DIPLOMATICO.- Nació en Caracas el 17 de Enero de 1783. Hijo legítimo del capitán José Ignacio Gual y Curbelo, prócer
caraqueño del año 10, enviado por la Junta revolucionaria a Barcelona a gestionar la unión de ambas ciudades y de Josefa
Escandón y Morín. El Capitán Gual dejó fama de ser “un artista en componer enemistades”.
Hizo sus primeros estudios con los dominicanos, el bachillerato en filosofía y teología y por su aprovechamiento y buena
conducta fue designado Secretario del Seminario. Después ingresó a la pontificia Universidad de Caracas, en 1806 se
graduó de Licenciado en Teología y el 8 Febrero de 1 807 de Doctor en filosofía y teología. Entre sus profesores figuraban
los Dres. Felipe Fermín Paul y Juan Germán Roscio que luego actuarían en la independencia de América.
El joven Gual era conocedor de los Derechos español y romano y para realizar la práctica jurídica ingresó al estudio del Dr.
Paul, alcanzando a los pocos meses el título de abogado. Hablaba inglés y francés y había leído obras prohibidas de la
ilustración, por eso se vio envuelto en un intento revolucionario del Canónigo José Domingo Cortés de Madariaga, quien
cayó preso, salvándose Gual de ser enviado a la carraca de Cádiz por el oportuno aviso de un amigo. Entonces emigró a la
isla de Trinidad en posesión de los ingleses donde vivió del ejercicio de su profesión hasta la revolución del 19 de Abril de
1810 en que su familia plegó al movimiento emancipador y lo llamó para que trabaje como secretario de Francisco de
Miranda.
Inmediatamente de llegado fue electo Vocal y Síndico de la Municipalidad de Caracas y en Abril de 1811 presidió la
Sociedad Patriótica de Venezuela, creada meses antes por la Junta Suprema.
El 5 de Julio participó en los actos de proclamación de la Independencia, escribió en “El Publicista venezolano” y “El
Patriota Venezolano”, representó al Primer Distrito como diputado a la Asamblea Nacional. En Marzo de 1812, con los
próceres Peña y Sáenz, representó a los tres distritos caraqueños. Descolló en los aspectos legislativos, hasta que ocurrió
el terremoto de Caracas y se disolvió dicho Cuerpo. Entonces fue designado Agente ante el gobierno de los Estados Unidos
pero la caída de Puerto Cabello en manos de las tropas realistas de Domingo Monteverde y la capitulación de los patriotas
el 30 de Julio de 1812 en San Mateo, frustró la misión. Gual se encontraba esa fatídica noche en La Guaira de manera que
no participó en la entrega del Prócer Miranda a los españoles. Entonces logró refugiarse en un buque que le condujo a
Washington, después se ausentaría a New York donde visitó a numerosos emigrados, trabó amistad con Manuel Palacio
Fajardo, quien representaba al gobierno republicano de Cartagena de Indias en dicha capital. Ambos diplomáticos lograron
entrevistarse con el Presidente James Madison y con el Secretario de Estado James Monroe, como también con otros varios
funcionarios, pero no obtuvieron resultados favorables.
En Mayo de 1813 dejó New York y viajó a Cartagena de Indias. En Agosto publicó “El Observador Colombiano”. En
Diciembre lo eligieron miembro de la Legislatura provincial y presidente de una de las secciones, luchando por obtener la
unidad entre Venezuela y Colombia. En Febrero de 1814 firmó el decreto declarando a Simón Bolívar Hijo Benemérito de Cartagena y fue “designado para integrar una comisión llamada a entrevistar al Libertador en Venezuela a fin de buscar
una posible Confederación; pero la implacable guerra que hacía el General Boves a Bolívar impidió la unión; sin embargo,
Gual le entregó el título pocas semanas antes de que se produzca el derrumbamiento de la II República Venezolana”. En
Diciembre fue electo Diputado al Congreso Central en Bogotá y dada la situación de peligro que se vivía en Cartagena,
asumió en Enero de 1815 la gobernación de esa plaza, que meses más tarde tuvo que ser desocupada por los patriotas
ante el cerco de las naves españolas. Nuevamente en el exilio, en esta ocasión, en Santo Tomás, obtuvo la ayuda del
gobernador inglés de esa isla, quien le entregó varias naves para salvar al grueso del ejército patriota que se encontraba
en la costa, en desordenada retirada.
