DIBUJANTE.-Nació en Guayaquil en 1898 en la casa mixta propiedad de su padre ubicada en las inmediaciones del Mercado Central en Ballén entre Lorenzo de Garaycoa y 6 de Marzo. Hijo legítimo de Alejandro Jaime Martínez, guayaquileño, de profesión Escribano Público en el puerto principal y una economía saneada, y de Beatriz Salinas Tamayo, nacida en El Salitre. Fue el cuarto de una familia compuesta de seis hermanos.
Estudió la primaria en una escuela fiscal y la secundaria en el Vicente Rocafuerte pero se retiró en el cuarto año. Era un muchacho retraído y autodidacta que en el altillo de su casa pasaba el tiempo dibujando a tinta china, recitando y haciendo versos, leyendo revistas españolas y hasta aprendió el francés con la ayuda de Diccionarios.
En 1917 se inició como dibujante en el primer número de la revista “La Ilustración.” En 1918 Carlos Manuel Noboa le contrató para su empresa denominada “La Prensa Libre” se hizo conocer, comenzó una columna satírica y en verso titulada “La semana a golpe de crayón”. Entonces creó un muñequito nominado “Juan Pueblo” que representó al habitante pobre de la urbe.
En 1920 colaboró con su amigo el dibujante Teobaldo Constante García en la revista satírica “Momo” creada por Cyrano Tama Paz. El 22 pasó a dibujar en el diario “El Guante” de los hermanos Avilés Minuche donde laboró hasta que se produjo su clausura definitiva en 1926 por razones políticas, pues el diario tenía una posición contraria a los postulados de la llamada Revolución Juliana.
Hacía caricaturas, versos que no pasaban de décimas, dibujaba artisticos pergaminos a colores y pintaba cuadros al óleo. En 1925 dio clases de dibujo al joven Luís Wallpher Bermeo, que después siguió aprendiendo con Roura, Bellolio y Pacciani y finalmente se ausentó a Bolivia donde vivió largos años.
A principios del 26 se reunió con varios artistas para organizar una Exposición de los mejores dibujos artísticos y humorísticos publicados en la prensa guayaquileña.
El 31 su amigo el pintor Mario Kirby le llevó a la redacción de la revista “Semana Gráfica” que editaba el diario El Telégrafo” en papel coushet y salía bajo la dirección de José Santiago Castillo y creó la sección “Kaleidoscopio” con caricaturas políticas, volvio a aparecer su personaje Juan Pueblo que originalmente tenía un gorro de papel periódico y vestía andrajoso, convertido desde sus comienzos en el símbolo de la ciudad de Guayaquil aunque en 1992 en la alcaldía de León Febres Cordero, el pintor Luís Peñaherrera Bermeo le modernizó con una guayabera blanca, pantalón celeste, zapatos negros y gorra con una estrella símbolo de guayaquil.
Ese año 31 contrajo matrimonio con María Roggiero Espinosa con tres hijos, formó parte del grupo artístico literario “Alere Flamma” fundado por el escultor italiano Enrico Pacciani y con su amigo Carlos Zevallos Menéndez presentó una Exposición con doscientos dibujos a tinta china con motivos punáes, tomados directamente de los tiestos cerámicos encontrados en las pampas de dicha isla. Unos motivos eran zoomorfos, otros antropomorfos ^ y reveló al país el alto grado de
desarrollo artístico del pueblo Chimú. En los años 30 se pasó al Universo, mantuvo una columna diaria titulada “El Minuto Gráfico,” que firmaba como “Don Claro Mirón,” realizó las caricaturas que acompañaban los “Jueves Alegres” de José Antonio Campos Maingon, ilustró las Coplas de Adel Celinas. Todo lo suyo era claro, ingenioso y elegante, pues enfocaba con fina ironía el quehacer político de la ciudad y el país. En 1.938 fue contratado por la Lotería de la Junta de Beneficencia de Guayaquil con sueldo fijo y puso oficina en Panamá y Junín que denominó “Publicidad Inca.”
En 1944 editó el libro de dibujos “Todo tiempo pasado fue mejor, ayer y hoy” que tuvo una rápida difusión. El 1 de Octubre de 1945, con motivo del fallecimiento prematuro de su amigo el líder obrero Víctor Hugo Briones, ahogado en la ría tras chocar la lancha en que venía de vuelta a Guayaquil con la cadena de hierro de una nave de la Grace Line, publicó una caricatura titulada: Profesor. Escuela Fiscal No. 4 Antonio José de Sucre”.
Era socio del Círculo de periodistas deportivos del Guayas, de la Asociación de Dibujantes y pintores del Guayas y de la Unión Nacional de Periodistas cosas de alguna forma.
En 1943 su madre consiguió trabajo como doméstica de la familia Arzube Payeze, a donde llevó a vivir a su pequeño hijo. Desde entonces mejoraron de situación y dejaron de pasar hambre. La casa era de construcción mixta y estaba situada en Boyacá, en mitad de la cuadra entre P. Ycaza y 9 de Octubre, después fue vendida a Pompilio Ulloa y en los bajos funcionó el vespertino “La Prensa”.
El 44 Jorge Arzube Payeze lo puso de mensajero en la Empresa Eléctrica con cien sucres mensuales pero como era rebelde y molestoso, se mostraba inquieto; su madre, que era maravillosa, consiguió enviarlo en Septiembre al internado del Colegio Técnico de Artes y Oficios Don Bosco, que los Salesianos mantenían en Quito, siendo su tutora Ana Luisa Enríquez de Ponce. Allí tuvo problemas, no le agradó la sastrería sino la mecánica, finalmente salió a Riobamba donde se estaba recuperando su madre de una debilidad pulmonar. Durante su estadía en el Don Bosco realizó pequeños papeles como miembro de un grupo de actores aficionados.
