ESCRITOR.- Nació en Guayaquil el 17 de diciembre de 1958. Hijo legítimo de Edgar García Pérez, poeta del grupo literario
Hélice, combatiente socialista contra los “caciques” políticos de Esmeraldas y fundador-director del periódico socialista
Tribuna Libre, y de su segunda esposa Adalgisa Rivadeneira Plata, poeta, sobrina del recordado político Simón Plata Torres
y emparentada con el héroe liberal esmeraldeño Luis Vargas Torres.
Edgar Alian es sobrino de Tomás García Pérez, poeta y cantautor esmeraldeño y del recordado artista plástico Lalot
Rivadeneira Plata, a) Humberto Moré, ya fallecido.
Su nacimiento en Guayaquil se debió a una medida de precaución pues que su madre había perdido a su primer hijo
durante el alumbramiento en una Clínica de Esmeraldas y en esta nueva ocasión quería dar a luz al segundo en una
institución donde tuviera mejores oportunidades de atención médica. Es el mayor de tres hermanos: los menores son Liska
y Manuel perotiene dos hermanos mayores David García Velasco que ha destacado como guitarrista clásico y folclorista defensor de la raíces musicales esmeraldeñas y María.
Se crió hasta los once años en Esmeraldas y su madre se dio modos para regalarle libros de Verne, Salgan’, Defoe,
Andersen, los hermanos Grimm y su “tocayo” Edgar Alian Poe y pese a que fue criado en un ambiente despojado de toda
creencia religiosa, sus padres lo matricularon en escuelas católicas como “Virgen de Fátima” y “Sagrado Corazón” porque,
según creían, éstas le ofrecían mejores oportunidades académicas. Una vez en Quito, donde acabó la primaria, asistió a
las instituciones “Juan XXIII” y “Borja II”
Durante la secundaria fue internado en la “Academia Militar Ecuador” regentada por los hermanos Maristas y sometida a
una disciplina severa que, para un muchacho que había argumentado su pensamiento ante sus padres y a ser respetado
por ello, le resultó un infierno que duró casi tres años. De allí salió a mitad del tercer año porque huyó con un compañero
de la institución y cuando fueron encontrados días más tarde, se negó a regresar y con el beneplácito de sus padres, fue a
matricularse en la institución “César Domínguez Bucheli”, colegio mixto, con menor calidad académica que el anterior
pero en el que gozó de la libertad que le habían escamoteado en la Academia Militar.
Dos libros lo cautivaron durante el bachillerato: El pensamiento de
Teilhard de Chardin de Emile Rideau y Así hablaba Zaratustra de Frederick Nietzsche, que leía con avidez, al margen de las
exigencias colegiales. Durante esos años también se matriculó como oyente en la Universidad Católica para estudiar
inglés, francés, italiano y alemán, logrando un buen manejo de los mismos, en especial del inglés, al punto que años más
tarde escribiría en dicho idioma el libro de relatos Magical Legends from Ecuador y el poemario Handicrafts.
Apenas graduado se matriculó en el Instituto Tecnológico Equinoccial, que años más tarde se convertiría en la UTE y siguió
carrera de Hotelería y Turismo, pues creía que regentando una posada de ambiente tranquilo y lentas rutinas, podría tener
tiempo suficiente para escribir los libros que ya entonces soñaba, pero pronto se desanimó de ese camino por dedicarse
durante un tiempo a la vida bohemia ydespreocupada. Sin embargo, cuando la situación económica familiar empeoró,
vendió bienes raíces en Guayaquil durante un par de años. Pronto descubriría que tampoco era ese su destino y volvió a
Quito sin saber qué hacer.
Fue entonces que tomó la decisión de entregarse por entero a la literatura, pero para tener un mayor conocimiento del
mundo se matriculó en Sociología y Ciencias Políticas en la U. Católica. Durante esos años aprovechó para seguir cursos
dictados por el jesuita Marco Vinicio Rueda en la escuela de Antropología, profesor con el que aprendió sobre el
maravilloso mundo de los mitos y los arquetipos. También asistió a clases informales en la carrera de Filosofía con dos
grandes maestros argentinos: Rodolfo Agoglia (Filosofía de la Historia) y Arturo Andrés Roig (Filosofía Latinoamericana) al
tiempo que terminaba los tres primeros niveles de quichua en la facultad de Lenguas y Lingüística, idioma que no tiene
nexos con las lenguas europeas de manera que es necesario memorizarlo completamente.
