MIEMBRO DE LA JUNTA MILITAR DE GOBIERNO.- Nació en Latacunga el 6 de Noviembre de 1919, hijo
legítimo del Ing. Civil Luis Gándara Egas, quiteño, graduado en la Universidad de Pensilvania, profesor de matemáticas e
inglés en el Colegio Vicente León de Latacunga, luego periodista de los diarios El Día y El Comercio y finalmente Cónsul en
Génova desde 1938 hasta el 40. Figuró como escritor ^ costumbrista y sus artículos están
siendo recopilados por su hijo para su publicación; y de Celia Enríquez Gallo, natural de la
hacienda Santa Rosa, Parroquia Tanicuchí, Provincia del Cotopaxi, hermana entera del General
Alberto Enríquez Gallo, Jefe Supremo del Ecuador entre 1937 y el 38.
Fue el mayor de tres hermanos, de cinco años recibió las primeras letras de su madre, que viendo
la afición a los papeles impresos, se preocupó de ello. Su padre recibía diarios y revistas del
extranjero “que constituían mi encanto por los hermosos grabados que contenían.” y cuando la
familia se trasladó a la capital asistió a la escuela de San Pedro Pascual donde los mercedarios le
hicieron pasar al segundo grado porque sabía leer. Al año siguiente fue matriculado en el
pensionado del Dr. Pedro Pablo Borja y terminó la primaria. Era un niño sumamente vivaz y
travieso y aunque excelente estudiante, perdía notas por conducta, de suerte que jamás figuró
como el primero de la clase.
Su familia vivía en una casa propia de la calle Portilla No. 154 del barrio de la Recoleta y sin ser
ricos tampoco sufrían necesidades. En otra casa cercana residían sus abuelos matemos, donde
escuchó hablar muchas veces
por las noches para que no escape ni un haz de luz a la calle. Por eso, al recibir nuestros
títulos el 41, tomamos un ferrocarril y tras muchas y penosas aventuras a través del territorio
de la Francia ocupada arribamos a Barcelona y luego a Portugal, donde nos permitieron subir al
transporte que había fletado el gobierno norteamericano para trasladar a su personal consular
y fuimos a New York. En esa ciudad estuve quince días, luego salí en el vapor chileno
Aconcagua a Guayaquil. A la fecha de mi arribo al Ecuador acababan de finalizar las
hostilidades con el Perú, razón por la cual yo no intervine en ellas”.
Una vez en el país comenzó a enseñar hidráulica y construcciones Hidráulicas en la Escuela de
Artillería e Ingenieros hasta 1943 y luego entre el 47 y el 48 y se especializó en esas materias a
través de la enseñanza, al punto que el 45 editó “Hidráulica general”, texto para sus alumnos
en 277 páginas. Una segunda edición apareció dos años después. Igualmente enseñó topografía
entre el 42 y el 43, y el 44 pasó al Colegio Militar donde figuró hasta el 47. Fruto de sus
experiencias pedagógicas fue un segundo texto, esta vez sobre “Topografía militar”, en 318
páginas, que ha visto dos ediciones el 45 y el 47. Ese año contrajo matrimonio con Magdalena
Espinosa Román, a quien conoció por ser hermana de uno de sus compañeros; tuvieron un
matrimonio feliz y cinco hijos, pero ella falleció en 1987 en Quito, víctima de un cáncer.
En 1943 le habían destinado al batallón Córdova de Riobamba y cuando se produjo la revolución del 28 de Mayo del 44 “mi unidad fue la primera en apoyar el movimiento de
Guayaquil pues como nuestro jefe casualmente estaba ausente en Quito, los Tenientes
tomamos la decisión y rodeamos al Cuartel de Policía que se entregó sin resistencia, mientras
ocurría el arrastre del Comandante Manuel Carbo Paredes y el asesinato de su Ayudante
Quiñónez”.
En Julio fue destinado a la exploración de los territorios por donde debía pasar la carretera
Salcedo-Napo, que resultaron muy altos y deleznables.
