DORN Y DE ALZUA ENRIQUE

MIEMBRO DEL COMITÉ OLIMPICO INTERNACIONAL.- Nadó en Guayaquil hacia 1861, hijo segundo del matrimonio del comerciante alemán Enrique Dorn y de Dolores de Alzúa y Rocafuerte.

Siguió los primeros estudios en su ciudad natal y de escasos años sus padres lo llevaron a Europa donde pudo terminar el bachillerato destacando en toda clase de competencias gimnásticas, pues era un atleta. Instalados en Hamburgo donde su padre tenía negocios, continuó el aprendizaje de comercio, pero su padre falleció intempestivamente en 1887. La viuda y sus hijos se trasladaron al puerto de Saint Nazaire por una corta temporada, vivían de los réditos que producía la hacienda cacaotera El Naranjito, administrados por la Banca Seminario hermanos de Paris, capital en la que se instalaron definitivamente en 1888, pasando las vacaciones de verano en Saint Nazaire donde poseían un hermoso chalet al pie del mar.

Dedicado al comercio y a la banca bajo la bondadosa protección de Clemente Ballén, amigo de su familia, prosperó hasta cimentar una excelente posición económica. Alto, delgado, de facciones y porte aristocrático, se movía con desenvoltura en los mejores círculos sociales y habitaba con su madre y hermana en el No. 36 de la rue de la Bienfaisance, cercana al parque Monsou de Paris.

En 1889 contribuyó a destacar el stand del Ecuador en la Feria Internacional de Paris, celebrada ese año en conmemoración al centenario de la revolución francesa.

En 1890 contrajo matrimonio con Rosa Seminario de la Cerda, nacida en Burdeos, Francia, hija legítima de Ezequiel Seminario Marticorena, de Puebloviejo, Ecuador y de Rosa de la Cerda y Albertini de la Banda natural de Paris pero de ascendencia limeña. Este matrimonio fue feliz, corto por el fallecimiento de ella y sin hijos.

En 1892 figuraba como Cónsul del Ecuador en Saint Nazaire, el 94 ascendió a Cónsul General de carrera y a Secretario ad-honorem de la legación ecuatoriana en Paris, entonces se acogió a la Ley de 1835 y reclamó nuestra ciudadanía, pues al nacer había sido inscrito como alemán.

El 18 de Julio de 1893 visitó en su casa de la Avenida Mac Mahon a Clemente Ballén, encontrandole muy desmejorado por su mal cardiaco de siempre. Llamado el médico, éste le declaró al salir juntos, la gravedad del enfermo y la urgente necesidad de avisar a los deudos. Dorn fue a la suya, almorzó como de costumbre, pensando en dar el aviso y regresar a donde Ballén, cuando se presentó el portero a comunicarle la noticia de su muerte.

En 1900 colaboró con su madre y hermana Dolores, que era soltera, en la Exposición Universal de Paris, dentro del pabellón del Ecuador, edificio de 150 metros cuadrados, dos pisos, azotea y torre de 20 mtrs de alto, al lado de la torre de Eifel.

El Presidente de Francia Emilio Loubet y el Comisario General de la Exposición Alfred Picard asistieron acompañados de sus esposas y demás dignatarios de la Feria, visitaron el Pabellón ecuatoriano, que resultó ser uno de los más premiados. Ese año fue premiado con el grado de Oficial de la Legión de Honor.

En 1916 vendió con su hermana Dolores la mitad de la hacienda Naranjito – herencia de su abuela materna Rocafuerte – a su primo político el Dr. Francisco Xavier Aguirre Jado. Ocho años más tarde, en 1924, ante el Cónsul General del Ecuador en Paris, junto a su hermana Dolores y a su prima Angela Overweg de Aguirre, residente en Amberes, Bélgica, celebró el contrato de formación de la Sociedad Agrícola Naranjito, designando a los hermanos Aguirre Overweg cuidadores y administradores de los bienes muebles e inmuebles del fundo Naranjito que comprende el pueblo y la hacienda, pero como los tiempos eran malos y el precio del cacao seguía a la baja, la empresa terminó por arruinarse.

En 1918 consiguió que el Presidente del Comité Olímpico Internacional, Barón Pierre de Coubertain, obsequie una Medalla anual a la Universidad Central de Quito, para ser disputada en un certamen que verse sobre la historia de Francia. El primer año ganó el Certamen Coubertain el estudiante Rafael Almeida Borja.

En 1919 fue propuesto por el mismo Barón para Miembro del Comité Olímpico Internacional. Aceptado el desempeño, las reuniones se realizaron en Lausana, Suiza, hotel Beau Séjour entre el 5 y el 8 de Abril.

