KEEDING EKKEHAR

HISTORIADOR DE LAS IDEAS EN LA AUDIENCIA.- “Nací el día 5 de julio de 1940 en Berlín, durante la Segunda Guerra Mundial. Mi padre Hans Keeding, como noveno hijo de una familia de campesinos de la antigua Prusia, ganó una beca de la Universidad Humboldt de Berlín para estudiar periodismo y el 43 encontró trabajo como archivero en el Ministerio del Interior. Mi madre Erika Heuer tenía mucha facilidad para los idiomas y desde 1930 vivió seis años en Francia. El 38 se casó en Bremen con mi padre, pasaron a residir en Berlín y el 43 en Viena. Ante la invasión de los soviéticos el 44 mi padre tuvoque servir en el ejército alemán, fue herido y en Abril del 45 pudo unirse a la familia; en junio fugamos a la casa de los abuelos en Bremen, donde crecimos mi hermano Hagen y yo junto a nuestros padres hasta obtener el bachillerato (grado del Abitur alemán) a comienzos de 1960”.

“Practicaba mucho el atletismo, aprendí a tocar piano y desempeñé pequeños papeles en el Teatro estatal de Bremen hasta cumplir los

19 años, tanto en ópera como en dramas clásicos y modernos. Quería estudiar arte dramático, lo cual, sin embargo, dejé pronto, emprendiendo los estudios de literaturas germano

  • alemanas, de historia universal, filosofía y culturas hispánicas en la Universidad de Munich. Seguí los cursos que dictaban profesores deextraordinaria valía como Romano Guardini, v. Stauffenberg, hermano del ejecutor del atentado fracasado contra Hitler en 1944, y FranzSchnabel, especialista de la historia del siglo XIX europeo. Con carretillas transportaba cemento y arena a fin de ganar dinero para cubrir los costos de matrículas, durante los primeros años.”

“Entre 1962 y el 63 concurrí a la Universidad de Valladolid en Castilla y seguí literatura y filosofía hispánicas, realizando traducciones detextos universitarios alemanes al español. Admiraba las clases concisas del

profesor de historia Fernández Suárez y participaba en las excelentes excursiones realizadas por su colega vasco en arte, Azcárate. Jugabafútbol en la facultad y aún mantengo los mejores contactos con mis compañeros y amigos de estudio y con la familia española que me ofreció un hospedaje ejemplar y amistoso.”

“En 1965, becado por el gobierno español, tomé el Curso filológico de primavera de la universidad de Salamanca, trabajando el resto del año con sueldo, como asistente de la cátedra de literaturas alemanas en la Universidad de Mainz en Maguncia. En 1967 terminé allí mis estudios con la licenciatura en pedagogía y filosofía con excelentes notas; me casé con Edda Schneider nacida en 1.942, enfermera deoperaciones cardiacas de la Clínica universitaria de Maguncia, donde vivimos. Mi esposa dejó de trabajar cuando nacieron nuestros dos hijos, para dedicarse solamente a ellos”.

“Mientras estudiaba en España se despertó dentro de mí un gran interés por la historia de las ideas de los pueblos europeos, por sus influencias mutuas como por sus divergencias históricas inevitables. Decidí en 1968 trasladarme a Quito en los Andes ecuatorianos comodirigente del departamento de alemán, tanto de la Pontificia Universidad Católica como de la Univ. Central. Llegué como historiador, literato y pedagogo formado, me impresionó el aroma de eucalipto, la inmensa visión del volcán Pichincha ante portas, encontrando unclima y un sol permanentes. Mi esposa arribó a Quito con nuestro primer hijo Ulrich tres meses más tarde en 1969, el segundo Boris nació en Quito en 1972. Entre mis principales aventuras declaro que coroné el Cotopaxi en 1971 con varios compañeros del grupo de andinistas Nuevos Horizontes, y formé en 1972 el grupo de Teatro Alemán compuesto de estudiantes y profesores de varias universidades y del Colegio Alemán. En 1974 llegamos a poner en escena doce obras de lengua alemana en Guayaquil y en Quito.”