El 48 publicó en Quito “Motores hidráulicos” en 138 páginas, y consiguió una beca del Instituto de Cultura Hispánica para
realizar el postgrado de dos años en la Escuela de caminos, canales y puertos de Madrid. El 50 egresó de especialista en
hidráulica y técnica hidráulica. A más del curso le tocó hacer prácticas en las obras
hidráulicas del Ministerio de Obras Públicas con el grado de Capitán. Por esos días solicitó al Ministro de Defensa Manuel
Díaz-Granados Sáenz su traslado al Ecuador, pero el presidente Galo Plaza opinó que sería mejor que pase a la Academia
de Estado Mayor de Madrid, donde estudió hasta Diciembre del 52 como Oficial, siendo la tercera antigüedad.
En Enero del 53 estaba nuevamente en Quito después de una ausencia de cuatro años en España, empezó a enseñar en la
Facultad de Ingeniería Eléctrica de la Escuela Politécnica y fue destinado a la Jefatura del Departamento de Instrucción
del Ejército. “Allí hice mi Plan General de Instrucción con la reglamentación básica compuesta de 48 Reglamentos,
primera que tuvo el ejército ecuatoriano. Esta labor me llevó hasta el 56 y fue ardua y provechosa. El
55 viajó como Observador Militar a Costa Rica y Nicaragua. En Abril del
56 fue designado profesor ad-Honorem de cartografía, física y geometría analítica de la Universidad Central y en Julio de
ese año, al anunciarse el triunfo electoral de Ponce Enríquez,”el oficial más antiguo de Estado Mayor nos reunió para
informarnos que un conservador no podía ocupar la presidencia de la República. Yo era solamente un Teniente pero fui el
único que protestó, expresando que el ejército era nacional y no liberal y que había que respetar el dictamen de las
urnas”. Alguien debió correr con el chisme donde Ponce Enríquez, que de inmediato llamó al presidente Velasco Ibarra a
darle las quejas, pidiendo que se investigara el asunto. Poco después el Subsecretario de Defensa Jorge Gortaire trató de
averiguar los detalles del incidente, Gándara se negó rotundamente a delatar a su superior y todo terminó en nada, “pero
desde entonces Velasco creyó que yo era su enemigo pues me había opuesto al golpe que pensaban dar a su favor (1)
creencia totalmente sin fundamento, pues mi posición había sido únicamente constitucionalista. Por entonces también
enseñaba cartografía en la Universidad Central”.
“Apenas Ponce Enríquez subió a la presidencia me asedió para que acepte la subsecretaría del Ministerio de Defensa y
como me negué por no interesarme la política, me envió de Adjunto Militar a la Argentina, donde permanecí hasta el 58. A
mi regreso pasé al Departamento de Operaciones,formulé el primer Plan Militar General y el primero de Protección de
Fronteras, para su aplicación inmediata”.
“En 1960 fui electo por mis compañeros primer Senador Funcional suplente por las Fuerzas Armadas, siendo el principal el
Coronel Enrique Calle y ascendí a Coronel”.
“Poco después el Presidente Velasco Ibarra me mandó a proponer la Comandancia General del Ejército, que no acepté por
cuanto existían numerosos coroneles con mayor antigüedad que la mía que hubieran tenido que pedir sus disponibilidades;
de todas maneras me llevaron de Jefe de Estado Mayor y al poco tiempo ocurrió que la villa donde vivía Ponce Enríquez
fue atacada y éste pidió protección al Jefe de Zona Aníbal Duarte, quien mandó una dotación especial. Velasco, se
disgustó y lo botó a Duarte. Bolívar Lasso, que estaba de Ministro de Defensa, me designó en reemplazo de Duarte, pero
Velasco le dijo que yo era su enemigo y en Julio del 61 tuvieron que enviarme fuera del país bajo el pretexto de una
Agregaduría Militar en Chile”.
“En Junio del 62 regresé de Secretario del Consejo de Seguridad y me correspondió asumir la Senaduría Funcional por las
Fuerzas Armadas por la salida del ejército del principal. En el Senado trabajé mucho, instalé una oficina con secretaria y
mecanógrafa y puse al día el cuantioso material rezagado. Por eso el Senado me concedió un Voto de aplauso en
Noviembre del 62”.
