PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA.- Nació en Guayaquil el 26 de Abril de 1844, hijo de Manuel Estrada Roca, natural de Pujilí,
del alto comercio de la plazade Guayaquil, político liberal, tesorero de la conjuración para el asesinato del presidente
García Moreno (1) y de Catalina Sorroza García, (Hija legítima a su vez del Sargento Mayor de las milicias de Guayaquil
Marco Sorroza, casado en 1799 con Dominga García)
Estudió la primaria en el Colegio San Luís Gonzaga de los jesuitas. De doce años entró a trabajar a un almacén de
abarrotes donde realizó prácticas de comercio. Su hogar era pobre pero honrado, su padre adoptivo el señor García era
miembro del gremio de Carpinteros de ribera y vivía casado con la madre del joven Lizardo. En 1863 y con capitales de su
padre Dn. Manuel Estrada figuró entre los comerciantes inscritos en la municipalidad. En 1864 entró a la “Casa Luzarraga”
en labores de gestión y de control, tanto contables como administrativas y allí permaneció por espacio de quince años. En
1868 contrajo matrimonio con Carmen Coello y Alvarez, matrimonio feliz por sesenta y seis años hasta que ella murió en
1934.
En 1879 asoció su capital con el de Nicolás Norero y formó la empresa “N. Norero y Cía.” posteriormente lo hizo con
Ernesto Vignolo y progresó económicamente aún más, merced a su constancia para el trabajo y proverbial hombría de
bien, hasta que en 1893 fue nombrado miembro de la Comisión Consultiva de Aduana y se independizó fundando con su
hermano Luís A. García la firma “L. García y Co.” dedicada al ramo de importaciones, empresa que prosperó y recién
cerró sus puertas por 1970, teniendo almacén en la esquina noroeste de 10 de Agosto y Pichincha, frente al Palacio Municipal.
Desde joven había militado bajo las banderas del naciente partido liberal al que sirvió con dinero y persona. En 1882 hizo
oposición a la dictadura del General Ignacio de Veintemilla y sufrió molestias menores. En 1889 fue miembro fundador de
la Cámara de Comercio y hasta 1905 vocal del directorio de la Sociedad Protectora de la Infancia.
Esta fue su mejor época siendo su fortuna una de las primeras de Guayaquil y como era generoso, remitía dinero al
exterior para ayudara los liberales ecuatorianos exiliados en Perú y Centroamérica.
En 1894 hizo oposición por la prensa al gobierno progresista del presidente Luis Cordero bajo el seudónimo de Martín de
Porres. En Enero del 95 fue electo Diputado por el Guayas. Su nombre consta entre los principales liberales que
suscribieron el Acta de Pronunciamiento del 5 de Junio de 1895 y fue comisionado de paz para las provincias de Manabí y
Esmeraldas, luego conformó el Comité de recepción del General Eloy Alfaro y el 19 de ese mes fue designado Ministro de
Hacienda, Crédito y Obras Públicas, asumiendo con dinero y persona la dura tarea de obtener rentas para la campaña
militar de la sierra y cuando partió el ejército quedó al frente de todas las carteras con el título de Ministro General
encargado del Poder Ejecutivo por renuncia de Luis Felipe Carbo, demostrando lealtad de principios, capacidad de mando
y hombría de bien.
Después de la victoria liberal de Gatazo y la entrada de Alfaro en Quito, ocurrió un incidente desagradable (2) que motivó
su renuncia y la de José Luis Tamayo, declinó toda intervención política, retirándose a la tranquilidad de su hogar. Alfaro
le pidió que lo siga acompañando pero no lo consiguió. Entonces le escribió una carta que inició así: “A don Lizardo
García, el mecenas de la revolución del Ecuador” y firmaba su amigo Eloy Alfaro”
En 1895 viajó con su familia a París y se instaló en uno de los boulevares, matriculando a sus hijos solteros en los mejores
colegios. Su hija casada quedó en Guayaquil con su esposo e hijos viviendo en la casa familiar de dos pisos ubicada en la
esquina noroeste de Chimborazo y Clemente Ballén.
En 1896 fue electo Diputado por el Guayas pero no concurrió por encontrarse en Europa y el 5 de Octubre ocurrió el
Incendio Grande y como la gente no creía que las llamas pudieran llegar hasta dicha casa, muchas familias amigas
guardaron sus muebles allí, llenándola hasta en sus corredores interiores que eran grandes y espaciosos; pero a la segunda
nochedel fuego también ardió con el menaje propio y el ajeno. Una hija de don Lizardo, llamada Juanita, despertó en
París gritado: “Guayaquil arde, se quema, lo he visto todo en un sueño horrible y se está quemando en estos momentos
nuestra casa”.
