ENRIQUEZ GALLO ALBERTO

DICTADOR.- Nació el 24 de Junio de 1895 en la hacienda Santa Rosa la Grande de propiedad de su padre, parroquia Tanicuchí, Cantón Latacunga, provincia de Cotopaxi y fue bautizado el 13 de Julio. Hijo legítimo de Luís Cornelio Enríquez Gallo y de su prima hermana Carmen Gallo Almeida, hermana entera del filántropo Alejandro Gallo Almeida quien legó su cuantiosa fortuna a la Universidad Central de Quito para que se estableciera una Escuela para mayordomos de hacienda, que puso a funcionar el Rector Pablo Arturo Suarez en 1933, y del padre Luís Gallo Almeida, S.J, autor de un texto de Literatura Ecuatoriana de escaso contenido crítico pero valioso por las fotografías que trae. Todos latacungueños.

Fue el tercero de una familia de cinco hijos, estudió la primaria en la escuela de los Hermanos Cristianos de Latacunga. El 15 de Enero de 1901, al salir de clase con sus compañeritos, presenció en los terrenos de la hacienda “El tambo de Cuilche” cuando las tropas alfaristas se dirigían a combatir al ejército del Presidente Lizardo García. De regreso a su casa, se presentó con seis amigos dispuestos a mirar la guerra y a recoger casquillos en el tambo de Chasqui, en cuyas llanuras iban a enfrentarse ambos ejércitos, pero el Comandante Rafael Ramos lo increpó duramente por su irresponsabilidad. Sin embargo, Alfaro, que se encontraba cerca, se aproximó y acariciándole la cabeza puso una monedita de oro en sus manos y díjole “Tus parientes han sido conservadores pero tu serás liberal…”El joven Enríquez solo atinó a contestar: Si mi General”.

Meses después de esa aventura entró a estudiar la secundaria en el Vicente León donde siguió los tres primeros cursos. En 1910, de solo quince años, al producirse el conflicto armado con el Perú se presentó al cuartel del batallón Cotopaxi y sentó plaza de voluntario, pero el Comandante Juan José Villacreses lo devolvió al Colegio aduciendo que aún era muy joven. Vuelto a escapar fue al Cuartel del batallón Pichincha insistiendo ante su Jefe el Comandante Sánchez, quien a fuerza de ruegos le enroló como tambor de la unidad y cuando finalizó la movilización general lo licenciaron con el título de Cabo Segundo y regresó a clase. En Julio de ese año hubo consejo familiar y su padre decidió enviarlo al Instituto Mejía de Quito donde concluyó el cuarto año.

En Diciembre de 1911, con motivo de la revolución del General Pedro J. Montero, abandonando definitivamente los estudios ingresó de Cabo Primero del ejército llamado Constitucional comandado por los Generales Leonidas Plaza y Julio Andrade y avanzó a Huigra para atacar a las fuerzas de Flavio Alfaro. El 11 de Enero de 1912 recibió la orden de resistir con tres reclutas al pie de un puente y allí se mantuvo pese al peligro. Después de la acción fue abrazado y felicitado por Andrade. Al concluir la campaña fue licenciado como Sargento Primero. Años después contaba la siguiente anécdota: Un recluta muy joven le preguntó antes de la acción, qué había que hacer para no huir porque estaba con mucho miedo. Yo le contesté en broma: Amárrate las piernas. El recluta así lo hizo y resistió en su puesto de combate. Al finalizar la acción le retiraron en una camilla porque había sido herido, pero mostraba en su rostro la satisfacción del deber cumplido       ”

El 28 de Enero de ese año le tocó presenciar en Quito el arrastre de los Alfaro. Entre 1912 y el 13 siguió un Curso en la Escuela de Aplicación para Militares inferiores bajo las órdenes del Coronel de nacionalidad chilena Luis Cabrera y al concluirlo recibió el grado de Subteniente, viajó a Esmeraldas como Alférez de Caballería del Ejercito en el escuadrón Yaguachi e intervino en la campaña contra el General Carlos Concha. En 1915 regresó a Quito, ascendió a Teniente en el Instituto inferior de Aplicación con el cargo de Ayudante. El 18 recibió los despachos de Capitán e Instructor de la Escuela Militar, fue enrolado en el famoso Escuadrón Cazadores de los Ríos, triunfó en diferentes Concursos hípicos y por su contextura atlética y afición a los caballos se le consideraba el mejor jinete del país. Entonces fue destinado a combatir el cuatrerismo en las provincias de la costa. El 26 de Mayo de ese año contrajo matrimonio con Piedad Portilla Castro de quien divorciaría años después con dos hijos.

