DURAN CARDENAS SIXTO MARIA

MUSICO Y COMPOSITOR.- Nadó en Quito el 6 de Agosto de 1875. Hijo legítimo del Capitán Domingo Durán, fallecido joven, Edecán del Presidente García Moreno y de Emperatriz Cárdenas, ejecutante de arpa y órgano “quien le incentivó su inclinación al mundo musical consiguiendo que desde niño desarrollara una íntima relación con este arte”.

Inició sus estudios en el Beaterio de los Hermanos Cristianos y en 1887, de escasos doce años de edad, pasó huérfano al Seminario menor de San Luís donde tuvo como profesores de música a los padres Jausen y Dittte. Más tarde seguiría su auto educación artística con la ayuda de libros que encargó a Europa.

El 94 se graduó de Bachiller en Humanidades Clásicas. El 95 inició estudios de leyes en la Universidad Central. El 97 fue miembro de la Sociedad Fígaro y publicó dos artículos titulados “Música” y “Bellas Artes” en la revista de dicha agrupación. El 99 se recibió de Abogado y el Concejo Cantonal lo designó Defensor de los derechos eventuales de los que están por nacer. En 1900 fue Defensor de Pobres y el Presidente Eloy Alfaro le nombró Profesor de piano para los cursos medios en el reabierto Conservatorio Nacional de Música, dirigido por el profesor italiano Enrico Marconi.

En 1901 fue Juez de Hecho. A principios de 1902 fue electo socio de la Jurídico Literaria y secretario de la Intendencia de Policía; el Ministro de Instrucción Pública le incluyó en la comisión que se encargaría de revisar la música del Himno Nacional.

El 3 ocupó interinamente la Intendencia de Policía. El 4 fue Jurado Calificador del concurso musical convocado con motivo del centenario del nacimiento del héroe Abdón Calderón. El 6 fue Juez Tercero de Letras y Profesor sustituto de Ciencias y de Derecho Constitucional. El 8 miembro de la Academia Social de Lenguas por su conocimiento del idioma inglés y formó parte del Jurado del concurso para Bandas de Ejército.

En 1909 fue electo Presidente de la Corte Superior de Justicia de Quito y miembro del Jurado de premios y recompensas de la Exposición Nacional. El 10 publicó en la revista “La Ilustración Ecuatoriana” el vals para piano “Corso de flores”. El 11 apareció su caricatura en el periódico “El Doctor Bambolla” pues era un personaje popular en la bohemia culta de ese tiempo.

Poco después se estrenó en el teatro Sucre su zarzuela “La Leyenda del Monte” con textos de Manuel Serrano, montada por la Compañía Saullo, con decorados de José María Navarro. Ese año contrajo matrimonio con Valentina Miranda, matrimonio felicísimo aunque sin hijos y fueron a vivir en casa propia en la Espejo entre la Guayaquil y la Venezuela, muy cerca de la plaza Grande, donde reunía a numerosos amigos y músicos en alegres tertulias e impartía clases privadas a determinados jóvenes con talento artístico.

En la revista “Brochazos” de Guayaquil salió su composición “Lágrima Indiana” y a través de su amigo Manuel María Sánchez que le solicitó el nombramiento al Presidente de la República Emilio Estrada Carmona, asumió la dirección del Conservatorio Nacional de Música y Declamación. El 12 ingresó como socio honorario a la Sociedad Pedagógica del Pichincha, fue designado Inspector de música de las escuelas fiscales, le ratificaron en la dirección del Conservatorio y se mantuvo allí hasta el 16.

En 1913 su amigo Manuel María Sánchez le dedicó en “Letras” una de sus composiciones poéticas, pues Durán había puesto música a su poesía “Patria” que tuvo gran éxito y se cantó en todas las escuelas y colegios de la República hasta bien avanzada la década de los años cincuenta (1)

El 14 fue electo Concejal de Quito. El 16 pasó a dirigir la Escuela de Artes y Oficios y el músico colombiano Emilio Murillo de paso por Quito comentó favorablemente la labor de Durán, quien tenía concluida la ópera “Cumandá” calificada de esfuerzo de integración a la técnica del poema sinfónico moderno, para llevar al viejo mundo la reconstrucción dramática, rítmica y orquestal de la fastuosa civilización Inca.

