FERAUD BLUM CARLOS

POLITICO.- Nació en Guayaquil el 12 de Julio de 1923. Hijo legítimo de Carlos Demetrio Feraud Games, cajero primero y Gerente del Anglo después y de Blanca Blum Flor, guayaquileños.

Tuvo una hermana mayor, recibió las primeras letras de su madre y estudió los dos primeros grados en la escuela de los Hermanos Cristianos; pero en 1930 falleció su padre a consecuencia de una aguda nefritis y viajó a Quito con su madre y hermana, asistiendo durante el tercer grado a la escuela anexa al Normal Juan Montalvo.

Entonces su madre volvió a casar con el pintor José Enrique Guerrero, se cambiaron de casa y pasó a la escuela Modelo Municipal Espejo, donde concluyó la primaria.

Su tío Manuel Feraud Games, agente viajero, para sacarlo del ambiente de rencillas domésticas que se vivía en su hogar a causa de la bohemia y etilismo de su padrastro, lo trajo a Guayaquil, a su casa de las calles Chile y Manabí, donde también vivían los abuelos Carlos Alberto Feraud Mariscal y Aurora Games y cursó la secundaria en el Colegio Nacional Vicente Rocafuerte, destacando por sus excelentes calificaciones hasta graduarse de Bachiller el 14 de Mayo de 1943, con honores. En el Vicente tuvo por compañeros a Modesto Apolo Ramírez, Jorge Swett Palomeque, José Vicente Iturralde, Alberto Jalil Tobar y a otros jóvenes que luego formaron filas en la izquierda ecuatoriana. Carlos era un intelectual arielista y combativo, que aspiraba a la redención nacional a través de la acción política y el estudió de las doctrinas filosóficas de Carlos Marx.

Algo tímido, blanco, alto, espigado, de pelo negro, ojos melados, ambicionaba secretamente estudiar medicina pero comprendiendo que los textos eran demasiado caros para sus escasas posibilidades, prefirió la Jurisprudencia por el apoyo de su tío el Dr. Alberto Blum Flor, conocido abogado que llegó a ocupar la presidencia de la Corte Superior de Justicia.

Durante el primer Curso alcanzó el segundo lugar en su clase, fue sorteado para el premio La Filantrópica y en los días posteriores a la gloriosa revolución del 28 de Mayo de 1944 participó del espíritu cívico del momento y formó parte de las Brigadas Universitarias que con el fusil al hombro patrullaron las calles de Guayaquil. El 45 fue secretario particular del Ministro del Trabajo, Lic. Santiago Roldós Soria.

En Julio del 46, al finalizar el período de Antonio Gil Gilbert, sonó su nombre 

para ocupar la presidencia de la FEUE en Guayaquil. Realizadas las elecciones triunfó y le tocó defender la autonomía universitaria menoscabada por la Constitución velasquista de ese año.

En 1947 fue electo Presidente de la Asociación Escuela de Derecho y comenzó sus prácticas como secretario de uno de los Juzgados del Crimen. El

48 asistió al V Congreso de la FEUE realizado en Quito. El 2 de Octubre del 49 obtuvo la Licenciatura en Ciencias Sociales.

Su ideología habíase vuelto francamente izquierdista y sus contactos con los sindicatos de obreros le abrieron las puertas del Derecho Laboral. Ese mes fue designado Vocal por los trabajadores del Dpto. de Parques de la Municipalidad en el Conflicto Colectivo iniciado contra el Cabildo y en Noviembre actuó en el Conflicto de los trabajadores del Campamento petrolero de la Carolina y Petrópolis Oil Co. en La Libertad.

Mientras tanto formó parte de la comisión que agasajó al primer alcalde socialista de Ambato Neptalí Sancho en el salón Fortich de Guayaquil y se integró en la agrupación política

de izquierda “Alianza Popular” que lideraba el Dr. Alfredo Vera Vera, candidato a la alcaldía, figurando en esa lista como segundo Concejal, pero no salió.

En 1950 fue electo Censor Municipal de Espectáculos. El 51 contrajo nupcias don Isabel Vivar Franco y tuvieron tres hijos: María Isabel, Juan Carlos y Marcel y escribió su tesis doctoral sobre los Salarios, que mereció el Premio Universidad de Guayaquil por haber sido considerada entre las mejores que se presentaron ese año. Igualmente obtuvo el “Premio Contenta” consistente en la exoneración de los derechos de grado, que rindió el 30 de Enero del 52.

