PRESIDENTE DE LA REPUBLICA.- Nadó en Cuenca el 15 de Julio de 1863 y fue bautizado el día 20 con los nombres de Gonzalo Segundo, hijo legítimo del Dr. Joaquín Fernández de Córdova Cobos, nació en 1829 en Cuenca, abogado, poeta, como legislador contribuyó a la fundación del Colegio Nacional en Cuenca y luego a la Junta Universitaria de esa misma ciudad donde falleció en 1892, y de Teresa Rivera Cortázar, nacida en Cuenca en 1831.
Inició sus estudios en la escuelita del profesor Federico Vásquez, siguió luego al Colegio Seminario donde brilló en los Certámenes Públicos, tuvo profesores ilustres como el Presbítero Federico González Suarez en literatura y llegó a ser su alumno preferido. Entonces le ocurrió la siguiente anécdota: Como era el primero de la clase, el más pendenciero y el más alegre, uno de sus compañeritos que también firmaba Fernández de Córdova pues en Cuenca existen dos ramas de ese apellido, posiblemente parientes lejanos pues ambas proceden de Arequipa en Perú, le dijo en cierta ocasión “Eres Córdova pero no Fernández de Córdova” pero fue respondido “Soy Fernández de Córdova pero no necesito serlo” y desde entonces es fama que dejó de usar el apellido compuesto, mientras sus demás parientes lo seguían firmando. Inteligente, demócrata, con la personalidad suficiente para hacerse valer por sí mismo, todos le reconocían la característica de ser un joven jocoso e insinuante y no había quien no le quisiera, por eso le decían cariñosamente Botón, por chiquito de estatura, buenas cualidades y hermoso carácter.
Envió sus primeras colaboraciones poéticas a la revista quincenal “El Crepúsculo” y fiel a la costumbre de esas épocas empezó a obsequiar álbumes y firmas los abanicos de las señoritas más hermosas de la ciudad.
Viajó a Machala donde su hermano el Dr. Carlos Joaquín Córdova ejercía la secretaría de la Gobernación de El Oro. El 9 de Agosto de 1887 obtuvo el grado de Abogado en la Corte Superior de Justicia con un examen que dio mucho que decir, pues tras haber expuesto con éxito la doctrina, casi al finalizar el examen el profesor Juan Bautista Vásquez le propuso un grave problema jurídico y preguntó ¡Qué haría Ud.? Yo, puesto en el caso, por ser muy grave, buscaría un buen abogado que me aconseje y lo resuelva, por ejemplo, el señor Doctor Jaramillo, el señor Doctor
Vásquez, el señor Doctor Ortega, o el señor Doctor Coronel, honor y gloria del foro azuayo. Tomados de sorpresa los dómines solo atinaron a reír y el Rector agitó la campanilla anunciando la terminación de la prueba. La votación resultó superior y el caso en duda, pero todos los presentes fueron a la casa del nuevo abogado a celebrar la incorporación doctoral y su graciosa salida.
Secretario de la Gobernación de Cañar en 1888, contrajo matrimonio con Victoria Monsalve Moscoso. El 91 fue designado Secretario de la Gobernación del Guayas y se trasladó al puerto principal con los suyos, alquilando una casita en el barrio de San Alejo.
El 26 de Enero del 92 murió su padre y escribió una Carta Necrológica a su hermano Carlos Joaquín. Entonces fue electo Diputado por el Cañar y concurrió al Congreso. Al finalizar las sesiones pasó de Ministro Juez de la Corte Superior de Justicia de Guayaquil pero la balandra en que hicieron la travesía desde Machala al puerto principal anduvo dos días perdida y casi naufragaron a causa de un mal piloto.
Trabajó activamente para la transformación liberal de la República en 1895 y fue designado Diputado por el Cañar para la Asamblea Nacional Constituyente de 1896 en Guayaquil donde se hizo conocer por su claro ideario liberal radical y por sus opiniones. En la sesión del 12 de Junio, al tratarse el tema del ferrocarril, dijo: Creo que el Ferrocarril es caro pero estoy también persuadido de que nadie nos lo va a hacer barato. I si la obra no se hace deploramos la desgracia de nuestra República, pero el Partido Liberal está obligado a sacrificarse por ella.