Entre 1919 y el 20 desempeñó la Inspectoría de estancos en las poblaciones de Angamarca y Corazón. El 20 fue reincorporado al Batallón Imbabura No. 9. A principios de Noviembre de 1922 fue trasladado a Guayaquil y el día 15, cumpliendo órdenes del Jefe de la Zona Militar, General Enrique Barriga Larrea, salió a patrullar la ciudad. A la altura de la Avenida Olmedo su escuadrón tuvo un encuentro con varios grupos obreros y ordenó disparar al aire para amedrentarlos pero fueron contestados con piedras, resultando heridos el Corneta y el Teniente Matías Ulloa que cayeron de sus cabalgaduras. Enríquez ordenó cargar a sable y bayoneta y en la refriega fue herido en la clavícula izquierda logrando dispersar a los obreros hasta la calle Chimborazo, donde halló a Barriga que acudía con refuerzos. Como resultado quedaron algunos cadáveres tendidos en el pavimento. Después comenzaría la matanza indiscriminada de obreros y gente del pueblo que ejecutó el Cazadores de Los Ríos entre obreros y gente del pueblo. Algunos cadáveres fueron despanzurrados a punta de bayoneta y lanzados a las aguas del río Guayas para que no floten ni quede evidencia del crímen colectivo. Nunca se ha podido calcular exactamente el número de muertos, pero se estima que pudieron llegar a más de trescientas, lo cual, sumado al número de heridos, que fueron numeosísimos y algunos de gravedad, dá una idea de la brutal represión militar.

En 1924 asistió al Curso de caballería organizado por la misión Italiana y fue destinado al grupo de caballería No. 1, llamado transitoriamente como “Escolta”, luego le pusieron “Yaguachi”.

En Julio de 1925 se sumó a la revolución que depuso al presidente Gonzalo S. Córdova. La Junta Militar del Gobierno Provisional le ascendió a Mayor de caballería. Era miembro de la Liga Militar establecida en el cuartel del Regimiento “Bolívar” en Quito y el 4 de Marzo de 1927 le tocó sofocar la revolución del General Francisco Gómez de la Torre en el norte del país, con grave riesgo de su vida pues actuó dentro del cuartel de los sublevados. El 28 de Marzo le ordenaron viajar a Chile a terminar una compra de cien caballos y sus correspondientes monturas en cincuenta mil sucres. En junio recibió la Medalla de Antigüedad, fue trasladado a Riobamba como Comandante del Escuadrón No. 4 Febres Cordero. El 30 ascendió a Teniente Coronel y estando de Segundo Jefe del Escuadrón “Yaguachi” conjuró otra sublevación en contra del Presidente Isidro Ayora, quien le tenía gran estimación.

En 1931 fue nombrado Jefe del Regimiento en la hacienda “Remonta” en Cayambe, población que se había alzado contra los gamonales de los contornos y donde imperaba un clima de violencia. Luego pasó a Primer Comandante del Regimiento de Caballería “Yaguachi”.

A fines de Agosto del 32 los principales dirigentes de la Compactación Obrera que apoyaban al candidato presidencial triunfador Neptalí Bonifaz Ascázubi descalificado por el Congreso, le pidieron su apoyo, pero Enríquez lo negó terminantemente. El 28 de ese mes resistió con el Escuadrón a su mando durante la famosa Guerra de los Cuatro Días. El 2 de Septiembre acompañó a los miembros del cuerpo Diplomático hasta la hacienda de sus parientes los Ramos Enríquez, cerca de la población de Lasso al sur de Quito, donde se procedió a discutir el armisticio. Triunfante los constitucionales y ya en Quito, fue condecorado el día 5 por su actuación.

Convertido en uno de los hombres fuertes del régimen del presidente interino Alberto Guerrero Martínez controló el orden en la elecciones de 1933, en las que fraudulentamente triunfó Juan de Dios Martínez Mera. Entonces prestó su colaboración a los Ministros de Defensa Juan Francisco Orellana, Luís A. Jaramillo y a su antiguo Jefe Enrique Barriga Larrea, que se sucedieron en dicho cargo.

