CRONISTA.- Nació en Guayaquil en 1845. Hijo legítimo de Cayetano Gallegos de Luna, natural de Rota, Cádiz, España, cuya
biografía puede verse en este Diccionario, y de Rita Naranjo Ledos, de Guayaquil.
En 1871 con Eduardo B. Tama fundó “El Espejo”, revista quincenaria de pequeñas dimensiones que soloalcanzó el cuarto
número el día 9 de Junio donde apareció un artículo de Tama titulado “El Juramento Político” que concitó la ira del
dictador García Moreno, quien dispuso la inmediata prisión de los redactores y su destierro a Chile. En un primer momento
ambos cayeron presos pero el día 30 se revocó la orden a Gallegos y salió libre en consideración a que en el No. 3 había
publicado un Aviso en el que anunciaba su separación del mencionado Semanario por tener que ausentarse a la sierra. En
cuanto a Tama, fue remitido a Quito con escolta, le hicieron presentar ante el tirano que le quiso obligar a retractarse y
como no lo hizo, le mandó cinco días a la cárcel incomunicado, pero el Arzobispo Checa y Barba pidió al tirano que le
permitiera tener en su Palacio al preso y obtuvo más tarde una nueva entrevista en que se limaron cualquier tipo de
asperezas y Tama recobró su libertad tras mes y medio de estos ajetreos.
El 76 apoyó la revolución liberal del general Ignacio de Veintemilla. El 21 de Septiembre fundó el periódico “Ocho de
Septiembre” que sirvió de órgano oficial del régimen en Guayaquil. Continuado en Quito, duró hasta el 82. Gallegos
Naranjo lo dirigió entre el 77 y el 79, viviendo en Quito a sueldo del gobierno. Era por entonces un joven literato y
formaba parte del grupo de amigos de Veintemilla, concurría semanalmente al Palacio y alternaba con su bella y gentil
sobrina Marietta, que hacía las veces de primera dama de la Nación.
En 1878 comenzó a sacar poesías de jóvenes literatos y publicó en Quito el diario de emisión cotidiana “El Vigilante” que
llegó al número diez y se le considera el primer intento de diarismo en la capital. Igualmente sacó un tomito de versos
titulado “Poesías.”
A principios del 79 publicó una hoja suelta contra Juan León Mera a nombre de “Los Cajistas,” luego siguió otra a nombre
de “Los Empresarios” y en el diario “Los Andes” de Guayaquil apareció un artículo en su contra bajo el pseudónimo de
“Merlín Merluza.”
Desde ese año colaboró en la sección literaria de “La Nación” de Guayaquil y editó “El Parnaso Ecuatoriano”, composición
de colecciones poéticas con biografías. Obra muy completa para su tiempo, especie de Antología, que ofreció como
homenaje romántico a la Patria y que ha salvado a muchos autores del olvido de la historia.
En 1880 fue redactor del Diario “Los Andes” y en la imprenta de Fidel Montoya dio a la luz el “Diccionario de Voces
Poéticas y otras concernientes a la Poesía” aumentadas y recogidas en 136 págs. bajo el subtítulo de “obrita útil para los
jóvenes que se dedican a la literatura. Se vende en todas las librerías de Guayaquil a un real el ejemplar”. Ese año envió
una sentida composición patriótica y poética al Comité Pro Monumento a Olmedo.
La noche del 5 de Febrero de 1882 estrenó en el teatro Olmedo su alegoría en un acto y en verso, arreglada a la escena
por él mismo bajo el título de “Bolívar calumniado”. Especie de juguete patriótico con diálogo entre los escritores
contemporáneos Ricardo Palma y Nicolás A. González, el General Tomás Cipriano Mosquera y otros, flagrante anacronismo pues Mosquera había fallecido hacía muchos años.
En 1883 editó “El Almanaque ecuatoriano o Guía de Guayaquil” en la tipografía del Chimborazo, como “guía arreglada
para esta ciudad con datos religiosos, geográficos, comerciales, estadísticos, cronológicos, sincrónicos y literarios” en 388
págs.
El Almanaque fue la obra más completa en su género publicada en el Ecuador, con datos y curiosidades muy al estilo de
principios del siglo XIX, cuando era usual que cada ciudad importante tuviera su “Guía de Forasteros.” Contiene toda clase
de información y de noticias relacionadas con la ciudad, sus hombres más notables, el Comercio y la Industria.
Se abre con una introducción de Francisco Campos Coello, quien señaló que MGN “era ventajosamente conocido en las
letras ecuatorianas por numerosas composiciones poéticas y por otras publicaciones que le han conquistado justo y
general aplauso. En esta obra se presenta bajo un nuevo aspecto, celoso de dar a la luz primera y reúne con afán
incesante e inaudita constancia, los dispersos y desordenados materiales, sobre los cuales pueda emprenderse un formal
trabajo periodístico.
