CRESPO LUIS CORDERO (EL NIETO)

POLITICO.- Nació en Cuenca el 31 de Diciembre de 1900 en la casa de su abuelo el Dr. Luis Cordero Crespo, homónimo entero suyo, Presidente de la República entre 1892 y 1895.

Fueron sus padres legítimos el Dr. Miguel Cordero Dávila. Poeta menor, Abogado y Juez de la Corte Superior del Azuay y Raquel Crespo Astudillo, cuencanos.

Obediente y cariñoso, “de buena pasta”, quedo huérfano de madre a los cinco años y lo terminó de criar su tía soltera Teresa Cordero Dávila. Poco después comenzó la primaria en la escuela San José de los hermanos cristianos y siguió la secundaria en el Colegio Seminario donde le enseñaron latín y se graduó de Bachiller en 1918.

Entonces ingresó a la Facultad de

Jurisprudencia y empezó a componer versos que le llevaron en 1924 a participar en la Fiesta de La Lira, recibiendo la Flor Natural por un puñado de sonetos de sabor eglógico que presentó bajo el título de “Salmos Rurales.”

En 1925 obtuvo el grado de Doctor y en Abril del 26 se incorporó a la Corte Superior de Justicia del Distrito del Azuay iniciando la carrera de Abogado. En 1928 acompañó a su padre que había sido electo Diputado a la Convención Nacional, le tocó presenciar cómo se hacía la política en el país y tomó afición al asunto. En 1933 contrajo nupcias con Carmen Vega Toral, matrimonio bien avenido con tres hijos.

A principios del 35 fue designado Profesor de Geografía del Colegio Nacional Benigno Malo pero casi enseguida se le promovió al rectorado del Juan Bautista Vásquez en Azogues donde actuó varios años.

En 1937 publicó un esbozo biográfico de su padre el Dr. Miguel Cordero Dávila en 28 págs. aparecido en “La Unión Literaria” de Cuenca. Escribía poemas románticos y sentimentales muy a destiempo, pues ya el modernismo habla cedido el paso a las nuevas tendencias de Vanguardia, pero en él lo poético no cambió jamás, fiel al romanticismo tardío que le inculcaron sus profesores de Preceptiva en el Seminario. Por eso fue un poeta fuera del tiempo.

En 1939 fue electo Diputado por el Azuay representando al Partido Conservador y pidió la designación del Dr. Andrés F. Córdova para la presidencia de la Cámara, lo que a la postre le permitiría a Córdova llegar a la presidencia de la República.

En 1941 fue reelecto Diputado y como amigo personal del Presidente Carlos Alberto Arroyo del Río dio su voto por la aprobación del Protocolo de Río de Janeiro y a principios del 43 por la concesión de las Facultades Extraordinarias, que le permitieron gobernar los dos últimos años de su mandato como dictador civil. En ambos casos, no pudo o no quiso oponerse a la férrea voluntad de su amigo Arroyo.

El 43 también editó “Mi Evangelio” en 273 págs. con prólogo del padre Aurelio Espinosa Pólit, reeditada en 1977 en Cuenca, en español e italiano, por el padre salesiano Antonio Guerrero, pero sin el prólogo de Espinosa Pólit. De esta obra se ha dicho que es un conjunto admirable de poemas retóricos más bien de corte oratorio, donde su alma creyente y deslumbrada se expone con fe espontánea más que elocuente.

En Mayo intervino en el homenaje rendido a Bolívar en Cuenca con un hermoso Discurso, pues siempre fue éste género su preferido, incluso cuando escribía.

En 1944 fue designado mantenedor de la Fiesta de la Lira y publicó un ensayo sobre González Suárez en 121 págs. considerado lo mejor de lo suyo, pues constituyó una refutación sin mención expresa a los “Estudios Históricos” del insigne historiador de derecha Dr. Wilfrido Loor Moreira aparecidos el 39.

Después de la revolución popular del 28 de Mayo de 1944 volvió a su despacho profesional, manteniéndose prudentemente a la sombra durante varios meses para evitar persecuciones bajo los cargos de haber sido colaborador gobiernista.

En 1945 se empleó de Secretario del Banco del Azuay, cargo que desempeñó por muchos años hasta acogerse a la Jubilación.

En 1946 escribió un ensayo largo sobre el padre Vitoria y sus doctrinas de Derecho Internacional Público. El 48 fue Senador Suplente por la Educación Particular pero no tuvo la oportunidad de actuar. Ese año también fue electo Concejal del Cantón Cuenca por el partido Conservador al que se perteneció siempre, en la Alcaldía de Enrique Arízaga Toral, y le designaron Vicepresidente de la Corporación, encargándose de las funciones de Alcalde cuando el titular pasó a desempeñar una representación diplomática en Europa.

En 1950, ya firme en el conservadorísimo, volvió al Congreso Nacional como Diputado por el Azuay y durante la interpelación del Dr. Ruperto Alarcón Falconi al Ministro de Educación Carlos Cueva Tamariz y al laicismo, estuvo y votó con Alarcón por lealtad ideológica y consecuencia política, a pesar de la amistad que le unía a Cueva.

En 1951 publicó “Bolívar” en 113 págs. poema de su vida y de su gloria. El 52 concurrió como Senador por el Azuay y luchó en el Congreso por la creación de rentas en favor de las obras de su provincia. Con ellas se comenzó la construcción del Colegio Borja de los jesuitas, el Normal María Auxiliadora de las salesianas y el Rosa de Jesús Cordero de las dominicanas, rompiéndose la costumbre de que solo los colegios laicos podían ser subvencionados por el Estado.