“Para esa fecha la situación política era tensa en el Ecuador por la conducta personal del Presidente Carlos Julio
Arosemena”. Los Estados Unidos habían decidido cercar a Cuba aislándola del resto del continente, presionaba a los
gobiernos e infiltraba a los agentes de la CIA.
El año 63 se presentó difícil. Conspiraba el Vicepresidente Reinaldo Varea Donoso a pesar de su desprestigio por el
escándalo nacional producido por la adquisición de material bélico dañado y obsoleto que la opinión pública bautizó con el
nombre de la Chatarra. La Central de Inteligencia de América CIA y el Embajador americano Maurice Berbaum pagaban
manifestaciones callejeras anticomunistas para lograr el rompimiento con Cuba, que a la larga consiguieron, sumiendo al
paísen un macartismo trasnochado e inquisitorial.
Algunos militares ambicionaban tomar el poder para realizar reformas, aunque la gran mayoría sólo quería alejar el
fantasma de la “revolución roja”. El alto clero, la prensa grande, las radios y otros medios de difusión fuertemente
anticomunistas así como la derecha ecuatoriana, seguían ciegamente pensando que el país se estaba perdiendo en manos
de unos cuantos extremistas. Gándara entre ellos, por eso Philip Agee en “Inside The Company Cia, Diary”, New York,
1975, al mencionarlo le califica de “Liaison contact of the Quito CIA Station”.
Dicha misión, de la Central de Inteligencia Americana en Quito, estaba dirigida por el agente norteamericano James B.
Noland y contaba con más de veinte agentes a sueldo en Guayaquil, Quito y Cuenca y con un centenar de “soplones” (informantes y/o colaboradores), en todo el país, entre los cuales estaba Gándara.
“Un mes antes de la caída de Arosemena, el Comandante Ramón Castro Jijón nos reunió a varios oficiales para cruzar
ideas sobre la caótica situación política. Tomé la palabra y dije: Nuestra fuerza está en la unidad. No podemos prestarnos
a ser juguetes de los civiles ni necesitamos conspirar. El presidente Arosemena está condenado y caído. No cabe tampoco
la sucesión presidencial en favor del Vicepresidente puesto que su elección no fue constitucional. Mi intervención unificó
criterios y en ese momento se acordó dar el golpe en el momento preciso, esto es, cuando el Presidente volviera a
promover algún escándalo de resonancia nacional. Yo preparé el Manifiesto al país y el Bando que puso en vigencia la Ley
Militar y los llevaba conmigo a todas partes. En eso sucedió que el 10 de Julio el Presidente ofreció un banquete al
Director de la Grace Almirante W. J. Mac Neil, al que asistió el Embajador Maurice Berbaum, a quien Arosemena reclamó
en público, ocasionando un bochorno general entre los invitados y todo terminó a capazos. Esta misma noche el indignado
Berbaum movió a la estación de la CIA. en Quito y ésta dispuso la inmediata sublevación de los militares y la terminación
del gobierno constitucional.”“La mañana siguiente ful llamado por el Coronel Segundo Deifilio Morochz Jimbo, al Estado
Mayor, donde encontré a la Alta Oficialidad. Castro Jijón presidía, el Coronel Luis Cabrera Sevilla expuso el motivo de la
reunión, yo di mi opinión enfatizando el desprestigio del Presidente, el descrédito del Vicepresidente, la impotencia del
Congreso y la insolencia de la extrema izquierda y concluía llamando a las Fuerzas Armadas a hacerse cargo del poder en
forma institucional. Allí mismo se conformó la Junta con los representantes de las tres ramas de las Fuerzas Armadas:
Ramón Castro Jijón por la Marina, Luis Cabrera Sevilla por el Ejército y Guillermo Freire Posso por la Aviación. Se me pidió
que también formara parte de ella como Senador Funcional de las Fuerzas Armadas y acepté”.