Indudablemente este fue el mejor momento de su vida, estaba felizmente casado con Jesús Jouvin Díaz, matrimonio sin
hijos, hacía poesía y teatro, presidía una pléyade de nuevos literatos que crecían a la sombra protectora de Francisco
Campos en las letras y de Pedro Carbo en la política y
con su Almanaque – la mejor de todas sus producciones – Incurslonó en el comercio y la publicidad
así como en asuntos tan nimios pero necesarios como el Instructivo para el pago de derechos
aduaneros
En 1888 escogió varias poesías suyas y de sus hermanos Emilio y Enrique y las publicó en un tomo
de versos titulado “Liras Hermanas.” El 91 escribió un “Diccionario de Frases y Locuciones Latinas”
y uno de “Palabras castellanas barbarizadas por la ignorancia quijotazo, dividido en tres partes: 1)
Vuelos del pensamiento, 2) Poetas hueros, 3) La República del Diablo.
Por entonces sufrió una trombosis que le imposibilitó caminar y para 1895 se encontraba reducido
a un sillón a consecuencia de la parálisis. Así y todo era con su hermano Enrique el mantenedor de
las reuniones literarias que se celebraban en la casa de otro de sus hermanos: Joaquín, ubicada en
el barrio de las Cinco Esquinas (Avenida Olmedo y García Avilés) donde vivía.
Dichas reuniones gozaron de justa fama por mucho tiempo. En ellas se dieron cita cultivadores de
la poesía romántica tardía, atendidos por las virtuosas e inteligentes Srtas. Josefina ^ y Lola Gallegos del Campo.
Rebeca,
Ana Ofelia y Amalia Gallegos Marín y María Victoria y Amada Lola Gallegos Lecaro y “de entre su
seno surgió la bohemia libre, alegre y soñadora que más tarde había de llevar a la práctica algunos
proyectos como la fundación de Guayaquil Pintoresco, América Modernista y El Crepúsculo, así
como la creación del Circulo Literario Juan Montalvo y su revista, que le sirvió de órgano.”
En 1902 y el 3 volvió a salir con ligeras actualizaciones, pues era un excelente negocio publicitario
el Almanaque de Guayaquil que contiene todo dato útil, algunos tan eruditos como la lista de los
días especiales en que se pueden sacar ánimas del purgatorio con oraciones, que no todos los días
del año son buenos para ejercitar tan generoso como necesario propósito.
Así discurría el pensamiento de los liberales de Carbo aún después del triunfo de la revolución del
95. Por eso Alfaro y los suyos se llamaban Radicales.
Este Almanaque repite en lo principal la información de 1883. Ampliada a casi toda la república en
214 págs. Con fotografías numerosas de las principales ciudades de la República y gozó de tanta
popularidad que se llegó
En 1906 apareció otra rara obrita suya “ Celebridades Malditas” en 141 págs. especie de
novelina con personajes entresacados del pueblo llano, casi siempre buenos muchachos que
por azar del destino terminan formando parte del lumpen carcelario del país. Delincuentes
comunes con historias que más parecen novelas.
En 1909 sacó en tres tomos pequeños “Estadística Fiscal y Comercial” con datos del país. El 10
dio a la luz la novela social, romántica y sin ninguna trascendencia “Haz el bien sin mirar a
quien” en 91 págs. trabajo literario ejercitado para no perder la costumbre de seguir
escribiendo.
Su sobrino nieto Emilio Gallegos Ortíz me ha referido que lo conoció ya viejecito en 1910
cuando sus padres le llevaban en un carrito de muías a visitarlo en el pensionado pagado del
Hospital General de la ciudad. Estaba viudo, paralítico, viejo y cascarrabias. Ese año se suicidó
el portero de dicho centro asistencial por la psicosis del fin del mundo provocada por la
presencia del cometa Halley en los cielos de Guayaquil. En los inventarios de la Biblioteca de
Autores Nacionales “Carlos A. Rolando “de Guayaquil constan los siguientes manuscritos
inéditos suyos:
1) “Cronología histórica del Ecuador desde antes de la conquista hasta 1808”
2) “Diccionario de Barbarísimos”, dividido en dos partes y escrito en 1908
3) “Diccionario Castellano” en siete estudios de Consulta, escrito en tres tomos en 1912
4) “Dos Mil Geroglíficos” comprimidos por Manuel Gallegos Naranjo
5) “Nomenclatura Universal de Mandatarios, Santos y Santas de la Iglesia Católica” escrito en 1908.
Ignoro como fueron a dar esos títulos a los inventarios de dicha Biblioteca pero allí deben estar
listos para la imprenta. Igualmente, un volumen con información histórica y tradicionista de
Guayaquil que he visto mencionado. Otras obras suyas, que no llegó a editar, son: “Aurora”
colección de versos, “Hilos de Tinta” con poesías, sonetos y cantares y “Mil Refranes” en
verso. En la biblioteca de los padres jesuitas en Cotocollao existe una Historia de Guayaquil de
su autoría, aún inédita.