Ávido por aprender todo lo que estuviera a su alcance se convirtió en un visitante asiduo de las bibliotecas universitarias,
siempre en busca de las lecturas más disímiles que por lo general no tenían nada que ver con las materias que recibía. Ahí
descubrió a Lautréamont, Nabokov, Eliot, Matsuo Basho y Li Tai Po, entre otros y así se fue formando el escritor culto.
Durante los cuatro años que permaneció en la PUCE ganó por dos años consecutivos el primer premio en poesía y el primer
premio en cuento en el concurso universitario Pablo Palacio y se enteraría de que se acababa de abrir un taller de
literatura dirigido por Raúl Pérez Torres en el que se inscribió y empezó la dura tarea de “pulir” sus textos con una actitud
auto crítica que le ayudó a superarse. Cuando poco más tarde, ya casado con María Gabriela Solís Plaza, abandonó la
universidad, lo hizo bajo la convicción de que su única razón por la que se había matriculado en ella había sido el tener un
pretexto para aprender todo lo que pudiera, pero que su verdadera vocación estaba en la creación literaria.
Con María Gabriela terminó divorciando con cuatro hijos: Juan, Alejandro, Solsiré y Saraluz, al tiempo que se multiplicaba
en trabajos que le demandaban todas su fuerzas y le robaban las que requería para la creación, por lo que él mismo se
impuso un horario implacable para escribir que iba de 10 de la noche a 3 de la mañana. Así trabajó
durante diez y seis años como profesor de literatura en el Centro Educativo integral del valle de
los Chillos, mientras se desempeñaba como profesor de creatividad literaria en la Facultad de
Arquitectura y Diseño Gráfico de la PUCE y daba clases de guiones para los noticieros televisivos
en CIESPAL.
Al cabo de años de trabajo, a los treinta y tres años de vida, en 1991 vio a luz su primer poemario
llamado “Sobre los ijares de Rocinante”, dedicado a su padre, finalista en el concurso nacional
Jorge Carrera Andrade y ganó el segundo premio en la i Bienal de Poesía de Cuenca del 92, premio
que lo volvería a repetir el 98 con el poemario “Cannabis”. A partir de entonces se multiplicaron
las publicaciones y los premios. Su primer libro de cuentos El encanto de los bordes había
triunfado en el concurso nacional Ismael Pérez Pazmiño organizado por el diario El Universo el 97.
Por esos días también se dedicó al ensayo, entre los que se destacan: Abracadabra, estudio sobre
la tradición mágica en los juegos infantiles auspiciada por la Unicef y la Embajada ^ de España el 98; Escritores, ni dioses
ni
demonios, Cuadernos de la Casa, CCE, 2003; Esmeraldas: estudio integral sobre “la provincia
verde, publicado en Maravilloso Ecuador, Círculo de Lectores, Barcelona-España, 2004; Diccionario
de esmeraldeñismos con más de dos mil palabras y expresiones de uso común en esa provincia.
Editorial El Conejo, 2007.
En 1995 Editorial El Conejo imprimió su primer libro dedicado al público infantil: Rebululú, con el
que ganó por primera vez el premio nacional Darío Guevara Mayorga organizado por el municipio
de Quito (al momento ha ganado este premio en cinco ocasiones). El 2000 publicó en Alfaguara la que sería su obra más vendida en el país y que se convertiría en un verdadero clásico: Leyendas
del Ecuador. El 2008 con la editorial Norma la novela El rey del mundo, escogida dentro de la
campaña nacional de lectura de Argentina. Con los casi veinte libros publicados en esta línea
infantil-juvenil, ha logrado posicionarse como uno de los escritores más prolíficos y versátiles del
Ecuador.
Al momento ha publicado un total de cuarenta y siete obras, a nivel nacional como internacional y
ha
de la parroquia Pichincha, Manabí, de profesión modista y mujer muy práctica.
Fue el tercero de una familia de cinco hijos. Estudió en la escuela Miguel de Cervantes de su
lugar natal. “La Profesora Bertha Bolaños me hacía aprender poesías y declamar”, memorizaba
textos para proclamar reinas en la escuela. “Cuando tenía diez años llegó la televisión a mi
pueblo, antes de eso se contaban cuentos porque no había energía eléctrica, solamente una
planta de luz que se prendía a las seis de la tarde y se apagaba a las diez de la noche. Me crié
en ese entorno muy tradicional, de cercanía con los sonidos del campo y los animales y es lo
que me ha marcado y ha sido mi sustento. Lo otro, la literatura, la adquieres después, por lo
que lees.”