“Hasta 1974, el trabajo académico de casi seis años en el Ecuador había definido mi vida. Dictaba conferencias en la Asociación Humboldt de Quito a los alemanes emigrantes de diferentes épocas; las presentaba también en las Universidades de Guayaquil, Cuenca y Lojacomo parte de mi trabajo académico. Llegué a admirar los éxitos de universitarios del Ecuador en la lengua y literatura alemanas pero

sobretodo me impresionó la riqueza e importancia de los archivos históricos y las múltiples bibliotecas coloniales de Quito. Ganada la confianza de conocidos historiadores por nuestras conversaciones sobre la evaluación de los hechos históricos ecuatorianostomé la decisión de llegar a conocer profundamente la historia del país, y especialmente las ideas del siglo XVIII, que fue el de la Ilustración y comencé a perseguir sus huellas y a descubrir capítulos desconocidos.”

“Entre 1973 y 1974 salieron a luz en BANH Quito mis tres primeras investigaciones históricas acerca del cultivo de las ciencias naturales durante el siglo XVIII y sobre las banderitas rojas aparecidas en octubre de 1794 en Quito. Con su llamado a “sed libres” pues ellas inician los actos revolucionarios. La Universidad de Colonia recibió en 1981 mi tesis doctoral sobre la historia de Quitopublicandola el 83 en 591 págs. con el título “La Ilustración en la Provincia de Quito 1725 – 1812” (Colonia, Viena: ed. Böhlau).

“Mi trabajo como director de estudios en la Renania Palatina me permitió tanto en 1987 salir con mi familia a Sao Pablo, Brasilpor 7 años, como responsable del alemán para extranjeros (formación de profesores brasileños) en el Colegio V. de Porto Seguro. Entre 1996 y el 2001 vivimos nuevamente en Quito, trabajando como Rector del Colegio Alemán. Fui responsable para el mismo nivel de estudios entre los colegios alemanes de Venezuela, Colombia y el Ecuador; introduje el sistema de evaluación de los profesores e hice abreviar los estudios de 13 a 12 años. Seguía dando conferencias y ofreciendo Noches de cultura con referencia a una revolución real de las ideas, incontenible y necesaria cuando Quito decidió progresar hacia la edad moderna, período que comprende los setenta años anteriores a 1812.”

“Mientras tanto, numerosos viajes con estudiantes a Berlín, Praga, París y Viena, las presentaciones propias de piezas de teatro alemán, e inclusive las reseñas culturales en periódicos alemanes y quiteños, formaban parte de mis ocupaciones. A más de loscuatro trabajos arriba mencionados, salieron a la imprenta mis estudios sobre Quito: “La recepción de la filosofía de G.W. Leibniz en Quito… siglo XVIII” (ed.alemana, Pirmasens 1978) “La polémica del Nuevo Mundo en el Quito del siglo XVIII” presentada comoponencia en el primer Simposio

europeo sobre Antropología del Ecuador (Bonn, ed. esp. Quito 1985) “La historia de las ideas de Quito y su influjo en la Independencia”:presentación y análisis de mis trabajos en “El Comercio”, 2 de mayo de 1984, por el abogado Dr. Catón Villacreces

