DAMPIER WILLIAM

GEOGRAFO Y EXPLORADOR.- Fue el tercer hijo de un matrimonio campesino y de escasos recursos que habitaban una granja en el Condado de East Coker, al este de Somerset, Inglaterra, donde nació en 1651 y fue bautizado como William Cecil el 5 de Septiembre de 1652.

Muy joven ingresó a la escuela parroquial y aprendió latín, aritmética, a leer y a escribir de corrido. Después pasó a la Escuela de la Marina de Weymouth y de dieciocho años, habiendo perdido a sus padres y llevado por su insaciable curiosidad, viajó a las Islas Newfouland y Java donde fue contratado por la Compañía de Comercio de las Indias debido a su habilidad para navegar, circunnavegando el globo por primera vez.

En 1672 retornó a Inglaterra que se encontraba en guerra con los holandeses y entró al servicio del Rey Carlos II de Inglaterra peleando a bordo del Royal Prince en la batalla naval de Texel el 11 de Agosto de 1673, pero la disciplina militar no iba con él y luego de dos años desertó.

John Kent, Capitán del “Content,” le tomó de piloto mayor por respetuoso y educado y partieron del estuario del río Támesis el 6 de Abril de 1674 con destino a Jamaica. En Junio consiguió trabajo en la plantación “Bybrook” de William Helyar, manejando la contabilidad con tanta capacidad y astucia que pronto fue promovido a Administrador, pero esta vida tranquila terminó por molestarlo y en Agosto del 75 se embarcó en Port Royal con destino a Campeche en el Golfo de ese nombre y vivió a salto de mata cuatro años, durante los cuales sufrió múltiples penurias y perdió hasta los ahorros que había acumulado en la plantación.

Cierto día que caminaba sin trabajo fue avistado por Cap. Henry Morgan que andaba tan desesperado como él y lo contrató de oficial de la expedición que pensaba realizar contra Panamá y se componía de cuatrocientos cuarenta y siete hombres. Embarcados los expedicionarios con destino a Panamá, llegaron al Istmo que atravesaron con gran esfuerzo por un camino de herradura hasta arribar a las costas del Pacífico. Habían gastado treinta y cinco días, tiempo en el cual Panamá se armó hasta los dientes y en el combate que finalmente se libró por la toma de dicha ciudad los piratas llevaron la peor parte y tuvieron que huir despavoridos. Dampier estuvo entre los pocos que se salvaron con su escaso botín.

En 1678 visitó en dos ocasiones la bahía de Campeche y entre el 79 y el 80 volvió a circunnavegar el globo como miembro de la tripulación del bucanero Bartolomew Sharp, que abordó numerosos barcos españoles y hasta saqueó a Portovelo. La entrega al Rey de Inglaterra de una Carta de Navegación con valiosa información les proporcionó el perdón del Rey Carlos II pues habían actuado sin patente de corso.

En 1680 adquirió una pequeña embarcación y fue Capitán equipándola con algunas piezas de bajo calibre. Enseguida salió a merodear y con gran suerte llegó a las costas del Pacífico y capturó al San Pedro con una rica carga de vino, pólvora y treinta y siete mil reales de a ocho. No contento con ello arrasó varios asentamientos costeros. El Virrey de Lima tuvo aviso y puso precio a su cabeza, Dampier se asustó y consideró que mejor sería volver a atravesar el estrecho de Magallanes y seguir a las costas de Virginia en la América del Norte donde fue bien recibido.

En 1683 se comprometió con el corsario Jhon Cooke, consiguió algunos socios capitalistas y armó una escuadrilla de tres fragatas con treinta y seis cañones pedreros, dirigiendo “La Tigre” y sus socios John Cooke y Edward David comandaron las dos restantes. La flota zarpó con buenos vientos y luego de una larga travesía entró al Pacífico por el Cabo de Hornos y permaneció un año atacando las posesiones españolas.

Primero arribaron al archipiélago de las Islas “Juan Fernández” en las costas chilenas donde se les unió el pirata Edward Eaton con otro barco. Enseguida enrumbaron para la Isla de Lobos y las Galápagos que encontraron con abundante agua por el fenómeno del Niño y desde allí tomaron rumbo a Guatemala, pero en el camino murió John Cooke y la tripulación eligió a Edward David como nuevo líder. Poco después asaltaron el puerto de Realejo en la actual Nicaragua, sin embargo fracasaron en la empresa, tras lo cual enfilaron a Amapala que tomaron sin mayor botín dada la pobreza de sus habitantes.

De regreso se detuvieron en la Isla de La Plata frente a las costas manabitas donde Edward Eaton abandonó la empresa y se les sumó el pirata conocido con apodo de Swan “El Cisne” por la banderola que usaba. Limpiaron los fondos de los bajeles y el 19 de Noviembre de 1684 partieron con destino a Guayaquil.