I cuando las sesiones se trasladaron a Quito ocurrió la protesta de varios legisladores liberales que no transigían con un retrato al óleo de García Moreno que permanecía desde muchos años antes en una de las paredes del honorable recinto. El asunto estaba llegando a palabras mayores pues no faltaban quienes defendían el cuadro. En esos momentos Córdova ingresaba al recinto y enterado del asunto puso orden de la siguiente manera: Señores, hay un término medio, digno, decoroso, radical, volteemos el cuadro. García Moreno se quedará mordiendo la pared y nosotros no temeremos su presencia.
Concluidas el período de sesiones pasó a desempeñar la Gobernación del Cañar. Sus amigos de Azogues le pidieron durante una reunión que le celebraron con motivo de su posesión, que compusiera unos versos con las palabras Jesucristo y bragueta y cuando iba a sentarse Rafael Aguilar Pesantes le retiró la silla para que se cayera pero fue respondido: // So muchacho malcriado / no me quites la silleta / porque puede que te meta, / cuarta y media que me ha dado / Jesucristo en la bragueta. //
A fines del 901 una epidemia de tifus azotó las comarcas azuayas. El Gobernador y su familia habitaban una vieja casa de quincha en Azogues. Enfermó su señora, que acababa de dar a luz un mes antes a una niñita llamada Victoria y cayó él también. El día 23 de Enero de 1902 falleció la abnegada esposa y madre pero el viudo mejoró y sanó. Desde entonces le acompañó su hermana Lucrecia que hizo con los pequeños huérfanos las veces de la madre ausente. A la semana su amigo José Peralta le sugería abandonar la casa apestada pues consideraba casi un suicidio permanecer en su interior pues se temía el contagio a través de los chinches y las pulgas. Dos años más tarde salió impresa la Corona Fúnebre titulada “Siemprevivas”.
El Presidente Leonidas Plaza le designó Ministro de Gobierno en Febrero de 1903 pero como se excusó por modestia y por cuanto no quería dejar abandonados a sus tiernos hijos, insistió y obtuvo que pidiera treinta días para poner en orden sus papeles y la situación de su familia y así poder viajar, entonces le apuró a través del anciano ex Presidente Antonio Borrero, amigo común de ambos, quien intervino al respecto.
Desde los inicios de su gestión en Quito trató de unificar al partido Liberal, ya escindido en dos alas, a cuyo efecto escribió a su compadre el General Alfaro (desde Junio del 901 por ser padrino de bautizo de su hijo menor Carlos Emilio Córdova Monsalve) La respuesta del caudillo contiene varios puntos de interés, sobre todo su temor por un alzamiento conservador en el Azuay, que efectivamente se produciría el 906 con el Coronel Antonio Vega Muñoz.
En 1904 los Capuchinos expulsados a Colombia solicitaron su reingreso al país pero el Ministro Córdova les negó el permiso. Entonces apelaron ante la Cámara del Senado, presidida por Carlos Freile Zaldumbide, que llamó al Ministro para que expusiera los motivos de dicha negativa. Se comprobó que los Capuchinos constituían un serio peligro para la paz y el orden de la República pues con bienes sacados de sus conventos habían financiado en buena parte las continuas invasiones por la frontera colombiana. La Cámara le consignó un voto de aplauso y le solicitó que dicte un decreto para controlar el uso de los bienes eclesiásticos.
Esa misma noche se reunió con el Jefe de la sección de Gobierno y Cultos Antonio Toledo y con el joven Manuel María Borrero González que hizo de secretario y redactaron el Decreto, que al ser presentado al día siguiente y luego del trámite en la Cámara de Diputados presidida por Modesto A. Peñaherrera, fue aprobada en sesión del 11 de Diciembre en la del Senado y salió en el Registro Civil 912 con el nombre de Ley de Cultos de la República.
Mas el asunto trajo cola pues le cayeron al Ministro “impío” varias excomuniones, las autoridades católicas gritaron airadas, también los sacerdotes, numerosísimas beatas en toda la República, amén de los conservadores, pero el estado hizo respetar la Ley que desde entonces fue llamada de Cultos o simplemente la Ley Córdova. Los bienes fueron arrebatados a las congregaciones religiosas y pasaron a ser nacionales, se creó la Junta de Hacienda, luego transformada en Junta de Asistencia Pública para manejar dichas propiedades, arrendadas a sujetos particulares.
En 1905 el padre Alfonso Antonino Jerves Machuca casó a su hija Victoria Córdova con Guillermo Serrano en la iglesia de Santo Domingo. En Agosto el nuevo Presidente Lizardo García le ratificó en sus funciones, pero al caerse el gobierno en Enero del 6 Córdova fue desterrado a Ipiales y luego siguió a Pasto aunque por corto tiempo, pues regresó pronto al Ecuador y el 24 de Mayo contrajo segundas nupcias con Elena Moscoso Borrero, de solamente diecisiete años de edad, y tendrán seis hijos.