En la capital del Chimborazo habitó con ella en un departamentito en la Colón y Colombia y el Alcalde Gonzalo Dávalos, por influencia de Camilo Ponce Enríquez le empleó de cadenero ayudante de topógrafo.
Meses después, al cambiar la administración municipal se quedó sin empleo y volvió a Quito, leía mucho y desordenadamente, quiso sistematizar sus conocimientos, entró de oyente a la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Central, recibió clases de Humberto Vacas Gómez, José Ignacio LIerena, Alejandro Carrión Aguirre, Edmundo Rivadeneira, etc. y para ayudarse vendía libros. En ese ambiente trabó amistad con varios dirigentes marxistas y casi sin quererlo se vio formando parte de los grupos comunistas de la capital a través de una de las cédulas del barrio de San Marcos.
El 47 consiguió trabajo como copista de demandas en el Juzgado Primero Cantonal por recomendación del Dr. Jorge Mora Reyes. Era activista político, cumplía consignas, pegaba carteles, vendía el semanario “El Pueblo” y por oponerse al gobierno del Dr. Velasco Ibarra cayó varias veces detenido, aunque a las pocas horas lo sacaban sus camaradas.
El 48 viajó a Milagro de cadenero de la Caja de Riego. Allí permaneció algunos presidente Jacobo Arbenz, salió en una manifestación de protesta por las calles principales del puerto y al llegar a la plaza de San Francisco fueron atacados por la policía. “Hugo Salazar Tamariz y yo íbamos de abanderados. Hugo llevaba la bandera de Guatemala y yo la de la Universidad de Guayaquil. En eso nos cayeron a culatazos por la espalda. Empecé a sangrar abundantemente y para salvarme se me ocurrió gritarles ¡Soy tuberculoso, Carajo! y comencé a escupirles a la cara. La sorpresa fue grande, los policías se aterraron y se abrieron y pudimos escapar a toda carrera al viejo edificio esquinero donde funcionaba radio El Mundo, donde nos escondió tan bien nuestro amigo Francisco del Castillo, a) Paco del Casty, que por más que nos buscaron los policías no nos pudieron hallar”.
“Esa noche me internaron en el Hospital General pues se temía que tuviera reventado los pulmones y a los dos días fui conducido a LEA porque Edgard Ramírez Estrada diagnosticó que estaba tuberculoso, pero al hacerme los exámenes comprobaron que solo me encontraba débil y el Director Mauro Madero Moreira, que me conocía desde el Núcleo del Guayas por ser también escritor, decidió someterme durante algunas semanas a un tratamiento intensivo para que recupere las fuerzas”.
“Una tarde tuve un fuerte altercado con una enfermera que quiso ponerme en la boca un termómetro inútil porque había perdido el mercurio. El Dr. Madero le creyó más a ella que a mí y me retó amigablemente pero como estaba deprimido intenté suicidarme cortándome las venas de una muñeca dentro del cuarto de baño. Me socorrieron a tiempo pero aún tengo las señas. Al día siguiente me visitó Alfredo Palacios para aconsejarme, pidiéndome que viera de casarme para tener motivos para vivir. Entonces decidí ir a Quito y pasé al Hospital San Juan de Dios, donde reaccioné contra el sistema castrante de los médicos que no respetaban a los pacientes humildes y los trataban mal. Me tomaron por sorpresa y con una inyección fui dormido y trasladado al manicomio, pero al mes pude huir, convencido de que no estaba loco ni cosa por el estilo sino que así era de exaltado mi carácter, enemigo de todo abuso proveniente de autoridad”.
“El 55 pasé hambre pero hice mucha poesía. Prácticamente vivía en la Casa de la Cultura frecuentando artistas e intelectuales, de esa época tengoanécdotas fascinantes
“Cierta tarde me llamó Jorge Enrique Adoum para devolver me unos poemas que le había entregado y me pregunto ¿Qué hace Ud. Camarada? ¿A qué se dedica? A nada, le respondí, porque era la verdad. El agregó: Dedíquese a algo útil Ud. No es poeta, haga algo que le proporcione lo suficiente para vivir. César Dávila Andrade, que estaba cerca, le arrebató mis poemas y tras leerlos rápidamente me los devolvió con gesto amable y cariñoso y dijo: No le haga caso a Jorge Enrique, Ud. si es poeta, pero tendrá que pulirse un poco, insista y verá que triunfa. Desde entonces me tomó a cargo y días después, habiendo él cobrado quinientos sucres en la Casa de la Cultura, suma respetable por entonces, pidió al tesorero que se la cambiaran en ayoras y me dijo que le acompañe. Salimos del edificio y fuimos caminando sin apuro, porque el Fakir iba entregando un sucre a cada niño mendigo y pordiosero que encontrábamos al paso, con un gesto de cariño, una caricia, una frase amable, en fin, era todo un festín de generosidad, mejor dicho, de autentica humanidad. Finalmente, muchas cuadras después, solo se quedó con dos sucres y entrando a una panadería compró una palanqueta muy grande y dándomela, quiso que la comiera. Cómetela, porque tú te mueres de hambre. Tuve que comerla toda para darle gusto. Entonces, muy feliz por todo lo hecho, me pidió que lo siguiera al interior de una cantina cercana donde pidió cuatro botellitas de puro marca “El Gallito”, que solo valían dos reales y medio, se tomó lentamente tres y me ofreció la última para que le acompañara. Así era de bueno y generoso, por eso se ha dicho que nunca pedía nada y siempre lo daba todo de sí”.
“El 56 intervine en la campaña política de Camilo Ponce Enríquez como empleado de la casa de Miguel Arzube Payeze, donde él se hospedaba cada vez que visitaba el puerto. En Septiembre pasé a trabajar de Auxiliar del Ministerio de Economía con quinientos cincuenta mensuales de sueldo y poco después contraje matrimonio con María Eugenia Erazo Rodríguez, hemos tenido siete hijos, un hogar estable y feliz”.
