HARRISON DONOVAN REGINA

SCHOLAR.- Nació en Washington D.C. el 10 de Noviembre de 1.943 y fueron sus padres legítimos el Piloto de aviación

comercial Curtís Harrison, natural de Georgia, de religión bautista, fallecido de infarto en 1985, y Regina Donovan,

presbiteriana, de Washington D.C.

La mayor de una familia compuesta de tres hermanos que se desplazaban mucho por la costa Atlántica debido a la

ocupación del padre. De cinco años, viviendo en Raleigh, Carolina del Norte, quisieron matricularla en una escuela

pública, pero la rechazaron por su corta edad; entonces su madre la llevó a una escuela privada y aprendió a leer. Dos

años después se cambiaron a Coral Gable, Miami, Florida, le enseñaron a nadar y a bucear y formó parte de un equipo de

natación que debía presentarse en La Habana aunque por la situación política imperante en Cuba nunca se realizó el viaje,

después hizo de Virgen María en una obra teatral y terminó el Junior High School.

En 1958 ingresó a un Colegio Público en Boston y conoció a un compañero llamado Theodore Mac Donal, inteligente,

chistoso y excelente conversador, quien la enamoró. Fue la mejor estudiante y la abanderada de su promoción. Graduada

de bachiller en 1961 ingresó a la Universidad de Massachussetts, en Anhertsm, tomó varios programas para escribir novelas

y hacer poesías – Creative Writing- así como Diseño para anuncios publicitarios de Modas y hasta llegó a modelar vestidos

pues tiene una hermosa figura. Durante su vida universitaria siempre alcanzó las más altas notas, fue electa Líder

Femenina, ingresó al “Who is who Universities”, alcanzó el bachillerato en Ciencias equivalente al de Letras y Economía,

contrajo matrimonio con su novio theodore y entraron al cuerpo de Paz porque era un servicio alternativo para no ir a la

guerra de Viet Nam ya que ambos eran pacifistas.

Destinados a la Isla Santa Cruz en el Archipiélago de las Galápagos, aprendieron español en Puerto Ayora ayudando a los

padres de familia de una escuela pública a construir un nuevo local para ciento treinta alumnos, fabricando y colocando

materiales. Fue una experiencia inolvidable que duró dos años y medio y les significó una gratísima manera de ver de

cerca un país tercermundista, pues la Isla era un microcosmo ecuatoriano. Cada mes llegaba un buque correo y

justamente el día que zarparon en el “Line A” de la Metropolitan Touring, de vuelta a Guayaquil, arribaron los primeros

turistas en forma masiva. Por eso es que puede decirse que les tocó apreciar la vida isleña y su primitiva naturaleza con

toda tranquilidad.

De Quito siguieron a Boston donde escogieron los cursos para graduados en la Universidad de Ilinois (él en Historia y ella

en Literatura) y a pesar que no tenía conocimientos previos en literatura española sobrepasó a los restantes alumnos y

alcanzó nuevamente las mejores Notas de la Universidad, que tenía treinta mil alumnos. Con una Beca completa de

Estudios, libros, pasajes, etc, por tres años siguió treinta y cuatro Cursos doctorales entre el 71 y el 74 y revisó desde las

antiguas Canciones Medioevales árabes, Cervantes, el Siglo de Oro, el Modernismo, la Generación del 98, la del 26 hasta la

actual o Contemporánea en España y la de América Latina.

La Fundación Ford le dio su Beca Internacional de dos años para estudios de quichua en Sudamérica y como su esposo

también fue becado, pasaron juntos a la selva del río Arajuno en la Provincia de Pastaza, donde aprendió quichua con

Felipe Shihuango, joven colegial bilingüe y recopiló trescientas canciones en ese idioma, especialmente entre las mujeres.

Algunas tienen un sentido mágico para enamorar y se utilizan para los espíritus y/o las personas, pues la mentalidad

aborigen no diferencia la realidad de los sueños y no ha ingresado aún al mundo de la ciencia.

El 75 grabó trescientas canciones más en las Comunidades de Cañar, Saraguro, Colta, Monjas cerca de Riobamba, Otavalo y

Latacunga. La primera ocasión que tuvo que viajar sola le dio tanto miedo en el hotel de Quito que se puso a llorar, pero

nunca le pasó nada malo. En el austro fue su ángel guardián G. humberto Mata, que también hablaba quichua y era un erudito indigenista. El la introdujo en el mundo mágico andino motivándola hacia tópicos poco conocidos y como era

aficionadísimo por la cultura, le acompañó a los campos haciendo de cicerone. En otra ocasión, en plena calle Cuenca y a

las doce del día, se entusiasmó tanto que hasta quiso robarle inocentemente un beso, cosa que Regina no le permitió.