Ese año instaló su Estudio Jurídico en la esquina de Luque y Pedro Carbo y se dedicó de lleno al libre ejercicio profesional, prefiriendo siempre la defensa de los trabajadores y obreros, aunque es fama que el primer caso que trabajó fue el divorcio de su madre a quien trajo a vivir en Guayaquil. El 58 defendió el derecho a la huelga de los Internos y enfermeras del Dispensario Médico del Seguro Social ubicado en Chile y Colombia y soportó el embate de la policía, recibiendo un salivazo en pleno rostro, de parte de un cuñado del Gobernador, incidente que salió reseñado en los periódicos, le dio justa notoriedad y ocasionó la inmediata reacción de sus colegas que decidieron constituirse nuevamente en el Colegio de 

            Abogados a fin de lograr las garantías debidas. Esta fue la segunda época del Colegio en Guayaquil. En Abril del 59 fue designado Profesor de Derecho Financiero de la Facultad de Jurisprudencia de la Universidad de Guayaquil. En Noviembre comenzó a dictar la cátedra de Técnica Legal en la Facultad de Ciencias Matemáticas y Físicas.

Ese año fue Conjuez permanente de la Corte Superior de Justicia. El

67 desempeñó la Asesoría Jurídica de la Municipalidad. El 68 ocupó el Subdecanato y luego el Decanato de la Facultad de Jurisprudencia hasta el 70 y todo ello en medio del intenso trajín de una vida dedicada por entero al desempeño profesional que siempre fue el fin mayor y la meta mejor lograda de su vida. 

En Abril del 70 surgió su candidatura para el rectorado de la Universidad de Guayaquil, pero a última hora las fuerzas se unificaron alrededor del Dr. Fortunato Safadi Emén, quien resultó candidato único y salió electo.

El hecho de que la izquierda y sus amigos más antiguos hubieran preterido su nombre, le ocasionó una decepción de la que sin embargo pronto se repuso, pues amaba su profesión, vivía cada momento de ella en toda su intensidad, se daba plenamente a las causas de sus clientes sin importarle las consecuencias.

Era uno de los mejores abogados del país y sus opiniones y alegatos, escritos en un hermoso estilo forense, se copiaban en los Juzgados y luego circulaban entre sus colegas.

En 1968 empezó a sufrir de una Escoliosis a la columna y trasladó su estudio a Luque entre Pedro Carbo y Chile, altos de la Librería Científica. En Agosto del 70 fue Expositor en el I Seminario de Derecho Laboral Ecuatoriano organizado por el Colegio de Abogados de Guayaquil con el tema “El Contrato Individual del Trabajo” En Marzo del 71 comenzó a enseñar Derecho Procesal Civil en la Universidad de Guayaquil.

Entre el 72 y el 79 fue Director del Departamento Legal de la Universidad. En Noviembre del 72 dictó Procedimiento Civil en la Universidad Católica.

El 73 defendió a la Sra. Judy Mc. Collum en su juicio de divorcio y se ganó la animadversión de un condueño del Diario El Universo, que le borró de sus páginas por largo tiempo.

En Abril del 74 asistió al VI Congreso Mexicano de Derecho Procesal celebrado en Toluca y desempeñó la presidencia en la primera sesión de trabajo. En Junio participó como Expositor en el I Seminario de Derecho Bancario organizado por el Colegio de Abogados de Guayaquil y se relacionó con el City Bank, en cuyo edificio instaló su Estudio. En Noviembre fue conferencista en el Seminario sobre “Proceso Ejecutivo” organizado por la Asociación Escuela de Derecho de la Universidad Católica.

Ese año había fallecido su hija mayor y a raíz de ello se dedicó a poner en orden varios apuntes y notas que había venido recopilando sobre la reforma de 1970 al Código Civil, que publicó un año después bajo el título de “Igualdad de Derechos de hijos y cónyuges” en 245 págs. con prólogo del Dr. Gil Barragán Romero y que dedicó “a la memoria de mí hija María Isabel. Una ofrenda en su tumba abierta prematuramente”.

La obra tocó aspectos de Derecho Procesal y Constitucional de Interés, tratando de rescatar la verdad jurídica y de orientar la opinión pública en general y la de la mujer en particular, hacia la situación en que esta se encontraba a partir de la reforma” (1)

El 77 fue electo Síndico del Colegio de Médicos y de la Sociedad Médico Quirúrgica del Guayas. El 78 fue por segunda ocasión Conjuez Permanente de la Corte Superior y el Vicealmirante Alfredo Poveda le propuso una de las vocalías de la II Comisión Jurídica del Estado que preparó el segundo proyecto de reforma a la Constitución de 1945.

