GRAMATICO.- Nació en Cuenca el 7 de Noviembre de 1854. Hijo legítimo de Francisco Febres – Cordero y Montoya, trashumante, aventurero, de carácter inquieto y formación liberal, varios años residente en New York, luego regresó a Guayaquil y enseñó inglés, se cansó y viajó a Cuenca donde ganó la vida como profesor de ese idioma, allí lo matrimoniaron con Ana Muñoz Cárdenas, a la que abandonó luego de tener tres hijos – uno de los cuales murió a poco de nacer – para viajar a Lima donde fue padre de Benjamín Febres – Cordero Santillán. Nuevamente en Guayaquil trabajó en la Casa Luzarraga el 69 que hacía las veces de Banco. En 1872 pasó a ser Gerente en el Banco del Ecuador pero renunció el 74, hizo oposición a la dictadura de García Moreno, sufrió un confinio, se reconcilió con su esposa y hasta llegó a cartearse con sus hijos, pero falleció joven aún en 1882 a causa de una dolencia cardiaca, Francisco nació patizambo o cascorvo – tenía los pies metidos hacia adentro y doblados – porque según se dijo entonces, durante el embarazo, su madre contemplaba el diario paso por la calle de un negro tullido y esto se le grabó en la mente.
De niño jugaba en los tres patios de la amplia casona de sus abuelos maternos hoy convertida en Palacio Arzobispal de Cuenca, con sus primos hermanos los Muñoz Vernaza y Vega Muñoz, Su aspecto físico era desmadrado por delgado y feucho por carilargo y narigón (esto último le venía de su madre que tenía una nariz andina) en lo psicológico era tímido yretraído a causa de su dificultad para caminar y de un asma que le ocasionaba contínuos ataques de asfixia y que no le abandonaría nunca, A los cinco años, una mañana que se encontraba en el patio viendo un rosal, gritó a una tía que había visto a una señora muy hermosa, I cuando le fueron a socorrer encontraron que se había parado y caminaba por primera ocasión ya que antes no lo había podido hacer debido a la deformidad de sus pies.
Recibió las primeras letras de su tía Asunción Muñoz de Cueva, a) la Azhuquita, ingresó al colegio Seminario y tras conocer a los Hermanos Cristianos de la Salle que acababan de arribar a Cuenca traídos por García Moreno, la mayor parte franceses y con fama de excelentes maestros, se entusiasmó con ellos y decidió ingresar a esa comunidad, pero como su madre se oponía tenazmente fue necesaria la intervención del presbítero Miguel León Garrido para que diera su consentimiento, Francisco adoptó el nombre de hermano Miguel a los catorce años y fue trasladao a Quito para evitar los asaltos maternos contra su vocación, Su padre se encontraba lejos de Cuenca y al saber su resolución dejó de escribirle aduciendo que estaba resentido porque no le había consultado.
Pronto destacó como alumno inteligente y fue designado monitor de su clase compartiendo el trabajo de sus profesores, en 1869 le entregaron la tercera clase de niños en el Colegio de la Sagrada Familia de Quito, En 1871 fue ascendido a inspector de las clases inferiores, empezó la redacción de textos escolares y tradujo del francés el Reglamento para los alumnos denominado “Conduites des escoles”. Por entonces se requería una Gramática de la Lengua Castellana para la enseñanza a nivel escolar, Varios profesores se dedicaron a escribirla y formó parte de ese grupo, corriendo la revisión de los originales a cargo del Dr, Modesto Espinosa en 1873, La Gramática se imprimió en París el 75 en 781 págs, con pasta de pergamino, un Compendio y un Epítome, por ello se la conoce como “Gramática de Pergamino”, Fue editada en los talleres de Víctor Gouphy como “elaborada por los hermanos de las Escuelas Cristianas”, impresición que ha originado numerosas polémicas sobre su real autoría y en la portadilla dice:
Gramática de la lengua Castellana con un método de análisis gramatical y lógico, seguida de algunas nociones de literatura, para el uso de las clases superiores de instrucción primaria y para los colegios y liceos de la República del Ecuador, por los hermanos de las Escuelas Cristianas, El Consejo de Instrucción Publica del Ecuador la aprobó como texto oficial y de ella se han hecho algunas ediciones, adaptaciones y compendios, Hasta hace algunos años se creía que su único autor era el hermano Miguel pero ahora se reconoce que no todo el libro es suyo, aunque si lo más importante, lo medular, al decir de Hernán Rodríguez Castelo, siendo lo restante de la autoría del hermano Artemán León y quiza de algún otro hermano francés.