Fue erudito, trabajador y cultivó todos los géneros con diferente suerte. Presidió reuniones literarias e hizo de cabeza de
su familia, compuesta de numerosos literatos que figuraron a fines del siglo XIX y principios del
XX con suertes varias en Guayaquil, siendo el último y el más famoso de todos Joaquín Gallegos Lara, autor de la célebre
novela “Las Cruces sobre el Agua” y coautor de la serie de cuentos “Los que se van” que marcó en 1930 un cambio
fundamental en el rumbo de la literatura ecuatoriana hacia el realismo social.
herencia del tío Apolinarío Gálves que falleció sin hijos. Regresó al año siguiente para contraer matrimonio en Guayaquil
con Otilia Villafuerte Triviño, pues la vida del campo no le atraía. Las propiedades quedaron administradas por terceros y
al final se perdieron en manos de invasores cuando aparecieron las plagas.
Ese año intervino en la campaña presidencial y fue designado Secretario privado de Lizardo García, con quien viajó en
Julio a Quito. Al triunfar la revolución de Enero de 1906 volvió a Guayaquil.
En 1907 comenzó a escribir para “El Ecuatoriano” de Ricardo Cornejo. Era antialfarista moderado. En septiembre de 1911
dio el discurso de bienvenida a Guayaquil al general Leonidas Plaza. El 12 fue interventor Fiscal por nombramiento del
presidente Leónidas Plaza y escribió en el Guante” que apoyaba al gobierno. El 14 enfermó su esposa de tifoidea y falleció
a los pocos días, dejando siete niños pequeños que nuestro biografiado tuvo que cuidar.
Acostumbraba jugar ajedrez a la caída de las tardes en su casa del Malecón, con amigos y conocidos. A tan interesantes
reuniones asistían Heleodoro y Francisco Avilés Minuche, Miguel y Ernesto Seminario, los Oyala González, Medardo
Pimentel Marín, etc. En 1918 obtuvo el título de Campeón de Ajedrez, siendo el más poderoso jugador del país pues ganó
en 1921 el Campeonato Nacional realizado en Guayaquil.
Desde Enero de 1919 escribió para “El Nacional” y en Julio para “E\ Telégrafo”, en ambos diarios bajo el seudónimo de
“Ángel F. Salvador”. En las elecciones de 1920 trabajó ardorosamente por la candidatura presidencial de su amigo J.
Federico Intriago que perdió. El ganador, José Luis Tamayo, quien también le conocía y apreciaba desde hacía muchísimo
tiempo, le llamó a su lado para que colaborara con él en la Gobernación de Manabí, que Gálves desempeñó con lucimiento
y general beneplácito por tres años, hasta 1923.
Ese año publicó “Algo de Ajedrez” en 444 págs. La obra contiene historia, literatura, anécdotas, ejercicios, prácticas,
técnicas, ejemplos, enseñanzas y encuentros ajedrecísticos, cuidadosamente escogidos y compilados, fotograbados y
estudios, problemas y fines de partida. Un apéndice de 35 págs. conel Match Lasker-Capablanca jugado en 1921 y un
moderno método de ganar con alfil y caballo contra el rey solo. Fue el primer libro en su género que se editó en el
Ecuador y se ha convertido en un clásico de las letras nacionales.
En 1925 editó un volumen con Leyes, Decretos y Ordenanzas y desempeño la secretaría de la Asamblea Liberal. El 26
ocupó la secretaría de la Municipalidad de Guayaquil El 27 se quemó la casa familiar de los Gálvez, que estaba hipotecada
en La Previsora y tuvieron que vender únicamente el terreno para no perderlo. El daño económico fue muy grande pues se
trataba de un edificio antiguo y cómodo que aún era útil. Como parte de pago recibió un chalet en General Gómez y
Coronel, que habitó con sus hijos desde entonces.
Su economía se hallaba deteriorada. Su gran tienda de venta de cigarros y cigarrillos llamada “La Cubanita”, en Colón y
Pedro Carbo, cambió de dueño a raíz de que un compadre lo estafó. El comprador fue su amigo Miguel Seminario
Marticorena.
Como Secretario Municipal editó en 1930 una Codificación de Ordenanzas Municipales abarcando un extenso periodo desde
1883 a 1929. Ese año pronunció un discurso en la inauguración del Centro de Investigaciones históricas. El 31 lanzó a la
venta una Codificación y Colección de Reglamentos Municipales. Dichos trabajos llenaron un vacío en la existencia jurídica
de la comunidad y fueron altamente elogiadas y apreciados en su tiempo.
En 1932, fuera de la Secretaria Municipal por enfermedad y sufriendo una afección a la laringe producto de sus muchos
años de fumador empedernido, pasó en su chalet. Estaba muy decaído y falleció el 19 de Marzo de 1933, posiblemente de
cáncer. Tenía 52 años de edad solamente.
Más bien alto, blanco, de ojos y pelo negro, bigotes. Contextura media. Fue en su tiempo el mayor ajedrecista del
Ecuador pues nadie le podía batir ni dar mates como se estila en dicho juego, que ha tenido tan pocos cultores serios en
nuestro país.
Dejó numerosos versos inéditos que acaban de salir en 1983 impresos por sus nietos en un tomo. Poesía romántica, sentimental y decimonónica que no aportó ninguna novedad en su tiempo pero reveladora de un lirismo y una sensibilidad poco común. También brilló como orador patriótico.