DELGADO CEPEDA HUGO

RADIODIFUSOR. – Nació en Guayaquil el 4 de Julio de 1921, recibió los nombres de Hugo Arnaldo en el bautizo, y fueron sus padres legítimos el Capitán Simón Delgado Gutiérrez (1856 – 1955) natural de Montecristi, de las tropas regeneradoras alfaristas en la campaña militar contra Veintemilla en 1883, luego acomodado comerciante que introdujo las agencias de Cabotaje en Guayaquil, consiguiendo carga y pasajeros a las balandras y pailebots y luego a los motoveleros que hacían viajes caleteando por la costa ecuatoriana y llegaban por el Norte a Panamá y por el Sur al Perú, viudo de Adelaida Castillo y con cuatro hijos, casó en segundas nupcias con Susana Cepeda López, de Guayaquil.

Fue el penúltimo de una familia de doce hermanos que nacieron en casa propia de tres plantas en Rocafuerte entre Padre Aguirre y Juan Montalvo que se perdió después por una garantía, entonces pasaron a habitar en 9 de Octubre y Chanduy.

Estudió la primaria en la escuela fiscal No. 4 Antonio José de Sucre donde tuvo por maestro al ilustre pedagogo Juan Benito Orellana. Luego pasó al Colegio Vicente Rocafuerte, destacó como arquero de un equipo de fútbol y fue de los primeros en practicar béisbol en el “New Boys Sporting Club” con el profesor Tadao Sato, traído del Japón por los directivos de la camisería Avilés Hermanos.

Las décadas de los años veinte y treinta fueron propicias para la instalación de las primeras radioemisoras en Guayaquil. La más antigua llamó Radio Paris HC2FA, fundada en 1926 por el médico Francisco Andrade Arbaíza, en su domicilio situado en la cuarta casa del barrio Las Peñas, hacia el río, a ciertas horas de la semana trasmitía piezas clásicas. El 28 de Septiembre de 1 928 se dictó el Reglamento de instalaciones radioeléctricas privadas. La segunda estación comenzó a perifonear del 16 de Junio de 1930 llamó Radio Ecuador HC2JSB, estaba ubicada en la calle Eloy Alfaro frente al parque Montalvo y su propietario fue Juan Sergio Behr poseyó un equipo muy potente para la época cuyas ondas llegaban inclusive a Quito con anuncios comerciales que llamaron mucho la atencón del comercio y la industria de la capital. A él le correspondería iniciar la relación entre la radio y el comercio, posicionando el establecimiento y distribución de variados artículos entre ambas ciudades, así como también a los diferentes sitios de consumo ubicados a lo largo de la vía férrea. La tercera llamó Quinta Piedad, HC2RL, fue su propietario el Dr. Roberto Leví Hoffman y salió al aire el 28 de Febrero de 1933. La cuarta fue La Voz del Litoral, HC2JB, de la firma Reed and Reed y Eric Williams, inaugurada el 6 de Septiembre de 1933. La quinta fue American Trading HC2AT, de la empresa del mismo nombre, que salió al aire en Enero de 1935. La sexta fue Radio El Telégrafo, de la compañía editora del periódico de ese mismo nombre en 1935. La séptima “Radio Ortiz” del Dr. Rigoberto Ortiz Bermeo en 1935. La octava “Ondas del Pacífico” de Alfonso Wilmontt Mancheno en 1936. La novena “La Voz del Alma” de Odalia Arauz de García en 1936. La décima “Radio Hirsa” de Horato y Ramón Sierra Alarcón en 1936.

En 1939 se graduó de bachiller, entró al Conservatorio de Música y se empleó de ventanillero en el Banco La Filantrópica. El 40 fue pimponista de primera categoría con Perico Gómez Sánchez, el ruso Vladimir Lerqué – que introdujo nuevas técnicas europeas en ese deporte como la de jugar alejado de la mesa para contestar los rebotes – y el alemán Pablo Hamburguer. En el Reed Club vicecampeonó en dobles con Holguer Icaza.

En Diciembre del 41 se inauguró Radio Cenit en Luque y Pedro Moncayo y ayudó a sus hermanos en diferentes labores. Dirigía la radio Washington Delgado Cepeda pero era de todos los hermanos y se repartían las obligaciones. El primer mes trabajó gratis operando perillas en el estudio de sonido pero desde el segundo empezó a percibir sueldo. Tocaba muy bonito la armónica – aunque su padre le decía que eso era para vagos – y hasta tuvo programa propio actuando con el nombre de “El Príncipe de la Armónica” y con el tiempo llegó a locutor de noticias y a libretista y jefe de programaciones.

