HERNANDEZ ALVARADO JOAQUIN

ESCRITOR.” Nació en San Salvador, capital de la República centroamericana de El Salvador el 15 de Julio de 1938, Hijo

legítimo de Joaquín Hernández Valdés, funcionario de gobierno, y de Rosa Alvarado Ángulo, hija de hacendados; naturales

de San Agustín y de San Pedro Nolasso, respectiva mente, en el departamento de Usulután, El Salvador.

Como hijo único de padres de mediana economía recibió una buena educación en el colegio externado de San José de los

jesuítas desde el 53 hasta el 65. “Di el discurso de mi promoción, obtuve el premio de Literatura de la Embajada de

España, hablaba inglés y francés”.

Su padre quería hacerlo abogado pero él, de pronto, le entró la vocación de hacerse jesuíta y recibió el apoyo materno

para lograr aquello. Era un joven sano a quien le agradaba la historia y sentía una cierta actitud intelectual hacia la vida.

Veía películas de Fellini y gustaba buscar y encontrar el sentido absoluto de las cosas. Finalmente en Abril del 66 ingresó

al noviciado jesuita de Santa Tecla pues comprendía que ser jesuíta era para él la respuesta de todas sus inquietudes.

Concluido los dos primeros años de estudio hizo los votos y debió escoger un sitio para ampliar sus conocimientos

generales de cultura. Siempre había sido costumbre enviar a los novicios a Quito pero después del encuentro de Medellin

todo eso cambió; sin embargo se impuso la costumbre y fue matriculado en Cotocollao, luego pasó al Instituto de

Humanidades Clásicas de la Facultad de Filosofía de San Gregorio de la Universidad Católica de Quito, que se convirtió

entonces en el centro de formación filosófica de los jesuitas de Centroamérica, Antillas, Bolivia y Venezuela y cursó un

año de Humanidades Clásicas por entre los vericuetos de las nuevas tendencias que confluían hacia la formación de una

Iglesia libre, dinámica y más preocupada del hombre que de la divinidad.

Gustavo Gutiérrez, Asesor a nivel teológico del Arzobispo Helder Cámara, aseguraba que el mensaje evangélico era una

denuncia permanente contra la injusticia social y el punto de partida para la nueva Iglesia de la Liberación, tendencia que

pronto empezó a generar terreno en el tercer mundo y Hernández – que había soportado por muchos años la violencia y la

miseria salvadoreña – adoptó la nueva línea y puesto en conflicto con la política tradicional de la Compañía de Jesús, se

vio precisado a salir de ella y pasar a la Universidad Católica de Quito en 1970, donde dictó clases en la Facultad de

Derecho como simple profesor, a los treinta y dos años de edad.

Allí estuvo dos años amoldándose al sistema que le tocaba vivir, tiempo en el cual conoció a su alumna María Augusta

Herrera Heredia, con quien contrajo matrimonio, habiendo procreado tres hijas.

Sus clases eran de Introducción a la Filosofía, se especializó en Filosofía contemporánea y por influencia del padre Julio C.

Terán Dutari, S. J. leyó la obra “Ser y Tiempo” de Martín Heidegger y comenzó a entender su vida pues ese libro le marcó

un nivel filosófico.

El 72 principió a trabajar como secretario de Hernán Malo González, S. J. con S/. 4.000 mensuales, en la Universidad

Católica de Quito, llevándole la correspondencia. “Poco después me ofreció la oportunidad de viajar a Guayaquil como

Profesor de la Universidad Católica del puerto principal para los Cursos 1o. y 2o. de Filosofía y al mismo tiempo para

gerenciar las ventas de la Compañía “Automotores y Anexos”, y le acepté”.

Entonces comenzaron para él nuevos panoramas y otros años de grandes cambios -la era petrolera del 72 al 82- que vivió a

plenitud en un Guayaquil que se transformó en base a una falsa industria y del remedo de un desarrollo estipendioso,

mientras las clases marginadas seguían ocupando su ínfimo sitial.