Reunida la Comisión fue electo Vicepresidente y tras cuatro meses de intensos trabajos redactaron un Proyecto, que sometido al Plebiscito, resultó escogido por la mayoría del país.

El 79 concurrió a la Asamblea Nacional de Abogados y presidió el Frente Profesional que trabajó por el binomio formado por el Ab. Jaime Roldós Aguilera para la presidencia de la República y el Dr. Oswaldo Hurtado Larrea para la Vicepresidencia. Con la familia Roldós le unía una antigua amistad y Jaime había sido su alumno en la Universidad de suerte que al triunfar en la primera vuelta creyó por delicadeza que ya no eran necesarios sus servicios y viajó con su esposa a Europa. En Frankfurt se enteró de la abrumadora mayoría obtenida en la segunda vuelta y le puso un Cable de felicitación.

De nuevo en el país le fue propuesto el 

Ministerio del Trabajo que desempeñó brillantemente desde el 10 de Agosto del 79 hasta el 7 de Febrero del 80 en que por renuncia del titular Roberto Dunn Barreiro pasó a ocupar la cartera de Gobierno en medio de un general

estado de agitación política; pues, el líder populista Asaad Bucaram, desde la presidencia del Congreso Nacional, hacía una tenaz oposición al régimen y el país se encontraba políticamente dividido por esta pugna por el Poder.

Feraud Blum heredó la contienda y su posición ideológica francamente izquierdista definió la política del régimen, pero fue atacado duramente por Bucaram quien le tildó de jefe de los Chuchumecos (partidarios de Roldós) mientras éstos contestaban acusando a sus contrarios de Bucaramecos. Entonces Roldos empezó a amenazar con un Plebiscito que indudablemente hubiera desestabilizado la democracia que empezaba a vivir el país. “Los Patriarcas de la Componenda”, es decir, los jefes de la oposición en el Congreso, siguieron impertérritos y en tales circunstancias el 24 de Mayo de 1981 ocurrió el trágico fallecimiento del Presidente Roldós en un accidente de aviación y subió al poder el Dr. Oswaido Hurtado Larrea, quien le mantuvo en el Ministerio de Gobierno, pero sin el apoyo férreo que antes había gozado durante la presidencia de Roldós pues así era la postura política del nuevo mandatario.

Esa circunstancia hizo que algunos congresistas     denominados      de la convergencia democrática, capitaneados por el Ing. León Febres Cordero, plantearan un Voto de Censura al Ministro Feraud Blum, aduciendo para el efecto el affaire de las muñecas de trapo “compradas por el Ministerio de Gobierno en la navidad del 80 para reparto en la policía y que habían sido rechazadas por éstos debido a su escaso valor.” Lo que no se pudo probar fue la existencia de peculado en la compra de manera que la honorabilidad del Ministro salió incólume. (2)

Un Asunto tan trivial, que en cualquier país del mundo hubiera pasado desapercibido, sirvió de detonante político y a la postre la oposición logró el tan ansiado voto. Feraud Blum tuvo que renunciar el 14 de Septiembre de 1981 y volvió a su actividad profesional, acatando una injusta resolución con la entereza moral de  los espíritus superiores. Formal, 

frió, a veces demasiado objetivo, flemático, así le definió un periodista tras sostener un diálogo en su elegante estudio profesional, reconociéndole, eso sí, su sincero y decidido patriotismo.

Entonces el partido Demócrata le solicitó que encabezara la lista para Diputado Nacional por el período 1984-

88 y realizadas las elecciones salió triunfador con la más alta votación. Posesionado de su curul no intentó tomar desquite contra el nuevo Presidente Febres Cordero, autor de su destitución como Ministro, por el contrario, brilló a gran altura por la dinámica que impuso al desarrollo de la legislación con un sentido innovador y altamente humanista y fue designado Vicepresidente del Congreso. Luego ocuparía   la   Vicepresidencia    de la Comisión de Codificación y las presidencias de las Comisiones de Excusas y Calificaciones, y la de lo Civil y lo Penal.

Su figura había adquirido características    excepcionales    y se rumoraba con insistencia su candidatura presidencial. El candidato de la Izquierda Democrática Dr. Rodrigo Borja Cevallos buscaba con insistencia formar binomio con Carlos Feraud Blum. Tal su popularidad y general aceptación y respeto. Mas, en Septiembre del 87, comenzó a sentir una ligera inflamación al cuello y aprovechando la celebración de un Congreso Internacional de Juristas en La Habana, viajó en representación del Ecuador y al término de las sesiones se hizo examinar en el Hospital de los hermanos Ameijeiras de la calle de San Lázaro, habiéndosele localizado un pequeño nódulo cerca de las glándulas tiroides. Cuando ingresó se hallaba en la plenitud de sus facultades. Yo le fui a visitar pues me encontraba en esa capital como adjunto de prensa por el diario “Expreso” de Guayaquil, en la gira que realizaba la primera dama, Maria Eugenia Cordovéz de Febres-Cordero, quien subió hasta el piso 11 donde se encontraba asilado y conversaron breves minutos.

