GARCIA FRANCO TERESA

SOPRANO SPINTO.- Nació en Guayaquil el 20 de Junio de 1938 en un departamento situado en Quito entre Colón y Alcedo,

casa alquilada que más tarde compraría su padre el Contador Félix García Vargas, profesor de Contabilidad del Colegio la

Inmaculada por muchos años y luego de la firma “Sergio A. Pérez” de International Harvest, también colaboró en

“Tecnoplast S.A.” y María Teresa Franco Tigua, Contadora y mujer de cualidades excepcionales. Ambos guayaquileños.

La mayor de una larga familia compuesta de nueve hermanos, su madre le enseñó las primeras letras y la puso a estudiar

instrumentos musicales en el Conservatorio. Pronto aprendería a tocar piano y bandoneón.

Siguió la primaria en la Inmaculada y la secundaria en el Colegio Guayaquil donde encontró un gratísimo ambiente de

comunicación con las profesoras, mucha amistad y compresión, y formó un grupo de amigas para toda la vida. Desde el 52

tenía la certeza de su extraordinaria voz, luego participaría en el Coro del Maestro húngaro Jorge Raiky, disciplinado,

exigente e interesado en el progreso de sus alumnos, quien la descubrió como cantante.

Una de sus primeras profesoras de canto en el Conservatorio, la norteamericana Nadina Foster de Davis, quiso becarla

para que continúe sus estudios intensivos como Soprano en La Florida, pero por motivos económicos no se pudo concretar.

En 1958 culminó sus estudios secundarios, cursaba el quinto año de piano en el Conservatorio, ingresó a la Facultad de

Jurisprudencia de la Universidad de Guayaquil y estudió dos años mientras seguía Técnicas derespiración para Canto con el

profesor español Luis Gamarty que la formó en el Ecuador. Entonces pasó por Guayaquil la Compartía de Opera de Bruno

Davea y ofreció varias presentaciones en el Teatro Nueve de Octubre y en la Sociedad de Beneficencia Italiana Garibaldi.

El Dr. Giorgio Rech, amigo de su familia, le pidió que cantara para los italianos, que se enamoraron de su voz y

consiguieron a la vuelta a Europa, que el Profesor D’ Giorgio, de Milán, la acepte entre sus alumnos privados.

Ya era solista de la Orquesta Sinfónica de Guayaquil bajo la dirección del Maestro Alvarado y en 1961 interpretó la Opera

“Marina” con Carlos Arijita.

A mediados de año viajó recomendada a unos familiares del Dr. Rech, que vivían en la Vía. Fratelli Broncetti 20 y empezó

sus clases, aprendiendo el idioma en solo tres meses por la afinidad del italiano con el español. Desde entonces comenzó a

ayudarse dando solfeo y teoría de Canto a diversas jovencitas y aprobó el ingreso al Conservatorio Giuseppe Verdi

cantando las arias de “La forza del destino” y “Madame Butterfly” y recibió la nota máxima de diez. En dicho Centro

permanecería tres años hasta el 64. Su voz de Soprano Lírica se fue tornando con el paso de los años en Soprano Spinto

porque adquirió más fuerzas y sonoridad dramática. En las vacaciones, su Profesor Vladimiro Badiali atendía sus clases en

Regio, Emilia, y la inscribió en el Concurso de Canto de obras de Verdi que anualmente se celebra en Buzetto. Donde

quedó tercera finalista, dando inicio a su carrera artística. El profesor Rech expresó “Estoy convencido que Teresa podrá

ser una buena Soprano y actriz por su inteligencia y porque tiene valores intrínsecos naturales.”

La acompañaba en Italia su hermano menor Alberto, recién graduado de Bachiller, que entró a una fábrica de Ventilación

Industrial y al mismo tiempo estudiaba la carrera de Arquitectura. Vivían en la Vía Tiépolo 11.

En 1964 sus hermanas Juanita y Nelly, becadas por el Goethe Institute para estudiar el idioma alemán y eran profesoras en el Colegio alemán en Guayaquil, la inscribieron como participante del Concurso anual de Canto de la

Universidad de la Música (Musikhochschule) de Munich y tuvo que aprender tres arias de ópera y tres lieders clásicas en

alemán, en solamente una semana. Fue un esfuerzo agotador porque nunca había hablado ese idioma pero valió la pena

pues quedó triunfadora entre trescientos concursantes de toda Europa y ganó una beca de $ 300 mensuales por seis años,

para realizar estudios completos de música en dicha Universidad. El 65 actuó como Primera Figura en el Teatro Lírico de

Parma. El 66, durante unas vacaciones en Guayaquil, ofreció un Concierto Lírico.