En 1941 escribió la revista “Sintonía” a medias con Julio Jalón Feraud. El 45 ganó el primer premio en el concurso de dramatizaciones radiales convocado por el Comité de Coordinación para el Ecuador de los países aliados, con su libreto “Los últimos siete días de la Segunda Guerra Mundial” al que cambiaron el título por el “El Advenimiento de la Paz” y fue enviado a observar técnicas radiofónicas a la radio “El Mundo” de Buenos Aires, practicando en la Radio Nacional de propiedad del estado. El 46 asistió al I Congreso Regional de Radiodifusoras privadas en Buenos Aires.

De vuelta a Guayaquil el 47 siguió en radio Cenit y le sucedió una anécdota hilarante: Había acudido a Radio Cenit, que había trasladado sus instalaciones al primer piso del edificio ubicado en la esquina de 9 de Octubre y Escobedo, recuerda que era un día domingo, iba a leer periódicos y cuando ascendía las escaleras fue abordado por el directivo Carlos Landin quien le dijo: Llega Ud. a pedir de boca, ha faltado el director de turno que debía hacer un bocadillo en la obra de hoy, así que Ud. va a tener que tomar su lugar, es cosa sencilla. En la obra yo soy el Capitán y Ud. es mi ordenanza. Es una emergencia y sé que Ud. lo puede hacer: A las doce de la mañana, en un atril le pusieron por delante un libreto adaptado a la obra teatral, pero estaba muy borroso y “como no tuve tiempo de leer mi parte me equivoqué pues el tal libreto estaba copiado a la ligera, con fallas ortográficas y sin explicación de los efectos de sonido, por eso me metí en las líneas de instrucciones para establecer la escena y dije: Ruido de pasos marciales que se acercan, cuadrándose y sonando los tacones…y allí fue el acabose. Desde entonces jamás volví a aceptar que me incluyeran como actor de teatro, ni siquiera como suplente de compromiso”.

I como le había tomado interés al aprendizaje del idioma inglés hablándolo con extranjeros, se enroló con ellos y participó de varios negocios pues era un joven talentoso, discreto, jovial, amiguero y amante de los deportes. Ese año instaló una de las primeras agencias de publicidad que tuvo Guayaquil, Publicidad Quil, en su domicilio de 9 de Octubre y Chanduy

Publicidad Quil se dedicaba a las fotos fijas de avisos comerciales con voces que se pasaban en los cines antes de cada función. En eso le ayudaba Blanca Salazar quien grababa las cuñas, era el técnico John Meagan para su distribución en todo el país. Tal fue el éxito de los anuncios que Joseph Gorelic le contrató de jefe de publicidad de la distribuidora Colgate – Palmolive de su propiedad, donde permaneció un año hasta la fundación de la agencia Veinte, también de Gorelic, que se llevó el negocio. Por esa época también trabajó para Guillermo Tambaco y su Casa de Cambios dirigiendo las campañas de anuncios con textos, clishes y fotograbados para radios, periódicos, revistas y telones de cines. Anunció la Casa de Cambios primero y luego su programa de construcciones y mandatos, que se sobredimensionaron y produjeron la quiebra y su salida al Uruguay.

En 1949 escribió la columna “Tópicos Radiofónicos” para el diario La Prensa. En 1950 Adolfo Jurado González, rector del Vicente Rocafuerte, le concedió la cátedra de inglés para los cuartos y quintos cursos. Allí permaneció hasta su jubilación en 1983, querido, respetado y con fama de excelente catedrático.

En esa década hizo libretos y dramatizaciones de noticias extranjeras para el programa radial “I el Cable lo anuncia”, por ello comenzó a investigar asuntos históricos. El 51 fue intérprete de idioma inglés y se empleó como vendedor de boletos internacionales en la compañía ÁREA de aviación, propiedad de los capitanes Arias.

El 52 fue traductor de artículos especiales para la revista “Gaceta Médica”. El 53 mantuvo la columna “Mosaicos Radiales” en la revista Cine Radial de Pablo Ulloa Figueroa, popularizando su pseudónimo Don Hache. El 54 logró el segundo premio en el concurso de popularidad radial organizado por radio “Excelsior”. El triunfador fue José Guerra Castillo quien – aparte de periodista radial – también hacía teatro.

Entre el 55 y el 56 estudió un año y medio becado por el Instituto Internacional de Educación en Austin, asistió a los cursos que sobre metodología de la enseñanza se impartían en el Bard

College, en la Universidad de Texas y el South Western Lousiana Institute. Fue una época de maravillosas experiencias y de regreso participó en los cursos de inglés del recién creado Centro Ecuatoriano Norteamericano y ganó un premio como profesor. En 1958 contrajo matrimonio con Felicidad Granizo Salas, con cuatro hijas. El 60 colaboró con José Rosembaun Nebel y con Miguel a) chicken Palacios, en los primeros tiempos de la televisión nacional, con el Canal 4, que abrió sus puertas en los altos del edificio del Núcleo del Guayas de la CCE. Entre el 61 y el 62 se especializó en radio en la U. de Syracuse, Estado de New York y en la U. de Purdue, Indiana, en la Especialización Educativa.

