Chiriboga Ildefonso

Fue cuencano de nacimiento que vio la luz en este mundo en 1843. Fue un eclesiástico muy distinguido que recibió el Sacramento del Orden Sacerdotal hacia 1868.
Su vida parroquial se desarrollo por estos siguientes lugares: Cura de puebloviejo, del 26 julio de 1869 al mes de mayo de 1872; Cura de Santa Elena, desde el 16 de julio de 1879 hasta el 6 de marzo de 1884; fue Párroco de la Iglesia San Alejo, en Guayaquil, desde el mes de abril de 1884 hasta 1908.
Durante su administración parroquial en San Alejo, el 23 de Abril de 1901 se desplomo el techo del templo, por lo que tuvo que gastar hasta 1902 la suma de Tres mil sucre, adeudando otros tres mil sucres. El Dr. Ildefonso Chiriboga en un gesto que lo enaltece, coloco dinero propio para la cubierta del techo.
Seguramente, a este sacerdote se refiere el Sr. Rodolfo Pérez Pimentel, en su artículo literario “Historia de San Alejo y de dos imágenes”, aparecido en el Suplemento del diario “El Universo”, de Guayaquil, el domingo 23 de agosto de 1970, cuando después de escribir acerca de la historia de la imagen de Nuestra Señora de las Mercedes, continua diciendo:
“esta imagen y una talla moderna, de hace 70 años, situada en la nave izquierda del templo, con dos figuras azotando a Cristo, son las atracciones históricas del actual templo de San Alejo. Hay que ir a verlas!”.
“Los dos verdugos de Cristo, uno negro (El general Montero) y otro blanco (el General Alfaro) fueron mandados a tallar con dedicatoria (uno con chiva y otro con mostachos) por un padrecito anti alfarista que ejercía el ministerio a principios de siglo en el barrio y que, no pudiendo contener mas su ira antiliberal, decide un buen día tomar desquite pasivo, representando a ambos caudillos en el innoble proceder de latiguear a Nuestro Señor. Hoy la talla ha perdido actualidad y muy pocos recordamos su origen, que tanto dio que hablar en su tiempo, por lo que al ver la escultura sonreímos maliciosamente, con la consiguiente intranquilidad de alguna beatica de al lado, que nos cree judíos, fariseos o, por lo menos, testigos de Jehová, sin conocer la causa de nuestra hilaridad”.
Después de 1908 sus nombres ya no se hallan registrados en otra parroquia.