JAEN MORENTE ANTONIO

HUMANISTA.- Nació en Córdoba, España, en 1879. Hijo legítimo de Tomás Jaén Dorado, sevillano, de profesión jornalero, y de María Morente y Austria, de esa vecindad, miembros del estado llano.

Su infancia transcurrió en la casa de la Calle Judíos No. 1. Estudió el bachillerato en la Escuela Normal Superior de Maestros entre 1894 y el 97. aprobó los reglamentos y obtiene el título de Maestro de Primera Enseñanza Superior en 1898. En Madrid se doctoró en Filosofía y Letras en la especialidad de Historia, exponiendo sobre el monasterio de San Jerónimo en Córdoba, al tiempo que también se licenciaba en Derecho.

Instalado en Sevilla como maestro nacional de las Escuelas Elementales, trabajó entre el 2 y el 4 en la Escuela No. 4. Este año fue designado Auxiliar provisional de Derecho Usual y Legislación Escolar del Instituto General y Técnico de Segovia pero solo dictó un curso. Luego fue funcionario del Banco de España. Entre el 8 y el 10 intentó sin éxito varias oposiciones para Profesor de Pedagogía en Escuelas Normales. El 10, finalmente, logró ser designado profesor de Geografía e Historia de Instituto, primero en Cuenca, luego en Segovia y en 1912 asciende a catedrático por oposición de Historia de España en la Universidad de Sevilla.

Río que permanecía olvidado entre otros asuntos de no menor importancia turística, social y cultural. El 23 sacó “Historia moderna y contemporánea (1435-1815)” como texto de segunda enseñanza, quiso organizar una escuela de estudios mozárabes para comprender el romanticismo de los Sefardíes y algo de eso se haría después cuando Fernando de los Ríos fundó su escuela de estudios orientales en Granada. Publicó un manual “España extra peninsular, Marruecos, Sahara, Río de Oro, Guinea, Islas” en 137 págs. con propuestas para una mejor administración que implemente un desarrollo regional sostenido, todo lo cual fue ignorado por la intonsa dictadura de Primo de Rivera, de manera que al poco tiempo dichas colonias se fueron perdiendo definitivamente.

También se interesó por el cine, escribiendo numerosos guiones, argumentos y diálogos de películas y organizó una magna Exposición de Orfebrería en Córdoba como una muestra del arte hispalense. Por entonces ingresó a la masonería española.

El 26 Alfonso XIII le invitó a almorzar en el palacio de la Magdalena en Bilbao para proponerle un ministerio, pero republicano fiel a su ideario, rechazó cortésmente el ofrecimiento.

El 27 editó “Historia de la civilización española en sus relaciones con la universal” en colaboración con Juan Fernández Amador de los Ríos, un “Atlas para ejercicios gráficos de geografía e historia de América” con 45 mapas y “Nociones generales de Historia Universal”, el 28 “Nociones de Geografía de América” y recibió el Premio Nacional de Publicaciones Didácticas. Esta faceta de su oficio de escritor, quizá sea la menos conocida y ponderada, pero no por ello es la de menor importancia porque fue un gran maestro que luchó por la modernización de la enseñanza sin olvidar sus raíces y tuvo ideas clarividentes sobre el conservacionismo, el turismo, sobre los productos agrícolas, el vino y otros que ayudarían a mejorar la economía nacional. Preconizó el reconocimiento a la pluralidad cultural y se muestra partidario de la federación de comunidades españolas para obtener una redefinición de España.

El 30 “Nociones de Geografía Universal Descriptiva de Europa”, el 31 un “Resumen de Historia de España. El siglo XIX español” y en la Exposición de Sevilla tuvo una importanteparticipación.

En 1930, instalado nuevamente en Córdoba como catedrático del Instituto Provincial, desarrolló una intensa actividad política en la Derecha Liberal Republicana que dirigía Niceto Alcalá Zamora y que coincidió con los últimos y tumultuosos días de la monarquía española. En el verano intervino en un mitin en el teatro Zorrilla de Peñaroya y en la cena que siguió al acto dio Vivas a la República 10 cual motivó la denuncia del delegado gubernativo allí presente. En Octubre fue detenido durante un mitin que pronunció en Palma del Río junto a varios socialistas,

A principios de año escribió y se movilizó durante la campaña para elegir en toda España a las autoridades seccionales municipales. Días después participó en una manifestación realizada en Córdoba pidiendo la amnistía para los detenidos políticos y trabajó como abogado defendiendo a sus hermanos masones y a varios políticos detenidos.