El 62 Leonidas Avilés Robinsón creó las cátedras de “Medios Audiovisuales” en la escuela de Ciencias de la Información cuando pertenecía a la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad y le ofreció la de Técnica Radiofónica y Audiovisual donde permaneció hasta su jubilación. Entre el 68 y el 73 ocupó la dirección de esa escuela, hoy denominada FACSO y ganó un premio nacional por su estudio sobre “grandes figuras del pasillo ecuatoriano”.

En 1964 adquirió una pequeña villa en el barrio de profesores del Vicente Rocafuerte, colaborando en diversos medios de difusión con artículos históricos de mucho interés. El 65 siguió un Curso para profesores de Periodismo dictado en la CIESPAL.

El 68 su amigo el periodista Francisco Romero Albán 1) Pancholín, le invitó a colaborar en la revista de espectáculos artísticos “Estrellas” de propiedad de IFESA convirtiéndose en un acucioso investigador de la cotidianidad del Guayaquil y del país y desde el 71 publicó por entregas la historia de la radio y de la televisión en Ecuador, notas eruditas sobre músicos y compositores nacionales, temas del folclore costeño, etc. situándose entre los investigadores del pasado de la Patria y especialmente de Guayaquil. Fruto de tal inclinación es su obra inédita “Orígenes literario y musical de las principales composiciones ecuatorianas” de aproximadamente 400 páginas. El 72 recibió la medalla al mérito educacional. El 75 fue premiado por Radio Zaracay.

En 1985 comenzó a dirigir la revista del Vicente Rocafuerte y fue agasajado en ese plantel por su labor en la prensa nacional y obtuvo la calificación de periodista Profesional, equivalente a una Licenciatura. Entre el 86 y el 90 colaboró con artículos históricos para el suplemento dominical Semana del diario Expreso. El 88 le fue reconocido el carácter de pionero en la investigación de los inicios del cine ecuatoriano.

En 1992 colaboró en la obra “Rutas de un Ideal” con un apéndice de 60 páginas sobre la historia de la radio escrito el 81. A fines del 93 tuvo comienzos de derrame cerebral y quedó algún tiempo sin memoria pero se recuperó totalmente. En 1994 concurrió a San Juan de Puerto Rico invitado a un congreso internacional de música latinoamericana.

En abril del 2010 falleció su esposa con quien había sido muy unido. El 2012 la Universidad de Guayaquil le concedió el Doctorado Honoris Causa premiando sus años de docencia y los afanes demostrados durante tantos años en pro de la radiodifusión guayaquileña y el conocimiento de la historia de la música nacional. El 2014 ingresó al capitulo de Guayaquil de la academia nacional de historia.

Su estatura mediana, tez canela clara, miope, pelo y ojos negros. Rápido y nervioso, de hablar fácil y con facundia, mantiene inéditos cuarenta artículos sobre los inicios históricos del colegio nacional Vicente Rocafuerte.

Una escuela fiscal en el Guasmo Sur lleva su nombre. Entre sus ensayos publicados cabe relevar los siguientes: “Orígenes de la radio y televisión guayaqui leñas” en 1969 reproducido en los Estados Unidos y reeditado por la facultad de Comunicación Social de la Universidad de Guayaquil en 1980; “Así nació la escuela de periodismo de Guayaquil” en 1972; “Antonio Neumane, compositor del Himno Nacional del Ecuador” y “El Himno Vicentino y sus autores”, “Vicente Rocafuerte:      Precursor

olvidado del periodismo” en 1974; “Danzas tradicionales de la costa del Ecuador” en 1981 con motivo del I Encuentro Nacional para la defensa del Patrimonio Cultural.

Vivía en su villa con una hija soltera, sumergido en la penumbra de su estudio que más parecía un museo y usando una impecable cotona abrochada hasta el cuello, en medio de sus recuerdos sobre los tiempos en que la radio y la televisión hacían pininos en nuestro país. El 2016 ingresó a la Academia Nacional de Historia Capítulo de Guayaquil pero no asistió a recibir el diploma y la medalla, ni leyó su discurso, dada su avanzada edad.

Falleció la tarde del domingo 11 de agosto del 201 9, de 98 años de edad y fue enterrado al día siguiente en el cementerio genereal de su ciudad.