El 72 pasó su familia a Manta y fue matriculado en el Colegio Nacional Cinco de Junio. Su
padre quedó en la parroquia pero poco después se les unió, alquilaron un departamento en la
Calle 8 y Avenida 27. Al joven Nixon le fue difícil la adaptación a la vida urbana, por eso
repitió el segundo curso y como su hermano mayor le consiguió un empleo de ayudante en una
fábrica de sacos de yute tuvo que estudiar de noche. Después sería aprendiz en una cerrajería.
Durante su adolescencia leyó la primera obra de teatro que cayó en sus manos, El sol bajo las
patas de los caballos de Jorge Enrique Adoum. Durante el cuarto curso comenzó a escribir
versos y trabajó para la oficina del abogado Trajano Andrade, relacionándose con otros
profesionales. Le entusiasmaba el liderazgo cultural, de diecisiete años fundó el grupo Eloy
Alfaro con la profesora de Literatura, Antonieta Arellano de Andrade. Se reunían para hacer
teatro y llegaron a presentar algunas obras de José Martínez Queirolo, entre las que recuerda
Requiem por la lluvia, en el salón de actos del plantel y en algunos teatros de barrio.
En 1979 se graduó de Bachiller, al año le nombraron Profesor -inspector del Colegio Cinco de
Junio con seis mil sucres mensuales de sueldo También fue reportero en el Diario “El Sol”. El
81 contrajo matrimonio con su vecina Rocío Reyes Macías, matrimonio feliz. El 82 entró a
trabajar en el diario “El Mercurio”.
“Entre el 81 y el 86 siguió estudios de Derecho en la Universidad Eloy
Álfaro de Manta, mientras tanto el 82 se había unido al grupo de teatro “La Trinchera”
fundado en el Colegio Cinco de Junio por el profesor Bolívar Ándrade. Ensayaban en cualquier
lado y empezaron a presentarse en calles y barrios. La primera obra que estrenaron fue “El
Tejedor de Sueños” escrita de apuro por Ándrade para el Festival La Flor de Septiembre y tal
fue el éxito alcanzado que decidieron viajar a Quito con ella el 83.
De allí en adelante se sucedieron los estrenos. El 84 fue “La Mano Negra” sobre un tema de
actualidad política Nacional y “De remos a motores”, creación colectiva sobre los pescadores,
concurriendo a la 11 Muestra Nacional de Teatro y al Congreso de Trabajadores de Teatro
realizado en Quito. Ese año nació su hija Gabriela que ha crecido entre telones, festivales,
ensayos, obras de teatro y se decidió por la danza.
El 85 actuó en “NOK’O” sátira política contra las elecciones para Álcalde de Manta y en “El
Rey Caramel”. El 86 en “Viaje al mundo de Plauto” de Chigo de Chiara, dirigidos por Árístides Vargas, organizó el Festival
de Teatro Estudiantil en Manta, formó parte del Departamento Cultural de la Universidad Eloy Álfaro como ^
Coordinador del área de teatro
y concurrió por tierra al Festival Internacional de Teatro en Manizales, Colombia.
El 87 se graduó de Abogado pero solamente para inscribir su Cartón pues nunca ha ejercido ni
lo piensa hacer. Ese año dirigió el Festival provincial de Teatro Estudiantil en el teatro Shushig
de Manta, fue designado Coordinador de Difusión Cultural del Banco Central con diez mil
sucres mensuales de sueldo, inauguró los Talleres de Capacitación para actores, asistió al
Festival Internacional de Teatro de la Habana y al II Encuentro de teatristas de Ámérica Latina
y el Caribe y comprendió que el teatro es un juego de verdad, pues consiste en decir la verdad
desde los personajes, por eso es color, emoción y sentimiento.
El 88 organizó y dirigió el Encuentro Nacional y Foro Internacional del Teatro y el II Festival de
Teatro Estudiantil con invitados especiales como Héctor Quintero de Cuba, Beatriz Seibel de
Argentina, Lindolfo Ámaral de Brasil y consiguió la participación masiva de los grupos teatrales
del Ecuador. De allí en adelante anualmente ha repetido dichos certámenes pues la
Universidad Laica Eloy Álfaro de Manta los tomó a cargo.
en Cajamarca. Igualmente repitió en Manta los Festivales de Teatro.