En 1872 tomó a su cargo una cátedra en la clase especial y en el curso comercial iniciado para formar futuros profesores, que sirvió de preparación para las Escuelas Politécnicas. El 18 de Diciembre pronunció sus primeros votos, En 1874 fue Procurador del establecimiento, profesor de Cadetes y comenzó a escribir la “Gramatiquilla infantil” cuyo mayor mérito fue haber realizado algunas innovaciones de acuerdo con los adelantos expuestos años atras por Andrés Bello pero dentro del modelo pedagógico confesional, También tradujo del francés la vida del venerable Juan Bautista de la Salle de Armand Ravelet, para su impresión de lujo en París y una mayor divulgación de la vida del fundador de las Escuelas Cristianas, Ese año intercedió ante su amigo el dictador García Moreno a fín de obtener la libertad del Dr, Rafael María Arízaga Machuca amigo de su padre y esto le sirvió para reconciliarse con él, “que echó el velo sobre pasadas frialdades”, pero el 11 Mayo del año siguiente el mismo padre del hermano Miguel fue capturado y confinado a Babahoyo lo que motivó una nueva gestión suya para lograr su libertad,
En 1879 pronunció los Votos trienales y el 8 de Diciembre del 82 profesó como Hermano Cristiano, Desde entonces tuvo a su cargo la preparación de los niños para la Primera Comunión, empezó a escribir numerosos textos pedagógicos que aparecían como parte de la Colección G, M, Bruño, siendo suyos la Historia Sagrada, la Gramatiquilla, el Compendio que dividió en tres partes: el curso elemental, el medio y el superior, así como la Clave de cada tomo paa uso del superior; la Aritmética, el Catón, El Silabario Infantil, etc, Del Compendio se ha dicho que contiene reglas y preceptos, autorizados con citas de autores españoles e hispano americanos y cada cinco lecciones terminan con dos refranes escogidos de la preciosa colección que ordenó y anotó el ilustre preceptista catalán Coll y Vehi.
En 1885 colaboró en la revista literaria “El Progreso” de Cuenca.
En 1887, queriendo premiar sus méritos, sus superiores lo enviaron a Europa para la canonización de Juan Bautista de La Salle, Viajó acompañado con Carlos Rodolfo Tobar, En Paris conoció a Rufino José Cuervo. En Roma entregó un óleo de tamaño natural de García Moreno, que los parientes del dictador enviaron de obsequio al Papa y este tuvo la tontera de aceptar y hasta de hacerlo colocar en un ala del Palacio vaticano.
En 1889 estuvo de vuelta y polemizó en el diario “El Horizonte” de Portoviejo donde habían afirmado que los libros de los hermanos eran textos en francés con palabras castellanas y que uno de Aritmética estaba errado, De entonces es su “Defensa de los hermanos de las escuelas cristianas,” réplica vivaz, minuciosa.
En 1891 publicó en la revista “El Sagrado Corazón” un compendio de la vida de La Salle titulado “Flores de los Santos”. Ese año fue designado Inspector del Pensionado del Colegio de la Sagrada Familia de Quito, profesor de Gramática y encargado de la vigilancia de los seminternos y se editaron en París su pequeño texto de “Geografía de la República del Ecuador”, en cuarto, en 60 págs, sus “Nociones elementales de Geometría aplicada al dibujo lineal” como guía para profesores en 31 págs, y como texto para los alumnos en 108 págs.