“El 57 ya solicitud de mi esposa, rendí los exámenes correspondientes al sexto grado ante un tribunal de la Dirección Provincial de Estudios del Pichincha”.
En 1961 renunció en el Ministerio y pasó a trabajar en Guayaquil con Enrique Guzmán Sánchez, controlando los ingresos de algodón en la fábrica que éste poseía en el carretero a Daule. Durante ese tiempo formó parte del famoso grupo artístico y literario denominado “La Manga”. Acostumbraban reunirse en la Galería “Antares” propiedad de María Elena Rojas, en el “Salón Flamingo” del chagra Ramos o en el amplio departamento de Mercedes Tous Febres Cordero y su esposo Jorge Reyes Nieto, edificio Tous, esquina de Malecón y Juan Montalvo, donde siempre había un gran pedazo de queso gruyere encima de la mesa del comedor que los anfitriones compartían generosa y alegremente. Este grupo se hizo famoso por su mecenazgo artístico y cultural en Guayaquil y por cuanto sus miembros eran muy unidos entre sí pues formaban una hermandad. El nombre les vino por una frase del pintor Edmundo González del Real, que habiendo sido victima de alguna broma pesada les gritó: “Ustedes son una manga de (h. de p.) Manga es vocablo tomado del lunfardo argentino y significa “Grupo”. Finalmente se fueron separando en 1964 y la dispersión final ocurrió cuando Jorge Reyes Nieto abandonó de improviso el país hacia 1968 volviendo a su natal Colombia donde su abuelo paterno ^ había ocupado la presidencia de esa república, pero lo hizo llevándole a su secretaria.
El 61, al producirse la caída del Presidente Velasco Ibarra, se reorganizó la Casa de la Cultura Ecuatoriana e ingresó al Núcleo del Guayas.
El 63 y con motivo de las persecuciones políticas decretadas por la Junta Militar de Gobierno decidió escribir poemas de protesta que aparecerían en 1966 bajo el título de “Caminante del Pan”, trabajo que le tomó varios meses y demoró su edición hasta la caída de la dictadura, pudiendo sacarlo a la luz pública merced a la ayuda que recibió de amigos pintores, entre ellos Oswaldo Viten, que le obsequiaron varias obras.
Mientras tanto, el mismo 63, a raíz del peligroso incidente internacional de las naves rusas que iban con destino a Cuba y colocó al mundo al borde de una hecatombe atómica, redactó “Hiroshima”que vendría a ser propiamente su primer poemario, puesto que lo compuso con gran rapidez y dio a la publicidad ese mismo año en mimeógrafo, aunque recién pudo editarlo el 67. Hiroshima tuvo una excelente acogida, fue que se confiesa, se historia, cuenta sus cosas y todo lo atrae a sí”.
El 69, estando en el sexto año de bachillerato, Velasco amenazó clausurar el Mejía y en previsión de ello Norgreví pidió su pase al Colegio nocturno García Moreno de la Universidad Católica, donde se graduó de Bachiller finalmente en 1970, a los cuarenta años de edad.
El 69 escribió y publicó su quinto poemario: “Entre el Pudor y la Lujuria” con temas relacionados a la corrupción política. El 70 renunció en el Departamento Forestal, pasó a la Corporación de Estudios y Publicaciones presidida por el Juan Larrea Holguín a vender libros de derecho y se matriculó en la especialización de Literatura y Castellano de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Central.
A fines del año, a causa de la dictadura de Velasco Ibarra que despidió a numerosos abogados clientes suyos, dejó de cobrar los libros que había entregado y quebró como vendedor.
El 72 publicó su sexto poemario con poesía general de un luchador angustiado bajo el título de “Cuaderno de Barrotes”, El 73 fue llevado por Filoteo Samaniego como fichador de inventarios del recientemente creado Instituto de Patrimonio Cultural con dos mil mensuales y a medio tiempo, y habiéndose fundado el Instituto de Crédito Educativo y Becas IECE, pasó de Jefe de Archivo por recomendación de su amigo el poeta Walter Franco Serrano.
El 74 publicó “Los Quince”, séptimo de sus poemarios, de donde tomamos el siguiente fragmento: “ // Se tranquiliza el mar, / se tranquiliza, / se agota la inquietud, / el llanto ha muerto. // Hay soledad en el horno. / silencio entre los niños, / ha envejecido el tiempo / está perdido. // El ojo en su cristal / es un hallazgo, / no hay quien lo mueva / a recobrar la vida. // Extraño todo, / se extenuó el espacio, / y acorde al nixoncidio / los negocios / mueven sus rotativos / riegan “whisky”. // Nadie pregunta / por el Hombre ahora. // Han empezado a mercarse / las gaviotas, / invade el mal olor / viene del Norte. //” El título de este poemario se originó en un incidente ocurrido en la Serena, donde perdieron la vida quince personas, a causa de la represión policial del dictador Augusto Pinochet.
El 75 obtuvo el título de Licenciado en Historia, fue designado profesor auxiliar de Historia del Ecuador y Fuentes Documentales en la Escuela de Historia y Geografía de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Católica.
El 76 viajó a España becado por la OEA a estudiar documentología dos años en los archivos de Indias, Alcalá de Henares, reino de Valencia, Orense y otros más, recibiendo clases teóricas en Madrid. El 77 visitó París y su amigo el Agregado Cultural Juan Cueva Jaramillo, representante del Ecuador ante la UNESCO, le consiguió un curso gratuito de ocho meses de estudios y observaciones en el Archivo de la República, del tiempo napoleónico, con sede en París y en el del Reino de Suecia en Estocolmo.