En 1897 retornaron al puerto y ocuparon una nueva casa de un piso que aún existe en dicho solar. De inmediato salió
electo Senador suplente por el Guayas y como se excusó el principal, asistió a las sesiones de la Cámara y fue electo
Vicepresidente del Senado, siendo autor de varios proyectos tales como la primera Ley de Bancos que tuvo nuestro país y
la Ley de la Moneda y su correspondiente Reglamento sobre uso de monedas extranjeras en el Ecuador. El gobierno de
Alfaro lo autorizó estudiar la Deuda Externa para que procure agenciar los medios económicos a fin de lograr su total
cancelación, pero al criticar el contrato del Ferrocarril perdió la confianza presidencial.
En Enero de 1898 se reconcilió con el presidente Alfaro de visita en Guayaquil. En 1899 presidió el directorio del Banco
Territorial y le correspondió inaugurar la nueva sede en Panamá entre V. M. Rendón y Junín. Ese año salió nominado
Consejero Cantonal de Guayaquil y ocupó la presidencia de la Municipalidad, dirigiendo la recién fundada “Junta de
Canalización” que dotó al puerto de la planta proveedora de agua para el Cuerpo de Bomberos (que funcionaba hasta hace
poco en la Plaza Colón) y obtuvo el aumento del volumen de abastecimiento de agua potable. Igualmente, dando impulso
a su carácter “apasionado y violento en sus honradeces,” sostuvo que la recientemente creada Sociedad de Crédito
Público era una nueva argolla, refiriéndose a la existente en tiempos del Presidente Antonio Flores Jijón. Esta Sociedad
tuvo corta duración, fue creada por Emilio Estrada Carmona, Horacio Morla Mendoza, Ignacio Casimiro Roca Molestina,
Pedro G. Córdova Villavicencio para obtener que el Presidente Alfaro no cobre una contribución de guerra decretada
contra el comercio de la plaza de Guayaquil, para lo cual ofrecían un préstamo voluntario que el gobierno garantizaría con
la entrega de ciertas rentas, lo que finalmente no llegó a concretarse.
En 1900 fue lanzada su candidatura a la presidencia y en las elecciones realizadas obtuvo 7.916 votos, contra 196 del
General Manuel Antonio Franco que se retiró a última hora y 65.781 del General Leonidas Plaza Gutiérrez, que triunfó.
En 1901 se produjo la quiebra de la Casa de Cambio de Martín Reimberg Eder lo que causó un pánico bancario y numerosas
instituciones de crédito y comercio sufrieron las consecuencias. El Banco Comercial y Agrícola cerró sus puertas. García
fue designado liquidador de la quiebra y su gestión fue tan satisfactoria que lejos de sepultar al banco obtuvo su completa
rehabilitación en pocos meses
En Enero de 1903 pidió licencia a los accionistas para ausentarse con su familia a Europa porque quería tomar unas
vacaciones, pero el Presidente Plaza lo designó Comisionado Fiscal y le encomendó tratar con Glym, Mils, Currie y Co. en
Londres, sobre el arreglo de las cuentas de construcción de ferrocarril. Igualmente le solicitó que trate de recuperar en no
más de veinte mil pesos los terrenos cedidos en la bahía de Pailón en Esmeraldas, entregados a súbditos ingleses como
pago parcial de la deuda pública. Otra de sus funciones era visitar los consulados ecuatorianos en Europa e inspeccionar
diversos lotes de armamento con el fin de contratar su compra sin intermediarios.
En Marzo partió de Guayaquil con los suyos, en New York se reunió con la Ecuador Company para la entrega de la deuda
externa del Ecuador que había sido resuelta por los contratos con la G&Q y la Ecuatorian Association Ltda. En Albany se
entrevistó con el empresario Pruyn quien deseaba secretamente arruinar los contratos suscritos con el Ing. Archer
Harmann y beneficiarse mediante una nueva empresa dirigida por él. García telegrafió a Harmann sobre la propuesta de
Pruyn, Harmann viajó a Londres y descubrió la maniobra de Pruyn quien había firmado dos contratos iguales, uno ante el
consulado ecuatoriano en Roma y otro por su abogado en Londres. García tuvo que seguir a Londres para estudiar las
cuentas de la G&Q y la conversión de la deuda externa y tras investigar el asunto de los bonos en Londres llegó al
convencimiento que no existía nada incorrecto. Harmann viajó a New York y de allí siguió a Panamá En estas labores
García demoró cinco meses y en 1904 publicó el folleto “Deuda Externa”, donde escribió sus puntos de vista sobre tan
espinoso asunto.
Acercándose la época eleccionaria el liberalismo conformó una Junta para escoger sucesor a Plaza, pero fracasó la
reunión. Meses más tarde, en 1904, fue nominado directamente por Plaza como candidato oficial a la presidencia de la
República.