“Cumandá” consta de cuatro actos y el líbreto había sido elaborado por Pedro Pablo Traversari y Enrique Escudero a base del argumento de la novela de igual título de Juan León Mera, “trabajo realizado con paciencia y ordenada cooperación” y que no llegó a representarse en Quito por falta de cantantes y otros medios materiales, lo mismo que su opereta “Mariana”. La primera estuvo
suficientemente preparada hasta en su exótica indumentaria, allegando recursos escénicos en vestidos y en decoraciones pero el medio artístico de entonces era muy estrecho; sin embargo, sus amigos y admiradores de esta opera recogieron treinta mil dólares para que se entrene en los Estados Unidos y aprovechando la gira de Murillo le solicitaron que agencie en el país del norte dicho estreno.

El 17 editó seis artículos en “El Comercio” titulados “Música Incásica” con sus apreciaciones y en Washington D.C. apareció su folleto “Las Bellas Letras en la Instrucción Pública de América” elaborado con Pedro Pablo Traversari y José María Navarro.

El 18 sufrió un grave accidente en una de las máquinas de la Escuela de Artes y Oficios y perdió los dedos de la mano derecha. La escritora Zoila Ugarte de Landívar escribió: El alegre bohemio, el músico de los yaravís, ha tenido la desgracia de perder los dedos de la mano derecha; no, no son sus dedos los que deshizo impiadosa la máquina voraz del artesano; mutiló el alma soñadora del artista… Entonces se formó un Comité para enviarlo a Europa en busca de alivio y consuelo para la infinita tristeza de su espíritu, porque estaba triste aunque lo disimulaba pues siempre sonreía y en la Cámara del Senado se aprobó un proyecto de acuerdo con tal objeto, que sin embargo nunca se cumplió. No pudo continuar su carrera de pianista, pero si de compositor y su carácter siguió siendo alegre y optimista, al punto que cuando algún menesteroso le solicitaba ayuda, entregaba lo primero que tenía a mano diciéndole: Toma cholito, ojala te sirva.

El 19 la revista “Caricatura” publicó su partitura para piano de un “Petite Vals”. El 20 salió en la revista “”Música de América” de Buenos Aires su artículo “La Música Incásica” y
renunció a la dirección de la Escuela. El 22, en la revista “Quito” dio a la luz sus pasillos para “Brumas” y “’Myosotis” en arreglos de piano. El 23 fue Intendente Municipal de Policía y en “Caricatura” aparecieron su foxtrot “Sumac Shungulla” y la partitura para piano de otro foxtrot suyo “Brisas Andinas”. Ese año dirigió la estudiantina “Lira Quiteña” que interpretó música clásica y piezas populares, le designaron nuevamente Director del Conservatorio Nacional de Música de Quito, “permaneciendo en esas funciones en forma continuada por el lapso de diez años y caracterizándose este período por su decidido empeño en comenzar los cursos intensivos de análisis armónico, fraseológico, acústica, armonía superior, contrapunto y fuga.

El 24 se constituyó en Ambato un Centro Musical con su nombre y fue elegido Presidente Honorario, la revista ambateña “Ecuatorial” editó su “Serraniega” como partitura para piano, la revista “Iniciación Juvenil” del Instituto Mejía sacó la de su foxtrot “Black Eyes”, en el Concurso internacional promovido en Lima por el centenario de la batalla de Ayacucho logró los dos primeros premios bajo el pseudónimo de “Capac”, el mayor por su Marcha Sinfónica escrita para gran orquesta titulada “Sol de Ayacucho” y el segundo por su obra “Ayacucho” para banda militar y con motivo de la VIII Olimpiada mundiales celebradas en París obtuvo Diploma de Honor entre dos mil concursantes, por variaciones de un sanjuanito.