El 78 volvió al IECE por corto tiempo pues casi enseguida pasó de investigador del Centro de Investigación y Cultura CIC del Banco Central, realizando el fichaje de los beneficiarios de las publicaciones del Banco, luego fue relacionista de la I Semana Cultural en Cuenca y salió por finalización de su contrato.
El 80 entró de Ayudante a la Secretaría General del mismo Banco Central, a rescatar el archivo que se estaba ^ destruyendo. El 87 fue cambiado a la Dirección Cultural, el 88 le ascendieron a Jefe del Banco de Datos.
Ese año entregó para su publicación una colección de poemas ya editadas con anterioridad que apareció bajo el título general de “Un poseso en la noche canta” con “notas dominantes de su expresión lírica, con cierta espontaneidad y calor, casi primitivos, y una alta pasión por las causas del hombre que, con verso nervioso, a veces directo y hasta tosco, exalta o denuncia”. Si bien es cierto que la edición fue de lujo, en cambio contiene ochenta y tres errores tipográficos que desmerecen el esfuerzo desplegado por su autor.
Idealista, poeta y tímido, está tomando serenidad en la vida luego de una atormentada y casi novelesca existencia, llena de violencias por las causas del hombre universal. “Su figura recuerda a la de un espiritualista del Oriente antiguo, sacrificado ante todo, indetenible caminante, con su verso en la diestra y una indomable rebeldía que en ocasiones se vuelve tremenda imprecación contra lo estatuido, va marchando con el canto a flor de labios, doliéndose de sí y de todos“. “Rebelde, izquierdista que luchaba para sobrevivir con los suyos, sincero con su apoyo y consejos los recién llegados se dedicaron en la región serraniega de San Juan a la cría de ganado y al comercio con Valparaíso.
Recién casado alquiló una casa en la parroquia de El Sagrario y en 1830 fue designado Miembro de la Comisión de Boticas. El 31 hizo amistad con el químico francés Juan Bautista Boussingault, que años después fundó la química experimental agrícola en su Patria y que por entonces viajaba por el continente americano en plan de experiencias, escribiendo unas interesantísimas Memorias. Ese año vivió una larga temporada en Cuenca en casa de parientes de su mujer. En 1832 su amigo de confianza el Coronel Francisco Hall le presentó al Dr. Manuel de la Gala, Director de la facultad de Medicina, quien le designó profesor de botánica y pidió a la Municipalidad de Quito que le confiera una parte de la Alameda para la formación de un jardín con plantas y semillas traídas de Europa. Aún quedan algunos cipreses de los que Jameson sembró. Ese año anduvo metido a revolucionario con el Coronel Hall. Pedro Moncayo contaría después, que el día que se ordenaron las prisiones contra los miembros de la sociedad del Quiteño Libre, concurrió Jameson al local de la imprenta y se comunicó en inglés con Hall, haciéndole salir cinco minutos antes que llegaran los soldados, quienes apresaron a Moncayo. Posiblemente Jameson, actuando con ingenuidad de extranjero, no imaginó que el joven Moncayo también podía ser apresado.
En 1835 exploró la región de Baños con el Presidente Vicente Rocafuerte y editó en 5 pags, “Physical and Geographical observations made in Colombia”
En 1835 y el 36 levantó capitales en Guayaquil y Cuenca para explotar unas minas en Pilzhum de propiedad del General Ignacio Torres y Tenorio. Ya era Cónsul General de Inglaterra en Quito y contaba entre sus discípulos al joven naturalista Manuel Villavicencio Montúfar.
En 1839 se incorporó de Médico en la Universidad Central. El 41 estudió en el golfo de Guayaquil la zona comprendida entre la isla Puna y el Puerto del Morro con el fin de localizar el sitio que por su clima seco y templado fuera más a propósito para fundar un hospital de leprosos. En Noviembre de 1842 estuvo gravísimo con fiebre amarilla pero se salvó. En esas épocas se interesó también por estudios de la fauna ecuatoriana, especialmente de las aves, y hasta envió ejemplares disecados a los museos británicos, en las que se basó el zoologo William Jardiner para publicar en 1849 un artículo largo titulado Ornithology of Quito.
El 43, nuevamente en Quito, ocupó la dirección de la Casa de la Moneda aunque solo por cortos meses pues no encontró mucho trabajo por hacer. Su título en Química le hubiera permitido en un país más desarrollado realizar innovaciones, pues hasta había escrito un tratado de Química que jamás pudo publicar, pero dada la pobreza y pequeñez del medio, nada alcanzó.
En Mayo de 1844 visitó Guaranda, Sinchigy, las Salinas. En 1846 ayudó a Villavicencio en su Museo de objetos arqueológicos, armas y trajes indígenas, minerales y aves disecadas. En 1850 su hija Carmen entró muy joven al Convento del Carmen bajo de Quito.
Desde el 48 al 69 se carteó con su amigo José Manuel Estrada, miembro del alto comercio en Guayaquil, con quien mantenía negocios.
En 1852, con el Dr. Miguel Vergara aplicó el sedal a un cliente, para ^ curarlo de una inflamación al hígado y base del pulmón derecho. El 53 posó para un daguerrotipo que ha sido reproducido varias veces.
En 1857 excursionó a las riberas del río Ñapo hacia el alto Amazonas, recorrió la cordillera oriental, Papallacta, Güila, Baeza, el río Bermejo, el río Cosanga, Jondachi, Archidona, Tena, Ñapo, Aguano, Santa Rosa y volvió por la misma vía. I todo esto cuando dichas regiones eran prácticamente desconocidas para los naturalistas del país. Luego bajó al cráter del Pichincha con Gabriel García Moreno, comprobando que tiene setecientos setenta metros de profundidad y no es empresa ruda ni arriesgada como algunos autores han exagerado en decir. Fruto de la primera de estas aventuras fue su Informe aparecido en el “Journal of the Royal Geographic Society” de Londres titulados “’Excursion made from Quito to the river Ñapo. January to May, 1857” en 18 págs y “Botanical Excursion to Salinas and Indian village of Chimborazo” en 7 págs.