“El 15 de Agosto de 1815 había sido nombrado Ministro plenipotenciario de Nueva Granada ante el gobierno de los Estados
Unidos; el 12 de Julio de 1816 se juramentó y en México hizo alianza para llevar tropas a Venezuela, “al mismo tiempo se
dedicó al periodismo en dicho país y mantuvo estrecha correspondencia con Bolívar; más tarde negoció en Filadelfia y en
Nueva York la compra de armamento para el ejército libertador”.
A principios de 1819 y después de cuatro años de residencia entre México y los Estados Unidos, regresó a Jamaica,
enrolándose en la expedición del Almirante Brion contra Cartagena y la tomaron en Abril, siendo nuevamente designado
gobernador. En Mompox se entrevistó con Bolívar, quien lo nombró en Marzo de 1821 Ministro de Hacienda y Relaciones
Exteriores de Colombia, a cuyo desempeño tuvo que trasladarse a Cúcuta y asistió al Congreso Nacional Constituyente,
uno de los más célebres que ha tenido dicho país, donde se destacó “al discutirse la Constitución y otras leyes
secundarias, como la de Hacienda, en cuya elaboración intervino con las luces de su preparación y experiencia”.
El Congreso eligió presidente a Bolívar y éste designó Ministro de Relaciones Exteriores a Gual, quien “acreditó
inmediatamente plenipotenciarios ante Chile, Perú, Argentina y México para que celebren tratados de Unión y designó
Misiones ante los gobiernos de los Estados Unidos e inglaterra”.
Entonces, de treinta y ocho años de edad, contrajo matrimonio con Rosa Domínguez y Roche, una de las señoritas que
coronaron en Bogotá al Libertador después de su triunfo en Boyacá y tuvieron un matrimonio feliz y cinco hijos llamados
Pedro, Juan, Manuel, Pacífico y Josefa, a) Pepita, quien terminaría sus días viviendo en Guayaquil.
En la cancillería suscribió Tratados con los Estados Unidos y Gran Bretaña. El primero llamó de “Paz, Amistad, Navegación
y Comercio” o Tratado Anderson – Gual, siendo el primero que firmó los Estados Unidos con una república sudamericana.
Por los EE. UU. firmó el diplomático Richard Anderson en 1824 en Bogotá. El segundo llamó de “Amistad, Comercio y
Navegación” y se suscribió en Bogotá un año más tarde en 1825.
igualmente trabajó para la realización del Congreso Anfíctriónico de Panamá, que inauguró el 22 de Junio de 1826 y lo
presidió. Asistieron delegados de México, Perú y Centroamérica, así como representantes de Inglaterra y los Países Bajos.
El de los Estados Unidos arribó después de la clausura. Fruto de ese Congreso fue un “Tratado de Unión y Confederación
Perpetua” para sostener la soberanía independiente de las potencias aliadas, que tuvo incierta aplicación, pues México,
no sólo que se negó a ratificarlo y por la horrorosa confusión política en que vivía dejó sin efecto la siguiente reunión que
se iba a celebrar en Tacubaya.
Esta fue una época difícil para Gual que debió permanecer en la capital mexicana desde 1827 al 29, gestionando
inútilmente la sobrevivencia de la comunidad internacional que había creado, hasta que desilusionado y enfermo, conoció
que se habían roto las relaciones entre Perú y Colombia y regresó para entrevistarse con Bolívar pero fue detenido un mes
en la isla Puná por las tropas peruanas; mas, habiendo recuperado su libertad, siguió a Guayaquil a conferenciar con
Bolívar, a quien no veía en varios años.
Durante la campaña de Buijo fue Negociador del Tratado definitivo de Paz, Amistad y Límites con el representante
peruano José de Larrea y Loredo, que se firmó en Guayaquil el 22 de septiembre de 1829, fijando los límites entre
Colombia y Perú a base del principio jurídico del Uti Possidetis Juris y que sirvió para afianzar nuestros derechos sobre la
hoya amazónica, así como la libre navegación y tráfico de los ríos y el restablecimiento del comercio marítimo. Ese
tratado es conocido como Gual – Larrea Loredo por los apellidos de sus firmantes. Durante este período ayudó a su amigo
el General Daniel Florencio OLeary en la recopilación de los documentos del Libertador Bolívar, incluidos en las
Memorias que se publicarían años más tarde.
Concluidas las negociaciones siguió a Bogotá a reunirse con su esposa e hijos y allí vivió dedicado a su profesión durante
siete años hasta 1837 en que el Presidente del Ecuador, General Juan José Flores, solicitó su mediación en el asunto del
Cauca; pero sus esfuerzos resultaron infructuosos ante la irreductibilidad de Colombia, que no aceptó la mediación.