Entre 1965 y el 71 vivió en la Baader Strasse aprendiendo Canto, Método, Psicología y Cultura Musical con los mejores

profesores alemanes tales como Marianne Schech y el 71 obtuvo el título de Profesora en Psicología y Pedagogía Musical,

especializándose en Música de Cámara, Oratorio y en los métodos de Cari Orff y Yamaha.

En 1969 había contraído matrimonio en Munich con el estudiante boliviano de economía Jorge Bermúdez Yánez y tuvieron

el 72 a Patricia Bermúdez, hoy graduada de Ingeniera en Roma, está casada con Stefano Manzini y tiene una hija llamada

Marlen.

En 1970 cantó en Palma de Mallorca. El crítico Pedro Reya opinó: “Maria Teresa tiene una voz lírica muy obediente a toda

clase de sugestiones, muy dúctil a la hora de matizar con exquisitez y frasear como mandan los cánones. Es además,

artista de fuerte y muy formado temperamento que le permite obtener efectos dramáticos de gran intensidad… Está

magníficamente preparada para dar muchos días de gloria a su Patria.”

Graduada el 71 comenzó a brindar Conciertos en las principales Salas de Europa y los Estados Unidos. Su esposo la apoyaba

y dejaba viajar, de suerte que nada se oponía a la brillantez de su carrera profesional. Con el barítono Wolgang Probst –

más tarde Director de la Opera de Frankfurt – cantó las arias de “La forza dei Destino” y “Aida”, en la Sala de Conciertos

de la Universidad de Munich. También actuó en Berlín, Frankfurt, Hamburgo, Madrid, Barcelona, París, Palma de Mallorca,

con figuras consagradas y enorme éxito.

El 72 ofreció un Concierto en Quito interpretando obras de grandes maestros. Entre el 72 y el 77 vivió en Munich

atendiendo a sus compromisos artísticos en unión de su esposo e hija, pero ese último año le caducó a él su visa alemana y

tuvieron que salir a Italia, volviendo a recibir clases particulares de su maestro Vladimiro Badiati en Milán, quien la

preparó en técnica Italiana mientras su esposo iniciaba un negocio de importaciones y exportaciones con Bolivia.

En 1978 reinició sus actuaciones operísticas principalmente en los siguientes papeles: Cio Cio San en Madame Butterfly, la

Contesa en la Nozze di Fígaro, Mimí en la Boheme, Eleonora en II Trovatore, Nedda en II Pagliacci, Micaela en Carmen y Liú

en Turandot. En Noviembre representó el drama lírico Madame Butterfly de Giacomo Puccini en la Sociedad Orquestal de

Berna, Suiza, calificándose la actuación de delicada por su voz fuerte y brillante expresión. Fue su acompañante el tenor

Damjan Weitzchev en el rol del Capitán Pinkerton. Teresa fue Cio Cio San, la geisha que muere de amor, al final.

En Febrero del 79 ofreció el Concierto No. 132 de Roma con música de maestros latinoamericanos. En Marzo cantó con el

barítono Felice Schiavi en el Concierto de la Asociación Musical Doménico Cimarosa, acompañados al piano por Mirka

Frigo. En Mayo ofreció un Concierto Lírico vocal en el Teatro Bonifazio Asioli de Corregio.

En Septiembre fue designada por el Presidente Jaime Roldós Aguilera para la Consejería Cultural de la Embajada del

Ecuador en Roma y presidió la Fundación FACE para el Arte y la Cultura, que fundó la primera dama Martha Bucaram de

Roldós. Vivía en Viale Maxini 121 y hacía frecuentes viajes al Ecuador. En Septiembre había brindado un Concierto de

Canto en la Garibaldi de Guayaquil y en Noviembre llevó a Roma y Florencia a una delegación de cuarenta artistas

ecuatorianos que se presentaron en el popular programa de Pipo Bando con teleaudiencia de cuarenta millones de

personas y ante el Papa Juan Pablo II en el Vaticano. La Delegación estuvo formada por los Grupos Pakunga de Enrique

Males, el Ballet Folklórico de Guayaquil de Wilson Pico dirigido por Jorge Córdova y el Grupo Huayanay de Quito.