Al día siguiente fue operado por el Dr. René Vallejo quien le extirpó un tumor canceroso, de los más malignos, en la glándula tiroide posterior. Cinco días después le dijo: “Carlos. Haz salido muy bien de tu operación y quiero que te hagas unas radiaciones por si acaso hayan quedado algunas células degenerativas,” dorándole la píldora,

pues bien conocía el galeno que el caso era perdido y sometido a una radiación diaria durante veinte días, al llegar al décimo segundo notó que le faltaban las fuerzas.

Desde su operación se había venido expresando por escrito y como presintiendo algo malo le susurró a su esposa “Yo no le tengo miedo a la muerte pero me preocupa dejarte”.

A los pocos días le visitó el Presidente del Congreso Dr. Jorge Zavala Baquerizo en compañía de su esposa Carolina Egas Núñez. Las dos parejas pasearon por la ciudad que el ilustre enfermo no había tenido tiempo de conocer y al llegar el momento de despedirse él exclamó “Compadre. Su visita me ha servido de gran consuelo” y no pudo seguir porque empezó a llorar. A todos se les saltaron las lágrimas, la escena fue conmovedora.

Al día siguiente amaneció afiebrado y el Dr. Vallejo le internó nuevamente en el Hospital. Isabel llamó a sus hijos, que se trasladaron en un avión de la presidencia de la República, arribaron la tarde del viernes 27 y el sábado 28 le trajeron en camilla a su casa en Guayaquil.

El fallecimiento ocurrió dos días después, el lunes 30 de Noviembre de 1987. Tenía solamente sesenta y cuatro años de edad. El Plenario de las Comisiones Legislativas resolvió designar con su nombre a la Sala de Sesiones de la referida Comisión de lo Civil y lo Penal, como justo reconocimiento por las importantes acciones que había cumplido.

Fue un abogado valeroso y a tiempo completo que aprovechaba las noches, los sábados enteros y los domingos de mañana para poner en orden su oficina y estudiar las materias que dictaba con mucho amor en las Universidades.

Tuvo talento, contracción para el estudio, carácter amable y trato gentil. Gracioso en sus ratos de expansión pero exigente y serio con sus alumnos, como debe ser un buen profesor. Amaba la vida y disfrutaba cumpliendo con su deber. En los Congresos legisló sobre la mujer para lograr su independencia dentro del matrimonio.

  1. (1) Las reformas de 1970 al Código Civil eliminaba la discriminación a la mujer en las relaciones personales matrimoniales y en el régimen patrimonial conyugal. La defensa de esas reformas estaba dentro de la línea progresista de Feraud Blum y porque tales reformas habían sido impugnadas por el sector más reaccionario del gremio de abogados. Es menester acotar que como Diputado en 1985 propuso un nuevo proyecto que ampliaba a las Reformas de 1970 y que aprobado en primer debate hubiera sido ley de la república de no haber mediado la muerte de su autor, lo cual hizo que el susodicho proyecto fuera tergiversado y mutilado para finalmente ser echado al  cesto de papeles viejos del Congreso Nacional, donde aún debe dormir el sueño de los inocentes. De suerte que su muerte impidió al país tener un valiosísimo Código de la Familia, como eran las miras de sus últimos años. Feraud Blum comprendió que la dependencia de la mujer ecuatoriana es parte del atraso vigente y su liberación un esfuerzo que todos debemos realizar.
  2. (2) Las muñecas de trapo jamás fueron importadas por el Ministerio de Gobierno como todo el país lo supo. Cuando se produjo la protesta de los policías porque no les gustaron las muñecas de trapo, la honorabilidad de Feraud Blum quedó a salvo y su extrema caballerosidad le hizo guardar silencio, llevándose el “secreto a voces” a la tumba pues quien cambió los juguetes importados por el Ministerio por las muñecas de trapo para los Policías fue nada menos que una persona de la Casa Presidencial. Finalmente cabe aclarar que los juguetes pasaron a poder de los comités roldosistas del suburbio guayaquileño y que las muñecas de trapo habían sido importadas por orden de la Primera Dama de la nación.