VIAJERO.- Nació en Istad, al extremo meridional de Suecia, el 15 de Junio de 1800 y fue hijo de un modesto
armador y comerciante. Desde su niñez se sintió atraído por el mar y al graduarse de Bachiller en Lund ingresó a la
Academia Militar, en 1819 fue Subteniente de la Marina y viajó por el Báltico y el Mar Negro, En 1824 fue sobrecargo en un
buque-Cristóbal Colón- destinado a Sudamérica, cuyo armador C.V. Von Hanswolff, representaba a un grupo de súbditos
suecos establecidos en Antioquia en la Nueva Granada, con fines agrícolas y especialmente mineros.
Entre 1825 y el 26 recorrió el río Magdalena, la sabana de Bogotá, Antioquia y varias provincias remotas. Después de visitar
los Estados Unidos y regresar a Suecia, publicó en 1827 su libro “Viaje a Colombia en 1825 y 1826” que alcanzó gran éxito
de librería y está considerado un clásico en su Patria por el hermoso estilo en que fuera redactado y por tratar de regiones
que hasta entonces se las reputaba exóticas.
Reingresado a la Marina ascendió a Primer Teniente en 1829. Al año siguiente se casó con Sofía Henrika Hallstrom, hija de
un pastor luterano y fue designado Comandante del “Gylfe” pequeño buque a vapor de la marina”, en el cual condujo a
San Petersburgo al joven Príncipe Oscar heredero al trono y más tarde al Príncipe Maximiliano de Luchtermberg, de
Estocolmo a Stettin, viaje en el cual el Teniente J.C. Von Schantz se comportó indebidamente y habiéndose iniciado un
juicio apareció Gosselman como el testigo de mayor credibilidad en el asunto.
En 1835, el Ministro Sueco, Conde Wettersdet, propuso al Rey Carlos XIV, antiguo Mariscal Bernardotte, el envío de un
agente comercial a México, Colombia, Centroamérica, Chile y Perú recoger información sobre posibles negocios,
especialmente relacionados con ventas de herramientas confeccionadas de hierro sueco, las mejores del mundo por su
resistencia y dureza. Igualmente se pensaba exportar maderas y obtener fletes ventajosos para la Marina (1)
Aprobado el proyecto se pensó en Gosselman para llevarlo a cabo por sus amplias experiencias como marino, viajero que
conocía estos países y hablaba bien el español, pero no se le dio carácter oficial a su Misión, para no herir la
susceptibilidad del gobierno Ruso que se mostraba reacio a aprobarlas nuevas nacionalidades, siguiendo la política de la
Santa Alianza y como homenaje al gobierno absolutista de España.
Conjuntamente con las Instrucciones recibió 3.000 riksdaler del llamado Fondo de Comercio y Navegación para que
pudiere sufragar sus gastos, pero al arribar en Julio de 1836 a Londres, fue informado por personas conocedoras, que
dicha suma era totalmente insuficiente y como el Conde de Wetterstedt arribó a esa capital por razones de salud, habló
con él y recibió una ampliación de su presupuesto a 3.500 táleros anuales durante dos años, pudiendo prolongar el viaje a
tres.
También consiguió en Londres del Barón Magnus Bjornstjerna, Ministro de Suecia y Noruega, un pasaje gratis a Río de
Janeiro en la fragata “Imógene” y de allí a Chile en el primer buque de guerra que tomare esa ruta; y portando cartas de
Recomendación a los Agentes Comerciales y Diplomáticos ingleses en estos países, un arreglo para que se le pasara una
pensión a su esposa que quedaba en Nykoping y una Carta de Crédito de la Casa londinense “Elmmslie and Stoeks” sobre
varias casas Comerciales
sudamericanas, zarpó de PIymouth, el 15 de agosto en compañía de su criado Fredrik Lindquist. antiguo Cabo de la Marina
sueca, atravesando el Atlántico sin mayores incidencias.
