GUARDERAS Y NIETO JOSÉ

CONTADOR DE ALCABALAS.- Fue

bautizado en la iglesia parroquial de San Mateo de Lucena, en Andalucía, España, el día 26 de marzo de 1755, hijo

legítimo de Simón Guarderas y Sarradet y de María Nieto y Llanos, naturales de dicha villa de Lucena.

Muy joven pasó a Quito y consiguió que el Presidente de la Audiencia José García de León y Pizarro, le nombrara en 1780

Contador de la Real Renta de Alcabalas. Para 1809 y cuando contaba 29 años de servicios ininterrumpidos ascendió a

Administrador General de dicho ramo; pero, meses después, la revolución de agosto le privó de tan pingue oficio y por su

fidelidad al Rey sufrió disgustos y persecuciones.

Para esta época ya tenía amplia acogida en Quito. En 1804 había desempeñado las honoríficas funciones de Regidor del

Cabildo. Sin embargo desde 1809 y hasta 1812 permaneció fuera de la ciudad desempeñando labores agrícolas en la

hacienda San Rafael, Ubicada en Machachi, de propiedad de su cónyuge Manuela Vicuña y Herrera, con quien había

contraído nupcias hacia 1781.

En 1812, año en que ocupó la presidencia de la Audiencia el Tnte. Coronel Toribio Montes, fue repuesto en sus honores y

preeminencias como Administrador del Real Ramo de Alcabalas y en premio al afecto demostrado por la causa de Fernando

Vil obtuvo la jubilación en su empleo, confirmada en 1816 por dicho monarca.

Dña. Manuela Vicuña, su mujer, fue persona de carácter y ambición, quiteña de nacimiento hija legítima de Ignacio de

Vicuña y Oláis, sobrino del Marqués de Estrella y de Antonia de Herrera y Roldan, también quiteños. Fue activa v

emprendedora e intervino en las guerras de emancipación. En 1816 y por dos ocasiones ofreció vestidos a las tropas leales

al Rey y a los habitantes de Pasto para que continuaran hostilizando a los patriotas granadinos y tantas fueron sus pruebas

de adhesión al monarca que el propio Fernando VII, informado por el Real y Supremo Consejo deCONTADOR DE ALCABALAS.- Fue

bautizado en la iglesia parroquial de San Mateo de Lucena, en Andalucía, España, el día 26 de marzo de 1755, hijo

legítimo de Simón Guarderas y Sarradet y de María Nieto y Llanos, naturales de dicha villa de Lucena.

Muy joven pasó a Quito y consiguió que el Presidente de la Audiencia José García de León y Pizarro, le nombrara en 1780

Contador de la Real Renta de Alcabalas. Para 1809 y cuando contaba 29 años de servicios ininterrumpidos ascendió a

Administrador General de dicho ramo; pero, meses después, la revolución de agosto le privó de tan pingue oficio y por su

fidelidad al Rey sufrió disgustos y persecuciones.

Para esta época ya tenía amplia acogida en Quito. En 1804 había desempeñado las honoríficas funciones de Regidor del

Cabildo. Sin embargo desde 1809 y hasta 1812 permaneció fuera de la ciudad desempeñando labores agrícolas en la

hacienda San Rafael, Ubicada en Machachi, de propiedad de su cónyuge Manuela Vicuña y Herrera, con quien había

contraído nupcias hacia 1781.

En 1812, año en que ocupó la presidencia de la Audiencia el Tnte. Coronel Toribio Montes, fue repuesto en sus honores y

preeminencias como Administrador del Real Ramo de Alcabalas y en premio al afecto demostrado por la causa de Fernando

Vil obtuvo la jubilación en su empleo, confirmada en 1816 por dicho monarca.

Dña. Manuela Vicuña, su mujer, fue persona de carácter y ambición, quiteña de nacimiento hija legítima de Ignacio de

Vicuña y Oláis, sobrino del Marqués de Estrella y de Antonia de Herrera y Roldan, también quiteños. Fue activa v

emprendedora e intervino en las guerras de emancipación. En 1816 y por dos ocasiones ofreció vestidos a las tropas leales

al Rey y a los habitantes de Pasto para que continuaran hostilizando a los patriotas granadinos y tantas fueron sus pruebas

de adhesión al monarca que el propio Fernando VII, informado por el Real y Supremo Consejo de conquista del norte del Tahuantinsuyo que había dejado a medias. En San Miguel de Piura reclutó gente y con ella se vino

en Agosto, pacificando a los indios de la Puná y remontó sus aguas para buscar un puerto seguro y más próximo a Tierra

Firme (Panamá) y entre Septiembre y Octubre del 35 trasladó la ciudad de Santiago a un asiento indígena de Guayaquile.