Sus partidarios le presentaban como hombre de respetable fortuna que aceptaba su candidatura no por el vil interés sino
por ser útil a su Patria. Liberal genuino y republicano verdadero, respetará las garantías y derechos constitucionales. Su
gobierno será garantía de paz, ventura y engrandecimiento del pueblo, y como además se dedicó en la campaña a lanzar
acusaciones gravísimas contra el convenio de construcción del ferrocarril firmado por Archer Harman y el ex presidente
Alfaro, a quien llegó a acusar injustamente de haber cometido peculado, triunfó en las elecciones con 74.369 votos,
saliendo electo. Experto en finanzas, baluarte económico del liberalismo, ex amigo de Alfaro, favorito de Plaza, era el
hombre del momento.
El 10 de Agosto de 1905 se posesionó ante el Congreso y nombró su Gabinete: Del Interior encargado de Relaciones
Exteriores, Gonzalo S. Córdova; de Guerra Tomás Larrea; de Instrucción Pública, Ángel Meneses y de Hacienda Juan
Francisco Game Balarezo; poco después entregó la cartera de Relaciones Exteriores a Carlos Rodolfo Tobar.
La opinión pública juzgaba que el nuevo Presidente no tenía la personalidad politica suficiene para sustraerse de la
voluntad omnímoda de su antecesor, La correspondencia que ambos se cursaron, publicada opor Roberto Andrade en
¡Sangre; ¿Quién la derramó’ contien cartas donde se nota a primera vista que don Lizardo no ejecutaba ningún plan sin
consultar a su protector, quien se dedicó sistemáticamente a persiguir a todos los liberales que pudieren tener aunque
fuere una remota simpatía por Alfaro.
El 1 de Enero de 1906 el Coronel Emilio María Terán se insurreccionó en Riobamba con grave escándalo para la paz en la
república. En Guayaquil se hizo cargo de la situación el Vicepresidente Alfredo Baquerizo Moreno, quien, de común
acuerdo con el Presidente García, llamó al General Plaza que se hallaba en Washington y designó un Gabinete ad-hoc
formado por cuatro distinguidos guayaquileños.
El 15 de Enero las fuerzas revolucionarias de los Generales Alfaro y Fidel García, unidas a los revolucionarios de Terán
y a otros efectivos más derrotaron a las tropas constitucionales (leales al gobierno) en el caserío
de Chasqui en las inmediaciones de Latacunga y siguieron a Quito. Ante la gravedad de la situación
el Presidente García y su familia se asilaron en una legación diplomática. Sus Ministros de Estado
hicieron otro tanto. Flavio Alfaro sacó a los presos políticos del Panóptico y en formación militar
ocupó el Palacio de Gobierno proclamando oficialmente la destitución de don Lizardo. Poco
después el General Alfaro hizo su entrada triunfal a la capital y asumió la Presidencia vacante,
mientras en Guayaquil los partidarios de Alfaro se tomaban los cuarteles. Hubo doscientas bajas y
fue designado Jefe Civil y Militar Emilio Arévalo. El recién llegado General Plaza se salvó porque
marchó al exilio y el Vicepresidente Baquerizo Moreno no fue molestado.
Casi enseguida el destituido mandatario viajó con salvoconducto a Barcelona donde le principió
una peligrosísima glaucoma que le fue afectando el nervio óptico y disminuyendo la visión en
ambos ojos, por eso empezó a usar lentes. De esta época es la edición de su folleto titulado “La
propiedad en su aspecto sociológico”.
I tras seis años de exilio, en 1912,
retornó al Ecuador casi ciego y con su salud muy disminuida al punto que las personas amigas y
parientes que le fueron a recibir en la isla Puná se quedaron asombradas de ver a ese hombre
grande y fuerte que siempre había sido, había dado paso a un anciano ciego y encorvado. Su
fortuna estaba casi perdida a causa del abandono en que habían quedado sus negocios,
principalmente el almacén del centro que tuvo que vender a su hermano Luis A. García, que lo
había acompañado como Apoderado por espacio de muchos años.
En 1918 celebró sus Bodas de Oro matrimoniales en unión de su extensa familia con una fiesta que
resultó inolvidable. Solo tenía para entonces algunas acciones bancarias del Comercial y Agrícola
que después perdió en la revolución juliana de 1925 cuando a los pocos meses fue cerrada dicha
institución y dos buenas propiedades, su casa esquinera en Chimborazo y Ballén reconstruida
después del Incendio Grande como ya se dijo pero en un solo piso y de madera, y una de cemento
que hizo edificar en Boyacá No. 1.526 por los italianos que vinieron a levantar el Palacio Municipal
en la década de los años veinte.
Genuino liberal, muy inteligente, versadísimo en los negocios de comercio y hacienda, su
naturaleza estaba hecha para el bien, la generosidad y el cariño a sus semejantes. Alto,
imponente, grueso, piel trigueña, ojos negros y muy expresivos aunque después apagados por
la ceguera, pelo crespo ensortijado y bigotes, peinando canas desde la edad madura. Vivió
querido y respetado en su ciudad y gozó de fama en la República por sus altas prendas y conocimientos del comercio, la banca y la economía.