Eran muy buenos amigos y él pasaba los setenta años. Durante esos viajes de investigación se fue proyectando su tesis

sobre “La Expresión indígena andina: la poesía sobre el indígena escrita en español y quichua”. El 76 regresaron a Boston a

escribir. La tesis de su esposo trata sobre la “Introducción del ganado en la selva y los cambios en las costumbres.”

El 79 dictó varias materias: Español Básico, Antropología, Teoría de la Literatura, etc. en el Bates College, en Lewiston,

Maine. El 80 fue electa Decana del Colegio y ocurrió su divorcio. Ese año ganó la Beca Nacional “Endowment for the

humanities”. El 81 falleció su hermana Karen de cáncer y tomó a cargo a sus dos hijos para educarlos pues no ha tenido

hijos propios.

Comenzó a viajar mucho para hacer estudios internacionales por Bolivia, Perú y Ecuador. En cada ocasión llevaba grupos

de entre 8 y 13 alumnos, visitaban las ruinas andinas, sobre todo Tiahuanaco, Chavin, Nazca, Chanchan, Pachacamac,

Paracas, Machu Picchu, siempre a pie. En uno de esos viajes le pasó un caso curioso. Habían caminado cuatro días desde el

Cusco a Machu Picchu y al divisar las ruinas a lo lejos y bajo un cielo encapotado, hizo un alto en el camino y recitó con

unción un antiquísimo himno a Intiyaya y como por ensalmo se abrieron las nubes y pudieron contemplar el paisaje en

toda su increíble grandiosidad. Los estudiantes y sobre todo los cargadores que la acompañaban, se asombraron muchísimo

del fenómeno, que solo duró segundos, pues esa experiencia tuvo algo de mágica y resultó inolvidable.

El 86 regresó a las Galápagos con otros alumnos, volvió a los sitios donde había vivido, trató nuevamente a sus amigos y

conocidos, se recreó con los paisajes idílicos de Santa Cruz y como encontraron al buque escuela Guayas, los grumetes

dieron un baile y todos participaron con gran alegría.

El 89 la University of Texas Press le editó en 300 páginas una parte de su tesis bajo el título de “Signs, Songs and Memory

in the Andes: Traslating quechua language and Culture” obra que fue tan bien acogida que el 91 ganó tres importantes

premios a saber: 1) El premio Kovacs de la “Modern Language Asociation” de los Estados Unidos, por ser el libro escrito en

inglés que mejor demuestra la cultura indo hispánica, 2) El premio Wood de la “Latin American Studies Association” para

el mejor estudio interdisciplinario sobre América Latina, y 3) El premio del “New England Council for Latin American

Studies.”

El 92 obtuvo una Beca Fulbright para Perú y Ecuador de seis meses de duración dos de los cuales vivió en Ecuador y cuatro

en Perú. En el Cusco estudió con varios sacerdotes y monjas los Manuales de Confesión escritos en kechua – español,

principalmente los coloniales, el de fray domingo de Santo Tomás, Obispo de Chuquisaca, que data de 1585 y fue editado

en la imprenta de Lima y el de Pérez Bocanegra de 1631 y presentó dicha ponencia en la FLACSO de Quito.

El 94 apareció su obra musical traducida al español bajo el nombre de “Signos. Cantos y Memorias en los Andes” en el No.4

de la Colección de la Editorial Abya Yala de Quito y renunció en Bates College para dirigir únicamente tesis doctorales

como Full Profesor en la Universidad de Maryland, ubicada en College Park donde también tiene a cargo las relacionadas

con Literatura Comparada, Quichua, Teoría Literaria, Antropología Andina, etc. El 95 concurrió al VIII Congreso de

ecuatorianistas celebrado en Guayaquil con la ponencia “Yaya Alfaro. Perspectivas Indígenas” con discursos y recuerdos

rescatados de las minorías indígenas, perspectiva alternativa solidaria con su memoria, que cuestiona el discurso oficial.

Vive con sus sobrinos en el Northwest de Washington D.C. formando una familia. La Universidad Andina le publicará un

libro que tiene terminado con el título de “Formación de una cultura nacional” tomado en parte de su tesis sobre la

imagen del indígena en la poesía ecuatoriana de los siglos XIX y XX. Ha filmado un video a colores de aproximadamente media hora, sobre el papel del indígena y el turismo ecológico en la selva Los indígenas opinan en quichua sobre el turismo, luego vienen las entrevistas a los directores de las Agencias de Viajes. Piensa usarlo con sus alumnos y en la TV.

Estatura menos que mediana, blanca pecosa, pelo castaño rojizo, ojos celestes. Femenina y feminista, delicada en su trato, graciosa en sus expresiones, sentenciosa cuando relata sus investigaciones lingüísticas así como sus vivencias.