ESPINOSA TAMAYO LUIS

QUÍMICO. Nació en Guayaquil el 8 de Junio de 1893 siendo sus padres legítimos Joaquín Espinosa Baquero, comerciante quiteño y Dolores Tamayo Terán natural de Chanduy y hermana del Dr. José Luis Tamayo, Presidente Constitucional de la República (1920­24).

Su padre era comerciante y poseía una embarcación a vela en la que hacía frecuentes viajes a las costas del norte del Perú. En uno de ellos murió de fiebre amarilla y cuando su esposa supo días más tarde la infausta noticia, dio un grito y cayó al suelo desmayada, muriendo de un violentísimo infarto. Recibió las primeras letras en la escuela de las señoritas Gallegos Naranjo, luego estudió en su casa con profesores particulares y finalmente la secundaria en los colegios San Gabriel de Quito y Vicente Rocafuerte de Guayaquil, donde se graduó de bachiller en abril de 1912 con sobresaliente.

Ese mismo año fue becado por el gobierno del General Leonidas Plaza para estudiar química cinco años en la Universidad de Lausana (Suiza) posteriormente practicó en el Instituto Pasteur de París y en los Laboratorios Municipales de la ciudad luz. En 1917 regresó al Ecuador como Químico Analítico, Doctorado en Ciencias Naturales (Física y Química) y revalidó su título mediante exámenes teóricos y prácticos rendidos en la Universidad Central, pues en la de Guayaquil aún no existía dicha especialidad.

En 1918 inició la enseñanza de Química en nuestra Universidad siendo designado profesor de Química Biológica. En 1919 pidió y obtuvo del Consejo Universitario la fundación de la Escuela de Farmacia, adscrita a la Facultad de Medicina, siendo los primeros profesores Aquiles C. Rigail, Carlos A. Rolando y Luis Espinosa Tamayo y se adquirieron los aparatos necesarios para la instalación de un laboratorio de química, inaugurado en 1922. También se dedicó a la docencia con gran fervor, habiendo desempeñado diversas cátedras por el lapso de cuarenta y cinco años.

Desde 1 920 trabajó de asistente en el Laboratorio Municipal realizando análisis de calidad de los alimentos y publicó “El consumo higiénico de los alimentos en la ciudad de Guayaquil”, folleto que se repartió gratuitamente para su divulgación nacional donde expuso sus experimentos para determinar el grado de descomposición a base del uso del papel impregnado en acetato de plomo. Fue el descubridor del parásito trichina Spiralis en las carnes de cerdo que se consumían libremente en Guayaquil. Igualmente observó al plasmodium falcipar que se presenta en los casos de paludismo y ataca el tejido hepático. Otros trabajos suyos fueron publicados en la Revista Médica de la Sociedad Médico Quirúrgica del Guayas. El 25 figuraba en la plana mayor de los socios del Guayaquil Tennis Club que jugaban los fines de semana en la cancha del barrio del Astillero.

En 1930 presentó varias ponencias en el Congreso Médico Nacional, principalmente sobre el aprovechamiento de las aguas del río Daule, probando que era relativamente fácil su potabilización a base de filtraciones y del uso del cloro y sulfato de aluminio, método que luego fue puesto en práctica por la compañía White y aún se sigue usando en la estación de “La Toma”.

Fruto de sus experiencias en el Laboratorio Municipal fue un interesantísimo folleto con ilustraciones relacionadas con las medidas de higiene que se debían adoptar en la producción, transporte y consumo de leche, reproducido con elogio en la Revista de Hacienda de Washington, donde se lo recomendó como modelo para los países latinoamericanos y en el Diario “El Comercio” de Río de Janeiro, pues ese método, de stazanización de la leche inventado en Italia, había dado muy buenos resultados en Straburgo (Alemania) y a partir de entonces se había divulgado por el mundo y era lo más aconsejable en ciudades de clima cálido como Guayaquil. La Municipalidad aceptó la propuesta y en 1935 lo designó Químico y Director Técnico del Laboratorio; función que desempeñó brillantemente instalando la planta stazanisadora al frente de la vieja casona y desde entonces comenzó a venderse la leche en botellas de cristal de 1/4 y 1 litro, facilitándose el consumo.

El 37 se retiró para instalar la botica Eloy Alfaro en Eloy Alfaro y Letamendi que funcionó hasta 1942. Por entonces dictó la novísima materia de Industrias Agropecuarias en la Facultad de Agronomía y Veterinaria y Química Aplicada, Geología y Mineralogía en la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Guayaquil.

Posteriormente fue designado Químico de la Aduana, de la Oficina Agropecuaria del Litoral y del Banco

Central para análisis de oro. En 1948 recibió la Medalla al mérito de primera clase. En 1957 concurrió como representante de la Universidad de Guayaquil al Simposio de Energía Nuclear en Brookshaven (USA) sobre aplicación de la energía nuclear con fines pacíficos y tuvo la oportunidad de iniciar una nueva profesión, la de introductor en nuestro país del conocimiento atómico. Con tal motivo visitó los centros más importantes en esa materia, tales como el de Argone, Oak Reach. etc, y obtuvo en 1958 del Dr. Antonio Parra Velasco. Rector de la Universidad, la creación de una cátedra para la enseñanza del uso y manejo de los radioisótopos y la fundación del Instituto de Energía Nuclear para dicho uso y enseñanza, inaugurando la cátedra de Física Nuclear y de Aplicaciones de Radioisotopia, estableciéndose contactos básicos con la Universidad de Mayagüez en Puerto Rico. Igualmente consiguió y dirigió el primer laboratorio nuclear del país, que se instaló en la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de nuestra Universidad, dictó cursos teóricos y prácticos entre 1958 y 1964, en que se acogió a la jubilación. El Gobierno Nacional le otorgó la Orden Nacional al Mérito y sus alumnos le rindieron varios homenajes de amistad y simpatía.

De su feliz matrimonio con Maruja Zevallos Jijón son sus hijos Javier sociólogo, casado y con sucesión; José sacerdote salesiano; y María Luisa profesora concertista de piano, viuda de un diplomático norteamericano, que reside con sus hijos en San Francisco de California.

En 1993 cumplió los cien años de edad y recibió en una hermosa velada de celebración en la que participaron sus hijos, parientes y amigos. La Universidad de Guayaquil se hizo presente con un honroso Acuerdo, al igual que la presidencia de la República. Estaba viudo y vivía en su departamento del boulevard frente al Tennis Club. Poco después falleció sin agonía, más bien de vejez.

Siempre fue un atildado caballero de fino trato y mucha lectura. Hablaba fluidamente francés e inglés y en los años cuarenta levantó una hermosa villa en el barrio del Salado donde llevó a vivir con los suyos a su hermana Anita que era soltera.