En Río de Janeiro conoció al Cónsul General Lorenzo Westin, visitó al Padre Feijoo, Regente del Imperio durante la minoría
de Pedro II. En Montevideo se impresionó con el comercio. En Buenos Aires tuvo que pasar por inglés pues el antiguo
Cónsul Juan Tarras había sido apresado y remitido a Montevideo, como retaliación del general Juan Manuel de Rosas por la
falta de reconocimiento oficial de Suecia a las Provincias Unidas del Río de la Plata.
En noviembre enfiló hacia Córdova incorporado en un largo convoy de carretas. En diciembre pasó a Mendoza y siguiendo
por Uspallata atravezó los Andes para llegar a Santiago de Chile y a Valparaíso, puerto que se transformaba en el más
importante de Sudamérica. Allí escribió sobre las ventajas del comercio con California, la venta de pequeñosbuques
suecos y la compra de cobre chileno. En mayo de 1837 estaba en el Callao, en agosto en Guayaquil y en Octubre en Quito
visitando al Presidente Vicente Rocafuerte a quien trató mucho durante tres semanas en que fue su huésped diario y
paseaban a caballo por los bellos alrededores. Lo evoca Gosselman por su cultura y por cuanto había visitado Suecia en su
juventud. De Quito siguió por tierra a Ibarra, Pasto, Popayán y Bogotá. Visitó las minas de sal de Zipaquirá y en Antioquia
vió nuevamente a su amigo sueco Pedro Nisser recorriendo con él los caminos ya conocidos.
De Santa Martha pasó por mar a Cartagena, a Jamaica y debido al bloqueo naval francés a Veracruz no pudo continuar a
México. Entonces se desvió a la colonia sueca de la isla de San Bartolomé y a La Guayra en Venezuela. En Caracas recibió
instrucciones de su gobierno para retomar inmediatamente a Estocolmo sin prolongar su viaje un año más como había
pedido.
En un barco cruzó a Menorca. De allí pasó a París y Londres donde permaneció desde Enero de 1839 por lo duro del
invierno sueco, sin atreverse a continuar, colaborando con la Royal Geographic Society de Londres en la confección de un
Mapa de Sudamérica y en la Revista de la Sociedad donde publicó varios artículos, pues conocía muchos parajes y caminos
entonces ignorados. En Julio arribó finalmente a Estocolmo y tuvo que hacer un arresto disciplinario de un mes por el
asunto de Von Schantz. No aspiraba a regresar a sudamérica pero quería evidentemente una recompensa en Suecia por su
labor verdaderamente meritoria. Ese año salió anónimo sus “Cartas de un marino errante”. El 40 editó en Mycoping sus
“Informes sobre los estados sudamericanos en los años de 1837 a 1838” (2) En 1841 fue ascendido a Teniente Capitán de la
Marina y discutió sobre la política de defensa con un folleto “Pensamiento en torno a la marina sueca”. El 42 apareció el primer tomo de “Los viajes por Sudamérica”, ignorándose el paradero de su posible continuación.
El gobierno sueco no aprovechó suficientemente sus Informes por un cierto negativísimo para ver los asuntos
latinoamericanos y por cuanto el monopolio que ejercían los ingleses sobre estas regiones hacía difícil la competencia, al punto que si el cobre chileno era transportado a Londres a bordo de buques de nacionalidad no inglesa, se
prohibían su desembarco; sin embargo, los informes de Gosselman sirvieron de antecedentes directo para la creación en
1847 de los consulados suecos en Valparaíso y Guayaquil y abrieron los ojos de esa nación a la existencia de estas extensas
comarcas recién liberadas de España, que antes eran totalmente desconocidas en razón de la distancia que las separaba.
Gosselman litigó contra el gobierno sueco el pago de sus viáticos por nueve meses que se excedió de tiempo, sin conseguir
ninguna solución al respecto y murió de solo 42 años de edad, en Mykoping, el 4 de abril de 1843. Su viuda logró del
Parlamentó el reconocimiento de 3.333 riksdaler, justamente la mitad de lo reclamado por su marido, en atención al gran
prestigio de él como viajero y escritor. Su único hijo llegaría a ser uno de los botánicos más famosos de Suecia y falleció
en 1893 sin sucesión.