DURANGO LOPEZ DORA

FEMINISTA.- Nació en Guayaquil el 17 de Noviembre de 1916. Hija legítima del Teniente Coronel Pablo Durango Flores, estudiante de Jurisprudencia en Quito donde casó con Leticia Montenegro, dama de compañía de Marietta de Veintiemilla en el Palacio Presidencial, posteriormente combatió en la revolución liberal como Primer Jefe del Batallón Constitución, ocupó la Tesorería de Hacienda en el primer gobierno de Alfaro y se dedicó a la explotación de su hacienda “El Guapo” a la entrada de Guaranda. A principios de siglo adquirió la isla Trinitaria de 1.500 hectáreas en la entrada del golfo de Guayaquil y se dedicó a administrar sus rentas, llegando a poseer varios inmuebles; y de su segunda esposa y prima Delia López Flores, quien tenía muy linda voz. Ambos naturales de Guaranda.

Fue la segunda de cuatro hermanos, pero tuvo cuatro hermanos más muy mayores, hijos del primer matrimonio de su padre.

A causa de la delicada salud de su hermano menor llamado Juan, viajó con su familia a Quito, alquilaron una casa en la Ciudadela Larrea y estudió la primaria desde 1922 en el Liceo 24 de Mayo, que dirigían los profesores de la Segunda Misión Pedagógica Alemana, quienes le inculcaron disciplina y severidad, pero al mismo tiempo libertad de acción y pensamiento, pues tenían el primer gimnasio de la capital y se hicieron famosos por sus métodos para crear hábitos de discernimiento en el alumnado.

De regreso a Guayaquil en 1928 a causa de un incidente familiar en que resultó gravemente herido su padre, inició la secundaria en el Colegio Nacional Vicente Rocafuerte, que entonces era mixto y funcionaba donde hoy se levanta el edificio del Correo.

En 1934 se graduó de Bachiller con honores y como entonces no se acostumbraba que las mujeres trabajaran en la ciudad, se dedicó a lecturas, trabajos de mano y al cuidado de su anciano padre, en la casa familiar de la esquina de Clemente Bailen y Boyacá, que era muy hermosa, de madera y tenía dos pisos altos.

En 1940 nació su hija la Soprano Lírica Beatriz Parra Durango y entregó por entero su dedicación a ella, haciéndole conocer la naturaleza en todas sus formas, llevándole a los parques, paseándola por los alrededores. Ese año murió su padre con complicaciones renales.

El 29 de Mayo de 1944 enfrentó a las turbas revolucionarias que querían apresar a su vecino y pariente el Director de Educación Carlos Alberto Flores, quien vivía en el edificio de al lado de su casa. Su intervención salvó al maestro de un mal rato pues se encontraba gravísimo con cáncer y murió semanas después.

El 45 cuando el Dr. Abel Romeo Castillo inauguró la Escuela de Periodismo con el Prof. Francisco Huerta Pendón, fue de las primeras matriculadas, pues se había dado cuenta que la cultura rescata a la mujer ecuatoriana de la mediocridad del ambiente en que se desenvuelve.

Al poco tiempo inauguró el periódico “El Patriota”, órgano de la Escuela, viajó a Quito y consiguió que el Presidente Velasco Ibarra donara su máquina de escribir personal a la Escuela, en gesto por demás honroso.

Ese mismo año llevó al Dr. José Vicente Trujillo de Profesor a la Escuela, pues acababa de ser sacado del Decanato de la Facultad de Jurisprudencia y se encontraba bastante deprimido. El 46 trabajó un año con Enrique Wilford del Ruiz en CRE y mantuvo un programa titulado “Cronistas al medio día”.

La Cadena Radial Ecuatoriana (CRE) era una prestigiosa emisora guayaquileña fundada por Víctor Emilio Estrada Sciacaluga y dirigida por Leonidas Avilés Robinsón. Por los años 46 y siguientes era la primera estación radial del país, trasmitía diariamente programas vivos como el famoso “Teatro en su Hogar” de Conchita Pascual, artista española llegada a Guayaquil en la célebre compañía de María Guerrero y que se quedó a vivir entre nosotros. Cuando murió, fue enterrada por Rafael Guerrero Valenzuela, quien dirigía por entonces a CRE. Dora hacía libretos, vigilaba la buena marcha de la emisora y ganaba seis cientos sucres mensuales; salió para dedicarse a sus estudios formales en la Escuela de Periodismo, porque la radio le quitaba casi todo su tiempo. El 48 egresó de periodismo y se matriculó en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Guayaquil donde siguió el curso completo de Idioma y Literatura con varios profesores venidos de España, hasta licenciarse el 54.