En 1934 apoyó al Encargado del Poder Abelardo Montalvo y luego al Presidente José María Velasco Ibarra, pero cuando éste intentó proclamar su dictadura, colaboró en su derrocamiento y propició el ascenso del Ministro del Interior Dr. Antonio Pons Campuzano, quien designó Ministro de Defensa al General Manuel Ernesto Cepeda.

Enríquez y los demás miembros del alto mando convencieron a Pons de que su ascenso al poder había sido únicamente provisional y momentáneo a fin de evitar la anarquía y que debía renunciar o en caso contrario triunfaría en las elecciones recién convocadas el candidato conservador Dr. Alejandro Ponce Borja frente a sus opositores los liberales Carlos Alberto Arroyo del Río y José Vicente Trujillo, que se hallaban divididos.

El 26 de Septiembre de 1935, sin notificar a sus ministros de Estado, el presidente Pons dimitió ante el ejército, en una histórica reunión celebrada en Baños. Enríquez hizo designar dictador a su padrino de bautizo el Ing. Federico Páez, elemento independiente, famoso en Quito por su gracejo y carácter histriónico, quien correspondió el gesto nombrándolo el 25 de Noviembre Ministro de Defensa. El otro candidato a la dictadura, indudablemente más preparado que Páez, fue el Dr. Aurelio Bayas Argudo, abogado competentísimo pero politizado, pues era un antiguo afiliado al partido liberal.

La dictadura civil de Páez comenzó bien pero al poco tiempo y a raíz de la guerra de las cuatro horas, como se conoció a la insubordinación de un batallón en la capital, empezaron las retaliaciones, menudeando las prisiones y persecuciones políticas. El país vivió un clima de violencia como antes no había conocido.

En su cartera Enríquez logró mantenerse con inteligencia y mucha prudencia. El 4 de Agosto de 1937 fue ascendido a General de la República y el día 10 se instaló la Asamblea Nacional Constituyente. Páez maniobró para obtener la presidencia por cuatro años y lo hubiera conseguido dada la venalidad de los Diputados pero las persecuciones políticas y los abusos que se cometían le habían vuelto impopular al punto que se le adelantó el ejército el 22 de Octubre, para poner fin a tanta estulticia, proclamando la Jefatura Suprema de Enríquez Gallo. Se dijo entonces que Páez había exclamado al saberlo “No me sorprende la cosa pues mi ahijado de chico me meó y de grande me cagó…” La verdad es que la dictadura de Paéz en los últimos meses estaba totalmente desprestigiada por el clima de violencia creado a raíz de la tenaz persecución a las izquierdas del país.

Enríquez, en cambio, desde el primer día de su gobierno dictatorial se mostró amplio y generoso, dando garantías a todos los perseguidos. En su Decreto de Posesión ofreció convocar a una nueva Asamblea, elegida en forma democrática por los partidos organizados. Declaró vigente la Constitución de 1906, abolió la represora Ley de Defensa Social, permitió las reuniones políticas, respetó la libertad de prensa y nombró el Gabinete de la siguiente manera: Gobierno: Coronel Jorge Quintana, quien desempeñaba la Gobernación del Guayas. Relaciones Exteriores: Carlos Manuel Larrea. Hacienda: Heliodoro Sáenz. Defensa Nacional: Guillermo Freile. Educación: Francisco Urrutia. Obras Públicas: Luís Herrera. Previsión Social: Víctor Gabriel Garcés. Secretario General: Luís Bossano Paredes. Contralor General: Gabriel Martínez. Procurador General: Francisco Ochoa Ortiz y luego Benjamín Terán Coronel.

En Noviembre del 37, para combatir la inflación y el endeudamiento interno, solicitó al Economista mexicano Manuel López Morín la reforma a la Ley orgánica del Banco Central y otras leyes monetarias. En la Comisión formada tuvo lucida actuación Víctor Emilio Estrada.

Entre Agosto y Diciembre dictó la Ley de Organización y Régimen de las comunas. Ese último mes se atrajo a las izquierdas aprobando el Estatuto Jurídico de las comunidades campesinas que había sido redactado por el Dr. Néstor Mogollón. El 2 de Diciembre formó la Comisión revisora de Legislación: Alfredo Baquerizo Moreno, José Luís Tamayo, Emilio Clemente Huerta, Pablo Maria Borja, Vicente Enríquez, Belisario Ponce, Manuel Tama Vivero, Carlos Ordeñana Cortés, Aurelio Aguilar Vásquez, y Manuel Eduardo Cadena Arteaga.