“Mis ocupaciones profesionales a partir de 1996 en Quito nuevamente me pusieron en contacto con muchos de los colegas universitarios yaconocidos. El Banco Central ofreció publicar mi libro de 1983 en versión en español, el cual había presentado en acto académico en el Museo Jijón y Caamaño en 1.984. Las traducciones complicadas se terminaron el 2003 de manera que salió a luz el 20 de enero de 2005 bajo el título de “Surge la Nación. La Ilustración en la Audiencia de Quito 1725-1812” con 732 pág., 44 fotos, 1646 notas de pié, pasta dura, entendiendose bajoeste título un desarrollo mental e intelectual de toda una región, que antes de la revolución del 10 de Agosto de 1809 había declarado suindependencia ideológica de España. Por estos aspectos de comercio, de lecturas universales – en parte prohibidas – de pedagogía y ciencias asícomo de política general y monetaria sobre todo, la nación tomó forma y surgió por encima de lo común en Hispanoamérica. El análisis decampos y fuentes de trabajo aparentemente opuestos entre sí, como son la evasión de la moneda de metal precioso por un lado, y las crecientes lecturas privadas de personas apenas conocidas por el otro, formaron una situación de ineficacia creciente de los últimos intentos políticos de España en Quito. También el conocimiento profundo de los “Diarios de viaje” de Alexander von Humboldt para aquella edición de 2005 me posibilitó comprender de manera más precisa ciertas alusiones a la “América del Norte y Sur”, a la Suiza, a la “gloriousrevolution” británica y al “happiness” de los nacientes Estados Unidos de Norte América, a la Condamine, Musschenbroek, a Kepler, a IsaacNewton tanto como a los estudios de ingeniería, de lenguas europeas, de las matemáticas y la medicina, conocidos abiertamente por un buen número de lectores en la Audiencia de Quito antes de la visita de Humboldt en 1802”.

“La publicación de “Surge la Nación” me motivó a dictar conferencias ante la Academia de las Ciencias y el Instituto Ibero – Americano, ambos en Berlín, así como en Maguncia y presenté en ponencia ante el Congreso histórico Eugenio Espejo realizado entre Ibarra y Quito por laUniversidad Andina de

Quito en julio del 2006, con el título “El inicio de la Independencia de Quito durante el siglo XVIII” en 25 págs.

“A mi obra le hace falta muchas biografías de personajes importantes entre los ilustrados tempranos del siglo XVIII. Mientras tanto, elMunicipio de Quito publicó mi último estudio histórico “Miguel Antonio Rodríguez: La Nación en la forja” en el No. 4 de la revista Patrimonio de Quito, abril de 2007, en 10 págs. La biografía intelectual de Rodríguez, personaje eminente, tanto de la Universidad secularizada de Santo Tomás, como de la revolución política de Quito, la tengo en preparación”.

“Así pues, mis investigaciones para la historiografía del Ecuador aún no terminan. Pienso en los años 2009 al 2012 y espero contribuir con nuevas importantes ponencias.   Durante los dieciocho años que pasé con mi familia en Sudamérica, crucé cuarenta y dos veces el Atlántico en avión y tengo grabadas en mi memoria las maravillosas vistas de los Andes, las luces de las grandes ciudades, la inmensidad de la selvaamazónica, la cumbre del Cotopaxi, con sus peligrosas grietas y el hielo casi azul de las alturas. Recuerdo la noche final del Concurso de canciones navideñas organizado en 1972 por la Universidad Católica de Quito, que ganaron cuarenta estudiantes alemanes con villancicosrománticos del Rhin.”

“Entre mis divertidas aventuras está la de haberme encontrado encerrado en 1972 con una de las amables señoritas de la biblioteca de la Universidad Central en una de las bodegas, entre la una y las tres de la tarde, sin teléfono para avisar en casa y gritando por las rejas de la puerta a los transeúntes, que se reían de nosotros porque pensaban que estabamos bromeando. En otra ocasión pasé dos meses en labiblioteca del Convento del Carmen bajo de monjas de clausura de velo negro, leyendo viejos infolios ante las miradas escrutadoras de la monja abadesa y sus congéneres.”

Alto, delgado, musculoso, está jubilado y peina canas pero no ha perdido su innata curiosidad por seguir investigando y conocer. De inteligencia abstracta, domina la filosofía y la historia y su obra se ha convertido en un clásico de las bellas letras ecuatorianas porque estudia un período desconocido, por la amplitud de datos que contiene y por las revelaciones que traen sus múltiples conclusiones.