En 1954 ayudó al Ministro de Gobierno Camilo Ponce Enríquez en su interpelación, para lo cual logró que el Congreso apruebe como norma, que el Ministro conteste a todos los Diputados y Senadores al mismo tiempo. Consecuentemente se formó un batiburrillo del que nadie sacó nada en claro y como Ponce Enríquez siempre fue un orador elegante, quedó muy bien en cuanto a la forma aunque sin tocar el fondo de los problemas.

En 1955 logró la alcaldía de Cuenca en dura lucha electoral contra su oponente el Ingeniero Miguel Estrella Arévalo que buscaba la reelección. Cordero desempeñó la alcaldía a satisfacción de todos por un período de dos años (1956 – 58) y celebró dignamente el IV Centenario de la Fundación de esa ciudad. El Presidente Ponce Enríquez le condecoró en Sesión Solemne.

En Noviembre de 1959 se retiró su primo hermano Gonzalo Cordero Crespo del Ministerio de Previsión Social para preparar su campaña electoral a la presidencia de la República por el partido Conservador. El Directorio azuayo presionó a Luis Cordero Crespo para que ocupe dicho ministerio, pero no quiso pues ya tenía iniciada su campaña para legislador. Hubo un fuerte cruce de comunicaciones, Cordero se mantuvo en su tesis y no aceptó.

En 1957 había publicado “Irisaciones del Sendero” con 89 poemas de juventud guardados cariñosamente. Composiciones sencillas, serenas, ligeras, equilibradas, profanas, sin estridencias, en 316 págs. sin aportar nada nuevo a la poética nacional.

En 1960 volvió con Enrique Arízaga Toral a representar al Azuay en la Cámara del Senado y luchó duramente hasta lograr la fundación de la fábrica de llantas con Octavio Chacón Moscoso, industria que reavivó la economía azuaya que estaba muy decaída.

El 6 de Noviembre de ese año fue condecorado por el Presidente Velasco Ibarra, su amigo personal, sobre quien tenía mucha ascendencia. En Junio de 1961 no tomó partido alguno ante su aparatosa caída suscitada por el escándalo nacional de la chatarra (compra de material bélico dañado, obsoleto y con sobreprecio) el 62 Ingresó a la Academia Ecuatoriana de la Lengua, apoyó al nuevo Presidente Carlos Julio Arosemena Monroy y recibió del Papa Juan XXIII la Orden Pontificia de San Silvestre, que le entregó el Arzobispo de Cuenca, Manuel de Jesús Serrano Abad. El Cabildo de esa ciudad se sumó al homenaje con una Sesión Solemne.

Poco después fue designado Rector fundador de la Universidad Católica de Cuenca y en 1970 formó con Claudio Malo González la papeleta electoral conservadora del Azuay para la Cámara de Diputados; pero, a pesar de que ganaron por amplio margen, debido a la dictadura civil velasquista declarada ese año, que desconoció los resultados electorales, no pudieron posesionarse ni actuar.

Entre 1972 y el 73 aparecieron en dos volúmenes titulados “Por las sendas de los Hombres y sus Hechos” y “Por la Senda de Dios y sus Carismas”, huellas de un caminante; sus discursos, conferencias y artículos de revistas en 474 y 531 págs. respectivamente. El primer tomo contiene una serie de Medallones Biográficos como bien lo indica Ricardo Muñoz Chávez y el segundo numerosos trabajos similares pero de índole religiosa, porque en Luis Cordero Crespo lo religioso siempre tuvo cordial y preferencial acogida.

Su índole era sencilla y dócil, con características intimistas, lo cual se expresa muy bien en otro de sus libros, terminado el 73, con poesías dedicadas a su esposa bajo el título de “Para siempre”, aún inédito.

En 1979 sacó “Del surco a la cumbre”, discurso largo escrito en estilo oratorio sobre los principales hechos de la vida de su abuelo el ex presidente Cordero, con interesantísimos anexos, entre los cuales trae unos datos autobiográficos del ex Presidente, dictados hacia 1892 a un amanuense.

De 1982 es una novela de tono menor denominada “La Plenitud de la espiga”. El 86 “Escenas y escenarios”, paso previo para que en Abril le tributaran un cariñoso homenaje sus amigos del Departamento Cultural de la Cruz Roja del Azuay en la hacienda Huanhuarcucho, donde la poetisa Isabel Moscoso Dávila, en gesto hermoso y espontáneo, tuvo la delicadeza de coronarle pues se encontraba con su salud bastante decaída.

Falleció pocos meses después, el 20 de Mayo de 1987, de ochenta y seis años de edad, en su Cuenca natal, tras prolongada enfermedad.

Fue un político afortunado que

defendió los intereses del terruño azuayo con el cariño que siempre han demostrado sus habitantes. Presidió la Municipalidad de Cuenca y se interesó en las obras públicas y culturales. Poeta menor del austro, romántico hasta el final. Orador decimonónico que sin embargo daba tal énfasis dramático a sus palabras, que concitaba la atención y admiración de sus oyentes.

Ricardo Muñoz Chávez en 1992 publicó su biografía titulada ‘’Perfil de un ilustre ecuatoriano” en 238 págs. y cabe agregar que como a su ilustre abuelo le dicen en Cuenca Luís Cordero el Grande, al nieto le decían Luís Cordero el chico, sin mala intención por supuesto, no solo por su pequeña estatura si no para diferenciarlo solamente, pues eran homónimos completos. Le conocí y fuimos amigos, era un caballero a carta cabal, de trato afectuoso y espontáneo, como buen cuencano de Cepa.