En 1858 vivía en Guayaquil y su hijo acmpañó a García Moreno en una excursión al cráter del Pichincha, de la que queda una Carta que Jameson tradujo al inglés y envió al la vegetación ecuatoriana, generada en los propios Andes, gracias a las aportaciones de Mutis, Caldas, Humboldt y Bonpland.
El padre Luis Sodiro al comentar el libro años más tarde ha dicho que los conocimientos botánicos de Jameson fueron muy exiguos, sin embargo hizo grandes colecciones que enviaba periódicamente a Europa y fue el autor de la primera tentativa para escribir una flora en el Ecuador. Agregando a continuación: “Agotada su fuente, es decir, la obra de la cual había copilado la suya, copiando fielmente la diagnosis latina, se encuentra muy poco suyo en el libro, pues hasta las observaciones generales que hace sobre las familias son traducciones de obras europeas y se refieren especialmente a plantas que no existen en el Ecuador. De las indígenas se busca en vano observaciones originales. Muchas de las plantas más comunes que había visto con frecuencia en las cercanías de Quito y que existían en su propio herbario faltan en su flora, porque no las encontró en el autor consultado”.
El siguiente volumen anunciado por Richard Spruce y que debió ir desde el capítulo del orden de las Verbenáceas (75) hasta las Plantagniacias (82) sigue inédito. Spruce lo recibió como regalo de parte de su amigo A. Delting, desde Guayaquil, con dedicatoria fechada el 25 de Julio de 1887, en copia manuscrita por su autor. En 1940 la Universidad Central de Quito, a instancias de Misael Acosta Solís, reeditó los dos primeros tomos refundidos en uno solo de 536 pags. y el tercero se conserva en el British Museum en 136 pags también existe una copia en la Universidad de Harvard.
El 27 de Marzo de 1866 la Reina Isabel II de España le envió desde Madrid el diploma de Caballero de la Orden Americana de Isabel la Católica libre de gastos por ser extranjero, en premio a sus trabajos científicos, pero el 69 y con motivo de la clausura de la Universidad perdió su cátedra porque el Presidente García Moreno había decidido la creación de la Escuela Politécnica, que entregó a los sabios jesuitas alemanes recién llegados.
Su amigo Richard Spruce escribiría años más tarde que la mujer de Jameson era borracha y que por espacio de cuarenta años lo acosó, quemando sus plantas secas apenas las encontraba de manera que él no pudo mantener ningún herbario. El 68 preparaba un viaje a la Argentina con su hijo Juan para visitar a su hijo Tomás, que recién pudo realizar a principios del siguiente año. Tomás casaría el 6 de Marzo del 71 en San Juan con Clara de la Precilla hija del ex Gobernador Saturnino de la Precilla y de su esposa Clara Rufino del Carril, con descendencia. De Juan no se tienen noticias.
De la Argentina siguió a Inglaterra, visitó a sus parientes en Escocia, fue recibido en diferentes instituciones botánicas y finalmente regresó a Quito en 1872 donde prosiguió sus trabajos de amateur entusiasta y experimentado con toques de botánico y científico. Sus colecciones constan especialmente en los herbarios de Kew en Inglaterra donde determinaron y descubrieron las nuevas especies que contenían y enviaron al de Gray en la Universidad de Harvard, Estados Unidos.
En 1881 era Miembro de la Real Sociedad Geográfica de Londres donde le publicaron un corto relato biográfico. Su salud se había deteriorado pero aún seguía concurriendo a la Facultad de Medicina y era amigo de hombres tan célebres como Charles Darwin, con quien se carteaba y había proporcionado valiosos informes pues logró mantener por largo tiempo sus redes de comunicación científica internacional, así por ejemplo, con Anderson, un famoso herbolario de Edimburgo logró cultivar muchas plantas de los Andes a partir de las semillas enviadas desde Quito por Jameson.
Algunas aves y plantas andinas descubiertas por Jameson llevaban su nombre. El popular gallinazo de la costa ecuatoriana fue clasificado por él, por eso se denomina Gallinaso Jamensi.
Era amigo y consejero de todos los extranjeros a quienes la curiosidad o los negocios llevaban a Quito y como tenía un bondadoso corazón y una integridad auténtica, sabía ganarse la confianza de ellos, ayudándoles en grado superlativo pues les aconsejaba, guiaba y recogía materiales científicos, en fin, tenía con ellos numerosos actos de bondad y amistad. Sus hijos heredaron tan buenas disposiciones y resultaron excelentes excursionistas.
Otras colecciones suyas permanecen en los Museos de Copenhague, Estocolmo, Berlín, Viena, New York, en el Field Museum de Chicago y han sido estudiadas en “The Hookers Icones”, “The Candolles Prodomus” y en algunas otras monografías poco difundidas en el Ecuador.
Escritora de sonetos en el Colegio “Herlinda Toral”. Ambos cuencanos.
De cuatro años ingresó al Asilo de las monjas Catalinas y tuvo de profesora a la madre Aleja Molina hasta el tercer grado. Entonces pasó a la escuela de los hermanos cristianos y finalmente cursó la secundaria en el Colegio “Rafael Borja” de los padres jesuitas.
En 1936 se había producido el divorcio de sus padres, el primero que se registró en Cuenca. Este acontecimiento le causó una grave afección emocional volviéndole introvertido, lo que unido a su figura delgadita y pequeña le atrajo el sobrenombre de “Cuchucho Jara” con el que ha pasado a la historia chica de la ciudad. Su padre volvió a casar y tuvo tres hijos más.
