ESCULTOR. Nació en Carrara, Italia, hacia 1850 y habiendo demostrado inclinaciones por la escultura desde su mas temprana edad, fue matriculado en la Academia y logró titularse de Maestro hacia 1881, fecha en que pasó casado a Guayaquil, trayendo a su hijo Augusto de seis años.
Primero habitaron un departamento bajo en la calle Mejía donde se hizo conocer por su arte. En 1882 fue contratado por la Municipalidad para diseñar la entrada principal del Cementerio General de la ciudad y presentó los planos del sector de la Puerta Tres, que fueron aprobados y dieron vida a ese lugar. Faggioni hizo plantar las dos filas de palmeras, cuyas semillas había sido traídas de las islas Canarias en las costas del noroeste del África por Jaime Puig Mir para el Ingenio San Pablo cerca de Babahoyo; después delineó las dos filas de Mausoleos, reservando el espacio final a la tumba de Rocafuerte. Los trabajos duraron cerca de medio siglo, pues tuvo a cargo todas las adecuaciones del Campo Santo hasta su partida de regreso a Italia.
Sus primeros trabajos fueron encargados por ciudadanos italianos residentes en Guayaquil. De esa época es el Mausoleo de Juan Bautista Bonín y familia, ubicado el primero a mano izquierda de la Puerta Tres. Lamentablemente Faggioni no acostumbraba firmar sus obras y es por ello que recién en 1898 aparece su nombre al pie del Mausoleo de Pedro Aurelio Aspiazu Sedeño, una obra relativamente sencilla pero muy hermosa consta de dos columnas truncas que simbolizan la vida rota. Al pie y en actitud doliente, una hermosa doncella de larga cabellera, prerafaelista y medioeval, sostiene una palma en su mano derecha. El conjunto descansa sobre una base y el túmulo aparece adornado por cuatro bajo relieves alusivos a la vida del personaje fallecido.
En 1900 construyó el Mausoleo de la familia de Efrén Aspiazu Sedeño que consta de un templete de mármol sobre el que reposa un grupo escultórico formado por dos figuras infantiles, un angelito apoyado en una Cruz sostiene un ancla y un niño se recuesta sobre hermosas cobijas. Flores marchitas yacen a sus pies. Todo el conjunto revela un exquisito gusto para el detalle, así como la mano de un artista que supo comprender el dolor de esos padres, ante la pérdida irremediable del hijo.
En 1905 le contrataron para esculpir la estatua de Pedro Carbo en mármol blanco. La base en mármol gris debía ir presidida y adornada con la musa de la Historia en mármol blanco. El 10 de Agosto de 1907 se inauguró el parque rodeado de pequeños jardines y el 8 de Diciembre de 1909 los guayaquileños pudieron apreciar en todo su esplendor el hermoso trabajo de Faggioni.
En 1913 regresó a Carrara con su esposa y cuatro hijos solteros, dejando en Guayaquil nueve hijos más, en la casa de madera de su propiedad, ubicada en Escobedo entre 9 de Octubre y Vélez, que luego se vendió para repartir.
Su vuelta a la Patria coincidió con una afección al hígado que le venía causando numerosas e incesantes molestias, pero aunque consultó con los mejores médicos de la región de Carrara, siendo su mal posiblemente de origen amebiano, no supieron tratárselo y falleció pocos meses después, en 1914, en su ciudad natal.
Uno de sus últimos trabajos fue el Mausoleo de Lautaro Aspiazu Sedeño que se inauguró en 1920 y consta de un templete de mármol, ornado de guirnaldas entrelazadas y varios medallones con las efigies de sus ocupantes, terminado en una ánfora velada de cortinajes. Una figura de ángel con las alas extendidas y señalando con una mano al cielo, corona el conjunto, que es de proporciones mayores. Las vestiduras han sido tratadas con detalle, pero dada la profusión de elementos -muchos de ellos superpuestos- el conjunto de por sí grande en proporciones, no llega a tener la solemnidad requerida en esta clase de trabajos.
Faggioni antecedió a Enrico Pacciani, escultor que también logró crear figuras y conjuntos de inigualable belleza en el Cementerio General de Guayaquil, en once años.