SUCEDIO EN JARAMIJO
EL ENIGMA DE LOS PRESENTIMIENTOS

La noche caía pesadamente y una densa bruma entristecía el ambiente. José Crespo era viejo marino pero no recordaba haberse encontrado en mayor depresión durante toda su vida. ¿Qué estaría pasando en su casa? Con esta desesperación y casi axiomáticamente atracó la canoa y sin preocuparse de la pesca que había sido escasa, corrió más que caminó hacia donde había dejado a su familia normalmente por la mañana, para encontrar un cuadro desgarrador, pues había muerto su padre.
Crespo comprendió que sus presentimientos jamás le traicionaban. En otras ocasiones había tenido parecidas tristezas aunque no tan fuertes. Era como si algo enturbiara su ánimo, pero no atinaba a pensar en la causa. ¿Sería una anticipación? ¿Premoniciones tontas?
Ocho años antes le había sucedido que estando en el pueblo sintió de pronto una tristeza tal que no atinaba a comprender. Claro que antes no había tenido esta clase de fenómenos y la falta de experiencia se paga. Por ello siguió en sus asuntos y sólo media hora después al regresar a su casa fue informado del fallecimiento de su hermano mayor, marino igual que él, ausente en Panamá.
Me voy a asustar siempre que tenga estos presentimientos, se dijo para sí, pero la vida envuelve y engaña haciéndonos olvidar nuestras promesas y pasó el tiempo y no volvió a recordar y cuando a los seis años se repitió el fenómeno, fue con motivo de la muerte de su primo Rafael, tan querido pues que más parecían hermanos por haberse criado juntos y ser de la misma edad.
Cuando estuve en Jaramijó el año 1.955 don Pepe ya era un otoñal anciano de barba blanca, pero tan locuaz que lo tenían por el oráculo del pueblo. En el hotelito comarcano y bucólico, cuando alguien no tenía que hacer conversaba con él. Siempre alegraba con algún cuento o chascarrillo verde, que ninguno de los que salían de sus labios eran rojizos.
Entonces me contó que talvez moriría con esa curiosidad, pues nunca se había explicado él por qué de sus presentimientos y como yo he sido muy servicial le dije que si encontraba algo acerca de sus percepciones le enviaría el dato por correo.
Nuevamente en Guayaquil me dediqué a buscar la explicación y en el libro “Sea Ud. mismo” de Jeremy Rafuli, publicado en Norfolk, New Jersey, encontré lo siguiente:
Presentimientos: “Dícese de la percepción que tienen ciertas personas para sentir anticipadamente o al mismo tiempo sucesos que acontecerán o están aconteciendo en otros sitios”. “Luego al entrar en materia clasifica los presentimientos en emotivos y visionarios, sea que solamente se sienta algo extraño o se llegue a “ver, oír y palpar”, aunque también el sentido del olfato puede entrar en juego. Los de don Pepe Crespo eran primarios o emotivos, malestares simples, pero existen otras personas que entran en paroxismos de terror pues sus presentimientos son más vívidos, casi reales.