Hijo único, sus padres se divorciaron y creció en la casa familiar de la Juan Jaramillo y Cordero cuidado por tres mujeres: su abuela que era iracunda, su madre – refinada – tocaba varios instrumentos musicales como piano, violín, guitarra, mandolina, y una tía solterona que era un ángel. Jugaba con los chicos del barrio pero como hijo de divorciados la gente le veía raro.
Su padre nunca dejó de velar por él, era un hombre afortunado en los negocios, pero su relación con este hijo siempre fue un asunto formal.
El joven Efraín se graduó de Bachiller el 44. Era introvertido, rebelde y por reacción ante una sociedad clerical se hizo enemigo de todas las religiones. Siempre fue un buen alumno y en el quinto curso comenzó a leer de todo y anárquicamente: “Los que se van”, “Huasipungo”, hizo amistad con Eugenio Moreno Heredia y Hugo Salazar Tamariz.
Desde un tiempo atrás se dedicaba a explorar la biblioteca de la Municipalidad de Cuenca sin deseo específico de hallar, solo para dar rienda suelta a su deseo de leer. De allí a escribir un par de cuentos que no tardaron en publicarse solo había un paso; sin embargo, una tarde de verano las empleadas del lugar le permitieron acceder al depósito de libros. Era un cuarto oscuro situado bajo el nivel de la calle y allí, con poca luz, descubrió un poemario de Jorge Carrera Andrade y desde entonces encontró sentido a la poesía y comenzó por componer una Breve semblanza a la golondrina. Primera de sus producciones metafísicas.
Ese mismo año se publicaron en Quito dos números de la revista “Madrugada” y como al siguiente la
Casa de la Cultura empezó a sacar varios Cuadernos de Poesía en una Colección especial, le pusieron el nombre de la aludida revista. Primero apareció “Oda al Arquitecto” de César Dávila Andrade, luego salieron otros títulos y hasta se anunció un poemario de Efraín, que nunca se editó, por eso se ha dicho que Madrugada jamás constituyó un grupo literario sino el membrete de una publicación.
Ese año ganó el Concurso del Poema Mural con “El Funeral de la Golondrina” e “Incursión en la sal”, primeros cantos de singular belleza y su madre – a pesar que ella mismo escribía poemas – pensó que este hijo tan raro necesitaba una profesión para la vida y le emplazó a que estudie, quizá por eso entró sin vocación a la Facultad de Jurisprudencia donde fue un alumno flojo, al que no le gustaban las asignaturas que allí se impartían.
En 1946 comenzó a trabajar en el Archivo Histórico Nacional de Cuenca bajo la dirección de Víctor Manuel Albornoz con S/. 300 mensuales de sueldo por su amistad con el Alcalde Luis Moreno Mora, ayudó a hacer los índices de los Libros de Cabildo pero salió al poco tiempo.
Ese año editó el poema “Carta en soledad inconsolable” muy influido por la poesía de su amigo mayor César Dávila Andrade, con quien había compartido hasta el año anterior una alegre bohemia. La edición de doscientos ejemplares fue pagada por la Municipalidad de Cuenca.
Con sus amigos Jacinto Cordero Espinosa y Eugenio Moreno Heredia leía a Neruda y a Carrera Andrade, célebre autor de “Estanque Inefable”, “La Guirnalda del silencio” y “Boletines de Mar y Tierra. Para esa época ya había tomado el liderazgo de los poetas jóvenes en pugna con los viejos por su poesía musicalista con resabios a modernismo. Los nuevos querían metáforas e introspección y tentaban el verso libre contrario al gusto endulcorado de la gente, que estaba mal enseñada a las estrofas rimadas, fáciles y melódicas.
La irrupción de Jara Idrovo constituyó según Hernán Rodríguez Castelo, a quien seguiremos en la parte crítica, un episodio rico y hasta tumultuoso. Su poesía era una forma encaprichadamente intensificada por acumulación de vigorosas, extrañas y hasta desmedidas metáforas, tensa adjetivación y con especial predilección al cauce ancho y ritmo
tres primeros poemarios – Carta en soledad inconsolable 1946, Tránsito en la ceniza 1947, Rastro de la ausencia 1948 con poemas escritos desde los 17 hasta los 20 años – por eso es que los ejemplares que aún quedan son verdaderas joyas bibliográfica dado su escaso número ¡Cosas de juventud]
De allí en adelante siguió un largo silencio de veinticinco años en que no publicó aunque seguía escribiendo para cumplir grandes empresa líricas, algunas radicalmente renovadoras.
I es que la compañía de César Dávila Andrade, mayor que Efraín en ocho años, le había convertido en un alcohólico que se quedaba dormido hasta en las veredas, Quizá por eso, en un rapto de valor, decidió salir de Cuenca y regresar a Floreana, lugar paradisíaco pero al mismo tiempo desolado pues solo contaba con veinte y seis habitantes, la mayor parte niños y mujeres.
Dos años permaneció hasta que volvió a su ciudad, pues anhelaba la compañía de una mujer. Su enamorada Chabica Robalino Jaramillo era una chica de casa que trabajaba en una oficina pública y no aceptó su gentil propuesta matrimonial, para vivir en Froreana pero en cambio su prima Atala Jaramillo Domínguez, muy simpática e inteligente, le admiraba mucho a través del epistolario de Efraín con Chabica, de manera que tras el rechazo de la primera, Atala fue a buscarlo en su casa y le dijo de buenas a primeras “Llévame a mi” y así fue pues vivieron un tiempo en Floreana y luego otro en Cuenca, tuvieron cuatro hijos y tras dieciocho años de matrimonio se divorciaron en 1968, aunque fueron felices durante mucho tiempo. En síntesis, una historia digna de una noche romántica.