El 12 de Abril del 31 fue electo Concejal y al proclamarse la República española dijo que era una casa para los republicanos y para todos los españoles de buena voluntad. El 22 de Abril ocupó la Gobernación Civil de Málaga y tuvo que hacer frente al problema religioso, viajó a Madrid el 11 de Mayo por asuntos administrativos y allí se enteró la noche del siguiente día 12 que las turbas habían iniciado el incendio y saqueo de iglesias y conventos malagueños. Tomó un vehículo y trató de llegar a tiempo para frenar la barbarie. A las siete de la mañana del 13 arribó a Málaga, pistola en mano quiso amedrentar a los asaltantes pero no lo consiguió y como tampoco pudo hacerse del control de la población pues las masas se habían desbordado entregó la autoridad al Gobernador Militar quien decretó el estado de excepción.

Pocas horas después se reunió con los periodistas, manifestó su pesar por los acontecimientos ocurridos y envió un telegrama al Jefe de Gobierno presentado su dimisión. Numerosas instituciones lo apoyaron pero el Jefe de Gobierno se la aceptó. Después, el Ministro Maura de la Gobernación, para evitar el escándalo internacional, afirmó que lo había destituido y sus enemigos políticos regaron el infundio que había sido el instigador de los sucesos, cuando era todo lo contrario. El 31 encabezó la lista de Diputados del Partido Radical Socialista por la provincia de Córdoba y salió electo. I cuando se produjo el golpe contra la república de Agosto del 32 encabezado por el General Sanjurjo lanzó un Manifiesto atacando a la vieja aristocracia propietaria de enormes extensiones de tierra cordobesa como los Duques de Medina Sidonia y de Medinaceli y el Marqués de Viana declarando que eran representantes del parasitismo y caiciquismo, pidiendo que las casas palacios se reintegraran al pueblo, sin perjuicio de hacer lo mismo con los demás bienes.

El 32 visitó Marruecos por primera ocasión y apareció otra de sus obras didácticas, la “Geografía de España. Fundamentos. Las regiones naturales. Portugal” en 208 págs. y “Manual de Geografía. Apuntes y Lecciones” en 239 págs.

El 33 viajó al Perú como Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario de España, acompañado únicamente de su hija Carmen, entonces soltera. Estaba separado de su esposa a quien dejó en Madrid.

En Octubre participó en las elecciones por el partido Radical Socialista pero no salió electo. Nuevamente en el Perú, renunció a sus funciones diplomáticas en Octubre tras la dimisión del gobierno de Azaña. De vuelta a España el 34 editó “Nociones de España y Europa” en 138 pags. “Prehistoria y Edad Antigua” en 170 págs. “Historia de la Edad Media” en 45 lecciones, con especial énfasis en la labor realizada por los árabes y judíos sobre todo en el área de Córdoba, la obra “La lección de América” sobre sus impresiones en el Perú ha visto nuevas ediciones y dio a la luz Iniciación Geográfica. Notas breves”.

En 1935 volvió a sus clases en el Instituto de Córdoba y a sus desvelos culturales pues trabajó para la fundación de las cátedras de hebreo y árabe pero no obtuvo la creación de un Centro de Estudios Andaluces para Córdoba con esas cátedras por las que tanto había luchado. Por entonces se dedicó publicar la mayor parte de sus textos, perdió la elección para Diputados y escribió “Qué cierto es que la República no tiene más enemigos que los republicanos” pues éstos se encontraban divididos, prácticamente atomizados.