El 2 de Agosto de 1892 ingresó a la Academia Ecuatoriana de la Lengua y leyó su discurso titulado “Influencia del cristianismo en la moral, en las ciencias y en las artes” demostrando un increíble desconocimiento del mundo no cristiano, sobre todo de la Europa de su tiempo, falla garrafal en todo un académico aunque fácil de explicar por el atraso que se vivía en Quito donde el oscurantismo era lo normal. El Discurso fue publicado poco después en 60 págs. Existe otra edición de 1942. Al advenimiento de la revolución liberal en 1895 sufrió por la imprudente conducta del hermano Superior, que siendo extranjero osó enfrentar al sistema, oponiendose a que una delegación de estudiantes fuese a saludar al Presidente de la República Eloy Alfaro. Los hermanos tuvieron que abandonar la casa donde funcionaba el Colegio, que era de propiedad del Estado. Unos buscaron asilo en diversos conventos, la mayoría eran franceses y se hospedaron en la sede de su país. El hermano Miguel pasó a la Escuela de Artes y Oficios de los Salesianos y de allí salió con el hermano Alfonso a fundar el Instituto de La Salle, también conocido con el nombre de El Cebollar, por cuanto en dicho terreno había ^ existido con anterioridad un extenso campo de cebollas.
El mismo año 95 salió impreso su texto “Elementos de Literatura por los hermanos de las Escuelas Cristianas” en 221 págs. que vio una segunda edición en Bogotá en 1897 en 352 págs. conteniendo los siguientes capítulos: Elocuencia, Composición Poética, Retórica. Diversos géneros de Oratoria.
En 1899 entró en nuevas polémicas a través de “El Ecuador Literario” con el fraile agustino Valentín Iglesias, de nacionalidad española, quien había criticado las impropiedades del habla quiteña y cuencana y escribió “¿Podemos defendernos?”
En 1900 volvió a tomar la pluma y en el Boletín Eclesiástico replicó en varios artículos a “Benvenuto”, seudónimo de Manuel J. Calle, quien había criticado al Dr. Modesto Espinosa, amigo del Hermano Miguel, comparándo varios escritos suyos con otros de Juan Montalvo. El Hermano Miguel hizo ver varios defectos gramaticales en Montalvo. Le replicó Calle diciendo:
Sabe mucha gramática y por eso es profesor primario. Ese año recibió las Palmas Académicas de Febrero, de solamente cincuenta y cinco años de edad, a la misma hora en que su hermana le escribía una carta en Guayaqui1, misiva que no pudo concluir porque inexplicablemente se le regó el tintero sobre el papel.
La orden lasallana decidió obtener su santificación en Roma a cualquier precio por alto que fuere y asumió todos los gastos. En 1913 el hermano Paul Joseph escribió una biografía en francés titulada “Un religiux equatorien”. El 9 de Febrero de 1923 el Arzobispo Manuel María Pólit inició el proceso informativo en Quito y en Cuenca sobre la vida y virtudes del hermano Miguel, el 13 de Noviembre de 1935 Pío XI firmó el Decreto de introducción a su Causa de Beatificación, el 30 de Octubre de 1977 Pablo VI aprobó su Beatificación y Juan Pablo II le canonizó en Roma el 25 de Junio del 89 asistiendo a la ceremonia numerosos ecuatorianos, entre ellos su pariente el Presidente de la República León Febres Cordero Rivadeneyra y su esposa. Tuvo una genial disposición para escribir textos para escuelas y colegios. Su producción asciende a más de cincuenta títulos, por eso influyó grandemente sobre la juventud ecuatoriana de su tiempo a finales del siglo XIX e inicios del XX. “Era de buen comer, sobre todo de pan, pero no gustaba extralimitarse en la mesa. Con permiso de sus superiores usaba rapé para despejar la cabeza porque sufría de continuas neuralgias.
