DIPLOMATICO.- Nació en Arequipa el 29 de Octubre de 1 867 y fueron sus padres legítimos el Teniente Coronel Mariano Cornejo Estremadoyro, natural de Arequipa. Ayudante de esa Prefectura, militar de la guerra del Pacífico entre Chile y Perú, peleó por su patria en las batallas de San Juan y Miraflores en 1879, asistió a todas las acciones de la campaña de la Sierra con el General Andrés Avelino Cáceres. Subprefecto del Cerro de Pasco, al mando de la gendarmería de Junín asistió a la batalla de Huamachuco en Junio de 1883 y estuvo disperso hasta la firma del Tratado de Ancón; y Ascensión Moscoso, arequipeños.
Realizó sus estudios en el Colegio de San Carlos en Puno donde su padre estaba de servicio. El 85 ingresó a la Universidad de San Agustín en Arequipa, decidiéndose por la carrera de Abogado que culminó en San Marcos de Lima en 1889 con el título de Doctor en Jurisprudencia.
De regreso a Puno fue nombrado Alcalde y Diputado por Azángaro el 92 y el 94, este último año abandonó Lima por cuestiones políticas y se estableció en Tacna, pero el 95 y el 97 volvió a asistir al Congreso peruano como Diputado por Puno.
En 1896 fue designado profesor fundador de la cátedra de Sociología en la Facultad de Letras de la Universidad de San Marcos, cuyo texto publicó en 1904 en Lima.
En 1898 ingresó al Ministerio de Relaciones Exteriores. En 1902 fue designado Ministro Plenipotenciario en el Ecuador, el 3 arribó a Quito y fue recibido por el Canciller ecuatoriano Miguel Valverde Letamendi con quien inició una estrecha amistad, manifestándole que “el Perú estaba dispuesto a aceptar una fórmula de arreglo por la que, manteniendo su posesión sobre Jaén y Tumbes, tuviera que renunciar a toda reclamación sobre Mainas y Quijos, con excepción de Iquitos y una zona de montaña, pero dado el estado de ánimo existente en los dos países, era necesario encontrar un procedimiento que permitiera llegar a la conclusión deseada, sin producir las exaltaciones correspondientes, razón por la cual consideraba que este asunto se podría confiar a un Comisario para que lo hiciera aparecer como fallo en la sentencia del arbitro. I fue así como la Cancillería ecuatoriana convino en suscribir el 19 de Febrero de 1904 el protocolo, que en atención a sus signatarios, se conoce con el nombre de Valverde – Cornejo, por el cual los dos países convinieron en solicitar al Rey de España el envió de un Comisario Regio con el objeto de que estudie en Quito y en Lima los documentos que encierran los archivos respectivos, recoger en sus mismos centros todas las informaciones preciosas y apreciar los intereses que envuelve la controversia.
“De suerte que el Ecuador volvía al arbitraje del que nada quería saber la opinión pública, pues no se confiaba en la intervención de terceros. Mas, nuestro Canciller, sabía lo que hacía, puesto que gracias a la activa gestión desarrollada en Lima por el Encargado de Negocios del Ecuador, Augusto Aguirre Aparicio, estaba en posesión de un documento de extraordinario valor para la mayor claridad del problema, esto es, el protocolo firmado el 11 de Agosto de 1830 entre los representantes del Perú y Colombia, Carlos Pedemonte y Tomás Cipriano Mosquera, respectivamente, por el que la demarcación limítrofe entre los dos países había quedado reducida a determinar si la línea de frontera debía seguir por el río Chinchipe como lo deseaba Pedemonte o por el río Huancabamba de conformidad con Mosquera. Uno y otro coincidían en reconocer al río Marañón o Amazonas como límite natural entre los dos países. Dicho protocolo había estado en la Cancillería de Bogotá y fue la Legación colombiana en Lima la que proporcionó la copia”.
También poseía un ejemplar de la Memoria secreta del Dr. Alberto A. Elmore, Ministro de Relaciones Exteriores del Perú, impresa en Lima y dirigida al Congreso de 1891, recomendando la aprobación del Tratado Herrera – García de 1887. La copia fue hallada en Lima por el Dr. Francisco X. Aguirre Jado, Ministro Plenipotenciario ecuatoriano, en la compra en mil pesos de un lote de libros de la biblioteca que había sido del presidente de esa legislatura Dr. Francisco Rosas, recién fallecido.
Aprobado el protocolo Valverde – Cornejo por las comisiones de Relaciones Exteriores de las Cámaras del Senado y de Diputados, se procedió a implementar el Laudo ante el Rey de
España. El Perú designó a Cornejo, quien estuvo acompañado del Dr. Felipe de Osma y Pardo como Ministro Especial y del poeta José Santos Chocano, Ministro consejero. Por el Ecuador actuó el Dr. Víctor Manuel Rendón Pérez, Honorato Vásquez fue Ministro Especial y Remigio Crespo Toral, Ministro Consejero.
Mientras tanto el Laudo empezaba a desmoronarse en el Ecuador por la ciega oposición de fray Enrique Vacas Galindo al Canciller Valverde, quien, “viéndose acorralado con acusaciones por la prensa, no dudó en dar a conocer la conclusión a que había llegado con Cornejo, lo que, reproducido en grandes caracteres por los más importantes órganos de la prensa de Lima, sirvió para que se desatara una violenta campaña contra ese gobierno”.
En 1904 chocaron las armas ecuatoriano – peruanas en el río Aguarico y en el sitio Torres Causana, entonces arribó a Quito el Comisario Regio, Ramón Menéndez Pidal, quien intervino ante los gobiernos de Perú y Ecuador para que retiren sus destacamentos militares. Así las cosas, el Laudo duró hasta 1910 en que se produjo la excusa del Rey de España.
En 1905 Cornejo actuó como delegado al Congreso Panamericano reunido en Río de Janeiro y luchó por la Codificación del Derecho Internacional Público y Privado, el 6 editó con Felipe de Osma la Memoria, el Alegato y el Memorandum Adicional del Perú en el arbitraje sobre sus límites con el Ecuador en ocho gruesos volúmenes, el 7 fue miembro de la Corte Internacional de la Haya. El 11 reasumió su curso de Sociología en San Marcos. El 12 fue Senador por Puno. El 19 fue catedrático de Derecho y al asumir la presidencia del Perú Augusto B. Leguía, ocupó el Ministerio de Gobierno y la Presidencia del Consejo de Ministros, luego presidió la Asamblea Nacional que elaboró la Nueva Constitución.
En 1921 fue enviado de Embajador a Francia y ante la Liga de las Naciones. Su dominio del francés le permitió editar en París diversas obras sobre la solidaridad internacional y el equilibrio de los continentes. A la caída de Leguía perdió sus funciones, pero siguió residiendo en Francia como simple particular. Falleció en París el 29 de Marzo de 1942. Brilló como orador, jurista, sociólogo y diplomático. De estatura baja, blanco, miope, de largos bigotes, pelo andino.