Ese año 35 editó su maravillosa “Historia de Córdoba” que dedicó a la Real Academia de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes de España y se convirtió por derecho propio en el Cronista de tan milenaria urbe. El libro tenía como antecedente un resumen suyo impreso el 21 y trata sobre la “civilización cordobesa” es decir, sobre el dualismo hispano – arábigo, de manera que se da el caso de mayor auge y prosperidad durante el califato de Abderramán III cuando Córdoba era la ciudad más culta de Europa y contiene la historia, la literatura y el arte desde la prehistoria de la ciudad hasta principios del siglo XX, que no aborda por considerarlo demasiado cercano aunque lo denomina un período eminentemente social, pasando por las épocas romana, visigoda, árabe y cristiana, las hermandades de ciudades, las luchas políticas, los reinados desde Pedro el cruel hasta los reyes Católicos, la conquista de América, los días de Carlos I, el Municipio, los tiempos de los Felipe, la Casa de Borbón, la guerra napoleónica y la Carlista. Luego viene una espléndida descripción de los escritores cordobeses con una síntesis de su historia literaria y un apasionante estudio de su trayectoria artística. Esta obra es un clásico, sigue adelante dados los conocimientos enciclopédicos de su autor, en arqueología, paleografía, etnografía, etimología, lingüística, geografía, historia y sociología pues todo lo examinó al detalle y lo contó en hermosísimo estilo.

El 36 fue candidato por el Frente Popular, salió electo Diputado a Cortes de la Provincia de Córdoba con una abrumadora votación de 157.547 votos.

El estallido del levantamiento militar le tomó fuera de la ciudad y por eso salvó la vida. El 17 de Agosto las nuevas autoridades del Ayuntamiento le declararon “Hijo maldito de Córdoba” en retaliación a sus virulentos artículos que aparecían casi diariamente en “Ahora” de Madrid, escritos – como todo lo suyo – dentro de su gran pasión pues siempre fue un hombre ágil y hasta violento. También se ha dicho que por la propaganda antifranquista que realizaba desde Radio Linares y aunque nunca se probó, fue acusado de señalar los objetivos militares a los aviones que bombardeaban la ciudad desde el aeródromo de Andújar. Algunos fanáticos allanaron su domicilio de la calle Juan de Mena y llevaron los libros de su valiosa biblioteca a la plaza de Tendillas donde formaron una pira, igualmente la emprendieron a tiros con un busto suyo.

Organizó el batallón Córdoba que salió a combatir en compañía de la columna del General Miaja que intentó la reconquista de Córdoba y las Milicias de Espejo que defendieron esa población de los ataques de la tropa falangista del General Queipo del Llano. En Septiembre de 1937 pasó de Ministro Plenipotenciario y Cónsul General en las islas Filipinas, país que sa hallaba bajo el protectorado de los Estados Unidos. Partió solo y quedaron en Madrid su esposa y tres hijas. Una de ellas moriría de infarto debido a la impresión que le causaban los bombardeos aéreos.

En Abril del 38 editó “La democracia y el fascismo en España” y recibió un homenaje de la Gran Logia Nacional de Filipinas pues era un antiguo miembro de la masonería universal. En Mayo del 39, cuando la Guerra Civil iba tocando a su fin, llamó desde Manila a su familia. Su hija Carmen se había casado con Tomás García y estaba embarazada, pero salieron hacia la frontera. Al llegar a Gerona dio ella a luz. De allí siguieron a Perpignan y finalmente lograron organizar la travesía por mar hasta las lejanas Filipinas.

En mala situación porque el nuevo gobierno le había dejado sin tres meses de sueldo y sin el pasaje de regreso, tuvo que volver a su actividad docente y fue profesor y conferencista, pero acosado por la inminencia de una guerra en el Pacífico que avizoraba peor que la española, escribió a su amigo José Gabriel Navarro, del Ecuador, a quien había conocido y tratado en España: “Dos palabras bastan. Me coge el desastre al lado de Cavite, actuando de Ministro de España. Soy un vencido. No volveré a España más. Ya estoy buscando Patria para el resto de mis días. Voy a renacer ¿Puedo yo trabajar en Quito? ¿Hay Universidad o Colegio que me admita? Empiezo a postular por el mundo…” Tenía sesenta años.