En Octubre de 1923 el Presidente Raimund Poincaré le entregó la Placa de la Legión de Honor. Poco después fue invitado a la recepción que Francia realizó en honor al Presidente de Checoslovaquia Thomas G. Mazaryck con motivo de su visita oficial a Paris.

En 1924 consiguió de su pariente político el Presidente de la Federación Deportiva del Guayas, Manuel Seminario Tejada, envíe a Paris una delegación compuesta por los deportistas Alberto Jurado González, Luís Jarrín y el Sargento Belisario Villacís.

JAIME DOUSDEBES CARVAJAL

PERIODISTA.- Nació en Quito el 2 de Marzo de 1922. Hijo legítimo de Luis Dousdebés Andrade, educado en el Seminario Jesuita de Pifo, polígloto, Gerente del Hotel Tívoli y del Gran Hotel Victoria de propiedad de Enrique Stagg Obarrio, ambos en Guayaquil, Jefe de Ventas de la Fábrica Internacional de telas en Quito, finalmente trabajó en el Ministerio de Hacienda y gerenció la fábrica de Fósforos, durante la época de los monopolios del estado y de Eloísa Carvajal Ruiz, naturales de Quito y Ambato respectivamente.

De pocas semanas de nacido fue llevado con su hermano gemelo Jorge a vivir a Guayaquil donde permaneció hasta 1928. De regreso a Quito creció la familia – llegaron a ser siete hermanos – y fue matriculado en el pensionado Elemental de Monseñor Pedro Pablo Borja Yerovi, donde terminó la primaria y pasó al San Gabriel.

Allí intervino en un concurso de
redacción sobre la Madre que ganó un compañero que había copiado un ensayo de Emilio Castelar y por más que protestó porque el suyo era propio y merecía el premio, no fue escuchado. Para entonces leía mucho en la Biblioteca de su padre, sobre todo a autores españoles como Mariano José de Larra, Baltazar Gracián a) El Buscón, Azorín por su popularidad y al fundador de La Gaceta de Madrid Ernesto Jiménez Caballero.

Era un chico tímido, alto y delgado, que pasaba las horas soñando con vehemencia enorme por distinguirse en el arte escénico, representar y recitar, aunque Jamás se le presentó la oportunidad. Por entonces le operó de las amígdalas el Dr. Antonio Pons y vivía en una casa propia del barrio de La Loma Grande, con jardín y extensa huerta, en la que no faltaba ni les sobraba nada, por eso eran muy felices.

En 1937 cuando iba al cuarto año se cambió al Instituto Mejía para optar la carrera Comercial pues se habían creado las especializaciones, tuvo excelentes profesores: Segundo B. Maiguasca, Olmedo del Pozo, Hernán Pérez Guerrero, Antonio José Borja, etc. antes de acabar el sexto curso pasó a trabajar en el Control de Importaciones del Banco Central con S/. 200 mensuales de sueldo llevado por Eduardo Icaza Cornejo y cuando en 1940 se suprimió dicho Departamento, inició su oficio de periodista sin sueldo en el diario “El Debate” que sostenía de su peculio Jacinto Jijón y Caamaño y dirigía Mariano Suárez Veintimilla, haciendo correcciones de pruebas y crónicas de la calle desde las ocho de la noche hasta la madrugada. Así fue como amistó con varios cronistas de otros diarios a quienes solía acompañar en las entrevistas políticas y en las tertulias en oposición al régimen arroyista, participando de igual a igual con los conservadores de entonces.

“El Debate” era un diario pro eje que simpatizaba y apoyaba abiertamente la política de Hitler. Justino Cornejo fue designado Director Nacional de Prensa con atribuciones para censurar y clausurar diarios y se volvió una figura temida, pero como más se preocupaba de asuntos gramaticales, se le perdió el miedo; sin embargo, un día, que pasó por el portal de “El Debate”, vio reunidos en amena charla a un señor Schutz que trabajaba para la Embajada alemana, al español

Valentín Fernández Cueva que siendo pro franquista no era falangista, a un señor Leone de nacionalidad italiana que vendía casimires a los tipógrafos del diario, al Encargado de Negocios del Japón que les llevaba boletines de prensa y a Dousdebés, y muy sonriente les dijo: “Aja, los pillé juntos, ya no pueden negar la conspiración” y se alejó riendo.

El 43 ascendió a cronista parlamentario, el periódico tenía una vida agitada y terminó siendo clausurado por Arroyo a principios del 44; librándose don Jacinto Jijón de seguir perdiendo dinero.