Primero atacaron la pequeña población de Santa Elena que hallaron desiertas y por un muchacho y dos indias viejas se enteraron que los españoles querían sorprenderlos con una flota al mando del Almirante Antonio de Bea y del General Pedro Pontejo.

Entonces Dampier partió a manta y salió a buscar la nave de Eaton que no encontró y azuzado por el hambre asaltó el tambo de Paita saqueando sin resistencia, para enderezar hacia Guayaquil donde sufrieron el embate de las tropas del Corregidor Domingo de Iturri – Gaztelú.

Dampier relató en su Diario lo siguiente: Dejamos nuestros bajeles a la altura del Cabo Blanco y fuimos en nuestra barca y en nuestras canoas a la bahía de ese sitio, encaminándonos hacia la Bahía de Santa Clara, a donde llegamos un día después de haber dejado los bajeles. De allí enviamos la noche siguiente dos canoas a Punta Arena en la parte más occidental de la isla Puná.

En la Puná se abastecieron de peces y moluscos y capturaron a los pescadores, después se hicieron de una barca que iba cargada de telas, conociendo por quien la conducía que río arriba se había embarcado un nutrido número de esclavos negros que salían por orden de sus patrones a patrullar el golfo pues tenían noticias que estaban piratas merodeando.

La primera barca de negros fue apresada y luego que les sacaron información se formó una partida capitaneada por Dampier para entrar en Guayaquil por una ruta diferente, sin embargo terminaron perdidos para regresar cuatro horas después mojados y cansados. Mientras tanto Davis y Swan cambiaban estrategias de asalto pero comprendiendo que habían sido sorprendidos y que la ciudad se había apertrechado para recibirles. De todas maneras se situaron en la isla Santay y cuando clareó el alba ganaron a fuerza de remos la mitad del río, alejados de la ciudad una milla, estuvieron media hora, mientras la gente de la ciudad les veía de lejos. Entonces decidieron retirarse sin presentar batalla.

Desilusionado por este fracaso Dampier cruzó el Pacífico con su antiguo socio el pirata Swam en el navío Sygnet. Juntos fueron a Filipinas, Indochina, las Indias holandesas, comerciaron en especies y maderas preciosas, recorrió las costas de Nicobar en la Melanesia y en 1688 exploraron las misteriosas costas del noroeste australiano en las llamadas

tierras de la Nueva Holanda – donde no encontraron agua porque es una de las regiones más desérticas del mundo – que estaba recién descubierta por el Cap. Cook. Esta extensísima zona ha pasado a ser conocida como “Tierras del Capitán Dampier” y se compone de unas costas y de grupo de islas costeras que describió a la perfección pues era un cartógrafo exacto y sus manuscritos son claros, de manera que se ha dicho que fue pirata a medias pues realmente era un científico que aprovechó de esas naves como una manera apropiada para navegar. El regreso se realizó a través de Indonesia y Africa y fue recibido en su Patria por parientes y amigos.

En 1694 publicó los Diarios y Anotaciones de Tasmania y el 97 su famosa obra titulada: “Nuevo viaje alrededor del mundo” con numerosas ilustraciones y grabados de peces y aves poco conocidas. Varias academias científicas le abrieron sus puertas entregándole galardones y preseas y en su Patria fue saludado por los hombres más célebres y recibido en Audiencia por la Reina Ana, quien influyó en el Almirantazgo inglés para que le enviara a explorar los mares del sur. La edición príncipe de su obra data de 1715 y salió en Ruan, Francia, con su nombre William, afrancesado a Guillaume.

Poco después le confiaron el mando de la fragata real “Roebuck” que no estaba en buenas condiciones marineras pero Dampier la hizo arreglar de su tripulación.

El 14 de Enero de 1699 partió de Inglaterra con destino a las costas de Australia por la vía del Cabo de la Buena Esperanza y tras los arreglos que realizó en la isla Dirk Hartog en Julio siguiente, frente a una bahía que llamó Shark o de los tiburones por los muchos que encontró en esas aguas, continuó sus exploraciones marítimas por Australia, Timor y Nueva Guinea granjeándose sinsabores entre la tripulación por la rudeza de su trato. En estos trabajos encontró el paso marítimo que no pudo hallar en 1644 el Capitán Tasman descubridor de las tierras que llevan su nombre – Tasmania – Este paso separa a la Nueva Guinea de otras islas más cercanas al continente asiático. En esta ocasión hizo una descripción pormenorizada de la fauna y la flora de Australia, coleccionando especímenes y entre ellos conchas, corriendo los dibujos por cuenta de su secretario James Brand.