Aseado y pulcro en el vestir, de buenos modales, mirada profunda e inteligente, aunque siempre baja en señal de humildad. Acostumbraba afeitarse solo una vez a la semana para ahorrar tiempo y energías. En los recreos y con los educandos gustaba de chascarrillos decentes, charadas, enigmas y adivinanzas. Hablaba inglés francés, latin, italiano y alemán. Delgado como el que más y cargado de espaldas. Difícil para caminar porque cojeaba (tenía los pies torcidos para adentro, grandes y desiguales) que lo obligaban a usar zapatos enormes que aún se conservan en Quito como sus más preciadas reliquias. Su rostro era de una blancura mate, fino, un tanto largo e iluminado por la luz singular de la inteligencia que irradian los ojos claros y penetrantes”.
Sus maneras exquisitas. Sus manos frágiles, delicadas, delgadas y algo temblorosas. Hizo poesía religiosa pero no fue buena – realmente fue bobalicona, superflua y malísima – y le costaban mucho trabajo. Con los demás era servicial, amable, sonriente y afectuoso, al punto que su fama de bondadoso fue conocida en vida.
Su persona era popularísima en la capital. Se cuenta que en cierta ocasión unos ladrones le hurtaron la mula que solía montar y al enterarse que era la del hermano Miguel corrieron a devolvérsela, con las disculpas que son del caso suponer en esa clase de “errores”. “Su mejor agrado era la preparación de los niños para la primera comunión ¡Con cuanto amor lo hacía y que grandes recursos empleaba! El día esperado por cada niño que caía en sus manos, era, en verdad, el día del encuentro con Dios.”
El Arzobispo González Suárez apreciaba su talento. Un día lo vio pasar en el claustro alto del convento de la Merced y dijo:
Este lego es más valioso que todos los hermanos de La Salle. Tuvo un leal amigo llamado Belisario Peña, muy mayor a él en edad, escritor y poeta conservador que fue como el padre que no le acompañó y por eso le decía: Mitad del alma mía. En la Literatura hispanoamericana no conozco nada que pueda rivalizar en claridad, método, precisión y doctrina personal con el hermano Miguel, dijo Honorato Vásquez en uno de sus libros, posiblemente refiriéndose a que era un magistral realizador de textos primarios, exageraciones de esta laya no eran escasas por entonces en el Ecuador, pues el propio Hermano Miguel en carta de 1903 dirigida a su amigo el Hermano Damián residente en Buenos Aires, con quien intercambiaba libros, escribió lo siguiente: Le envío dos ejemplares de una hermosísima poesía a nuestro Santo fundador; composición del señor Belisario Peña, afiliado a nuestro instituto y sin lugar a dudas el mejor poeta en lengua castellana de la época actual, tanto por la forma como por el contenido.
Su biografía fue publicada en 1974 por el hermano Eduardo Muñoz Borrero con el título de “Por el camino recto con los pies torcidos”. Su obra gramatical fue extensa, tanto en la cátedra como en su producción editorial. Lamentablemente no tuvo un pensamiento moderno ni se interesó por los problemas de su contemporaneidad, enfrascado como estaba en textos infantiles y traducciones del francés que le ordenaban sus superiores. En vida siempre fue un trabajador insigne y muerto constituye un ícono publicitario pues se le ha calificado de santo y sabio. Lo primero por su ortodoxia, entrega y obediencia, lo segundo por sus conocimientos gramaticales y la utilidad de sus numerosos textos, maravillosos por sus adaptaciones pedagógicas.
En plena guerra civil española sus restos fueron buscados en 1 937 en el colegio de Premiá del Mar, que acababa de ser incendiado por los republicanos españoles. Quien se interesó fue el cónsul ecuatoriano Colón Serrano Murillo que los embarcó con destino a Guayaquil, mas el vapor hizo trasbordo en el canal de Panamá y el ataúd no arribó el día anunciado, quedando chasqueada la nutrida comitiva de recepción venida de Quito y Cuenca. Este incidente le trajo consecuencias al Cónsul, quien no tenía culpa alguna pues el trasbordo fue una decisión de último momento asumida por la Compañía de Vapores. Finalmente llegaron los restos a Guayaquil con una semana de retraso y fueron transportados en tren a la capilla de La Magdalena que los Hermanos Cristianos tienen en Quito.