Esta información está tomada de “La Doble fundación de la ciudad de Santiago de la Nueva Castilla” publicada en 1980 en

Buenos Aires, como ponencia presentada al IV Congreso Internacional de Historia Americana por los esposos Adam Szaszdi y

Dora León Borja de Szaszdi.

Lo cual está corroborado por un documento de Diego de Urbina del 20 de Septiembre de 1543, aclara que cuando

Benalcázar entró a descubrir y poblar la provincia de la Culata en 1535, buscó un sitio cerca del mar donde pudieran llegar

las naves que surtían a los conquistadores de cuanto necesitaban y como el dicho Adelantado no tenía poderes para fundar

ciudades, mudó de lugar a Santiago de Quito fundada por Diego de Almagro el 15 de Agosto de 1534 en las llanuras de

Liribamba y la pobló “en el asiento del sitio de Guayaquile.”

Por otro documento constante en el Archivo de Indias, de Sevilla, se aclara más aún y en detalle: “El Marqués don

Francisco Pizarro, Adelantado, Capitán General y Gobernador por Su Majestad de estos reinos de la Nueva Castilla llamada

Piró y del su Consejo, por cuanto vos Juan de la Puente, vecino de Villanueva de Puerto Viejo, habéis servido a Su

Majestad a vuestra costa, en la pacificación de estos reinos con vuestra persona, armas, caballos, con muchos trabajos y

necesidades, por la presente a nombre de Su Majestad, hasta tanto se le haga el repartimiento general y yo provea otra

cosa, os deposito al Cacique “Uguay”, que es en la nación de los Huancavilcas y otro que se llama “Guayaquile”, con sus

indios, el cual es en la Culata, conforme el libro de repartimiento, y con sus pueblos, con las personas de los Caciques,

que son y fueren de adelante, con tanto que dejéis a los dichos Caciques, sus mujeres e hijos y los otros hijos para su

servicio, como Su Majestad manda. Y que habiendo religiosos que adoctrinen los indios en las cosas de nuestra Santa Fe

Católica, los traigan ante ellos para que sean instruidos en ella. De los cuales dichos indios os habéis de servir en vuestras

haciendas y labranzas, y en sacar oro de las minas, con tantoque seáis obligados a adoctrinarlos y enseñarlos en las cosas

de nuestra Santa Fe y creencia, y a hacerles todo buen tratamiento, como Su Majestad manda. Y si así no lo hiciereis,

cargue sobre vuestra conciencia, y no sobre la de Su Majestad, ni mía, que en su real nombre os los deposito. Y mando al

Capitán Francisco de Orellana y a otras cualesquier Justicias de la Villa de Portoviejo, que os pongan en la posesión de los

dichos Caciques, luego vista ésta mi Cédula, sin poner en ello dilación alguna. Fecha en la ciudad del Cusco, en cinco del

mes de marzo de mil y quinientos y treinta y nueve años. El Marqués Francisco Pizarro. Por mandato de Su Señoría,

Antonio Picado.

De suerte, que sintetizando la historia de la ciudad de Santiago de Guayaquil, diremos que fue fundada por Diego de

Almagro en Liribamba el 25 de Agosto de 1534 con el nombre de Santiago de Quito por estar situada al interior de esos

territorios lejos al mar y trasladada (no fundada porque Benalcázar no contaba con poder para ello) a las tierras del

Cacique Guayaquile entre Julio y Septiembre de 1535 por Sebastián de Benalcázar y que, por dicho Cacique, se llama

Guayaquil.

En consecuencia, no existieron jamás ni los Caciques Guayas ni Quil y peor su hijito Guayaquil como ahora se quiere dar a

entender en el monumento levantado al pie del puente de la Unidad Nacional, antes Rafael Mendoza Avilés.