Navarro consiguió por medio del expresidente Isidro Ayora, también amigo de Jaén, que le dieran la cátedra de Historia de América. Jaén se emocionó: “Su carta de hermano y de hidalgo es de suprema ejecutoria. En su Patria tendré la mía y en vez de enterrarme en Córdoba me enterrarán en Quito! No seré el primer cordobés que allí viva! En Córdoba me dejé toda la documentación de Benalcázar sacada del Archivo de Indias y de la Academia de La Habana. Mi libro sobre él ya no se escribirá. Una pena más. Yo voy a la tierra de Ud. en profesor modesto. Entierro toda política, mucho menos me mezclaré en la del país. Simpatía y agradecimiento para todos. Una casa con jardín que me recuerde el patio cordobés y unos libros, y sobre todo, un dolor infinito”.

Por esos días comenzó a escribir una especie de autobiografía que tituló “Biografía del Recuerdo” que lamentablemente quedó trunca y tomando las maletas del desterrado viajó con los suyos por la vía de San Francisco, Los Angeles, Acapulco y Panamá hasta Guayaquil. El 10 de Agosto de 1939 pisaron Quito. Estaba diabético pero se veía sano y como era alto y garboso se lo notaba fuerte. Diez años vivió en nuestro país, tiempo que aprovechó al máximo para sus cátedras, sus libros y sobre todo para fomentar vocaciones humanistas entre sus numerosísimos discípulos que le recordarían siempre.

La vida comenzó difícil pero pronto la visión de la ciudad andina con sus templos y conventos abigarrados de obras de arte del barroco colonial le emocionaron, produciéndole éxtasis de asombro, llenándole de emociones estéticas. Era un redescubrimiento intuido de una cultura andina que tenía tanto de España. En 1940 publicó el folleto “La Compañía de Quito” y “Biografía de Miguel de Cervantes.” Además, el contacto espiritual con sus alumnos, la ayudó en mucho a disipar su tristeza de exilado.

El 41, al conocer el fallecimiento de Alfonso XIII en Roma, escribió una sentida nota necrológica para El Comercio donde dijo “De tanto combatirlo llegué a estimarlo”.

El 42 pasó a Guayaquil, dictó clases en el Vicente Rocafuerte, y dirigió la recién creada Facultad de Ciencias y Letras (Pedagogía) de la Universidad de Guayaquil donde enseñó “Historia General de la Cultura”, sin embargo una antigua úlcera al estómago le hizo crisis y permaneció varios días asilado en la clínica Guayaquil.

Para estar con su familia regresó a Quito a dictar Historia del Arte en la Facultad de Arquitectura de la Universidad Central. Sabía muchísima Paleografía y Gramática Histórica y sus estudios de Historia de Arte eran realmente enciclopédicos, por eso se le reputaba un Humanista cultísimo, de los principales de España. Entonces llegó a su conocimiento lo del Acuerdo en su contra y se apenó.

A principios del 43 dictó varios Cursos en Costa Rica. En Diciembre estuvo de vuelta en el Ecuador, ofreció conferencias en Ambato, Riobamba, Latacunga y en diversos centros culturales y el 44 editó “Juan Montalvo y Emilia Pardo Bazán. Cartas”, folleto en cuarto, conteniendo su exposición sobre el diálogo epistolar sostenido por ambos escritores. El 45 “El Arte ecuatoriano en los siglos XVI, XVII y XVIII. Historia Breve” en 16 pags. síntesis con generalizaciones de un proyectado libro. En 1946 salió impreso su Programa “Arte Colonial Ecuatoriano” en 13 págs. Aparte circulaban impresos dos folletos, una vida del pintor Miguel de Santiago y una breve Historia de Guayaquil. Varios gobiernos centroamericanos le cursaron invitaciones, recorrió las ruinas mayas de Mérida, Yucatán, Chichén Itzá y Uxmal y los campos de Guatemala y Honduras, en cuyas Universidades dio Conferencias sobre ese arte, tan antiguo como venerable y sin embargo tan poco conocido.

