GRANDA CENTENO ANTONIO

EMPRESARIO.- Nació en Calceta, Manabí, el 2l de Febrero de 1911 y fueron sus padres legítimos el Dr. Aurelio Granda

Guillén, abogado cuencano y Genith Centeno Medranda, natural de Bahía de Caráquez (1)

Creció con cuatro hermanos dentro de un hogar de posición más que desahogada y en 1916 la familia se trasladó a Cuenca

donde su padre ejerció las funciones de Jefe Político del Azuay. Mientras tanto había comenzado sus estudios en el Colegio

Borja de los padres jesuitas que continuó en el Benigno Malo hasta 1926 que se trasladaron a Quito.

Entonces decidió seguir la carrera de maestro en el Normal Juan Montalvo donde se hizo notar por su capacidad; pero

debido a la temprana muerte de su padre, volvió a Cuenca el 28 y contrajo matrimonio con María León Cordero y tuvieron

una hija.

La venta de la hacienda familiar “El Ají” en un precio irrisorio le llevó el 29 a buscar mejores horizontes y con cien sucres

en el bolsillo partió a caballo a Manabí, donde su pariente el ing. Héctor Cedeño Medranda le contrató para la edificación

del puente sobre el río Carrizal, con cien sucres mensuales de sueldo.

En 1930 viajó a Esmeraldas y arribó justamente el día en que se inauguraba el servicio de luz eléctrica, fue nombrado

Secretario del Concejo

Cantonal y aprendió a escribir en máquina con los diez dedos. Mas, al poco tiempo, viendo las posibilidades comerciales

que abría la luz, puso una tienda y comenzó a vender bombillos, cables, enchufes y aunque le fue económicamente bien,

tuvo que salir huyendo el 32 porque siendo casado sedujo a una buenamoza y oculto en las selvas de San Lorenzo trabajó

en varios oficios y se informó del negocio maderero.

El 33, por sus conocimientos de topografía y nivelación se empleó en la empresa constructora del ferrocarril de Ambato al

Curaray, aunque al poco tiempo debió abandonar la zona por razones políticas. El 34 principió a trabajar en la carretera

Ambato – Guaranda, permaneciendo con un jornal de siete sucres diarios por medio año. Todo se hacía

rudimentariamente, a pico y pala.

Ese año ocurrió en la costa el fenómeno del Niño o de los tres inviernos, pues se unían dos inviernos y un verano y se

cayeron veinte y tres de los veinte y siete puentes de esa carretera, incluso el de Socavón, cuyas bases dinamitó porque

constituía un peligro latente y para que reparara una parte de ese camino le pagaron tres mil sucres.

El 13 de Mayo de 1935 el Ministro de Obras Públicas, Jorge Montero Vela, le concedió un contrato de construcción de

cuatrocientos metros de tramo de la carretera Panamericana, invirtiendo las ganancias en los almacenes Max Muller y

Vignolo de Guayaquil en picos, palas, barrenas y carretillas y al revender parte de ello en la sierra, donde los precios eran

más caros, le salió gratis el resto.

El 36 trabajó catorce kilómetros en el sector Saloya – Santo Domingo de los Colorados, a plena lluvia, desde el amanecer

hasta el anochecer, desbrozando y limpiando los derrumbes. La zona era maderera y tan húmeda que sus veinte hombres

trabajaban sobre tablones. Ese año comerció en maderas y con una cuadrilla compuesta de cien hombres sacó catorce mil

tablones de cedro y canelo por el río, ganando setenta mil sucres, suma más que considerable, que invirtió en un camión

marca International de cinco toneladas y compró un pequeño aserrío movido a petróleo. También formó varios campamentos en plena selva con capacidad para mil hombres que empezaron a construir

carreteras y a talar árboles para aprovechar sus maderas, de suerte que acumuló un fuerte capital con gran rapidez. Ese

año obtuvo su divorcio.

El 37 contrajo nupcias con Eloísa García tendrán tres hijos y se instaló en Quito en una casa alquilada en la Bolívar No. 18

con su madre y hermana Genith que vivían en la casa del tío Efraín Centeno Medranda en Bahía de Caráquez y con su hija

Soledad que radicaba en Cuenca con su madre. Entre el 38 y el 40 construyó ciento diez y siete kilómetros de vías de

penetración para el Ministerio de Defensa, en el oriente, desde la región de Mera hasta El Puyo. El 39 importó un fuerte

stock de mercadería y equipo caminero de Alemania con el crédito obtenido en La Previsora. Picos, palas, trituradoras,

carretillas, clavos, hachas y objetos similares, así como una máquina suiza para fabricar muebles. El vapor Leipzig atracó

en Guayaquil el día 2 de Septiembre, justo cuando comenzó la II Guerra Mundial y su mercadería subió inmediatamente de

precio, llegando a venderla en los años posteriores con un cuatrocientos por ciento de ganancia.