(1) Durante mi enseñanza primaria era común cantar en las escuelas “Patria, tierra sagrada” cuya letra es como sigue: // Patria, tierra sagrada / de honor y de hidalguía, / que fecundó la sangre / y engrandeció el dolor. // Por tus cruentos martirios / y tus dolientes horas, / por tus épicas luchas / y tu aureola triunfal. II Por tus noches sombrías / I tus bellas auroras, / cúbreme siempre ¡Oh Patria! / con tu iris inmortal. //Esta hermosa composición se cantaba con el “Himno al Panamericanismo o Himno de las Américas” puesto de moda en 1942 en los países de Latinoamérica por la diplomacia norteamericana y de uso obligatorio en escuelas y colegios y el que no lo cantaba era castigado, hasta que al finalizar la II Guerra Mundial en 1945 en vista de que ya no le era necesario a los Estados Unidos, cayó en desuso. // Un canto de amistad / de buena voluntad / unidos nos tendrá eternamente // Por nuestra libertad / por nuestra lealtad / debemos de vivir gloriosamente. // Un símbolo de paz< / que alumbrará el vivir / de todo el continente americano. // Muestra de optimismo / muestra de hermandad / será este canto / de buena voluntad // Argentina, Brasil y Bolivia, / Colombia, Chile y Ecuador, / Uruguay, Paraguay, Venezuela, / Guatemala y El Salvador, / Costa Rica, Haití, Nicaragua, / Honduras y Panamá / Norte América, México y Perú / Cuba y Canadá // Son hermanos soberanos de la libertad. // Bis. Después se acordó el autor que había olvidado a la República Dominicana y la incorporó, pero en la versión original no consta.Cuando en 1949 ingresé a un colegio religioso era obligación cantar el Himno de Cristo Rey del padre Julio Matovelle Pesantes que dice así: // Cristo es mi Rey, Virgen María // oye el clamor de mi cantar, / dile a tu Hijo, / ¡Oh, madre mía! / que soy su esclavo hasta expirar // ¡Ah, no desoigas madre! / el grito de mi fe: / a Cristo adoro que es nuestro Padre, / a Cristo adoro que es nuestro Rey // ¡Cristo es mi Rey! con ese grito / se ha de formar la juventud. / En las escuelas, sea bendito / que él es maestro de la virtud. / ¡Cristo es mi Rey! con ansia clame / el mundo fiel lleno de ardor, / mientras el grito de gente infame // quitarme, quiera gloria y honor // ¡Cristo es mi Rey! su nombre santo / defienda siempre el dulce hogar / Sea en la vida mi luz, mi encanto / y mi corona al expirar //Desde el 2007 el Presidente Rafael Correa, con ese prurito de cambiarlo todo, en forma por demás irrespetuosa en muchísimas funciones públicas reemplazó al Himno Nacional del Ecuador obligando a las bandas y orquestas del país a tocar “Patria, tierra sagrada”, constituida por su tiránica voluntad en canción de carácter nacional por ser música oficial de su partido político Alianza País, con lo cual esta bellísima melodía fue desvirtuada en su esencia, pues no fue compuesta para defender ruines banderías de oportunistas, demagogos y políticos, que con el cuento de una revolución ciudadana atracaron los fondos y endeudaron en miles de millones, sino – por el contrario – para levantar el civismo de todo un pueblo, comenzando por la juventud del país.

De ésta época son el vals “Mariposas Doradas” y la gaviota “Violetas blancas” que salieron publicadas y se vendieron bien. En “Caricatura” apareció la partitura de “Indiana” para canto y piano. El Centro feminista Luz del Pichincha le hizo su Síndico, el Centro Literario Musical Félix Valencia su Presidente honorario y el Presidente

de la República José Luís Tamayo le condecoró concediendo la Orden Nacional al Mérito.

En Enero del 25, al conocerse la noticia de sus dos triunfos en el Perú, fué felicitado por Francisco Paredes Herrera y el Centro Musical Medardo Ángel Silva de Guayaquil, mientras el Centro Nacional de Bellas Artes le declaró su socio benemérito. La “Lira Quiteña” organizó un concurso de música y le solicitó que forme parte del Jurado. Este fue su mejor momento, su año de gloria, era considerado el primer músico nacional y una figura sudamericana por sus triunfos internacionales; por eso, al año siguiente, un grupo de jóvenes guayaquileños organizó un Centro Musical con su nombre, el “Grupo América” de la intelectualidad capitalina le contó entre sus miembros y en la revista quiteña “Hélice” aparecieron la partitura de su creación para piano “Yavirac” y la canción para piano “Reville dÁlbum”.

El 27 fue miembro de la Sociedad Bolivariana del Ecuador, la revista ambateña “Cultura” editó su artículo “El Ritmo.” El 28 dio a la luz “Música ecuatoriana” en la Revista de la Sociedad Jurídico Literaria, fue designado Director ad-honorem del teatro Sucre, en la revista “América” salió su artículo “Música y músico”. Su pasillo “Colombia” triunfó en el Concurso Internacional de Música celebrado en Bogotá y obtuvo el primer puesto, “Medalla de Oro y 150 pesos y en el “Directorio General de la República del Ecuador” apareció un breve bosquejo sobre sus apreciaciones con respecto a la música indígena.

El 29 se publicó en la revista “Cultura” su artículo “La Frase musical”. El 30 la partitura para coro y piano de su marcha “Patria”, iniciando una valiosa colaboración en la revista “Educación” del Ministerio de Instrucción Pública que se prolongó por espacio de tres años hasta su salida de la dirección del Conservatorio.