Era la primera ocasión que se celebraría en Quito un matrimonio civil y para colmos en el salón del Concejo Cantonal. Como era día de fiesta nacional había unas dos mil personas apostadas en la Plaza de la Independencia frente al Palacio. El Jefe Político Ramón Calisto ofició la ceremonia, Entre los invitados figuraban Manuel Antonio Franco, Wenceslao Ugarte, Luís A. Martínez, Atanasio Zaldumbide como testigos, José Cervantes y otros amigos estaban armados. La familia Bustamante acompañaba a la novia, a más de su mamá que la representaba por ser menor de edad, también asistían sus hermanas. Lo mejor vino después cuando los novios y sus invitados tuvieron que atravesar la plaza para dirigirse a la Catedral donde les casó eclesiástico el Dr. Jijón Bello Cura del Sagrario, por disposición del Nuncio monseñor Gasparri, que no del Arzobispo González Suarez su amigo y maestro, pues necio como era, se opuso entretanto no le solicitase el levantamiento de las excomuniones religiosas.
Tras la ceremonia pasaron a la casa donde se brindó con champagne y los novios partieron a caballo hasta la hacienda San Luís en el valle de los Chillos donde pasarían la luna de miel; sin embargo, en mitad del camino, el caballo tordo gentilmente prestado por el Dr. José Julián Andrade, botó a la novia al suelo y hasta la arrastró por breve trecho. Finalmente llegaron a la hacienda a las siete de la noche, cansados por los incidentes del día y tras el susto sufrido, en compañía del joven Gonzalo Córdova, a) Mocito, hijo del novio, que les sirvió de poca compañía pues como buen muchacho se dedicó a sus correrías campestres.
Al año siguiente de 1907, polarizados nuevamente los liberales entre placistas opositores y alfaristas gobiernistas que se odiaban cada vez más, el 3 de Diciembre decidió Córdova sumarse a las fuerzas conservadoras del General Antonio Vega Muñoz sublevadas contra el gobierno del Presidente Alfaro. A las siete de la noche dieron el grito de Abajo la Dictadura e iniciado el movimiento en la hacienda Ayancay propiedad de Córdova, pronto se vio que el asunto no iba a resultar pues las escasas milicias comenzaron a defeccionar. El día 9 Vega fue sorprendido por efectivos comandados por el General Ulpiano Páez y tras un intenso tiroteo dispersó a los levantados y tomó prisionero a Vega, que al ser conducido a pié hasta Cuenca, prefirió suicidarse al entrar en la ciudad antes que pasar por la vergüenza de un enjuiciamiento público. Córdova fue apresado y guardó confinamiento varias semanas.
Entre el 17 y el 18 de Julio el diario “El Tiempo” de Guayaquil, propiedad de Luciano Coral, publicó una serie de documentos reservados, proporcionados por el Canciller José Peralta, donde aparecía que en los gobiernos de Leonidas Plaza y Lizardo García se había solicitado un empréstito a Francia con la garantía del archipiélago de las islas Galápagos y prometido al Brasil los territorios amazónicos a cambio de dinero y ayuda militar. A consecuencia de estas publicaciones se desató una agria polémica a nivel nacional y Córdova como miembros de ambos gabinetes demandó a José Peralta, pero la Corte se inhibió de tramitar el asunto dado que gozaba de fuero como Ministro de estado.
En 1910 figuró en la plana de periodistas de oposición al Presidente Alfaro escribiendo en las columnas de “La Prensa” que dirigía Zoila Ugarte de Landívar.
Tras la caída de Alfaro siguió viviendo en Quito de su labor como profesional del derecho porque el Presidente Plaza no quiso designarle Ministro de Estado. Su amigo Juan Benigno Vela presionó a Plaza pero éste se negó a desafiar a los conservadores pues Córdova estaba tachado por ser el autor de la famosa Ley de Cultos que – como ya se dijo – le costó varias excomuniones.