En tales circunstancias, dado el deplorable estado de su nave y a cierta enfermedad que le atacó por entonces, decidió regresar a Inglaterra. Primero estuvo en Batavia y tras abandonar dicho puerto a la altura de la Isla Ascensión – a mitad del camino entre Africa y América – sufrió un grave percance y el 21 de Febrero de 1701 perdió la nave en un temporal. Los náufragos fueron recogidos milagrosamente tras cinco semanas en la isla el día 3 de Abril por cuatro naves inglesas y al fin arribaron a Londres donde una Corte Marcial lo declaró inhábil para dirigir cualquier clase de buque de la flota real, debido a la acusación de crueldad presentada por uno de sus tripulantes llamado George Fisher, a quien Dampier había expulsado de su nave y encarcelado en el Brasil.

Retirado a su casa de campo sin su salario de viaje al poco tiempo fue reincorporado con ocasión de la guerra de sucesión española, dirigiendo la nave Saint George de veinte y seis cañones y ciento veinte hombres, que intervino en algunas acciones navales de menor importancia; sin embargo de lo cual pudo capturar tres pequeños barcos españoles. En 1702 salió del servicio.

En 1708 tras convencer al Capitán Woodes Rogers de la conveniencia de asaltar Guayaquil, ciudad a la que ya conocía desde su anterior visita y asalto en 1684, fue enrolado como Piloto Mayor de la nave El Duque que partió de Bristol el 2 de Agosto, vino al Pacifico a través del cabo de Hornos y tras varias correrías el 2 de Febrero de 1709 encontrandose a la altura de la Isla Juan Fernández rescató al marino escocés Alexander Selkirk, a quien el Capitán Pablín había abandonado en un viaje anterior como castigo por insubordinado. A este personaje, por su aventura de cuatro años y cuatro meses, se le conoce con el nombre de “Robinson Crusoe” en la obra del escritor Daniel Defoe aparecida en 1 719, donde también se narran las aventuras de Selkirk en esa isla desierta.

El 20 de Abril de 1709 y luego de atacar con éxito algunas embarcaciones menores que encontraron enel camino, los piratas entraron por fin al golfo de Guayaquil. Courtney y Dampierre se adelantaron por el rio mientras el Jefe de la invasión Woodes Rogers salía a buscar unas barcazas rezagadas que necesita para la operación contra Guayaquil. A las doce de la noche del 22 divisaron las luces de la ciudad y una gran fogata en la punta el cerro Santa Ana, señal inequívoca de que habían sido descubiertos. Como la marea estaba en contra tuvieron que esperar hasta el amanecer y siendo las diez de la mañana los piratas enviaron a dos prisioneros a negociar la entrega de valores para no atacar Guayaquil.

Como respuesta recibió la visita de un vecino con numerosos presentes enviados por el Corregidor, que era un joven inexperto llamado Jerónimo Boza de Solís, quien llegó al día siguiente acompañado de varios vecinos pero los piratas no aceptaron nuevas conversaciones y desembarcaron en el malecón con dos cañones grandes y setenta y nueve hombres y tras una leve resistencia se hicieron de la ciudad. El Corregidor continuó atendiéndoles y los piratas enviaron varias barcazas a visitar las haciendas de los ríos Daule y Babahoyo donde encontraron a numerosas damas que se habían ocultado, a quienes les arrebataron sus joyas.

Finalmente el 28 de Abril, a las ocho de la noche, con marea saliente, y tras un último saqueo y recibir treinta mil pesos por el rescate partieron hacia el golfo para tomar la vía del norte y lograron capturar en la Baja California al galeón de Manila con un fabuloso tesoro, luego de lo cual siguieron rumbo a Europa.

El 14 de Octubre de 1711 estaba nuevamente en Inglaterra. Esta fue su tercera vuelta al globo.

En Londres el tesoro del galeón de Manila causó estupor entre los comerciantes, pues pocas veces se había visto tanta riqueza junta.

Murió en 1715, en su casa de Inglaterra, de sesenta y cuatro años de edad, con fama de bucanero, explorador, naturalista y marino, pues también se le conoce una obra sobre vientos, mareas y corrientes, pero aún no le pagaban su parte del botín.

Gracias a sus escritos Europa conoció las primeras descripciones de los grupos nativos de Australia, las líneas de sus costas, ríos y aldeas.

Innovó la navegación influyendo en otros marinos tan importantes como Horatio Nelson y también en los científicos, Charles Darwin y Alejandro Humboldt se beneficiaron de sus trabajos y ha pasado a la historia con el sobrenombre de El Pirata Ilustrado pues su obra como explorador y naturalista inspiró a muchos viajeros y científicos y como escritor a Jonathan Swift autor de Los Viajes de Gulliver. Para salvaguardar sus apuntes y diarios de viaje de posibles naufragios utilizaba un gran pedazo de bambú cerrado a ambos lados con cera.

En 1698, a los cuarenta y seis años de edad, fue retratado al óleo por T. Murray. Este cuadro se publicó por primera ocasión en Londres en 1906 y una copia en blanco y negro existe en el Museo Municipal de Guayaquil obsequiada por mí en 1968.