ESCRITOR.- Nació en Manta el 16 de Mayo de 1965 y fueron sus padres Víctor Gil Torres y Monserrat Flores Lucas, del
estado llano, naturales de Esmeraldas y el sitio Los Bajos, Cantón Montecristi, respectivamente.
El segundo de una familia de cinco hermanos, su padre se ocupaba de la guardianía del Cementerio y su madre
administraba una pequeña cantina donde concurría usualmente a beber aguardiente Raúl Fernández, viejo parroquiano
contador de cuentos, viajero por los siete mares y políglota que hablaba cinco idiomas, quien relataba los argumentos de
los clásicos universales y como el joven Ubaldo gustaba escucharle embelesado, pronto amó la lectura.
En 1971 ingresó a la escuela Gil Delgado Pinto y fue un buen alumno. El 77 inició el Ciclo Básico en el Colegio Fiscal Cinco
de Junio. El 78 comenzó a escribir poesías, haciéndolo con seriedad porque desde siempre quería ser escritor y fue
llenando dos cuadernos con producciones que rompió en un momento de desaliento, también descollaba como declamador
desde que su profesor José (Pespungo) Ceballos Loor le metió a que aprendiera poemas y los recitaba en los planteles de
Manta. Era un Joven atildado y serio, maduro para su edad.
En 1980 decidió vivir solo y arrendó una pieza, entró al Ciclo diversificado de Comercio y Administración y su profesor
Bolívar Andrade le llevó al grupo teatral “La Trinchera”, a fin de presentar una obra suya en un Festival Intercolegial. Así
nació “El tejedor de sueños” y ganó lustre en el papel de Quinidio tejedor de Montecristi. El
81 presentaron una sátira contra los políticos bajo el título de “Los padres de la Patria” y le tocó ser el Diputado
Chiricano, pero la obra fue calificada de cartelista y panfletaria y como el maestro militaba entre los comunistas de la
línea moscovita y la mayor parte de los actores eran pro Chinos, aunque sin afiliación, ocurrieron deserciones por esta
clase de desacuerdos.
El 84 se graduó de Bachiller y entró al Servicio Militar que realizó en Guayaquil, Quito y Portoviejo. El 85 fue Inspector en
la Academia Naval Jambelí y se matriculó en la Universidad Eloy Alfaro de Manta a fin de alcanzar el título de Profesor de
Segunda Enseñanza en la especialidad de Castellano y Literatura, materias que siempre le habían atraído.
Para el 86 empezó a leer las obras de Jorge Luis Borges así como diversas colecciones de Cuentos Hispanoamericano. Con
el tiempo se convertiría en una autoridad en materia borgiana. Luego vendrían otras lecturas pues se estaba formando el
escritor y el estilista.
El 87 contrajo matrimonio con su profesora de francés Babian Mondavi Sobbi, de nacionalidad iraní y familia de religión
Bahay, exilada en Londres a la caída del Sha por el fanatismo de los Ayatolas, quienes no aceptan otras creencias que las
fundadas en el Corán. Los Mondavi vivieron en Londres, luego pasaron al Ecuador por razones mercantiles. Tuvieron un
matrimonio bien avenido y tres hijos.
Ese año comenzó a asistir al taller de Literatura que dictaba en Manta el escritor Miguel Donoso Pareja. Se reunían cada
quince días para intercambiar textos y opiniones y salió un cuento suyo en la revista “Cuadernos del Guayas”.
El 88 fue contratado por la Universidad Eloy Alfaro de Manta. Entre el 88 y el 94 fue inspector profesor por la mañana en
el Colegio de monjas “Julio Pierregrosse” y tuvo a cargo las cátedras de castellano y Literatura Hispanoamericana en el
segundo y tercer curso.
El 90 obtuvo la Licenciatura en Ciencias de la Educación y comenzó a escribir una colección de cuentos que tituló “Trama
sin utopía” editada en 1993 por la Editorial Eskelectra que dirigían Wilson Rúales y Ramiro Arias en Quito. La obra tiene
veinte y cinco cuentos cortos, sencillos, frescos, diáfanos, muy influenciados por la temática borgiana pues reúne “seres y
cosas raras, fantástica, con encuentros insólitos y el absurdo cotidiano.” En síntesis, úna realidad mirada con ojos nuevos,
no comprometidos.
“Trama sin utopía” recibió el halago de la crítica especializada que saludó su creación con interés. Era la obra primeriza
de un joven escritor, manejador de técnicas barrocas contemporáneas, que llegaba al mundo de la narrativa
perfectamente conformado. Caso raro y hasta peregrino por cierto. Pronto la edición de mil ejemplares resultó agotada.
Ubaldo ha declarado “Nuestro grupo tallerista, dentro del punto de vista esquemático y formal, ha creado un tipo nuevo de literatura en Manabí, quise probarme con este libro de cuentos para seguir produciendo. He conseguido afianzarme en
la nueva narrativa contemporánea y semanalmente colaboro en el suplemento Séptimo día de El Mercurio de Manta.
Entre el 91 y 92 trabajó como investigador para el Banco Central en el folklore oral manabita. Visitó los lugares más
abruptos de su provincia con Rocío Reyes y Adriana Tamariz, fotógrafa ésta última del equipo de investigación, recogieron
mitos, cuentos, leyendas y casos. Fue un trabajo agotador pero valió la pena realizarlo. Los testimonios forman dos tomos
de aproximadamente 250 págs. cada uno.
El 92 viajó a Madrid en goce de úna beca del Instituto de Cooperación Interamericana para seguir un Curso de Semiótica,
Semántica y Castellano. Escribió úna tesina sobre Jorge Luis Borges y en las vacaciones conoció París, Londres, Roma,
Marruecos. Esta última ciudad le fascinó sobre manera y obtuvo úna beca de la Organización de Estados Americanos O.E.A.
por dos años, para realizar úna maestría en Literatura Iberoamericana en la Universidad de México.
En la década de los años noventa fundó y dirigió el sello editorial universitario “Mar Abierto” y realizó úna intensa
actividad de difusión cultural a base de numerosas publicaciones. También fundó la red de Editoriales Universitarias de
Ecuador REUPE que presidió hasta su fallecimiento.
El 2011 editó un libro de cuentos titulado “Amor más allá de Madrid” que presentó al año siguiente en la Embajada
ecuatoriana en México. Infaltable en las ferias de libros, soñaba con úna Universidad de libros y letras.
A fines de Diciembre del 2013 sufrió en su hogar un triple infarto y fue conducido a la Clínica Panamericana en Guayaquil
donde estuvo asilado poco tiempo, ocurriendo su deceso la noche del domingo 19 de Diciembre a los cuarenta y ocho años
de edad. Sus deudos trasladaron el cadáver a Manta donde fue velado y recibió sepultura el martes 31.
Alto, canela, ojos y pelo negro, conversación agradable, viva, llena de modalidades. Personalidad acogedora, simpática.
Talento erudito en su especialidad, se había colocado en un lugar de preeminencia dentro de las letras ecuatorianas y no
está demás indicar que Ubaldo y su esposa siempre protegieron a su hermano Pedro en los avatares de su agitada vida.