El 40 sus hombres trabajaron dos kilómetros en las minas de Macuchi hasta Zumbagua, mediante contrato de un millón de

sucres con la Cotopaxi Exploration Co. En los Estados Unidos adquirió una pala mecánica marca Lorraine de tres cuarto de

yarda cúbica, un tractor y un camión que utilizó para la construcción del aeropuerto de Quevedo y treinta y seis

kilómetros de carretero a las minas, esto último le llevó dos años, entre el 4l y el 43, en sociedad con la firma “Iturralde y

Núñez”.

El 42, a través de Carlos Mantilla Ortega, Director de El Comercio, hizo amistad con el Embajador de los Estados Unidos en

Quito, Boaz Long, quien le encargó una misión confidencial, consistente en evaluar las posibilidades de obtener grandes

cantidades de madera de balsa y de latex de caucho. Durante seis meses exploró con sus trabajadores las regiones

selváticas y boscosas de Quevedo y Santo Domingo para localizar los árboles de balsa y caucho, permitiendo el fluido de

grandes cantidades de esos productos, considerados altamente estratégicos en razón de la guerra, a las fábricas de

fuselajes de aviones de combate y de llantas para carros blindadosy camiones militares de los Estados Unidos. I a la par,

también compraba y vendía por su cuenta balsa y caucho y seguía construyendo carreteras. El 45 se acabó el negocio

porque Malasia y las Indias holandesas habían sido reconquistadas y sus extensas zonas caucheras habían comenzado

nuevamente a vender; pero como ese año consiguió varios contratos, uno de ellos para desbrozar la selva amazónica

cuando la Shell inauguró la primera fase de su búsqueda petrolera, otro para construir el campamento militar de San

Antonio cerca de la población de Playas en la provincia del Guayas, su economía no sufrió detrimento.

El 46 realizó una fuerte donación para la fundación del Banco de Sangre. El

47 apoyó la candidatura presidencial de Galo Plaza Lasso, su amigo y lejano pariente por Centeno. Entre el 47 y el

48 construyó ciento veinte casas en tres manzanas de terreno del barrio Orellana en Guayaquil para el Seguro Social.

Entre el 48 y el 49 realizó lo mismo en la Villa Flora de Quito. El 48 construyó una villa grande en la Avenida l8 de

Septiembre al final del El Ejido, meses después fue designado Vocal del Consejo Nacional de Economía. El 49 representó a

las Cámaras de Industria de la costa en el recién creado Instituto de Fomento de Producción El 50 le eligieron miembro del

directorio de la Flota Grancolombiana de vapores, le fue ofrecida en reiteradas ocasiones la cartera de Obras Públicas,

que rechazó por su condición de contratista del estado. Ese año fundó la Empresa de Construcciones Antonio Granda

Centeno que con “Inca” de Alfonso Andrade Ochoa, “Mena – Atlas” y “Conaca” de Leonardo Stagg Durckop fueron los

mayores constructores del país por mucho tiempo.

Entre sus logros está la construcción de la carretera Naranjal – El Guabo en la provincia de El Oro. La autopista Duran –

Boliche de seis carriles de ancho en el Guayas y que también sirve de pista de aterrizaje de emergencia para los aviones

de la Base Militar de Taura. La Tatatambo que merece destacarse por la dureza de las rocas que atravieza, el tramo

Silante – Tatatambo de la carretera Quito – Aloag – Santo Domingo. La Tandapi – La Palma en Pichincha y la Baeza – Salado

en Napo Pastaza.

También construyó los aeropuertos de Manta en 1970, de Portoviejo el 75 y de Macas el 83. Con la Fuller Co. de los Estados

Unidos realizó la ampliación de las obras civiles de la fábrica de cemento Guapán el 78. El trasmisor de Capadia en el

Chimborazo, el

Entre los años 50 y 60 adquirió dos mil ochocientas hectáreas de terreno en la vía Quevedo que

transformó en bananeras hasta que la crisis que sufrió el banano desde 1964 le obligó a cambiar

paulatinamente a otros sembríos. El 66 adquirió en el INIAP las primeras semillas de Palma

africana oleífera y formó un primer vivero. Después importó otras de Malasia y con una pequeña

planta extractora inicial de seis toneladas por hora inauguró el 72 la compañía Skinner Comercial

Co. que produjo cuatro mil toneladas de aceite por año.