El 12 de Enero de 1938 fijó para el día 10 de Agosto siguiente la reunión de la Asamblea Constituyente.

El 14 de Enero de 1938 elevó a Luís Bossano Paredes a la categoría de Ministro de Relaciones Exteriores. Apoyó el reclamo de los trabajadores ecuatorianos en Portovelo contra la South Americam Development Co. que los discriminaba y aumentó los impuestos a dicha empresa propietaria de las minas de oro en esa zona, rechazando coimas y otros beneficios que le propusieron a título personal, pues siempre fue honestísimo.

En Febrero dictó la Ley Orgánica del Cuerpo de Carabineros. El 4 de Marzo creó la Escuela Militar de Carabineros. En Abril la Ley de Asistencia social. Luego salieron la Ley de Matrimonio Civil que cambió el status socio económico de los hijos y el Código de Menores, dejando a un lado la vergonzosa clasificación de los hijos en siete categorías, anacronismo tomada del Concilio de Trento de 1563 de la iglesia Católica.

El 7 de Julio limitó la extensión de tierras en manos extranjeras para que la United Fruit que acababa de adquirir la enorme hacienda Tenguel en la provincia de El Oro, no siguiera agrandando sus dominios y delegó en el subsecretario del Interior, José de la Cuadra, la revisión de las escrituras en cada caso. Inclusive, legisló para que los exportadores externos de banano compren hasta el cincuenta por ciento de la producción de los cultivadores nacionales.

El 20 de Julio autorizó la reunión del III Congreso Obrero Nacional, organizado por la Confederación Obrera del Ecuador al que asistieron obreros, artesanos y campesinos de trece provincias que aprobaron la sindicalización obligatoria, la creación de guarderías y casas cunas en los lugares de trabajo y el horario nocturno en las industrias para la mujer obrera. También se exigió la entrega del texto definitivo del Código de Trabajo, muchos meses en estudio, pues había sido objetado por los patronos. El l8 de Julio recibió la visita del presidente de los Estados Unidos Franklin Delano Roosevelt quien arribó a bordo del crucero U. S. Huston manifestando que venía a realizar actividades de pesca deportiv. El 5 de Agosto expidió dicho Código del Trabajo pues tanto él como sus Ministros eran de tendencia izquierdista.

Otras leyes de importancia fueron las de Petróleo y de Educación Superior que reconoció la autonomía técnica y administrativa de las Universidades, la de Escalafón que sirvió tanto a los maestros, etc.

Para concluir el período de dictaduras inaugurado por Velasco Ibarra en 1935 trabajó por una Asamblea Nacional Constituyente donde estuvieren equitativamente representados los tres Partidos Políticos Jurídicamente constituidos (Liberal, Conservador y Socialista) Dichos bloques estarían formados por igual número de Diputados y llegado el momento, tras nueve meses de dictadura, fue electo Presidente de la Asamblea el liberal independiente Dr. Francisco Arízaga Luque.

Enríquez, en gesto muy honroso y cumpliendo su promesa de retirarse del poder y del Ejército, resignó su mando en la Asamblea, se acogió a una parca jubilación tras veinticinco años de servicios. De su gobierno se ha dicho que fue de paz, libertad, progreso social y jurídico y que pasó con honor a la Historia. Los mismos asambleístas así lo reconocieron el 10 de Agosto, mediante voto de Aplauso “como testimonio de honradez, por haber restituido el orden legal de la Nación.” Por eso surgió su nombre para ocupar la presidencia de la República pero algunos diputados se opusieron por haber sido dictador.

Era tan delicado en sus asuntos personales que días antes de resignar el mando entregó a sus principales colaboradores unos pañuelos con las iniciales de cada uno, artísticamente bordados por sus hijas. Gesto que fue considerado propio de su modesta condición económica.

Como llegó a sus oídos ciertas críticas que se habían hecho por su ascenso a General en tiempos de Páez, devolvió el grado a los asambleístas y se ausentó a su hacienda “Siberia” en el cantón Saquisilí de donde no se movió y solo teníoa cuarenta años de edad, viviendo olvidado en los régimes de Mosquera Narváez, Andrés F. Córdova, Julio E. Moreno y Arroyo del Río pero en 1940 viajó por negocios y salud a los Estados Unidos y el 43 a Bogotá.

