INCA MELCHOR CARLOS

HEREDERO DEL TAHUANTINSUYO.- Nació en el Cusco hacia 1574 y fue su padrino de bautizo el Virrey Francisco de Toledo. Hijo legítimo de Carlos Inca Yupanqui, natural del Cusco y de hija legítima de Pedro Alonso Carrasco, Caballero del Orden de Santiago y de Isabel Fernández Cabezas, peninsulares.

En 1600 se le involucró en los planes anticoloniales del Corregidor de Huamanga, García Solís de Portocarrero, quien fue procesado y condenado a muerte por degollamiento; sentencia que se cumplió en la plaza de esa población el 14 de Agosto de 1601, fijándose su cabeza en un palo, pero después se la quitó secretamente por temor a un alzamiento general de los indígenas. Entonces no se pudo probar la participación del Inca en tales planes, pero fue presionado por las autoridades y tuvo prácticamente que salir, casi exilado, a España.

Desde 1592, de 18 años, había comenzado a tener hijos naturales en el Cusco. En su pariente La Colla Francisca Quispe Sisa, hija de Alonso Manco Hualpa Inca y de Inés Sisa Palla, su prima hermana y mujer, todos cusqueños, tuvo a Juan Melchor Carlos Inca, que en 1604 pasó a España con el Licenciado Alonso Maldonado de Torres, por orden del IX Virrey del Perú, Juan de Mendoza y Luna, Marqués de Montesclaros. Allí se crió por algunas consideraciones del servicio del rey y en 1627 se cruzó de Caballero de la Orden de Santiago.

También tuvo en el Cusco a María Colla, Juana de Esquivel Yupanqui y Melchora Clara Colla. La primera pasó a España llamada por su padre y entró de novicia al monasterio de las monjas Bernardas de Vallecas. Las otras dos quedaron en el Cusco. De Juan de Esquivel Yupanqui ignórase si tomó estado civil y de Melchora Clara Colla, que en algunos documentos también se la menciona como Leonor de Esquivel, se sabe que fue monja en el Convento de Nuestra Señora del Rosario del Cusco.

Esos cuatro hijos parece que los tuvo entre 1592 y el 99 que partió para España, entre Collas de las panacas nobles del Cusco, donde aun se practicaba a fines del siglo XVI el sistema de matrimonios poligámicos que imperaba en el Tahuantinsuyo antes de la llegada de los españoles.

En 1603 presentó a la Corte un Memorial de reclamos que acompañó con un frondoso árbol genealógico de los descendientes desde Manco Cápac. Allí constaban todos los miembros de las diversas panacas o familias imperiales en número de 567. Trabajo valiosísimo, hoy perdido, que debió haber llevado del Cusco; aunque quizás pudo haberlo confeccionado en España utilizando apuntes, fechas, nombres y datos. De cualquier forma, fue un gran esfuerzo intelectual de su parte y admira aún más los arrestos de sus pretensiones. Para todos ellos solicitó la excepción de pagar tributos y el fin de las vejaciones que padecían desde los tiempos del Virrey Toledo, que persiguió a los patriotas indígenas de Vilcabamba y mantuvo en la miseria a los descendientes Incas.

El Inca Garcilaso de la Vega menciona en sus “Comentarios Reales” que no hubo resultado positivo a estas gestiones e incluso que se le llegó a prohibir su regreso al Perú; sin embargo, en 1606, queriendo darle una satisfacción el rey Felipe III le concedió el hábito de la Orden de Santiago y 8.500 ducados anuales de renta sobre el tesoro de Lima. Se actuaron Informaciones y pruebas en Madrid y Trujillo. En la primera de dichas ciudades depusieron testigos que le conocían en América y en la segunda, los que sabían de su ascendencia en España, estableciéndose que era de sangre real por su padre y de antiguos hidalgos por rama materna, cruzándose como Caballero ese año. Desde entonces comenzó a llevar una vida fastuosa de lujo y boato, corno correspondía a su condición de pariente mayor de la Casa Imperial ^ de los Incas del Tahuantinsuyo. Tenía varios criados que se movilizaban con él a todas partes, a la usanza de los príncipes y sus cortesanos. Su casa en Trujillo era de las mejores puestas y como el mismo Felipe III le hizo su Gentilhombre de Boca, le ganó para su servicio y consideración.

En 1609 estaba viudo, dio palabra de matrimonio a la joven madrileña María de Silva y hubo en ella a Felipe Carlos Inca y Silva. Y como le otorgó poder para desposarse, se realizó dicho contrato de esponsales, legitimándose la criatura; pero en eso comenzó a sentirse debilitado y el 2 de Octubre de 1610, estando de paso por el monasterio de San Agustín el real de Alcalá de Henares, le sobrevino un violento vómito de sangre y se puso muy malo. Entonces le llamaron al Escribano Juan de Quintarnaga Valverde y testó cerrado.

Por dicho instrumento designó Albacea al Dr. Sancho Martínez de Leiva, Caballero de la Orden de Santiago, y figuraron entre los testigos, sus criados, el Licenciado Clemente de Villaroel, Alfonso Marques Inca – que habíale acompañado como su pariente desde el Perú – y Gregorio Núñez, todos ellos personas de reconocida condición hidalga.