De allí en adelante trabajó igualmente sin sueldo en los periódicos conservadores “El Ecuatoriano” y “La Patria” que dirigió el Ing. Eduardo Pólit Moreno, y publicó artículos de índole política, con su nombre o sin él.

Mientras tanto había concurrido a la fundación en 1942 del partido Acción Revolucionaria Nacionalista Ecuatoriana ARNE, con Vicente Haro Alvear, José Orozco, Cristóbal Serrano Espinosa, Hugo Játiva, Medardo Toro y Vicente Ortuño, proclamando una revolución nacionalista dentro del falangismo español que consideraban el credo más apropiado (1) El Dr. Jorge Luna Yépez hizo de ideólogo escribiendo los estatutos y el grupo creció tanto que pronto desalojó de las calles de Quito a los izquierdistas. Para el 43 no se afiliaron a Acción Democrática Ecuatoriana ADE y por ello no participaron en la revolución del 28 de Mayo de 1944; además, tampoco sostenían principios electoralistas. Y mientras el partido Conservador les combatía por ser una escisión de él. Jijón Caamaño les favorecía con su amistad y con conferencias de Geopolítica en su casa, que terminaron por culpa de José Orozco, que en cierta ocasión le pidió que les contara algo de la genealogía de los Jijón y de los Caamaño. Entonces el bueno de don Jacinto comenzó a sincerarse remontándose hasta el Estado de Sonora en México para explicar su ascendencia por los apellidos Ahumada y Salido de Astorgas, sin darse cuenta que su señora escuchaba tras una puerta. Acto seguido ella entró, lo llevó a un aparte y se acabaron las clases, así era María Luisa Flores de metiche e impositiva.

Entre el 42 y el 44 siguió cursillos eventuales en la Universidad Central,
propiamente en la Escuela de Estudios Sociales que dirigía Eduardo Larrea Stacey y no desaprovechaba oportunidad para asistir a Conferencias, especialmente las del Ateneo Ecuatoriano de Jorge Luna Yépez.

Después del golpe dictatorial del 30 de Marzo de 1946 ingresó al diario oficialista “República”, que se editaba en los talleres de la Imprenta Nacional, fundado por el Presidente Velasco Ibarra, autor de los Editoriales. Jefe de Redacción era Manuel Araujo Hidalgo.

“Un día llegó una periodista rusa y puso por título de su reportaje: Velasco Ibarra será el salvador del Ecuador. Araujo dispuso que saliera a siete columnas, pero yo pedí que lo cambiaran y habiéndose consultado el caso al Presidente, éste aprobó mi decisión y la calificó de acertada. En dicho periódico tuve mi primera columna que titulé “Almena” y escribí bajo el seudónimo de Fernán Ubarri, perfilándome como escritor de alguna resonancia debido a los consejos literarios que recibía de los padres Aurelio Espinosa Pólit y Miguel Sánchez Astudillo y de Humberto Toscano, amigos generosos más que maestros para conmigo; pero a causa de la visita del presidente chileno Manuel Antonio Ríos, que duró varios días, Velasco Ibarra no tuvo tiempo de escribir sus editoriales, se cansó del periódico y lo clausuró. Así era él y por eso le decían el loco”.

En 1947 estuvo entre los promotores y fundadores del Instituto de Cultura Hispánica e ingresó de ayudante a la Secretaría General de la Administración con S/. 1.200 mensuales durante el interinazgo de Suárez Veintimilla que solo duró una semana “pero después continué con los Presidentes Arosemena Tola y Plaza Lasso y el 48 renuncié para ausentarme a Madrid invitado por el Instituto de Cultura Hispánica, a producir dos conferencias, una Visión histórica del Ecuador y otra sobre la Visión Política de nuestra historia, publicada en aproximadamente 20 páginas en la Editorial Nacional de España”.

(1) El gobierno español había organizado la Falange con sus partidarios en el extranjero. En Bolivia se formó el movimiento Cóndor, en Ecuador Ame y así por el estilo. Jaime Nebot Borrás servía de nexo a Ame con Franco.

A su regreso a Quito en Octubre del 48 tras varios meses de recorrido por las diferentes regiones de la madre patria, ingresó de Jefe del departamento de Tabulación de la Contraloría General del Estado con S/. 1.500 de sueldo, habiendo cumplido un curso previo en

la International Bussines Machine Co. del Ecuador, hoy IBM del Ecuador. Meses después fue designado Delegado ante la Unión Económica de las Naciones Unidas. El 51 contrajo matrimonio con Delia Marta Vintimilla Salcedo, a quien conoció en la Secretaría General de la Administración, han tenido cinco hijos y un matrimonio feliz (2) Ese año pasaron a la Universidad de Río Piedras en Puerto Rico a seguir un curso de Administración Pública de dos años de duración. Entre el 57 y el 58 siguió cursos de francés, mejorando lo que le había enseñado su padre. El 59 viajó becado por el gobierno francés al último curso de la Escuela Nacional de Administración de la Facultad de Ciencias Sociales de la Sorbona de París.