En 1950 se graduó de Abogado con la tesis “La religión desde el punto de vista Sociológico”, basada en una investigación novedosa sobre la metodología de las religiones comparadas, aún inédita. En 1951 ingresó al profesorado del Colegio Nacional “Benigno Malo” con S/. 600 mensuales y enseñó Castellano en los primeros cursos hasta el 55. El 52 se fundó la Facultad de Filosofía y Letras bajo la dirección del profesor español Francisco Alvarez González y entró a estudiar esa especialidad.
El 51 el filósofo español Juan David García Bacca había dictado en la Universidad de Cuenca varias conferencias sobre el Existencialismo que tanto ha influido sobre los años. El 62 concluyó los estudios de Filosofía y logró la Licenciatura y el profesorado en Lengua y Literatura con la tesis “El Barroco en la Audiencia de Quito. Padre Juan Bautista Aguirre” dirigida por su Profesor Luís Fradejas Sánchez, pues el barroco siempre le ha atraído dado su parecido con el existencialismo, sobre todo, en aquello de plantear la fugacidad de la vida ya que el punto central de su poesía, de su filosofía, es el temor a la muerte.
Ese año pasó a dictar clases de Lengua Española y Lingüística General a la Facultad de Filosofía con S/. 1.400 de sueldo. Entre 1970 y el 75 ocupó el decanato por tres períodos consecutivos.
Durante esos años había continuado escribiendo sin publicar nada. La vida en las islas le había producido cambios que podían explicarse en sus vivencias existenciales y en sus reflexiones a través de cartas: La Soledad, el tiempo, la muerte, el sexo, sus temas de siempre, pero fue implacablemente despiadado con sus obras y rompía todo.
En 1971 adquirió una villa de cemento en la calle Remigio Tamariz cercana al Benigno Malo y figuró en una Muestra de Poesía Cuencana publicada por el Núcleo del Azuay. También escribió el largo poema “Añoranza y Acto de Amor”, moroso, minucioso, donde abordó por primera vez la cópula. “Poema experimental con el que inicié una nueva concepción en el país, liberando al lenguaje de su servidumbre de la realidad, que he ido radicalizando en la búsqueda de nuevas formas, principio de una constante en mi poesía: el erotismo. También inicié Oposiciones y Contrastes, ciclo de poesía parcialmente publicado en la revista El Guacamayo y la Serpiente, que fundamos en 1969 en el Núcleo del Azuay para la difusión de los estudios lingüísticos y estéticos de los profesores y los ejercicios académicos de los alumnos. Dicha revista comenzó semestralmente, más tarde se transformó en esporádica”.
En 1973, tras veinte y cinco años de silencio, publicó Dos poemas:” conteniendo “Añoranza y acto de Amor” y “Balada de la hija y las profundas evidencias”, éste último escrito en 1963 como culminación de su poesía de formas tradicionales. Siete estancias en cuartetos endecasílabos. Hora de extraña lucidez, iluminado inventario de evidencias profundas al calor del amor a la hija. Por ella ha redescubierto los seres y vuelve a losseres y al misterio hondo del ser. El ser retorna al ser, nada se pierde. El prólogo, rico y extenso, fue escrito por Alfonso Carrasco Vintimilla.
Efraín Jara Idrovo es el poeta ecuatoriano que más ha experimentado en la aplicación, rica de recursos, de la lingüística, así sus oposiciones fonológicas o el tan penetrante Círculo fatal.
El 74 escribió “Almuerzo del solitario” editado al año siguiente, continuando con el desarrollo de algunos temas capitales de su poesía , la confrontación entre la conciencia y el mundo, la celebración del instante frente al drama ontológico entre lo permanente y lo transitorio, la energía erótica como la gran central termoeléctrica de su escritura, y lo hace apelando a un campo ya trajinado, la raigambre cósmica y la mineral, así como también interpela ámbitos y voces hasta entonces inéditos en su dicción poética de la vida cotidiana, la doméstica, la política, de la prensa, de la sociedad de mercado y del espectáculo. Con estos heterogéneos elementos el hablante poeta va a componer un almuerzo que a la larga se revela como una alegoría sobre la elaboración del poema que es una cocina literaria.
Separado amigablemente de su esposa, el 74 falleció su hijo Pedro en trágicas circunstancias pues solo tenía dieciséis y le encontraron colgado de la cadena en el servicio higiénico, suceso que le perturbó durante año y medio hasta que se liberó escribiendo una Elegía que el 78 terminó bajo el título de “Sollozo por Pedro Jara”, poema considerado entre los más importantes de la lírica ecuatoriana de todos los tiempos. Su autor me ha dicho: “Es el más experimental de todos mis poemas y constituye una estructura para una Elegía, donde llega a su clímax mi indagación lingüística. Contiene motivos musicales a base de la concepción del Estudio Once para piano de Karl Heinz Stokhausn y la Tercera Sonata de Pier Boulez. Considero que mi Sollozo es el primer poema realizado en España y en Iberoamérica dentro de la poesía aleatoria en lengua española”.
“Fue un trabajo de orfebrería, de artesanía, pero que no perdió la resonancia emocional. Esto es lo importante, que la experimentación con la palabra se convierta en experiencia.”
Rodríguez Castelo ha opinado que esta forma de escribir abre increíblesposibilidades de musicalización de los motivos, con procedimientos de temas y variaciones. Son 63 segmentos versales, ordenados en 5 series temáticas, cada serie con 3 desarrollos paralelos. Cada segmento versal tiene unidad suficiente como para fundar las posibilidades combinatorias. Estupendas imágenes dan grandeza al lamento y a pesar de tanta desolación sugieren oscuras notas de esperanza cósmica. Es uno de los poemas más conmovedores de la lírica ecuatoriana y por supuesto de la latinoamericana del siglo.
