ASPIAZU Y AVILES JOSÉ MARÍA

AGRICULTOR. Nació en la villa de Baba, actual provincia de Los Ríos, el 17 de Octubre de 1794, bautizado el día 23 de ese mes, hijo legítimo de Julián Antonio de Aspiazu y Bonechea natural de Guetaira, Viscaya, España, Colector de Rentas Reales del partido de Palenque en 1800, Teniente de Gobernador y Justicia Mayor en 1804, Alcalde de la Santa Hermandad en 1807, Teniente de la Punta de Santa Elena en 1819, y de María Ignacia de Avilés y Gorostiza, guayaquileña.

En 1799 pasó a Vinces y concurrió a la escuela de los padres mercedarios donde recibió las primeras letras, posteriormente vino a Guayaquil y estudió con profesores particulares.

En 1813 moraba en una de las haciendas de su padre en Palenque y enamoró a María Rosa Coto y Chiavaudis – menor de edad como él – pues había nacido el 5 de marzo de 1795, quien vivía en la hacienda “Loreto” junto a Palenque, con su madre, su padrastro Pedro de Aragundi y Vera y dos hermanas menores; pero Aragundi se opuso a estos amores por considerar que eran muy jóvenes pero el pretendiente se dio mañas para raptarla y fue con ella a la hacienda “Santa Rosa” en Vinces, propiedad del español Gabriel García Gómez, donde la dejó encargada a Mercedes Moreno de García, con la consigna que la trajera a vivir a Guayaquil, como así ocurrió.

Mientras tanto Aragundi había tomado sus medidas y vino al puerto en persecución de los novios, encontrándose con la novedad anotada y abierto un expediente de “Disenso” para ver si procedía el matrimonio, se pusieron de acuerdo los parientes de ambos y al fin, el 22 de agosto de ese año, se realizó el tan ansiado enlace en la capilla del Hospital de San Juan de Dios, en presencia del Capellán fray Gregorio Bustamante y con la intervención de numerosos amigos.

Los novios viajaron a Palenque y Aspiazu comenzó a trabajar los cacaotales de la huerta “Jesús María” frente a Puerto Palenque, que limpió e hizo fructificar. El 8 de abril de 1817 murió la suegra de Aspiazu dejando 7.354 pesos de herencia a cada una de sus tres hijas, en bienes ubicados en las cercanías de Palenque tales como las hacienda “La Revesa”. “El Rincón” y “Casa grande de Piscano” y algunos derechos de sitio y ganado.

En 1819 enfermó su padre y fue a buscar mejores climas en Santa Elena; José María pasó a cuidar las haciendas paternas y siguió haciéndolo hasta 1830, que falleció don Julián Antonio. Ese año fue designado por el Cabildo de Guayaquil para el desempeño del cargo de Teniente de Corregidor de San Nicolás Tolentino de Palenque. En 1833 adquirió la gran hacienda “Aguacatal de las Garzas”, de dieciséis mil cuatrocientas hectáreas, en la zona de Palenque, a su propietaria Mercedes Rimbaud, para aprovechar los bajiales en verano que permanecían húmedos y con pasto y las orillas del rio Palenque fueron sembradas de cacao. En 1834 remató los sitios de “Palmar”, “San Gabriel” y “Bolsa”. En 1835 y con José Joaquín Carbo Mesa fue designado “Elector por Baba” y ambos votaron por la elección de Vicente Rocafuerte para la presidencia de la República.

En 1840 fue miembro de la “Sociedad de Agricultura” fundada para atraer inmigrantes alemanes a la costa ecuatoriana, proyecto que fracasó por la escasez de mano de obra esclava. En 1842 compró las haciendas “La Loma” en Palenque y “Casa Quemada” en Puebloviejo, extendiendo sus dominios hacia el norte.

Entonces vivía separado de su cónyuge que estaba educando a los niños en Vinces. Ella murió el 21 de enero de 1843. En 1844 adquirió la hacienda “Soledad” en Palenque, en dieciocho mil setecientos setenta y seis pesos a su dueña María Aróstegui y se convirtió en el primer propietario de la región. El 30 de septiembre de ese año dio poder para testar a su hijo mayor llamado Pedro de treinta años de edad y el 12 de diciembre contrajo segundas nupcias con su cuñada Luz Coto Chiavaudis, en quien había procreado a Mercedes Coto Aspiazu de donde procede la familia Farfán Lavayen.

Para 1847 estaba achacoso, a pesar que aún era joven pues sólo tenía cincuenta y tres años y viajó a convalecer a El Morro, posiblemente de la enfermedad que más vidas cobraba en esa época la tuberculosis y sintiéndose mejor regresó a su casa de Guayaquil, ubicada en la primera cuadra de la Avenida 9 de octubre, entre Malecón y Pichincha, donde falleció el 2 de enero de 1848, siendo enterrado el día 4 en el Cementerio General.

A principios de este siglo y a causa de un fuerte aguacero se derrumbaron algunas bóvedas antiguas y entre ellas la de Aspiazu, sus restos fueron recogidos y trasladados al Mausoleo familiar, donde aún se conservan.

Gran trabajador y uno de los impulsadores de la agricultura del litoral. Dejó un hato de mil quinientas reses, cantidad enorme para la época y una producción de dos mil cuatrocientos quintales de cacao al año.

“Voluntarioso, alerta, sociable, jovial y ojo alegre. Laborioso y perseverante, simpático en su trato, aunque muy metido en las labores agrícolas que no le dejaban tiempo para la vida de ciudad”.

Su bisnieto el Ingeniero Miguel Aspiazu Carbo hizo donación en 1963 a la Universidad de Guayaquil, de la reserva de Jauneche donde funciona la estación biológica Pedro Franco Dávila.