El 31 leyó en la Universidad Central una conferencia dedicada a los profesores fiscales que también publicó bajo el título de “La Música como factor educativo” y fue premiado con Medalla e insignia por la Sociedad Bolivariana. El 32 fue editado su “Himno a la Universidad Central” con texto de Remigio Romero y Cordero y su “Himno escolar a Juan Montalvo”, ambos para coro a una voz y piano. El 33 compuso la música de una Marcha Patriótica escrita por Alfredo Baquerizo Moreno para el conflicto de Leticia que sostenían Colombia y Perú. El 34 fue condecorado por la Municipalidad de Ambato por su “Himno a la Provincia de Tungurahua”. El 36 sacó en la revista “Ecuador” la partitura para piano “Souvenir”.

El 38 la United Service Orchestra ejecutó su composición “Berceuse” para cuerdas e instrumentos de viento en el edificio de la Unión Panamericana de Washington D.F. por el día de las Américas y fue nombrado Presidente honorario del Sindicato Nacional de Músicos de Guayaquil.

El 40 compuso el Himno de la escuela Lucinda Pazos de Guaranda. En Noviembre recibió una comunicación de Kurt Sober H. Director encargado del Conservatorio de Cuenca, pidiéndole una copia de su tratado inédito de Armonía para dictar sus clases. También tenía una Tratado de Análisis Musical, igualmente inédito.

El 41 compuso “Yaraví”, melodía que logró el segundo premio en el concurso organizado por la Asociación Argentina de Música de Cámara y fue designado por tercera vez Director del Conservatorio, cargo que ejerció hasta el 43, que abandonó esas funciones por mala salud. En este tercer período organizó y dirigió la orquesta sinfónica de estudiantes y profesores, dictaba Composición y Análisis Musical, formó a un buen número de compositores y ejecutantes, impulsó las clases de solfeo, armonía y dictado.

El 42 difundió su “Himno a Alfaro” con motivo del centenario de su nacimiento y escribió la partitura de la marcha “Escuela Primaria” con letra de Remigio Romero y Cordero. El 43 la Asociación Argentina de Música de Cámara de Buenos Aires le nombró miembro honorario.

El 44 Charles Seeger, Jefe de la sección de música de la Unión Panamericana de Washington, le solicitó las composiciones de su autoría “sobre todo aquellas melodías tomadas de ritmos indígenas” para incluirlas en los programas de radio. La Corte Suprema le nombró primer Conjuez permanente de la Tercera Sala, pues vivía del desempeño de su profesión de abogado ya que por entonces se consideraba que la música era un simple pasatiempo en nuestra Patria.

El 46 fue utilizado como tema de fondo su pieza “Yaraví” en la película “La República del Ecuador” filmada por Acevedo e Hijos. A principios de año empezó a sufrir de nefritis y atendido por su médico el Dr. Luís V. Racínes fue desmejorándose paulatinamente hasta que el 13 de Enero de 1947 falleció en Quito de setenta y un años de edad y fue velado en el templo de San Francisco con la participación del Coro franciscano y la Orquesta del Conservatorio Nacional de Música. Le sobrevivió su esposa. El Catálogo de sus obras, que suman más de ciento cincuenta, ha sido elaborado por el Fondo Musical de Archivo Histórico del Banco Central y las recopilaciones las ha efectuado el Archivo Sonoro.

Alto, blanco, de facciones afiladas, trato cortesano y buen carácter, “bueno como el pan”, era generosísimo con todos, regalaba su pensión jubilar a los niños del barrio y gastaba el tiempo libre en jugar en su casa tresillo con sus amigos, a la par que su esposa jugaba corazones con las suyas. Gozó del aprecio de sus conciudadanos, “fue de la primera generación de músicos que desarrollaron la teoría del nacionalismo musical ecuatoriano”. Sus trabajos abarcan obras de pequeña y gran factura de música popular, religiosa y sinfónica. Entre las últimas hay que mencionar su ópera “Cumandá” que es una composición de espontánea melodiosidad y el tratamiento dado a la parte armónica es de elaboración y revestimiento contra puntístico. Algunas de sus composiciones ligeras se popularizaron y editaron. También dejó un “Ave María” para coro y órgano. Su curriculum ha sido editado por Pablo Guerrero Gutiérrez y republicado en el periódico de divulgación musical “El Diablo Ocioso” de Quito.