Entre 1951 y 52 tuvo varias propuestas para ingresar a la Cancillería pero eran tan bajos los sueldos que no le hubieran permitido sostener a su esposa e hijos. En 1963 pronunció un discurso sobre Humberto Toscano en el grupo de andinistas Nuevos Horizontes y la Academia Ecuatoriana de la Lengua lo recogió y dio a la publicidad en su Boletín. Con tal motivo, en 1965, su amigo Carlos de la Torre Reyes, que dirigía el diario El Tiempo, le solicitó que escriba una columna diaria o interdiaria, que tituló “De esto y aquello” bajo el seudónimo de “Anselmo Cantillana”, tomado de dos nombres de El Quijote, que mantuvo ininterrumpidamente hasta 1976.

El 66 había ingresado a la Casa de la Cultura Ecuatoriana como miembro de la Sección Comunicación Social. Para entonces mantenía numerosas y rudas polémicas a tiempo que hacía política cristiana e hispanista. La Unión Nacional de Periodistas del Ecuador lo llevó a su seno y el gobierno franquista le envió la condecoración de Comendador de la Orden de Isabel la Católica.

De esas épocas son artículos tan hermosos desde el punto de vista literario como los titulados “Una Mañana de luz cegadora” que mereció la pública felicitación del presidente Yerovi Indaburo y del Nuncio Apostólico Vicenzo Ferrofino, “Un réquiem por Walt Disney”, “El cementerio de “Juncai” donde trató sobre la cobertura de la noticia del viaje presidencial a la frontera con Colombia. Se especializó, pues, en asuntos del diario vivir.

Entre 1976 y el 83 ocupó la Asesoría de

Información del Ministerio de Industrias con S/. 15.000 mensuales, escribió para “El Heraldo” de propiedad de la curia de Ambato y dio fin a una novela largamente pensada que relata las vicisitudes de la incompetencia en el desempeño de las funciones públicas y piensa denominar “El Contralor General” o “Ropa Interior” y no es que sea autobiográfica como podría pensarse de un ex funcionario de tantos años en la Contraloría, sino que mas bien revela ciertos aspectos del quehacer del país.

El 76 ingresó a la Academia Ecuatoriana de la Lengua, a partir de Diciembre del 88 ascendió a Miembro de Número. En Mayo del 89 fue operado de várices en ambas piernas y de una hernia inginal en la Clínica del IESS de Quito. Desde hacía varios meses era miembro de la Sociedad Amigos de la Genealogía y participaba en su directorio.

Ha viajado por diversas partes del mundo, el 79 siguió un cursillo de periodismo en México, posteriormente escribió para “El Telégrafo” cuando lo dirigía Javier Benedetti y para “Extra”, ahora lo hace para “El Austral” de Cuenca y eventualmente para “Ultimas Noticias” de Quito. Sus columnas son galanas, breves, tratan sobre miscelánea, la opinión nacional recogida en su mayor pureza, aunque nunca ha sido opositor sino un conductor optimista desde el punto de vista católico tradicional.

A principios de los años 75 empezó a escribir una historia de la Hacienda Pública en la Colonia pero encontró varios tropiezos en la falta de archivos debidamente catalogados y no haber una división del material relacionado con Tributación, Aduana, Monopolios y Presupuesto. El proyecto pasó de la etapa de recolección documental y boceto, pero al final los datos fueron utilizados por la Contraloría General en “Historia de la Contraloría”, libro que apareció sin firma de responsabilidad. Admirador de la acción que desarrolla el Opus Dei en occidente, obtuvo becas para que sus hijas viajen a estudiar a la U. de Navarra pero allá se las conquistaron para trabajar en la obra.

Su estatura alta, tez trigueña, pelo entrecano y negro, ondeado y peinado hacia atrás, ojos negros. Temperamento sobrio, tradicional y circunspecto. Inteligencia vivaz y pronta para captar en detalles los aspectos principales de todo tema. Ha popularizado su seudónimo de “Anselmo Cantillana” en el país.

Falleció en Quito el 2015 de 93 años de edad con la misma bondad y candidez de siempre.