Guayas S.A.” propiedad de Elisha Lee y de Shaytes Smyrk. Durante la invasión armada del General José María Urbina transportó las tropas gobiernistas del Coronel Martínez Pallares y con ellas entró al río Santa Rosa en persecución del vapor “Washington”, que finalmente fue abandonado por Urbina y Robles en Puerto Gelí.

En 1870 Elisha Lee. George P. Bragdon y Demetrio Pino Reinel vendieron sus acciones en la “Compañía de Vapores Guayas S.A.”. Se fusionaron sus competidores y cuando el 72 lograron el contrato para transportar la valija de correo entre Guayaquil y Babahoyo, cobró importancia la compañía y sus acciones comenzaron a venderse con premio, Indaburo tenía algunas y se desprendió de ellas. En 1871 instaló su propia empresa con el nombre de “Compañía de Navegación Fluvial por Vapores”, cuyo nombre resultó tan largo que la gente prefería denominarla como “La Empresa de don Pablo Indaburo”.

En 1872 se asoció con Francisco Campos Coello e Ignacio Rivadeneyra para la construcción del puente de madera sobre el estero Salado, importaron una pequeña locomotora con vagón y tendieron una línea férrea desde la plaza de san Francisco hasta el Estero Salado pero la locomotora se accidentó y el negocio fracasó. El 73 pidió a la empresa “Pusey and Jones Co.” de Wilmington, USA. el vapor “Washington” de 70 píes de eslora, que dedicó a hacer viajes a Posorja. Ese año se puso de acuerdo con Manuel Teodosio Maro, quien acababa de fundar la “Compañía de Navegación Fluvial” con el vapor “Modesto”, para fijar una tarifa común y evitar la competencia.

En 1876 formó una nueva compañía con su suegro Enrique Seminario – había contraído matrimonio con Adela Seminario Santa Cruz – Carlos L. Caamaño, Ignacio Robles Santistevan, Enrique Pareja Garreton, Juan Ignacio Jurado Moran y Luis Cucalón. En Agosto botaron al agua el antiguo vapor “Guayaquil” de 90 pies de eslora, con el nombre de “Bolívar” pero la sociedad terminó poco después.

En 1877 adquirió en Wilmington el vapor “Chimborazo” de 90 pies de eslora. El 80 era propietario único del vapor “Quito”. El 81 participó en la puesta del ferrocarril al Salado, una locomotora y un vagón, que transitaban por medio de la Avenida Nueve de Octubre, antes llamada del Corte, y despúes de las señoritas,hasta el estero Salado (1)

En 1882 compró el vapor “Olmedo” de 90 pies a la “Compañía de Navegación interior” cuyo Director y Gerente era Miguel Velasco y Velasco. En ese año se complicó la situación política en el país con la proclamación de la dictadura del General Veintemilla. El vapor “Olmedo” cayó en poder de los revolucionarios que lo llevaron a Tumbes y de allí a Buenaventura y Barbacoas. El “Quito”, el “Bolívar” y el “Chimborazo”, debidamente armados por el gobierno de Veintemilla, amenazaron a los Restauradores y Regeneradores en Samborondón, luego pasaron a engrosar esas filas. 1883 fue un mal año para la Empresa indaburo.

A comienzos de 1887 le fue adjudicado el vapor “Sucre” en el remate efectuado por le gobierno. El “imbabura” fue vendido a Colombia que lo denominó “Talambí”. En Babahoyo tenía indaburo un hotel flotante acoderado al malecón de la ría y desde el 82 la factoría “La Fama” al lado de la vieja Tahona, frente al estero de Saraguro o San Carlos, donde instaló dos grandes tanques de hierro y madera para depósito del agua dulce traída desde Petrillo en lanchones cisternas de cien toneladas cada uno, remolcados por los vaporcitos “Meteoro” y “Sangay” de la empresa indaburo. El negocio duró hasta 1890 que comenzó a rellenarse el Estero y como el 92 se inició el tendido de la red de cañerías de agua potable, ya no hubo necesidades mayores de agua.

Desde el 87 mantenía el servicio a Duran con los vapores “San Jacinto” y “Oriente” a fin de atender las necesidades del ferrocarril; también tenía el servicio a Santa Rosa, Provincia de El Oro, para lo cual había construido una casa en Puerto Pilo, donde puso oficina.

Cuando se dirigía a Quito a negociar un contrato para el transporte Guayaquil – Panamá con dos pequeñas embarcaciones, falleció el 9 de Julio de ese año, de un ataque al corazón, de solo treinta y nueve de edad. Su empresa terminó por 1927 con su hija única María indaburo Seminario, que cedió los vapores viejos a su hijo Clemente y indaburo. Fue un excelente patrono, querido y respetado por sus subordinados que gozaron siempre de su afecto y cordialidad. En lo físico era de mediana estatura, complexión robusta, tez canela clara, ojos, pelo y bigotes negros.