FRIAS Y MOLINA FELIX

POLÍTICO. Nació en Buenos Aires, el 12 de Marzo de 1816 y fue su padre de Bogotá, quien se hallaba en Paris a causa de las persecuciones de los liberales de su Patria. El 6 de Mayo editó en esa capital el folleto “Los rojos en la América del Sud” denunciando como viciosa y hasta contraria al sentido común la política anticlerical que seguía en la Nueva Granada (Colombia) el presidente José Hilario López, y aprovechó la oportunidad para atacar las doctrinas socialistas esgrimidas como bandera de lucha por los rojos en Europa, que “vertidas en el alma del ignorante y del pobre no le educa para el bien sino para el mal, el vicio, el crimen y el retroceso”. Esta publicación alcanzó fama enseguida y sirvió de detonante en el Ecuador, país que acababa de expulsar a los jesuítas.

El 25 de agosto fue reimpreso el folleto de Frías en Quito constituyendo la comidilla del momento. Jacobo Sánchez, Ministro granadino en el Ecuador, le replicó el 25 de septiembre, calificándole de retrógrado en filosofía y discípulo de la Compañía de Jesús en política. En Noviembre Gabriel García Moreno editó un folleto en 61 páginas titulado “Defensa de los Jesuítas”. El 10 de diciembre Agustín Yerovi sacó el suyo en 36 págs. “Un señor Félix Frías en París y un rojo en Quito”. En ambas publicaciones menudean los ataques y burlas a Sánchez, calificado por él mismo de publicista demócrata, por defender el derecho del gobierno de la Nueva Granada para exigir al Ecuador la expulsión de los miembros de la Compañía de Jesús, lo que a García Moreno y a Yerovi les pareció una intromisión en nuestros asuntos internos. Fray Vicente Solano desde Cuenca impugnó el escrito de Sánchez burlándose de sus escasos conocimientos gramaticales y cuando éste último le desafió a sostener una polémica filosófica, a la que indudablemente no estaba suficientemente preparado el periodista franciscano dado el notorio atraso de sus principios e ideas, arremetió nuevamente el fraile con no poco humor y argumentos.

Esta larga discusión periodística sirvió para demostrar en el Ecuador de entonces, hasta que punto se habían polarizado los criterios políticos y cómo se estaba fraguando la lucha ideológica entre liberales y conservadores, que estallaría años después y en toda su crudeza con el advenimiento de la dictadura teocrática de García Moreno.Tras la victoria del General Justo José de ürquiza en la batalla de Caseros finalmente pudo Frías volver a Buenos Aires y fundó y dirigió el diario conservador “El Orden” encarando los altos intereses del país, ocupándose de las cuestiones políticas más delicadas (crecimiento urbano, arquitectura, cultura y hasta de chismografía menuda) y habiendo salido electo miembro del Congreso, ganó notoriedad por sus discursos y escritos, recopilados tras su fallecimiento y dados a la imprenta en 1884. En 1860 figuró entre los fundadores del Partido Moderado y del periódico “La Patria” que tuvieron corta duración. En Febrero de 1869 su amigo personal el Presidente Domingo Faustino Sarmiento le envió de Ministro Plenipotenciario a Santiago de Chile para dilucidar el problema del Modus Vivendi planteado en 1856 entre Chile y Argentina, sobre los extensos territorios semidesérticos del sur, formados por el estrecho de Magallanes y la tierra del Fuego, que ambos países reclamaban. Al arribar a Santiago entró en conversaciones con el Canciller de esa nación Adolfo ibáñez Gutiérrez. Estas se prolongaron hasta 1872 cuando Frías informó a la Chancillería chilena que la Patagonia nunca había sido materia de discusión aunque los hacendados chilenos del sur mantenían en ella numerosos ranchos y el gobierno de ese país siguiendo una política expansiva había fundado Punta Arenas en la parte occidental del estrecho y ejercía una posesión indiscutible en dicha zona.

Como el asunto se presentaba asaz complicado dada la importancia que el estrecho de Magallanes tenía para Chile y las opiniones que Sarmiento había expresado durante su exilio entre 1843 y el 49 sobre el derecho de Chile a poblar el estrecho de Magallanes, se cruzaron cartas amistosas entre ibáñez y Sarmiento para llegar a un Acuerdo directo, que tampoco rindió los frutos esperados. Los arreglos empezaron a estancarse y el 73 Argentina intentó ocupar militarmente el puerto de Santa Cruz pero se abandonó el asunto ante la protesta chilena. En Junio se presentó un proyecto de ley que establecía los límites argentinos sobre la Patagonia. El Embajador chileno Guillermo Blest Gana protestó y se abandonó el proyecto, que de haberse concretado hubiera significado la guerra con ese país. Finalmente las negociaciones se encausaron por medio del Arbitraje internacional y Frías pudo regresar a su Patria en 1874, tras cinco años de ausencia, considerado el primero en haber tratado la cuestión de límites con amplitud y ciencia del derecho. Ese año desempeñó el Ministerio de Relaciones Exteriores durante la administración del presidente Nicolás Avellaneda, cargo que terminó renunciando para ocupar una diputación en el Congreso.

En 1882 participó en el Congreso Educativo internacional reunido en Buenos Aires que tanta trascendencia tuvo en el pensamiento argentino. Dos años más tarde el Congreso de esa nación aprobó la Ley No. 1420 como una expresión de dicha reunión, estableciendo la neutralidad religiosa por la cual, el estado se hacía cargo de la enseñanza primaria prohibiéndose a las congregaciones confesionales enseñar religión durante el horario escolar, aunque podían hacerlo en horas posteriores. Entonces surgió la protesta de los elementos tradicionales y se armó la polémica que sin embargo terminó a poco. Fue un triunfo de la cultura francesa, que dos años antes, con la Ley Jules Ferry, había establecido el laicismo en materia educativa en ese país.

Frías estuvo entre los que aceptaron que los tiempos habían cambiado y modificando su posición de defensor a ultranza de la escuela confesional escribió a favor de la Ley y del nuevo sistema pedagógico, es decir, del laicismo, de manera que al final de su vida se ubicó entre los argentinos de ideas avanzadas que permitieron llevar a cabo la epopeya educativa visualizada por Sarmiento y que tantos frutos diera de allí en adelante con numerosas escuelas públicas estatales bien equipadas, con maestros y maestras formados y bien remunerados, material didáctico abundante y moderno y publicaciones pedagógicas que actualizaban día a día la enseñanza. Casi enseguida viajó a Europa y falleció en Paris el 9 de Noviembre de ese mismo año de 1884, considerado un orador de mucha autoridad y un publicista conservador a nivel internacional. Entre sus obras principales se cuentan: El Cristianismo católico, La República Argentina, La gloria del tirano Rosas, Leyes de tierras, La santificación del domingo, El liberalismo revolucionario y el patrimonio civil. Para el Ecuador es un personaje importante y significativo por la polémica sobre los rojos.