En la Universidad fundó la Asociación Femenina Universitaria AFU y concurrió a los Congresos de Cuenca y Quito con otras universitarias del Ecuador. Igualmente se convirtió en dirigente de la FEUE y participó en los Congresos Internacionales de Estudiantes celebrados en Varsovia y en el festival Mundial de la Juventud de Berlín de 1953.

El 54 falleció su madre a causa de una trombosis y para distraerse entró a dirigir la Página Femenina de “El Telégrafo” con seis cientos mensuales donde mantuvo una columna de crónicas social bajo el pseudónimo “La dama gris”. El 56 pasó a la Subdirección de Subsistencias del Litoral con novecientos sucres, allí laboró junto a Leonor Game Peña, Isabel Herrería Judith Gutierrez y Miguel Donoso Pareja hasta el 58.

Ese año ingresó al Diario “La Nación” de Simón Cañarte Barbero, con un mil mensuales, tuvo por compañeros de trabajo a Carmen Acevedo Vega y al popular locutor Hugo Fernández Calle mejor conocido con el apodo de “cara de chancleta” y logró la representación en el Ecuador de “Prensa Latina”, agencia cubana de noticias con novecientos mensuales de sueldo. El otro representante era Germán Carrión en Quito.

En “La Nación” hizo de todo y desde el 59 reemplazó a su antiguo profesor Francisco Huerta Rendón en la dirección del Suplemento Dominical, que alcanzó una masiva circulación y se convirtió en vocero de las nuevas generaciones poéticas y literarias del país, pero el periódico cerró a principios del 63 por causas económicas. Para entonces también trabajaba como representante en el Ecuador de la Agencia Internacional de noticias “Prensa Latina” que enviaba boletines a los diarios y radioemisoras, y Dora decidió aprovechar el tiempo libre para visitar a su hija Beatriz, que residía en Moscú casada con Enrique Gil Calderón, estudiando canto y actuación.

Con tal motivo viajó en Mayo del 63 a Rusia y cuando en Julio se instauró la dictadura de la Junta Militar de Gobierno en el Ecuador, no pudo regresar por expresa prohibición legal. Su departamento de Guayaquil fue saqueado por los militares y sus parientes perseguidos.

Desesperada y sin dinero, permaneció algunas semanas en la residencial universitaria de Moscú hasta lograr que la contrataran como profesora del Instituto de Relaciones Exteriores con noventa rublos mensuales de sueldo. Pronto aprendió el ruso practicando con la portera del Instituto a diario, pero nunca pudo escribir los caracteres cirílicos.

El 66 su hija Beatriz ganó uno de los Premios del Concurso Mundial de Canto “George Enescu” de Rumania y viajaron dos meses por Rumania y Francia. Para entonces Dora tenía dos empleos en Moscú, pues también había sido contratada como profesora de Castellano Superior en la Universidad Estatal de Lomonosov y figuraba en la redacción de la revista “Novosti”.

A fines de año realizó un viaje de un mes hasta las islas del Mar Egeo y el 67 regresó con su hija y nieta al Ecuador durante el gobierno constitucional del Dr. Otto Arosemena Gómez y comenzó a preocuparse de sus finanzas que habían permanecido largo tiempo abandonadas. Era copropietaria de la Isla Trinitaria que fue invadida el 73 y la perdieron, pero le quedaba algunas casas antiguas de madera que habían sido de su padre y comenzó a venderlas.

Adquirió un departamento a Vicesa en la esquina de P. Ycaza y Boyacá, que arrendó amoblado a un extranjero y con el producto de ello compró una camioneta para uso de su hija.

Poco después construyó una villita en el sector de Chipipe en Salina y una villa en Urdesa Norte.

El 80 vivió un año con su hija en España, recorriendo casi toda la península como turista. El 90 regresó a Europa por dos meses y conoció numerosos países.

Se consideraba una feminista por su amplia labor en pro del adelanto de la mujer ecuatoriana en este siglo y aunque nunca había sido afiliada a partido político alguno, sus ideas de librepensadora de izquierda, muy afines con Cuba y Rusia, la situaban en ese campo.

Su labor en el periodismo nacional se había visto realzada por numerosas colaboraciones a todo nivel, especialmente relacionadas con el turismo y la cultura.

De estatura baja, muy blanca, pelo café claro, ojos expresivos y soñadores. Su conversación serena y altiva, su carácter ameno y franco, como correspondía a una mujer intelectualizada que hablaba idiomas y había recorrido el mundo. Su labor en pro de la revolución cubana en la década de los años 60 le atrajo la animosidad del elemento militar que la persiguió durante la dictadura del 63 al 66.

Falleció en Guayaquil el viernes 13 de Agosto de 1999 de ochenta y dos años de edad.