El Agosto del 58 compitió sin éxito y entró en polémicas en “El Telégrafo” de Guayaquil por la

construcción de las obras portuarias en Manta. El 60 adquirió la hacienda San Antonio de Ila en el

kilómetro 43 de la carretera Santo Domingo – Quevedo, importó ganado fino de las razas Brahman

y Charolais y fue condecorado por la Municipalidad de Quito. El 68 un grupo de profesionales

médicos organizaron los Laboratorios Leblanc Co. y como la empresa tuvo problemas, el grupo

Granda Centeno se hizo cargo del paquete accionario el 72.

En Marzo del 66, al verse los dictadores militares acosados por las Cámaras de la

producción en Guayaquil, dos de

ellos fueron a buscarle a su domicilio para que les acepte el mando supremo de la república.

Granda atendió a Castro Jijón y a Gándara Enríquez y les agradeció el gesto de confianza que

habían tenido, pero les indicó que si alguna ocasión aspiraba a ocupar la presidencia, lo haría a través de elecciones libres. Con tal respuesta, los dictadores se retiraron ofuscados.

El 70 se había fundado los Laboratorios Ildel Química C. A. para la elaboración de productos

veterinarios especialmente agrícolas y también lo tomó a cargo el 81.

El 71 presidió la Asociación ecuatoriana de cultivadores de palma africana y a pesar que ayudaba

mensualmente a sus cuatro hijos, ese año les entregó diez millones de sucres a cada uno en

maquinarias, terrenos y edificios. En Noviembre concurrió al XI Congreso Panamericano de

carreteras. En Abril del 72 compró los derechos del Canal 4 de TV y apoyó públicamente el golpe

militar de su amigo el General Guillermo Rodríguez Lara, aunque se distanciaron cuando la

dictadura oliendo el gran negocio que eran las carreteras entregó el rubro de construcciones a los

Ingenieros graduados en el ejército.

movimiento se disolvió, aunque dicha ideología terminó por imponerse en los gobiernos

conservadores de Duran Bailen (1992-96) Alarcón (1997-98) y Mahuad (1998 -2000) mal

llamados del neoliberalismo, porque ni siquiera llegaron a eso.

El 83 estableció “Graficsa” y comenzó a editar la colección Ariel Juvenil con Tomás Rivas

Mariscal y la revista “Ariel Internacional”.

El 85 celebró los cincuenta años de su empresa de construcciones, editó un libro graficado

sobre sus principales obras y fue condecorado por el gobierno del Presidente León Febres –

Cordero. Era uno de los más importantes empresarios, se le reconocía el mérito de haberse

levantado por sí solo y de seguir luchando a través de sus empresas por el crecimiento del

país.

A fines de Octubre fue aquejado de un segundo infarto y su hijo Eduardo le condujo en un

avión ambulancia al hospital Methodista de Houston. Sometido a intensos tratamientos se

recuperó y principió a conversar. Su hijo le dijo que debía entregarle un Poder para que no se

preocupe de los negocios, siendo respondido: No te lo firmo porque el poder de un muerto no

vale…falleció esa noche a las once, tranquilamente, de un tercer infarto. Tenía setenta y

siete años y hasta el último mantuvo el ritmo acelerado de trabajo.

Dejó las siguientes empresas en pleno funcionamiento. La ensambladora de carros Maresa S.A.

la estractora de aceite de palma Skminner Comercial Co. la aseguradora El Fénix del Ecuador,

Teleamazonas, Radio Colón S.A. Industria Marmolera Ecuatoriana S.A. Agrícola Industrial C. A.

propietaria de la gran hacienda San Antonio cercana a Quevedo que años después fue vendida

a los hermanos Reyes Torres, la Clínica Santa Cecilia C. A. y Minera Molleturo. Su testamento

cerrado nunca apareció.

Sencillo, le encantaba la comida criolla, vestía discretamente, contestaba el teléfono con monosílabos en su oficina de

Teleamazonas y daba órdenes escuetas, telegráficas, directas. Blanco, bajito, casi totalmente calvo, de frente arrugada y

lentes gruesos, de ojos alertas y dotados de una energía violenta que denotaba al trabajador en selvas y montañas, de voz

áspera que denunciaba a quien ha fumado, bebido y amado mucho. En la entrevista que concedió el 85 al periodista

Alberto Borges para Vistazo se declaró anticomunista sin

realmente serlo, pues solo pretendía la vigencia de un capitalismo libre de todo género de

trabas.

Entre sus grandes amigos de toda la vida tuvo a Galo Plaza Lasso, a Alfredo Albornoz Sánchez,

a Carlos Andrade – Marin Baca y a Ignacio de Ycaza Aspiazu.