COLLMANN EVE MARIE

PINTORA.- Nació en Berlín el 26 de Junio de 1914 y fueron sus padres legítimos Hernann Collmann Burger natural de Darmstadt, orfebre artístico, de religión protestante, hijo de un farmacéutico y Eva Durselem Ramelow natural de Berlín, escritora de novelas que aparecieron por entregas en el “Frankfurter Zeitung”, de religión luterana, hija de Paúl Durselem, Pastor de la Iglesia Luterana evangélica de Guadenkirche en Berlín y de Elsie Ramelow, pianista, de Maeklemburg.

La primogénita de su hogar, viajó con sus padres a Franfur Am Maim y asistió a la Elizabethen Schulen. El 15 nació su hermana Renate y advino el divorcio. Su madre contrajo segundas nupcias con Ludwig Steyer, especialista en formar archivos para las Clínicas, quien fue un excelente padre para ellas y desde el 18 – que finalizó la Primera Guerra Mundial – volvieron a Berlín, alquilaron un departamento en la calle Kesselstr No. 12 frente al parque de la Iglesia de su abuelo Paúl, donde nació su hermanito Florian Steyer.

De siete años asistió al Colegio Reinikender Rosental en las afueras de la ciudad. Su hogar era feliz, pleno de amor y de arte, pues se cultivaba la música y la pintura con gran emoción estética, así como la literatura.

El 32 se graduó de Bachiller en Humanidades, hablaba inglés, francés y tenía por delante un hermoso porvenir; pero ese año tomó el poder el Partido NAZI. Nacional Socialista Alemán, comenzó la violencia y el terror contra todo aquel que no compartía ese ideario. Pronto se llenaron las calles de gente uniformada y el país se militarizó, conociendo la censura de prensa y radio. Su padrastro Steyer, humanista y demócrata, se sintió incómodo con tal situación y decidió emigrar para salvar a la familia del caos.

A fines de año viajó a Tossa del Mar, pueblecito pesquero ubicado en la Costa Brava catalana e inauguró una pequeña residencial turística y familiar. Pronto se le unieron su esposa e hijos, aprendieron el español. Eve y su hermana tomaron clases de pintura con Oswald Petersen discípulo de Jean Matisse y de escultura con Elvira Shieneman y en sus ratos de ocio asistían a su madre en la cocina, ayudando a sacar adelante el negocio. El 33 su padrastro suscribió un contrato muy provechoso con una agencia inglesa para recibir semanalmente a doscientos turistas, arrendó unas casas grandes e instaló un Hotel de doscientas camas para recibirlos y atenderlos. El negocio mejoró notablemente y ganaron dinero, pero al estallar el alzamiento de las tropas en Marruecos contra el gobierno de la República e iniciarse la Guerra Civil, arribó un crucero a Tossa y se llevó a todos los turistas en una mañana, quedando desierto el Hotel. Desde entonces no volvió a funcionar y como había que seguir pagando los sueldos, la situación se volvió insostenible. A fin de año arribó a Tossa un Comisario ruso y ya no existieron garantías para nadie porque comenzaron los allanamientos y prisiones de todos aquellos que pudieran ser afectados al falangismo.

Su padrastro comprendió que la violencia había tocado las puertas de España y como no podían regresar a Alemania porque al salir habían sido fichados por los Nazis, mandó a Eve y a su hermana a solicitar pasaportes en Barcelona. Poco después emigraron a Dieu le Fit en la Provenza, Francia, pero no pudieron trabajar por ser exilados políticos, viviendo con lo poco que habían podido ahorrar y su padrastro comenzó a planear un viaje a Sudamérica, región del mundo que entonces parecía la más propicia para vivir en paz.

El 37 pasó con su hermana a Londres acogiéndose a un plan de ayuda internacional, pudieron conseguir trabajo como domésticas en casa de familias inglesas acomodadas y trabajó con los Bruce en Sloane St. quienes le recomendaron visitar con su hermana a un señor de edad, conocido de ellos, millonario, cazador y aventurero, que había realizado varios safaris en el Amazonas, justamente para tomar ideas sobre la vida en estos países. El buen señor, al verlas, exclamó sorprendido ¿Mujeres blancas al Ecuador? pues como solo había visitado las selvas del oriente creía que nuestro país era habitado por indios semidesnudos, que vivían en chozas pajizas en medio de la selva.

Con tan escasa información la familia decidió viajar pues cada día tenían menos dinero y embarcados en el Oracio, tras 21 días de navegación, en Septiembre del 39 arribaron a Salinas, que era solamente una caleta de pescadores con muy pocas casas, hermosas playas y esbeltas palmeras. La impresión fue del todo agradable, encontraron gente sencilla, un clima fresco, paz y tranquilidad. En suma, un paraíso tropical. Casi no lo podían creer y como hablaban el español perfectamente ni siquiera tuvieron el problema de la incomunicación que tanto molesta a los inmigrantes nórdicos.