Tras la revolución del 28 de Mayo de 1944 fue degradado a Coronel por haber sido el creador del Cuerpo de Carabineros en 1937 pero la Asamblea Nacional Constituyente en sesión celebrada el 7 de Marzo de 1945 le rehabilitó. Entonces Velasco Ibarra vetó la resolución por retaliaciones egoístas y a través de su Ministro de Gobierno Carlos Guevara Moreno comenzó a perseguirlo. El 3 de Agosto se anunció que había sido develado un movimiento sudversivo en la capital de Loja, Enríquez fue apresado, se lo condujo al Penal, su segunda esposa Mariana Calderón, natural de Manabí, presentó un recurso de Habeas Corpus y recobró su libertad el día 9.

A raíz de su dictadura del 30 de Marzo del 46 fue deportado con otros políticos de izquierda a Talara en el norte del Perú y de allí siguió a Lima, radicando en esa capital varios meses. El 12 de Agosto de 1947 el Congreso Nacional nuevamente le restituyó el grado de General de la República y el día 25 cayó Velasco Ibarra. En tales circunstancias pudo regresar al Ecuador, arribando en Septiembre a

Latacunga con la aureola propia de todo desterrado político, de suerte que el día 28 le propusieron la candidatura a la alcaldía de esa ciudad, que no aceptó. Vivía en una casita propia cerca del Tennis Club de esa población.

En Mayo del 48 el partido socialista lanzó su candidatura a la presidencia de la República en binomio con el Dr. Carlos Cueva Tamariz y aunque recibieron el apoyo de las izquierdas unificadas perdieron frente al centrista Galo Plaza Lasso.Tenía cincuenta y seis años pero se encontraba sano y optimista. Su segundo matrimonio fue bien avenido y tuvo seis hijos.

En 1956 salió electo Senador por el Cotopaxi y asistió a la Cámara alta por cuatro años hasta que el 60 nuevamente viajó a tratarse en el Hospital Bethesda en el estado de Maryland, USA. y tras larga dolencia falleció en el Hospital Militar de Quito, a las cinco y veinte de la tarde, el 13 de Julio de 1962, de sesenta y siete años de edad. Sus restos fueron velados en el interior del Palacio Presidencial y está sepultado en la Cripta de la Iglesia de la Paz.

Alto, delgado, marcial en todas sus actividades. Piel canela clara, pelo negro, nariz y orejas grandes. Carácter muy dado a las chanzas y bromas aunque a veces perdía los estribos y cometía pequeños excesos de los que pronto se arrepentía y hasta se disculpaba. No fue un ambicioso de poder o de dinero. Quiso cambiar las estructuras del país y modificar la política tradicional, cayendo en la rutina constitucionalista que a nada condujo en la década de los años treinta. Su mayor aporte en favor del desarrollo jurídico del país fue la Ley del Matrimonio Civil y los Códigos de Menores y de Trabajo. El Dr. Gualberto Arcos, en una obra magnífica titulada “Años de Oprobio” ha escrito “Caído Enríquez la maledicencia criolla le acribilló. Fuerza es reconocer que su gobierno, si no fue un dechado de capacidad como estadista, estuvo guiado por un honrado deseo de mejoramiento nacional y aún cuando fue netamente militar, los derechos ciudadanos fueron respetados. A nadie se encarceló, hostilizó, ni persiguió. La misma oposición fue respetada, sin embargo de la acritud que usó.” En cuanto a sus realizaciones materiales, Arcos continúa “Clausuró los subpuertos sin control del estado, que el oro de las compañías extranjeras y las gestiones de Carlos Arroyo del Río alcanzaron de gobiernos anteriores; anuló el privilegio de que gozaban determinados capitales imperialistas de importar sin grávames libremente mercaderías por las aduanas de la República. Revisó los contratos con las compañías extranjeras, que si bien aportaron capitales al país, no pagaban los impuestos y grávames debidos y explotaban miserablemente a los trabajos manuales y por cuanto, gracias a la intervención de algunos abogados venales y altos empleados de la administración, habían alcanzado perjudiciales exenciones para la economía nacional.”

No está demás indicar que su primer matrimonio fracasó, ni por su carácter que siempre lo tuvo bueno ni por desapegos al hogar, si no por las contínuas ausencias del hogar, provocadas por la carrera militar, que le llevaba constantemente de un sitio a otro del país.