El 91 viajó a Quito con “La Trinchera”, presentaron “El Cuco de los Sueños” en el Festival Nacional de Teatro y fueron declarados el mejor grupo. El 92 participó en el Festiva] Internacional de
Teatro de Caracas. El 93 concurrió con “La Trinchera” al Festival de las Ártes de San José de Costa
Rica con “El Cuco de los Sueños” y “Zaguán de Áluminio”. Escribió y dirigió “Álumbramiento” y al
desaparecer el área cultural del Banco Central quedó sin ese ingreso. Entonces realizó la
adaptación para niños de la obra “EI Cuco de los Sueños” y concurrió al Seminario Internacional
sobre dirección de actores y escenografía, dirigido por Jean Louis Martinelli, René Caussanel y
Elizabeth Disdier en la Alianza Francesa de Quito.
El 94 asistió en Santo Domingo, República Dominicana, al Encuentro Internacional de Teatro. El 95
incursionó en la escritura con “Junio” obra simbolista de gran carácter sobre diversos aspectos de
la vida de Eloy Álfaro, que trabajó con los grupos “La Trinchera” y “Palo Santo”, y para los niños
compuso “La Montaña Azul”.
Ese año asistió al taller teatral de Eugenio Barba en el Brasil y se pudo dar cuenta que como
teatrista había atravesado tres etapas. La primera con lectura de las obras del alemán Bertold
Brecht, la segunda con el ruso Stanislavski y la tercera con Meyerhold. Igualmente reconoció que
los Directores que mayores influencias han ejercido sobre él son Maria Escudero, Árístides Vargas y
Charo Frances.
En 1997 el Festival Internacional de Teatro cumplió diez años Nixon presentó con el grupo “La
Trinchera” la obra “Ána, el mago y el aprendiz” de Árístides Vargas, director de “Malayerba” y
para celebrar también los quince años de creación de “La Trinchera” se montó la obra “El
escenario, una Trinchera”. Entonces Nixon declaró “el escenario es una ilusa terquedad vivencial”.
Desde el 2002 los Festivales de teatro de Manta han venido teniendo reprises en Quito con el
grupo “Humanizarte” y en Guayaquil con “Sarao”.
Serio, intelectualizado, responsable, mantiene al grupo teatral “La Trinchera” en acción. Es más director que actor. Se le
considera uno de los mayores propulsores del arte teatral
en el Ecuador pues hasta en su familia se respira teatro. “Lo vivo y lo respiro antes de correr el telón y se lo lleva a la
calle cuando cada noche, el teatro donde tengo mi centro de operaciones y laboratorio escénico, cierra sus puertas”.
En su oficina figuran afiches de las primeras ediciones del Festival de Septiembre que aún continúa como un
acontecimiento Internacional, por eso suenan los teléfonos (el celular y el convencional) y su voz se vuelve firme. Está por
iniciar la construcción de un Centro de Artes Escénicas.
Agnóstico con sus propias concepciones de la vida y de Dios, sin remilgos se confiesa de izquierda y aunque estuvo
vinculado con los partidos socialista y comunista muy pronto los abandonó. Está considerado el motor de la escena teatral
manteña.
Cada año organiza las Jornadas culturales Infantiles, el Encuentro Manta por la Danza, dicta clases en la escuela municipal
de Teatro y confiesa ser un teatrista, es decir, una persona dedicada al teatro a tiempo completo. Declara que al principio
las obras que representaban tenían una clara intención política o una posición ideológica de grupo lo cual aún se
mantiene, que ha cambiado en la forma de manifestarse porque ya no hacemos el teatro panfletario de los inicios. De
hecho hay una interpretación y una elaboración artística muy compleja.
Estatura mediana, canela, ojos y pelo crespo y negro, sonrisa fácil, se califica de sensible, solidario, consecuente con su
gente. Encabeza dos grupos escénicos: “Contraluz” formado por estudiantes y profesores jóvenes universitarios, y otro
profesional “La Trinchera”. Acostumbra leer los textos que llegan a sus manos y luego los reelabora y adapta al plano
seccional y nacional, sin perder de vista la visión universal que pudieren contener.