CORNEJO GOMEZ LUIS FELIPE

RECTOR DE LA UNIVERSIDAD.- Nació en Guayaquil el 18 de enero de 1873. Hijo legítimo de Juan Miguel Cornejo Morán, Primer Jefe del Cuerpo de Bomberos y Gerente del Banco Territorial de Guayaquil, vecino de Ciudavieja y de su prima Magdalena Gómez, guayaquileña.

Muy joven ingresó al Colegio de don Tomás Martínez, siguió al San Vicente del Guayas y se graduó de Bachiller en Filosofía y Letras en 1892. Ese año figuró como editor de “La Alborada”, semanario de ciencia, arte, literatura, etc. y se matriculó en la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad de Guayaquil descollando entre los mejores estudiantes.

Al proclamarse la revolución liberal del 5 de junio de 1895 su pariente el Coronel Belisario Torres lo incorporó a las huestes liberales como Capitón de Sanidad Militar y luchó en Gatazo. A fines de año regresó a Guayaquil, prosiguió su carrera, fue de los alumnos fundadores de la Escuela de Medicina y su primer Vicepresidente en 1896.

En 1897 se trasladó con Angela, su hermana mayor, a vivir en Quito, alojándose en un departamento alquilado en casa de la familia

Mosquera Narváez y obtuvo matrícula en la Universidad Central. Tres años después rindió con lucimientos los grados de Licenciado y Doctor en Medicina, haciéndose acreedor al “Premio Contenta” en 1900; mientras tanto su hermana había casado en Quito con Diego Pimentel Tinajero y tuvieron dos hjas que murieron en la infancia.

Nuevamente en Guayaquil fue por muchos años Médico Ayudante del Dr. Julián Coronel en la Sala Juan de Dios del Hospital General. En 1907 fue designado profesor auxiliar de la cátedra de Patología Interna General que el mismo Dr. Coronel mantenía en la Universidad. También fue médico de Mercados y en Marzo de 1908, con motivo de la epidemia de fiebre bubónica que asolaba Guayaquil, formó parte de la Comisión Especial de Saneamiento que presidió el médico norteamericano Dr. Bolívar Lloyd, especialista en sanidad militar; por ese servicio el Dr. Cornejo Gómez fue condecorado por la Municipalidad de Guayaquil y el Consulado norteamericano lo designó su Médico Oficial.

En 1907 fue médico de Patología Interna y General. El 9 fue designado por el Congreso D irector del recién creado Servicio de Sanidad Pública para hacer frente a la epidemia de fiebre bubónica en el puerto principal, en reemplazo del Dr. Bolívar J. Lloyd que había arribado desde Panamá como miembro del Servicio de Sanidad de la Zona del Canal.

En 1910 Director de la Oficina de Vacuna y contrajo matrimonio con Leonor Hidalgo Nevares, a quien conocía de siempre, por ser ambas familias muy amigas. Ella fue su inseparable compañera y tuvo destacadas actuaciones públicas como Presidenta del Belén del Huérfano y del Comité de Damas de la Cruz Roja del Guayas. La pareja habitó una hermosa casa mixta que él había mandado a construir en 1908 en Chile entre Luque y Aguirre, donde funcionó su consultorio profesional hasta días antes de su muerte.

En 1911 asistió como Delegado por el Ecuador a Santiago de Chile. El 15 fue designado por el Congreso Nacional para las funciones de Concejal del Cantón y ocupó la presidencia de la Municipalidad hasta el año siguiente.

En 1925, a la muerte del Dr. Coronel, lo reemplazó como Director de Sala y Profesor de la materia de Clínica Interna
y fue designado por el Ministro de Educación Dr. Francisco Arízaga Luque para el desempeño del Rectorado de la Universidad de Guayaquil, que ejerció ininterrumpidamente hasta 1931.

Uno de sus primeros actos administrativos fue la aprobación de la Ley de Autonomía Universitaria, como resultado de la larga lucha iniciada por los estudiantes de la Universidad de Córdova en la Argentina para obtener la reforma universitaria. En 1929 fundó la Facultad de Ciencias Matemáticas y Física y abrió la imprenta, iniciando los “Anales” transformados en la “Revista de la Universidad de Guayaquil”; también comenzó la construcción del edificio de cemento armado de la Facultad de Ciencias Médicas.

El 9 de Julio de 1930 recibió a los delegados de la facultad de Jurisprudencia de la U. de Yale (USA) de paso por Guayaquil, que sostuvieron un debate sobre varios puntos de Economía Política y Derecho Internacional con los delegados de nuestra alma mater y al día asistió a la conferencia del ilustre pensador mexicano Dr. José Vasconcelos en gira por Sudamérica.

Ese año también presidió el H. Congreso Médico Ecuatoriano; el gobierno del Dr. Isidro Ayora le otorgó la Condecoración al Mérito en el grado de Comendador y aunque fue nombrado Senador funcional por las Universidades, se excusó en razón de una insuficiencia cardiaca que siempre tenía latente. Ese año la Universidad de Guayaquil estableció el premio Dr. Luis Felipe Cornejo Gómez. En lo negativo vale anotar que por influjo del Vicerrector Carlos Alberto Arroyo del Río expulsó en 1928 a los estudiantes comunistas por cinco años, pena que sólo se ha repelido dos veces más en la Universidad de Guayaquil. En los años 30 era malísimo ser bolchevique como entonces se les llamaba y por solamente eso se los perseguía. A fines del 31 renunció al rectorado a causa de una huelga y en junta con los demás miembros del Consejo Directivo. En 1945 publicó el folleto “Anotaciones Clínicas” sobre la encefalitis epidémica, en 15 págs. En 1946 dictó una Conferencia Magistral sobre “Amebiasis Crónica”, durante un Ciclo interprovincial organizado por el Hospital, que salió por la imprenta.

En 1948 fue declarado “El Mejor

Ciudadano de Guayaquil” por la Municipal que presidía el Alcalde Rafael Guerrero Valenzuela. En 1953 se jubiló de su cátedra universitaria. En 1955 la Facultad de Ciencias Médicas le tributó un homenaje inaugurando una placa de bronce con su nombre en el Aula de Clínica Interna del Hospital y pocas semanas después, el 20 de diciembre, falleció de ochenta y dos años de edad, a causa de complicaciones cardiacas y renales.

Su estatura mediana, tez rosada, pelo negro y ojos cafeces. Normalmente serio y circunspecto, de trato suave y delicado, con aquella educación propia de nuestros abuelos que solían ser corteses y amables hasta en los detalles más ínfimos. Fue un científico dedicado a la cátedra y a su noble profesión, destacó por la certeza de sus diagnósticos clínicos, por su condición médica y porque sabía ganarse la parte psíquica de los enfermos.