpa de un gato ya sería raro, pero que se suicide es algo que no se puede comprender y sin embargo así ocurrió. 

Pero he aquí que el espíritu del gato comenzó a aparecerse por el poblado en noches obscuras cuando La Maná se vuelve un cementerio, pues antes de las ocho se cierran las puertas de las casas y como no hay cantinas, todo queda solitario y es allí cuando se comienzan a escuchar unos horrorosos maullidos, posiblemente los mismos que lanzaría el animal cuando comenzaron a torturarlo, que el descabezamiento fue lo último que le ocurrió.  

El Cura del sector que es buena persona ha hecho singulares esfuerzos por encontrarle remedio al problema gatuno pero todo ha sido en vano, Juan Muirriagui, antiguo vecino del sector, tiene en cambio otra explicación. Para él  el asunto es menos complicado y sólo se trata de alguna jugarreta que están naciendo los mismos muchachos, que no se cansan de explotar el temor que inspira el recuerdo del gato descabezado; mas hay personas que juran que no puede ser esto verdad porque los maullidos son reales, como venidos de ultratumba y tienen una intensidad mucho mayor a lo normal. 

Felipe Poveda trabajador en la hacienda “El Gatillo” y certificó que en días pasados cuando iba por un camino vecinal cercano a La Maná, empezó a sentir un ligero cosquilleo y acto seguido la sensación de estar siendo perseguido por algo. Volvió a ver pero no encontró nada anormal. Solamente que era de noche y su linterna alumbraba poco. Unos metros más allá volvió a sentirse perseguido y sólo fue entonces cuando escuchó con gran certeza que se trataba de un gato o de algo parecido, por el ronroneo característico de los felinos. Primero en tono bajito, pero al poco rato fue algo horroroso, que crispaba los nervios, porque se trataba de un asunto de carácter demoníaco y grave. 

Persignadas y otros ademanes característicos en esta clase de situaciones no sirvieron de nada y sólo atinó a correr como alma que lleva el diablo y así estuvo corriendo largo trecho, siempre con el susto de los maullidos, hasta que fueron desapareciendo tan misteriosamente como habían comenzado. Experiencia rara y alucinante, realismo mágico, simplemente posesión diabólica o misterios del más allá. La respuesta la tiene cada cual según sus creencias, pero en La Maná se habla mucho del gato descabezado y quienes lo victimaron ya no se encuentran en el poblado.