Sollozo por Pedro Jara. Estructura para una Elegía. Fragmento.- I.-
1.- El radiograma decía.- 2.- “Un hijo nació. Como hemos de llamarlo” 3. – yo andaba entonces por las islas 4. – Dispersa procesión del basalto 5. – coágulos del estupor 6.- secos ganglios de la eternidad 7.-eslabones de piedra en la palma del océano 8.- rostros esculpidos por el fuego sin edad 9.- soledad 10.- terquedad relampagueante de la duración 11.- enconado olor seminal de los esteros 12.- andaba 13.- anduve 14.- y dije 15.- mientras vociferaban la sangre y las gaviotas 16.- se llamará pedro 17.- pedrohuesosdepedernal 18.- pedrorisadepiedra 1 9.- piedra inflamada por la lumbre de meteoros de la vida.
III.- Desesperado revoloteo del instante / nosotros / los insensatos / los alimentadores de desmesuras y de tumbas / los que nos desvelamos / por saber qué hacemos aquí / anhelamos la intensidad del océano / y solo nos pertenece la indecisión de la lágrima / pedropiélago te quise / te tuve pedrogota / pedromar te ansié/ te perdí pedroespuma / como a la playa la marea debía sobrepasarme / pero tu muerte crecía más rápido que mi amor / delicada espina de erizo / sombrilla errante de la medusa / agonía de terciopelo del deslizamiento del pez / chillido de la gaviota entre el fragor de la rompiente / todo se ahonda / se hunde / se difunde / parecías forjado con la tenacidad del arrecife / farallón olvidado del tiempo.. /
En 1980 salió una Antología, con parte de su producción solamente, recogida desde sus inicios hasta 1970, titulada “El Mundo de las Evidencias” en 139 pags. y bellísimo Prólogo estético y autobiográfico en 21 págs. Ese año también apareció “In Memoriam” poema sin numerar, elegiaco, a la muerte de su amigo Luis Vega Arriaga, con ilustraciones de Theo Constante, donde la experimentación se dirige a tratar de conseguir un punto de coincidencia entre el lenguaje poético y el desnudo directo.
En 1983 viajó tres meses a Cuba y dictó recitales en la Isla. En Cuenca contrajo matrimonio con Alba Lara Jaramillo. El 84 dio conferencias en varias Universidades norteamericanas y estuvo residiendo tres meses por Europa. El 85 asistió a un Encuentro Internacional de Escritores celebrado en la Universidad de Lexington, Kentuky.
En 1988 dio a la luz “Alguien dispone de su muerte” en 94 págs, aplicación de la libertad, especie de testamento donde expone su decisión de volver a residir en las Galápagos, que ya no son iguales a cuando él las habitó, ni tampoco serán tan suyas. Ese año quizo emprender el viaje prometido pero no pudo; sin embargo, cada dos o tres años regresa a ellas y aspiraba a gastar sus últimos días en ese paraíso. Vivía solo, escribiendo un ciclo de poemas eróticos “Ars Amandi”. En 1990 quemó los originales de su poema “Lovestory” y pensó que escribir cuesta.
En un entrevista periodística comentó que su poesía es antisentimental. “Si hay emoción viva en el poema es el resultado del trabajo sobre la palabra. Contrario a lo que pueda pensarse, la palabra produce el sentimiento y no es este el que se vuelva desordenado sobre aquella. Por eso la poesía es un ejercicio, al mismo tiempo de sensibilidad y de inteligencia”.
En 1996 se embarcó rumbo a Floreana. En Galápagos no bebo nunca, dijo en son de disculpas antes de partir, explicando a continuación que iba solo porque ninguna mujer había contestado a su anuncio, publicado en uno de los periódicos de Guayaquil, pidiendo compañía. Ya no fue solamente a escribir como en sus primeros viajes sino también a reflexionar pues se estaba volviendo repetitivo de sus propias cosas, un poco epígono. “La desolación cósmica es un incentivo que me renueva”.
El 2005 cuando al auto en que regresaba del trabajo a su casa fue impactado por un vehículo provocandole un derrame cerebral, estuvo siete meses con terapias de lenguaje pues no podía comunicarse ni coordinar un solo pensamiento y aunque se repuso disminuida la vista, por eso utilizaba lupas y ya no leía, aunque de todas maneras continuaba con su inveterada costumbre de fumar, adicción que tiene prohibida, y de beber vino tinto que es bueno para la salud en cantidades moderadas. Tiene un mil seiscientas botellas en la cava de su departamento.
En 1999 recibió el Premió Nacional Eugenio Espejo en actividades literarias.
En cuanto a lo de no leer había contratado a la joven Soledad Corral Estrella de secretaria para que le lea uno o dos libros a la semana. No se consideraba un ser normal, lo que jamás le ha molestado, pues el concepto de normalidad no pasa de ser más que una idea regulativa de encasillamiento, pero acepta que sus relaciones familiares habían sido nulas o casi inexistentes, dado lo cual había tenido tres matrimonios y cuatro hijos de la primera esposa, así como ninguno de las dos restantes. Confesaba que ha amado y ha sido amado y que entre esos amores y los clandestinos se le ha escapado la vida porque la pasión la ha puesto en el sexo y la inteligencia en la poesía. Le habría gustado ser oceanógrafo pero como nació en las montañas y solo conoció el mar de edad madura, se quedó sin esa profesión amada.
Blanco, viril, pequeña estatura, ojos café, bigotes y palo cano. De palabras profundas y conmovedoras, habita en el piso trece, en un edificio de departamentos a orillas del río Tomebamba a quince minutos del centro de Cuenca, es uno de los mayores poetas ecuatorianos actuales y el heredero indiscutible del vacío que dejó César Dávila Andrade. Calificado de poeta de la estructura infinita, su presencia en Cuenca constituía un lujo para la morlaquia.
Falleció en Cuenca el domingo 8 de abril del 2018 de 92 años de edad y sus cenizas fueron depositadas en el isla Floreana.