En 1945 recibió un grandioso homenaje en la Embajada del Ecuador en México al que asistieron varias personalidades mundiales como Indalecio Prieto, los poetas cordobeses Juan Rejano y Pedro Garfias, el Arq. Francisco Azorín Izquierdo, el periodista Fernando Vásquez Ocaña, el torero Manolete que actuaba en ese momento en la capital azteca.

En 1949 escribió desde San José de Costa Rica, ya vivía enseñando y gozaba de la amistad del Dr. José Figueres, que sería Presidente de ese país: “Son dieciocho Universidades donde he orado más que disertado, en nombre de Córdoba y de España…” y en otra dijo: “Desde luego, quiero volver a España. Se han cumplido doce años de mi ausencia. ¿Por qué voy? Lo primero por ser español. Ya es suficiente. Además se acorta furiosamente la vida, los setenta llegan ya, estoy amenazado de inminente ceguera, por lo que disminuyen sino se desvanecen, mis posibilidades de trabajo. Si llega la miseria, que llegue en España. ¿A qué voy? Sencillamente a buscar la tierra “Ven y reposa en el seno materno” ¿Cómo voy? Con toda serenidad, por derecho de español. Pero ni arrepentido ni converso. No tengo nada dé qué arrepentirme, sigo siendo Saulo y no Pablo. Voy vencido por los hechos, en capitulación de Breda. La lección de América es única para todos nosotros. Es sin duda la más grande de toda nuestra historia. La he sentido como pocos. He estado en duros caminos, en Ayacucho, en Otumba, en la Araucania y en Cajamarca. Si allí no encuentro trabajo, para hablar de la ruta de España viva en el mundo y aún en sitios como Saigón, que conquistaron para Francia, a nadie pueda extrañar que vuelva al Ecuador otra vez a vivir de su pan y de su sol. Ambos me dio con llaneza y amor esta nación noble. Tanto, que me ha condecorado con la cruz del Mérito, por servicios – dice – a la enseñanza. Todo ello muestra como, permaneciendo idéntico a mi mismo, puedo terminar en el suelo hogareño de Córdoba, donde me aguarda – como dice Juana Ibarbourú – la dulce cazadora que no quiso cobrarme todavía”.

De regreso a Costa Rica, viudo y solo, pues su otra hija Magdalena había contraído matrimonio en Quito con un diplomático norteamericano, casó con María Cristina Goicoechea, matrimonio blanco y sin hijos pues, como él mismo lo dijera, requería más de una enfermera que de esposa, pero seguía animoso como siempre a pesar de que una ceguera paulatina le entristecía mucho, impidiéndole leer, a él, que siempre había sido un lector infatigable pero jamás dejó de mantener contacto con otros escritores e intelectuales españoles, sobre todo con los del exilio de la España peregrina.

Por entonces vivía en la calle Uno del Barrio Amón, colaboraba asiduamente en el Instituto costarricence de ^ Cultura Hispánica y como no podía leer dictabale a su esposa y ella pasaba en limpio a través de una máquina de escribir, pero tenía una gran memoria y sabía manejar sus libros y anotaciones, al punto que no se equivocaba cuando era de hallar una cita puesta por él.

Fue designado Agregado Cultural ad – honorem de la Embajada del Ecuador en Costa Rica. En Agosto del 54 se enteró que el Tribunal de Responsabilidades Políticas de España le había declarado inocente de todo delito y el Ayuntamiento de Córdoba derogado el Infame Acuerdo de manera que escribió enseguida agradeciendo al Alcalde y se aprestó a volver a su Patria.

El 55 vivió en España amnistiado por el gobierno de la dictadura franquista. Su arribo a Córdoba fue silenciado y solo pudo visitar a algunos familiares y a amigos, entre ellos a catedráticos como Rafael Castejón y al personaje popular llamado el Marqués del Cucharón que por posibles represalias se vieron con él tomando la máxima discreción, espacio de algunas semanas volviendo a San José de Costa Rica donde mantenía su hogar.

En 1959 se hizo cargo de la cátedra Menéndez Pidal en la Universidad de San José de Costa Rica. En sus ciudad “Hijo predilecto de Córdoba” y el 2001 el Diario de Córdoba publicó la séptima edición de su Historia de Córdoba.