En Noviembre de 1980 recibió en el Teatro Sixtina de Roma el codiciado Premio Nacional de Italia “il Gonfalonere D’ Oro”

por su “superior cualidad artística y sus constantes demostraciones e interpretaciones líricas de un altísi mo

perfeccionamiento en el ámbito musical internacional” siendo la primera vez que dicho trofeo se discernía a una artista

latinoamericana. En Abril del 81 cantó acompañada al piano por Eleonora Rapone en el Palacio de la Princesa Amelia

Odescalchi situado en la Plaza de los Doce Apóstoles 81 y en Mayo del 81 representó al Ecuador en la reunión musical del

leonismo celebrada en Roma, interviniendo en el Gran Concierto Lírico de Gala en el Capitolio con música de Giuseppe

Verdi y Richard Straus. Durante el invierno estuvo acompañada en el piano por el maestro y compositor argentino Rolando

Nicolosi.

En 1982 cantó como Solista con la Orquesta Sinfónica Nacional en los Salones de la Cancillería en Quito y bajo la batuta

del Maestro Gerald Brown. Como pago fue obligada por el centralismo quiteño a renunciar, la Cancillería exigía que su

esposo adopte la nacionalidad ecuatoriana. Se perdió para el Servicio Exterior en Roma a una gran funcionaría, que había

llevado el nombre del Ecuador a las principales Salas de Concierto de Italia.

De vuelta a Europa reinició sus presentaciones entre Octubre y Mayo a un ritmo de 16 a 24 Conciertos anuales. El 84

ofreció un Concierto de Gala en Sofía, capital de Bulgaria, al que asistió el Presidente de esa República. En Octubre visitó

Guayaquil, cantó en el Salón de Honor de la Ciudad y recibió la Medalla al Mérito Artístico de la Municipalidad. La

acompaño al piano Divina Ycaza de Slavenka.

En 1987 recibió la Condecoración al Mérito Laboral del estado Ecuatoriano. El 88 fue designada Consultora de algunas de

las principales empresas del Grupo IRI del gobierno italiano y de varias empresas privadas de esa nación, relacionadas con obras de alcantarillado.

En Agosto del 89 cantó acompañada al piano de José Luis Yuri en el Teatro Nuovo de Turín, un extenso repertorio de

música latinoamericana clásica. Luego vivió dos meses en la Paz con su esposo e hija y en el Teatro Municipal de esa

capital ofreció un Concierto con el barítono Jorge SoIís. La crítica definió su actuación por la pureza y el volumen de su voz, su seguridad, sentimiento

y calidad. “Con la tibieza de una majestuosidad artística arrollante, dueña de una privilegiada voz y de una fama de

interpretación personal” conquistó al público. Pero al no haberse ambientado en ese país, regresó a Roma dos meses

después. El 91 obtuvo el divorcio y el 94 fue designada Presidente de la Fundación FACE para el Arte y la Cultura.

No fumaba ni bebía, ni soportaba el aire acondicionado muy frío pues eso daña la voz. Entre sus más nítidas actuaciones

estaba su gira por España con el tenor Jaime Aragal y su gira por Italia con el tenor de la Opera de New York Franco Guidi.

Conocía Europa y gran parte de los Estados Unidos, Sudamérica y China. Aldo Moro, impactado por su voz y su expresión

dramática en Madame Butterfly le dijo al finalizar su actuación “Ud. me ha hecho olvidar mis problemas políticos”. En

otras ocasiones, sobre todo con Madame Butterfly, el público terminaba con lágrimas en los ojos, cuando Cio Cio San se

suicida.

Vivía en Roma dedicada al canto y a la enseñanza particular pero desde el 2005 comenzó a sufrir de leucemia, estuvo

varios meses enferma y falleció de 67 años de edad, tras 48 de residir en Europa, el 8 de Junio del 2006. Fue incinerada y

sus restos vinieron a Guayaquil traídos por su hija que la acompañó siempre.

Estatura más que mediana, ojos radiantes, rostro expresivo y simpático, excelente voz, excepcionalmente cuidada y

trabajada. Teresa García Franco fue uno de los más altos valores artísticos del país.

Muy franca y muy dinámica y disciplinada, llenaba los ambientes con su gran calidez y con sus familiares era un ángel

amoroso que sabía corregir y aconsejar con paciencia, de suerte que su recuerdo perdura en quienes tuvimos la suerte de

conocerla. Hábil y multifacética, podía convertir un sencillo yapingacho en el plato más exquisito pues era diestra para la

cocina, al punto que asombraba a sus invitados italianos con sus clases de pastas preparadas en forma diferente, con su

sazón, a su manera.