En 1838 Vicente Rocafuerte lo designó Ministro plenipotenciario ante España, para obtener el reconocimiento del Ecuador
como estado soberano y abrir negociaciones con los acreedores británicos respecto a la parte que le correspondía a
nuestro país en la deuda de la independencia. En cuanto a lo primero, logró suscribir el 16 de Febrero de 1840 un “Tratado
de Paz, amistad y Reconocimiento” con Evaristo Pérez de Castro y Colmenares, presidente del Consejo de Ministros de la
reina isabel ii y el 2 de Junio siguiente firmó una “Convención de Comercio, Navegación y Consular”.
En 1842 regresó a Nueva Granada sin haber podido entenderse con los tenedores de Bonos de la deuda inglesa y volvió al
ejercicio de su profesión de abogado, a la educación de sus hijos y a la vida de hogar. La Convención Nacional del Ecuador
de 1843 autorizó al ejecutivo para que presentara a Gual “las más expresivas gracias por los servicios que ha prestado a la
República” y le declaró “Ciudadano benemérito del Ecuador” asignándole 1.800 pesos anuales de renta que por supuesto,
como ha sido una inveterada costumbre en nuestros gobiernos, jamás se los cancelaron.
En 1845 falleció su esposa y dos de sus hijos viajaron a comerciar a México, donde se establecieron. El 47, viudo y en
relativa pobreza, se estableció en Caracas donde instaló su bufete con notable éxito, hasta que la Asamblea Nacional Constituyente de Venezuela le encargó la Primera magistratura en 1858. Al año siguiente volvió a encargarse del mando
supremo cuando ocurrió la caída del presidente Julián Castro. Poco después apoyó la candidatura de Manuel Felipe de
Tovar para la presidencia de esa república y en 1860 fue electo Vicepresidente por el Congreso; pero, a las pocas semanas
los militares federalistas obligaron a Tovar a renunciar y elevaron a Gual a la Jefatura Suprema, que ejerció solamente
tres meses pues el 28 de Agosto un golpe de cuartel del Coronel José Echezurria, del partido del General Páez, lo depuso
en su propia casa. Gual le dijo a Echezurria, en esa ocasión: ¡Ah, tan joven y ya traidor. Con hijos y tener que legarles un
crimen. Lástima me da Ud. Señor!
incomunicado durante varios meses, salió de prisión debido a las gestiones de sus amigos y emigró a la isla de Santo
Tomás. En Diciembre de 1861 y considerando que la situación de su patria no iba a cambiar, decidió venir a Guayaquil con
sus hijos Juan, Pedro
y Pepita. Arribaron el 14 de Enero de 1862. La sociedad porteña los rodeó de atenciones y el
presidente García Moreno creó una pensión de ciento cincuenta pesos mensuales pagadera por el
Tesorero de Hacienda desde el 1 de Febrero siguiente, que el ilustre exiliado no aceptó por
delicadeza personal.
Tenía setenta y nueve años y aquí encontró la simpatía, el respaldo y la estimación que merecía
por sus ilustres servicios, su edad e infortunio; mas, de improviso, enfermó y expiró a las doce de
la noche del 6 de Mayo de ese año 62, siendo sepultado en la Iglesia Catedral luego de
solemnísimas exequias que presidió Pedro Pablo García Moreno y ofició el Obispo José Tomas de
Aguirre Anzóategui. El día 22 de Mayo apareció en el periódico “La Unión Colombiana” que se
editaba en Guayaquil, un escrito fúnebre de Alcides Destruge Maitín, exaltando la memoria del
ilustre fallecido. ¡Guayaquil, ya tiene el honor de guardar los restos del eminente patricio Pedro
Gual. A su Patria el eterno pesar de no haber recibido sus últimas miradas, de no oír su postrer
adiós!
En 1906 sus cenizas fueron trasladadas ^ al Cementerio de nuestra ciudad y
el 18 de Julio de 1920 las reclamó el gobierno de Colombia y sus restos descansan en la Catedral
de Bogotá.
Gual fue severo y adusto. Inflexible, jamás transigió con la fuerza y la arbitrariedad. Su vida
pública y diplomática fue una constante entrega a los países de la Gran Colombia, por eso su
memoria es recordada en su Patria, Colombia y Ecuador.
Su hija Pepita vivió en Guayaquil hasta avanzada edad, dedicada al magisterio. Con los años
adoptó a la niña Bertha Gehbaner después señora de Martínez. En 1902, durante el Incendio
llamado del Carmen, perdió su casa – adquirida con seis mil pesos recibidos del gobierno de
Venezuela – y fue a vivir a la Ave. Olmedo con una familia amiga, donde falleció.