La revolución se realizó con tranquilidad en todo el país excepto en Guayaquil donde el Alcalde Asaad Bucaram salió a las
calles a protestar y fue detenido sin mayor problema. La normalidad aparentemente volvió pues la prensa, el clero y
demás instituciones como es costumbre al principio de todo régimen, apoyaron incondicionalmente y hasta alabaron el
golpe militar, so pretexto de haber terminado con el peligro rojo. Los elogios no se dejaron esperar, luego les dirían
Coroneles de la traición cuando cayeron en 1966 (2).
Pronto el país se dio cuenta que el único miembro de la Junta capaz y preparado era Gándara y que por su calidad de
tecnócrata se había constituido en el alma inspiradora de todas las persecuciones. Los tres miembros de la Junta,
denominada por el público como la dictadura enana dada la poquedad de sus miembros (Castro Jijón, Cabrera Sevilla y
Freire Posso) eran de vidas oscuras, habían transitado de un cuartel a otro, de un barco a otro, de un avión a otro, al revés
de Gándara, quien no pasaba de ser más que buen profesor pues jamás había tenido mando de tropa, no daban ni
desataban. Para colmos Castro Jijón siempre fue un bebedor más que fuerte y de tragos blanco y baratos.
En Agosto se lanzó “El Plan General de Desarrollo Económico y Social 1963-73” elaborado por la Junta de Planificación y
Coordinación bajo los auspicios de la Cepal, el Punto Cuarto y el programa de Alianza para el Progreso, pero que dadas las
condiciones generales de indisciplina y pobreza reinantes, al ser aplicado, produjo distorsiones, un aumento de la
burocracia y el entrabamiento de las gestiones administrativas. Numerosas leyes fueron dictadas con diferente suerte. Se
expropiaron buena parte de los terrenos del Guasmo aledaños a Guayaquil y se expidió la Ley de Reforma Agraria y
Colonización, largamente preparada desde el 60. Surgió el IERAC, disminuyó el huasipungo y el latifundio, bajó la
producción y se agravó la economía. Técnicos y analistas especializados en preparar estudios y proyectos se adueñaron de
la administración y fueron bautizados con el remoquete de Kikuyos, mientras fuerzas especiales daban caza en todo el
país a los izquierdistas de los Sindicatos, Universidades, periódicos y aun en la Casa de la Cultura, en frenético atentado
contra los derechos humanos. Llegando incluso a casos risibles como el del padre José María Vargas, inofensivo pero
erudito sacerdote dominicano, especializado en historia del arte colonial quiteño, a quien sacaron por Decreto de su
cátedra de historia del arte en la U. Central, debido a que era miembro de la Casa de la Cultura, de donde también lo
botaron.
Casi enseguida se ascendieron los miembros de la Junta Militar, bien es verdad que en el caso de Gándara se habían
reunido los requisitos de Ley pero el asunto no era muy ético que se diga. El resto del escalafón también se movió en favor
de numerosos militares de manera que empezaron a menudear los generales, brigadieres y vice almirantes que era un
contento, siendo todos espadas vírgenes pues ninguno había olido pólvora.
Por Septiembre el canciller Neptalí Ponce Miranda suscribió el Modus Vivendi con los Estados Unidos para beneficio de los
atuneros de San Diego en California y en detrimento de nuestros derechos sobre el Mar Territorial de doscientas millas de
extensión. Esta absurda posición nos aisló frente a los demás gobiernos de la cuenca sur del Pacífico (Perú, Chile).
El 64 estalló la crisis bananera y la Junta tuvo que recurrir a los mercados de la Unión Soviética y de los demás países de
la Cortina de Hierro para vender o trocar nuestra fruta, por entonces el mayor rubro de exportación y de ingreso de
divisas, en flagrante contradicción con la política anticomunista; pues, mientras en los pasaportes ecuatorianos se ponía la
siguiente leyenda: “Válido para todos los países del mundo excepto Cuba y los de la Cortina de Hierro”, se buscaba
comerciar con ellos. Para contrarrestar la crisis financiera se reformó el Arancel de importaciones y las Cámaras y demás
fuerzas vivas – vivísimas – de Guayaquil, viendo menoscabados sus intereses económicos, se lanzaron a una cerrada
oposición y hasta decretaron un Paro General de actividades. Casi enseguida se formó la Junta Patriótica Nacional y
menudeaban las manifestaciones callejeras con cierrapuertas, prisiones, bombas lacrimógenas y paralización de
actividades.