En 1912 salió electo Senador por el Carchi, concurrió al Congreso y resultó electo Vice presidente de esa Cámara. En 1914 fue designado Enviado extraordinario y Ministro Plenipotenciario del Ecuador ante los Estados Unidos. En dicho país vivió con su familia compuesta de su hermana Lucrecia que era soltera, su esposa y siete hijos entre Washington y New York, donde se tomaron una hermosa fotografía en grupo. Por esos días ingresó a la masonería en una logia norteamericana. El 13 representó al Ecuador en el IV Congreso de la Paz. El 14 fue miembro de la Comisión Permanente de La Haya. El 16 fue delegado al II Congreso Panamericano.
Electo Diputado al Congreso de 1.918 presidió dicha Cámara y al año siguiente fue lanzada su candidatura a la presidencia de la República por el Comité Universitario de Cuenca, dirigido por el joven estudiante Carlos Cueva Tamariz pero el asunto no prosperó.
En 1922 fue designado por el Presidente José Luís Tamayo como Ministro Plenipotenciario en Caracas. En Enero del 23 mientras estaba en Venezuela recibió la noticia del asesinato de su hijo Joaquín por mano de su pariente Félix M. Pozo que estaba borracho el 4 de ese mes, día que ocurrió el crimen.
A consecuencia de la noticia su hijo Gonzalo le llevó a la isla Trinidad para que descanse de la dolorosa impresión. Ese año fue condecorado en el grado de Gran Oficial de la Orden del Libertador.
Mientras tanto en el Ecuador dos ministros de Estado a nombre del gobierno, suscribieron un pacto de caballeros el 29 de Octubre de 1923 con los representantes del directorio Liberal, aceptando la candidatura de Córdova a la presidencia de la República, por sobre la de Enrique Baquerizo Moreno, el otro precandidato y realizadas las elecciones triunfó abrumadoramente sobre el conservador Juan Manuel Lasso Ascázubi.
El 24 Julio del 24 volvió al Ecuador para asumir la presidencia de la República. Primero vivió una corta temporada en Huigra buscando clima y huyendo de la altura de Quito, se le hincharon las piernas y a las tres de la mañana del día siguiente a su arribo bebió la cuarta parte del aguardiente alemán traído de Venezuela mezclándole con agua y se levantó a las diez, sintiéndose reanimado y con bienestar.
Electo Presidente Constitucional de la República para el período 1924 – 28 asumió el mando en Quito el 1 de Septiembre y designó el siguiente gabinete: En Gobierno Alberto Larrea Chiriboga, en Relaciones Exteriores Nicolás Clemente Ponce Borja, en Instrucción Pública Camilo Octavio Andrade López, en Hacienda Miguel Angel Albornóz Tabares y en Guerra y Marina Leonardo Sotomayor Luna y Orejuela.
“Lamentablemente el otrora gallardo luchador del liberalismo radical había perdido parte de su fortaleza física a causa de un mal cardiaco que le mantenía disminuido, falto de respiración, con sudoraciones, mostrándole débil, agitado y prematuramente vencido”.
El líder conservador Jacinto Jijón y Caamaño levantó a la guerrilla, pero el 12 de Septiembre del 24 fue derrotado con Manuel Sotomayor y Luna en el sitio San José de Ambi cercano a Ibarra y tuvo que salir al destierro en el Perú. Los jefes militares triunfadores fueron Juan Francisco Orellana, Filemón Borja, Federico Larrea, etc.
En 1925 durante el invierno llovió fuerte y se desbordó el río Chanchan destruyendo siete kilómetros de vía férrea mientras el gobierno negociaba la nacionalización del ferrocarril a través del Ministro Albornóz, para lo cual se adquirió las participaciones de los accionistas extranjeros, lo cual se consideró un acierto En Washington se firmó el Pacto tripartito, considerado lesivo a nuestros intereses territoriales, pues con él se aprobó la cesión de la zona extensa del río Putumayo efectuada por el Ecuador a Colombia en 1915 y por ésta al Perú, mediante el Tratado secreto Salomón Lozano.
En lo económico el país soportaba una gravísima crisis económica por la devaluación de la moneda a causa de las emisiones sin respaldo mientras el Presidente realizaba continuos viajes a los valles cercanos (Cumbayá, los Chillos, Cununyacu) más bajos y más calientes que la capital, en procura de una mejoría a su salud.
Entre Febrero y Julio del 25 vivió en una de las casas del barrio Las Peñas de Guayaquil aunque gozó de vacaciones en Salinas, pero seguía enfermo y a veces no se sabía si amanecería vivo. Mientras tanto en Quito ejercía la presidencia el Dr. Alberto Guerrero Martínez pero era un secreto a voces que la revolución se estaba programando.