AI mismo tiempo combinaba sus actividades mercantiles con el ejercicio de la cátedra de Antropología Filosófica en la

Escuela de Sicología Clínica, de la Universidad Católica de Guayaquil, que mantuvo hasta el 82 en el segundo curso; y

cuando cambió el Pensum para dar paso a especializaciones y modernizar los conocimientos, fiel a su política de

abandonar las generalidades para hacer mas importante el caso Ecuador, asumió nuevas inquietudes y luchó porque la

Universidad Católica pasara a ser un centro propagador de una conciencia crítica, dictando a los futuros Psicólogos

Clínicos materias tales como Filosofía en dos niveles, para el segundo y tercer cursos, y Filosofía de la Ciencia y

Epistemología.

El 75 Abelardo García le llevó a escribir a “Expreso” donde mantuvo una columna hasta el 84, al igual que en la revista

“Impacto” de Alejandro Román. Fruto de ellas fue el libro aparecido el 82 con la recopilación de varios de sus artículos,

bajo el título de “Ejercicios de la sospecha” en 165 páginas. Posteriormente a vuelto a su columna en expreso.

El 84 y a consecuencia de una severa reflexión sobre el verdadero significado de escribir para periódicos, dejó de hacerlo, pues consideró entonces que en el país los investigadores a niveles serios y los creadores sólo se limitaban a publicar libros

o permanecen en el campo teórico, mientras que un gran número de vulgarizadores publicitan resúmenes descoloridos a

través de la prensa para consumo del gran público.

El 88 Juan Fernando Sa lazarle convenció para colaborar “El Comercio”, y así lo ha venido haciendo con temas Filosóficos,

Problemas Culturales y Literarios Latinoamericanos y Asuntos de Política Internacional, de preferencia relacionados con la

crisis en que vive aun sumergida su patria el Salvador.

También escribía artículos largos para revistas especializadas como “Nariz del Diablo” que edita en Quito “El Centro de

Investigaciones y Estudios Socio-Económicos CIESE”, y dirige

Julio Echeverría.

Tiene en preparación una autobiografía que provisionalmente ha titulado “Bajo el signo de Cáncer”, de la que conozco su

primer capitulo, texto de sumo interés por los problemas que plantea. Igualmente su tesis doctoral que trata sobre “La

idea de Filosofía en Augusto Salazar Bondy” iniciada en 1975 y que sustentó el 89 (2)

Entre sus mayores aspiraciones intelectuales desea: 1) La integración de la Filosofía y las Ciencias Sociales en el Ecuador,

porque considera que la Filosofía solo se constituye en un saber riguroso y formal a través de saberes determinados, no

está llamada a aportar soluciones pragmáticas ni contenidos o sabiduría; es pues, un grado de formalización del saber que

surge en un momento dado en cada sociedad. Y siendo una ciencia abstracta y elaboradora de niveles de inteligibilidad, el

saber filosófico no es un saber de autodidactas aislados y tiene forzosamente que referirse hacia discursos constituidos

que expliquen una realidad y que impliquen un grado de desarrollo intelectual. Por eso es una integración de saberes que

responden a un problema de la sociedad, de lo contrarióse volvería un saber ilusorio; y 2) Un nivel de formulación de la

Cultura Latinoamericana en su aplicación para el Salvador y para el Ecuador, sus Patrias. Esta aspiración surge en él

porque en la actualidad existe una dispersión de interpretaciones de la cultura que no había antes. Por los años 50 cada

país pensaba que tenía una identidad propia aunque el ejemplo del Ecuador es más tardío. Con el desarrollo creciente del

materialismo se rompieron las identidades nacionales y comenzó una crisis de saberes girando en tomo al marxismo como

factor aglutinante de buena parte de la inteligencia ecuatoriana, ya que la derecha ha sido mas clasificatoria o

taxonómica y por ende menos creadora y productiva y no tiene mucho que ofrecer; sin embargo, de ello, se ha venido

aprovechando de los medios de comunicación social, que sólo ofrecen soluciones neutras y no críticas.

De estatura mas bien elevada, tez trigueña, rostro amplio y simpático. Como profesor es moderado en todo y cuidadoso al

hablar. Siempre lo hace con propiedad, pensando y actuando con cierto señorío innato en él. Como escritor es una de las

mentalidades más lúcidas en el país y sus artículos crean opinión.

Comprometido con el futuro y el progreso en íntima relación con “el interior del hombre y el exterior del universo” de los

pocos periodistas que ejercen el extraño oficio de la sospecha conciente en rechazo delstablishment. Viene

desempeñándose en los últimos años como rector de la univesidad de Especialidades Espíritu Santo en Guayaquil (UESS).