El 65 fue un año de intensa actividad política y de desprestigio creciente para la Junta Militar de Gobierno. El Coronel
Freile Posso fue destituido y la FAE no lo reemplazó quedando los dictadores reducidos a tres. A principios del 66 la Junta
estaba en su peor momento y dictó la Ley de Elecciones para reunir un Congreso el 10 de Agosto, pero se precipitaron los
acontecimientos en Marzo, cuando fue incendiado un vehículo de propiedad del Instituto Geográfico Militar frente a la
Universidad Central de Quito y con motivo de la clausura de dicho Instituto sobrevino el desorden a nivel nacional,
empujado por las Cámaras, las fuerzas vivas, la prensa grande y las radios que formaron una cadena bajo la denominación de Asociación Ecuatoriana de
Radiodifusión y las siglas AER. I los mismos sujetos que tres años antes habían ido a tocar las
puertas de los cuarteles pidiendo dictadura militar y luego aplaudieron el ascenso de los
dictadores, ahora querían que éstos se retiren a sus casas por nulos, fanatizados y centralistas.
Finalmente el día 29 la Junta devolvió el poder a las Fuerzas Armadas y éstas decidieron
entregarlo a Clemente Yerovi Indaburo.
Por la tarde una Junta Constitucional hizo el parapeto de elegirlo en forma por demás
suigéneris, en rápida maratón radial y el país se creyó la farsa. Yerovi no entrañaba peligro
alguno para los militares pues había sido uno de sus principales colaboradores desde la
Presidencia de la Junta de Planificación y como embajador ante el mercado común Europeo.
El experimento de gobierno militar sirvió para que el país comprendiera algunas verdades:
- No funciona en el Ecuador un gobierno plural.
- La persecución por causas ideológicas además de injusta es inmoral y atentatoria contra los derechos humanos.
3) El entreguismo a los Estados Unidos no sirve para nada pues, formando parte del sistema, nada se saca con entregar más.
4) Los planes de Desarrollo con modelos foráneos fracasan irremediablemente en el tercer mundo creando una burocracia inútil y voraz.
5) La tecnocracia militar pura sin el apoyo y asesoramiento de los políticos, no puede estabilizar a ninguna dictadura, dado que los militares tienen una formación ciegamente obediente y disciplinada, poco dúctil para valorar y comprender los múltiples cambios que se producen en la sociedad, vertiginosamente.
“El 30 de Marzo, como de costumbre, concurrí muy por la mañana a dictar mis clases a la
Politécnica, pues no me sentía culpable de nada y así seguí por muchos meses hasta que la
Asamblea Nacional Constituyente le llamó la atención al Rector José Rubén Orellana y poco
después la Corte Suprema de Justicia dictó orden de prisión en mi contra por el ataque a la Universidad Central. Después hasta llegaron a quitarme la ciudadanía por tres años, pero ya
estaba asilado en la Embajada de Bolivia y de allí partí por la vía de Cali, Bogotá y Lima, a la
Paz, donde radiqué un año”.
libro del Sesquicentenario, según sus propias palabras.
Entre ellos merece mencionarse un ensayo de 57 páginas sobre las “Memorias de Hombres de
Estado” que salió en Quito y otros menores como “La pugna de poderes” y “Los militares y la
política en el Ecuador” editados en la revista de la “Asociación de Generales y Almirantes de las
Fuerzas Armadas”, institución que presidió el 86. También ha colaborado en la revista
“Diplomacia” y en otras publicaciones. Buen polemista, le salió al paso en la revista Vistazo a
Rafael Arízaga Vega y declaró que “estaba dispuesto a batirse con cualquier otro que falte a la
verdad” (sic.)