En la tarde del 9 de Julio de 1925 le llegó un telegrama de Guayaquil al General Francisco Gómez de la Torre, Inspector General del Ejército: Señor Mario Salazar. Quito.- Carrera Olmedo No. 60.- Van nueve cuadernos. Juan Castagneto. Era el Aviso comunicando el inicio del movimiento en Guayaquil, luego de lo cual llegó otro que decía: Hoy, a las cinco y media de la tarde, se firmó la escritura sin mayores contratiempos y con la alegría de toda la familia. Este nuevo telegrama se refería a la captura de los principales jefes de los batallones acantonados en el puerto principal, donde también fue apresado el banquero Francisco Urbina Jado.
Esa noche a las once y media, el Comandante Guerrero entró al despacho de la casa presidencial donde se encontraba el Presidente deliberando con sus Ministros cómo aplastar el golpe que se veía venir y dejando a un piquete de ocho soldados armados en la entrada dijo: Doctor, en nombre del directorio militar y la guarnición de esta plaza, ha cesado Ud. en sus funciones. Esto es una traición, contestó el Dr. Córdova.- El Ministro de Guerra Sotomayor y Luna sacó su pistola.- Es inútil esa arma, le contestó el Mayor Guerrero. Abajo hay una fuerte escolta que al oír el primer tiro procederá a hacer de Ud. la primera víctima. – Los otros Ministros trataron de calmar a su colega para que los hechos se desenvolvieran con ahorro de sangre fraterna. El Presidente y sus Ministros permanecieron custodiados en la casa Presidencial. La Junta de Gobierno provisional quedó integrada por el Teniente Coronel Luís Telmo Paz y Miño quien la presidió y por los siguientes vocales: Sargentos Mayores Carlos A. Guerrero y Juan I. Pareja. Capitán Emilio Valdivieso y Subteniente Angel Bonilla, Secretario el Teniente Federico Strube, todos como se ven eran oficiales jóvenes y de baja graduación, el General Leonidas Plaza se asilaba en la legación argentina y salía por Guayaquil al destierro voluntario en los Estados Unidos, y en el puerto principal había sido conducido a un barco surto en mitad de la ría el banquero Francisco Urbina Jado, al que sacarían con destino a Chile.
El Presidente Córdova saldría poco después saldría al exterior en el vapor Aysen, vencido, rendido, vendido por sus amigos de ayer, pero sin deshonor. Primero estuvo en Paita donde se tomó una nueva fotografía familiar con su esposa y seis de sus hijos. En Noviembre ocurrió el raro caso que los miembros de la Junta de Gobierno le concedieron en Quito un salvoconducto para que pudiera volver al país, pero luego se arrepintieron y lo revocaron, lo cual motivó una airada aclaración suya, aparecida en los diarios ecuatorianos, que finalizaba con la frase que se hizo famosa: Primero sabrán mi muerte antes que una claudicación, tras lo cual se ausentó con su familia a Valparaíso donde sus males cardiacos hicieron finalmente crisis y falleció en dicha ciudad el 13 de Abril de 1928, a las diez de la mañana, tras largas horas de agonía, de su enfermedad de siempre y al día siguiente se realizaron sus solemnes honras en la Catedral.
El Ministro del Ecuador en Chile, Carlos Manuel Larrea, extendió su sentida nota de pesar a la viuda. El gobierno del Dr. Isidro Ayora decretó tres días de duelo nacional y que los gastos de los funerales corrieran por cuenta del Estado, pero la viuda declinó aceptar el ofrecimiento y pidió que al retornar los restos del ilustre decesado al país, tampoco se le rindan honores militares. I el día que llegaron a Quito se movilizó toda la ciudad hasta el cementerio, fue un adiós muy emotivo, prácticamente un desagravio a su memoria. “Gallardo, pulcro, elegante, era fino y armonioso de palabra y modales, tanto que cosechaba profusamente gajes de amistad entre sus propios contrarios.”
En 1935 el gran poeta cuencano Remigio Romero y Cordero dedicó a su hijo Gonzalo Córdova un hermoso canto a la memoria de su ilustre padre. Fragmento // El nos quedaba aún de aquellos hombres / El público delito sin embargo / pues no distingue espíritus ni nombres / le dio a beber el cáliz más amargo / sacrificole a la ambición villana / alterando la norma / vistió a la democracia soberana / con disfraz de reforma / y afilando el puñal de las traiciones / bajo cariz de amigo y de custodio / puso en la sangre de los corazones / la formidable tempestad del odio. //