En Guayaquil se hospedaron en la pensión Pauker, asistieron a una exposición artística en el local del abandonado Correo, hicieron amistad con los esposos pintores Michaelson y como Steyer deseaba instalar una fábrica de cerámica para elaborar servicios higiénicos de loza, le recomendaron a un joven lojano recién llegado de España, llamado Daniel Elías Palacio, de profesión ceramista, con quien terminó asociándose en una quinta alquilada en Riobamba.

La fábrica comenzó en un amplio edificio, Palacios había localizado varios yacimientos de arcilla de primera calidad pero como a última hora se quedaron cortos de dinero aceptaron de socio a Pablo Emilio Chiriboga. Las primeras piezas fueron defectuosas, con puntos negros en la superficie debido a lo ventoso y arenoso del lugar y cuando se vió que era imposible producir sanitarios perfectos, Steyer salió de la sociedad y terminó calcinando tierra y vendiendo colores para la naciente industria de pinturas, con espléndidos resultados económicos. Daniel Elías, en cambio, vendió sus acciones a Chiriboga en S/. 8.000, que invirtió en la adquisición de una soldadora para utilizar corriente alterna de 220 voltios. El 46 la vendió, empezó a sufrir de úlceras, se dedicó a la escultura y a la fabricación de moldes, trapiches y lápidas.

El 40 Eve contrajo matrimonio en Quito con Daniel Elias y radicaron en Riobamba. En los años 42 y 43 expuso colectivamente sus óleos con el grupo Puruhá. El 45 él fue designado Rector de la Universidad Industrial “Carlos Cisneros” de Riobamba, alquiló un departamento en la calle Sucre en casa de Moisés Bravo, Eve fue profesora de Modelado con sueldo, pero cuando su esposo se ausentó a Quito a causa de una úlcera sangrante en el estómago, tuvo que afrontar los gastos de su hogar y para buscar mejores oportunidades siguió a Cuenca y fundó un Kinder con su madre, padrastro e hijos, en casa del Dr. Corral, situada en la plaza de María Auxiliadora con frente al Colegio de los Salesianos, lo inauguró con numerosos alumnos y se acreditó de inmediato, pero le fueron retirando los alumnos porque el Obispo Manuel de Jesús Abad, al conocer que Eve era de religión luterana, amenazó a los padres de familia y finalmente el 61 cerró el plantel. Su esposo tuvo que tramitarle en Quito el nombramiento de profesora de inglés en el Colegio Bernardo Valdivieso de Loja, donde permaneció hasta el 65 con un sueldo bajo y que se lo pagaban con retraso, al punto que tenía que venderlo a los agiotistas para sobrevivir con sus hijos, porque se encontraba amigablemente separada de su esposa.

Entonces su hermana Renate de Lenbke, fundadora del Colegio alemán Humbolt en Guayaquil, la llamó de profesora de Preparatoria. En el Colegio Alemán hizo carrera y ocupó sucesivamente los demás grados hasta el cuarto, dictando inglés y pintura en otros cursos.

El 67 expuso en el Salón Municipal de Pintura Fundación de Guayaquil. El 69 en la Unión de Mujeres Americanas. El 70 en el Centro Ecuatoriano – Alemán y a fines de año viajó en goce de una beca de intercambio de un año y tres meses a Stuttgart. Vivió en Tutlingen, enseñó pintura en el Colegio “Schildrainschule” y el 72 expuso en esa ciudad numerosos óleos. En Noviembre del 73, de regreso en Guayaquil, realizó una exposición de 30 óleos y 8 dibujos a pluma en el Centro Ecuatoriano Norteamericano, con motivos tomados de su nativa Alemania y de la sierra y costa del Ecuador, país que considera su segunda patria. Su cuñado Alfredo Palacio dijo: De exquisita sensibilidad y extraordinario talento, cultura vasta y sólida, su talento de artista se manifiesta con riqueza y esplendor. Su obra conserva la pureza y el análisis de una mente altamente preparada. Poesía, ritmo, riqueza de color y un gran vuelo de fantasía encontrará el espectador.

En los años 80 adquirió un terreno en la Ciudadela Lomas de Urdesa y construyó una villa poco a poco. El 83 se jubiló en el Colegio Alemán y hoy pinta y esculpe para si dentro de un impresionismo figurativo, sensible, femenino, bello. Sus ratos libres dedica a sus nietos, hijos de Hans, que es músico. Sus otros hijos Wolfram y Pablo son escultores en Cuenca y La Carolina respectivamente. Sencilla, digna, culta, pequeña, blanca y de ojos claros y pelo blanco, vive tranquila, para el arte y su familia, y su casa es un Museo de pinturas y esculturas.