A través de “Integral C. Ltda.” había sido miembro del Comité de Supervisión de los estudios de
factibilidad y prediseño de la Central Hidroeléctrica del Cantón Montúfar entre el 71 y el 75,
Director de estudios de Inventario Hidrológico de la cuenca del río Monjas para la fábrica textil La
Internacional en 1972, Director de Diseño de la Central Hidroeléctrica de Vindobona el 71 y su
fiscalizador entre el 72 y el 76 y Supervisor y Fiscalizador de los túneles de San Juan y San Roque
para la Municipalidad de Quito entre el 75 y el 76.
En la todopoderosa Fundación Mariana de Jesús, propiedad de la Compañía de Jesús en Quito,
ejerció la dirección de los estudios de infraestructura de la urbanización Solanda entre el 72 y el
76, la supervisión de la construcción de las primeras viviendas y presidió el Comité Directivo de la
Asociación de la ciudadela La Granja entre el 75 y el 76.
Aparte de lo indicado, también para la Internacional realizó las pruebas de resección de la central
Vindobona en Marzo del 76. Para la Empresa Eléctrica de Cuenca S. A. dirigió los estudios de
diseño de la presa Chanlud entre el 78 y el 79 como presidente de Geosisa, a medias con la
compañía Intecsa de Madrid.
Su estatura baja, rostro curtido, ojos y pelo ondeado y negro. Porte marcial y buenas maneras. Se califica de cientista
militar de criterio conservador, preocupado del futuro de las instituciones y de la iglesia, acerca de la cual ha escrito
varios trabajos. Su formación en la Italia fascista y su especialización en la España falangista, donde le correspondió vivir
los peores tiempos de esas nefastas y criminales dictaduras.
(2) El Viernes 2 de diciembre de 1966, La Asamblea Nacional Constituyente decretó como sanción a los ex dictadores militares “la suspensión de los derechos de ciudadanía por tres años”. La sanción es por delito político, abusos de Poder, violación de los derechos de los ciudadanos por los miembros del
Gobierno militar y sus colaboradores. Los sancionados son: Contralmirante Ramón Castro Jijón, Generales Luís Cabrera Sevilla y Marcos Gándara Enríquez, y
Coronel Guillermo Freire Posso.
Durante el siglo XXy comienzos del XXI han existido en el Ecuador las siguientes persecuciones: 1) La Placista contra los alfaristas y conchistas en 191314. 2) La
Juliana contra periodistas y banqueros en 1925. 3) La del segundo período del dictador Federico Páez indiscriminadamente contra las izquierdas. 4) La
Arroyista contra las izquierdas y en general contra toda oposición. 5) La Dictatorial de Velasco después del 30 de Marzo del 46 contra las izquierdas. 6) La más
feroz de todas, la de la Junta Militar de Gobierno, contra las izquierdas, entre 1963 y el 66, además fue la más larga. 7) La de la dictadura velasquista en 1970
contra la oposición civil. 8) Las de las dictaduras da Rodríguez Lara y los Triunviros contra la oposición. 9) La del Presidente Ing. Febres-Cordero contra la
extrema izquierda y el terrorismo entre el 84-88 y el permanente hostilizamiento a los Congresos y posteriormente hasta el 2006, el terror que desató a través
del manejo del poder judicial. 10) La tiranía del Econ. Rafael Correa que so pretexto de la Revolución Ciudadana y el Socialismo del Siglo XXI destruyó la
economía, empobreció al país y persiguió a todos sus opositores, utilizando los poderes del Estado que llegó a detentar en su totalidad. Unas veces a través del
Ministro del Interior, el torvo y tristemente célebre José Serrano Salgado, en otras a través de los obsecuentes Fiscales Generales Yépes y Chiriboga o del
estulto Contralor Carlos Pólit que jamás controló nada para beneficiar a los atracadores del erario nacional. Finalmente con una Asamblea de dóciles
diputados, a quienes ordenaba directamente desde el Palacio, por lo que fueron calificados de simples borregos “alza hands”.